Una pequeña sorpresita
Bien, esta vez venimos con un escenario peculiar, y "¿Cuál es ese escenario?" Se estarán preguntando ahora, pues ahora obtendrán su respuesta, queridos lectores. La situación es la siguiente: Nuestro querido personaje de casta "A", estaba caminando raro.
Cosa que no pasó desapercibida para nuestro nuevo personaje, quién sería una joven a la que llamaremos "B", que obviamente pertenece a la casta mayoritaria, pero aún así olvidada de este puto universo.
—¿Le pasó algo o qué tiene? —preguntó de forma nada sutil a su querido amigo "O", quien sacando un una dulce paletita de sabor cereza, respondió de inmediato y con absoluta calma:
—Me pasé un poco con él anoche —antes de volver a llevar el caramelo a su boca.
Aunque la sorpresa claramente se le presentó a su querida amiga, pues ahora tenía una cara de "A ver, a ver ¿Qué pasó?", "B.exe dejó de funcionar", "Reiniciando Windows"; y quién sabe qué otras expresiones más existan para dejar en claro que estaba más impactada que el meme del Pikchu.
—¿No que el de abajo eras tú? —preguntó directamente la aparentemente la desvergonzada "B".
Y ante su comentario, nuestro querido "O", volvió a quitar el caramelo de su boca y con la otra mano aprovechó para acariciarle la cabeza, porque el tipo claramente quería aprovechar el que su altura fuera de un metro con ochenta y seis, para decirle de una manera claramente sutil: "Deja y te explico mi ciela".
—Dulzura, en la relación y en la cama, el dominante por lo general soy yo —explicó con una sonrisa que mostraba perfectamente su diversión ante la idea de que siguiera el cliché de que el omega simplemente pudiera recibir— Que sea omega, no me hace menos hombre y por lo tanto no me quita el pito, como para no darle —finalizó antes de volver a llevar su dulce a sus labios.
—Aaah, ya veo —mencionó "B" con las cosas claras, y con una sonrisa tranquila, miró a su compadre a los ojos y le dijo— Pues wey, no seas tan bruto que a la otra lo vas a romper —antes de soltar sonoras carcajadas, ya que su amigo "A", había volteado justo en el momento donde el imprudente de "O", había revelado el porqué de su problema.
—No prometo mucho —respondió el más alto de los tres antes de reírse también.
—No sean putos, los estoy escuchando. Culeros —respondió nuestro querido y todavía adolorido muchacho "A". A veces no sabía si debía maldecir o agradecer que tuviera tanta confianza con ese par.
—Tranquilo, lo sabemos —respondió nuestro claramente no muy pasivo "O".
Ah, pues con razón lo dijo tan claro el muy pendejo. O ese es el comentario de este humilde narrador, que ahora les quieres preguntar esto: "¿Se lo esperaban?"
Si la respuesta es un "sí", pues se ganan un abrazo y una paleta.
Y si la respuesta es un "no", pues primero dejen que se pueda reír fuerte y claro un rato, antes de recordarles que este es un libro dedicado a las pequeñas sorpresas. Ah, y dejando la crueldad de lado, pues aquí tienen un "pat pat" y un caramelo. Aquí nadie es tan culero tampoco.
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Espero que estén disfrutando este pequeño libro :3. Dejo esta notita para mencionar que se aceptan sugerencias para otros escenarios.
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