Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Parte 9


Satanick siguió hablando un poco mas de su aventura con Fumus cuando era pequeño y solo paró cuando notó que el otro diablo se había quedado profundamente dormido, al parecer quedó exhausto después de lo que había pasado entre los dos, el que se encontraba despierto, solo sonrió y se acercó al más pequeño con la intención de dormir en posición de cucharita, además como lo suponía el otro diablo era muy calentito y analizándolo bien, Satanick aún no se explicaba el por qué Ivlis se vestía tan abrigado si podía emitir un calor corporal tan caliente, quizás necesitaba otro tipo de temperatura, en fin, lo miraba detalladamente, le parecia muy lindo su pelo así que tomó un mechón de cabello para olerlo, tenía un fresco olor a manzanilla, seguramente el shampoo que usaba se lo había comprado esa mujer que vivía con él, tocaba y tocaba el pelo del otro acariciando desde las raíces hasta las puntas que llegaban bastante abajo por lo que casi recorría todo el cuerpo de Ivlis, tenía lindo cuerpo, no dudó en colocar una mano en el muslo del otro y sobar por esa parte, hace mucho tiempo que no traía a alguien a su cama, y no es que no se entretuviera con otra gente, porque es lo que más hacia, sino que se había prometido que su esposa sería la única en acostarse con él en su cama matrimonial, y el resto serian solo en moteles o cualquier otro lugar, en fin no había roto totalmente la promesa puesto que era una cama distinta a la que usaba con Lil y que por cierto el mismo Ivlis la había estropeado con sus llamas, luego de pensar eso comenzó a divagar un poco y sonrió como auto retándose, abrazó por la cintura al que dormía e intentó dormir, después de todo, el también estaba cansado por la actividad de la noche.

La noche paso rápida y la mañana se hizo presente, el primero en despertar fue Ivlis, se sentía incómodo, como si tuviese todo el cuerpo acalambrado, le dolía la entrepierna, después de todo tuvo que abrir demasiado las piernas anoche y si bien tenía una buena flexibilidad, tampoco era como si fuese de goma, miró hacia todas partes nervioso por la posición en la que despertó, entre sueños había sentido un poco como Satanick lo abrazaba por la espalda y bueno, no era una posición tan vergonzosa como amanecer abrazando el pecho del otro como si fuese una almohada, eso le producía un intenso rubor muy difícil de desvanecer, lo peor es que era un lugar verdaderamente cómodo, intentó levantarse pero un dolor punzante se lo impedía, abrió los ojos avergonzado a morir, ¿cómo se supone que caminaría hoy? Le dolía todo y más su trasero, ese dolor era punzante, lo peor de todo es que se sentía pegajoso, quería bañarse, sin embargo no podía moverse bien y no quería que Satanick se despertara o lo molestaría, así que con el dolor de su trasero, comenzó a moverse lentamente, como desearía poder tener brazos de sombra para alcanzar su bufanda sea donde sea que esté, ponérsela y salir volando hasta el baño, ni siquiera su cola era tan larga como para alcanzar el suelo desde donde estaba se resignaba el diablo de cachos rojos, en lo que intentaba moverse hizo un movimiento mal y se le dobló el brazo cayendo sobre el pecho de Satanick enterrándole un cacho en la mejilla al otro quien despertó inmediatamente – ¡AAAGH! ¡Tus cachos pican idiota!... –el más alto, se dio cuenta en la posición que estaban y sonrió pervertidamente abrazando al otro diablo, atrayéndolo más a su cuerpo – ¿cómo amaneciste cabeza hueca? ¿Con dolor de culo? Si quieres puedo hacerte masajes para que no duela tanto – Ivlis abrió los ojos grandes y miró al otro – ¡deja de hablar idioteces! ¡Necesito ir al baño y no puedo moverme!- dijo con voz algo enfadada –oh~ pero si tenemos una cucaracha de mal humor hoy, pero bueno, te dejare ir al baño, más bien, quiero disfrutar como lo intentas –se reía el otro soltándolo y colocando sus brazos atrás de su cabeza en una posición muy cómoda como si disfrutara del espectáculo –maldita basura...- se decía entre dientes el diablo adolorido mientras giraba apenas por la cama para llegar al extremo, al sentarse en ésta sintió como la vida se le iba en el dolor que punzaba en su trasero –GYAAAGH~~ ... ¡maldito! ¡¿Que me hiciste?! –alegaba mientras lagrimas corrían por sus ojos pensando en la triste vida que tenía, mientras intentaba ponerse de pie, el de pelo más oscuro solo se reía y babeaba al ver el cuerpo de Ivlis desnudo frente a él –¿Qué te hice? Pensé que te había quedado claro anoche, aunque si quieres que te lo recuerde por mí no hay problema, me encantó metértelo entre ese redondo y apretado cu...-

-¡GYAAAAAAHHG CALLATE!- interrumpió al otro antes que terminara tirándole una flama que el diablo de cachos encorvados esquivó fácilmente –Fufufufufuf ¿por qué tanta vergüenza? Anoche sonaba como si lo disfrutaras realmente cabeza hueca- a Ivlis le corría una lagrimita por la mejilla y no era de dolor esta vez, sino de vergüenza, intentó caminar hasta el baño para alejarse de ese maldito pervertido, sin embargo el dolor de columna, las piernas que le temblaban y el poco equilibrio que tenía debido a estos factores hicieron que se callera al suelo quedando con las nalgas levantadas, Satanick no dudó en acercarse a mirar de cerca –¡WUUUUJUJU! ¡Pero que vista!- le pegó una nalgada que hizo gritar al otro diablo, no es que haya sido fuerte, pero LE DOLIA EL TRASERO – Eres un.... ¡AAAH! –se volvió a lamentar mientras entre rabia y llanto se ponía de pie nuevamente pegándole un colazo en la cara a Satanick quien se reía pervertido y divertidamente por lo que veía –¡cómo te odio!- en lo que caminaba lento para el baño quedó paralizado de la nada, abriendo los ojos enormes congelándose por un instante y colocándose tenso, el diablo del mundo Pitch Black se extrañó por la acción de su "amante", ¿qué le había sucedido, no quería ir al baño? –¡g...gy...gyaaa!~~~- dijo algo temeroso en un principio Ivlis, mientras colocaba cara de un asco profundo y de terror hasta cuando empezó a gritar verdaderamente por la sensación que sentía en su ano, algo se escurría por él y chorreaba por sus piernas, Satanick solo miraba excitado –uuuuuh~~ pero que delicia de vista, como me gustaría metértelo de nuevo, si no te apuras en ir al baño creo que tendremos otra ronda mi querida cucaracha – dijo mientras disfrutaba excitado por la vista –¡NO SE TE OCURRA TOCARME MALDITO DEGENERADO!- dijo alterado el pobre diablo que intentó caminar más aprisa, de paso recoger su bufanda con la cola y entrar al baño para luego cerrarlo con llave y ponerse a llorar por lo humillado que se sentía.

La mañana no fue fácil para Ivlis, y menos con ese dolor que sentía, se quedó en la tina alrededor de media hora, estaba relajado pensando, al menos ahí su dolor no era tan fuerte, aprovechó de estirarse para que el dolor se fuera, y bien, ahora se sentía mucho mejor, aunque no podía dejar de recordar lo de anoche, había sido un evento extraño, ver a Satanick sobre él, emitiendo esa clase de ruidos que... movió la cabeza para evitar pensar en más detalles. Pronto salió de la ducha y se vio en el espejo, su cuerpo estaba lleno de marcas, seguramente se los hizo el puto diablo ese, como lo detestaba, algún día vería su mundo arder y esas llamas serian producto de su ira, se reía pensando en Satanick quemándose lenta y dolorosamente, se puso la bufanda que tanto adoraba y más en ese preciso momento, una, porque le tapaba los chupones que tenía en el cuello y dos, porque no tendría que caminar y eso le alegraba el día, salió volando del baño cuando vio al otro diablo de espalda que buscaba ropa, quedó petrificado al ver esas enormes heridas que tenía el de cachos encorvados en su espalda, no... era imposible... pero... ¡no!, no podía creer que él le había hecho eso con sus garras, se puso rojo y se dirigió hacia su ropa de cambio para colocársela, tomar la ropa que estaba botada en el suelo y ordenarla – oye...- dijo serio mientras amontonaba sus pertenencias en una silla - ¿ya me puedo ir cierto?-

-¿Ah? ¿Todavía estabas aquí? Al parecer te acostumbraste a vivir conmigo –dijo triunfante Satanick acercándose al más bajo – me haría feliz tenerte conmigo más tiempo y disfrutar muchas noches y días contigo, viviendo los placeres de la vida –sonrió entre galán y pervertido acercándose aún más, Ivlis tragó saliva, le intimidaba cuando éste se acercaba sin estar encorvado, generalmente hacia eso cuando quería besarlo o hacer algo pervertido, Ivlis se alejó un poco pero un brazo de sombra lo atrajo de la cintura pegándolo al otro diablo quien lo miraba seductor –en serio, quiero tenerte más tiempo conmigo –dijo acechando con su rostro al más bajo quien ya empezaba a ponerse nervioso al punto de tiritar–quiero, tomar tu cuerpo más veces, quiero hacerte mío y que grites mi nombre cientos de veces mientras te corres- espera, Satanick estaba hablando con una cara muy seria, esto estaba mal, ¿que se supone que significaba esa cara?, el solo quería huir, desvió la mirada, estaba más que alterado, quería morir en ese momento, pronto sintió como una mano le tomaba del mentón y lo dejaba justo frente al rostro del otro que parecía que tuviese su respiración a milímetros de él – ¿qué dices? Podríamos ser felices los dos gobernando este mundo –sonrió en términos galantes ¿esto era una broma verdad? Tiene que serlo, una broma de muy mal gusto – podrías olvidar a esa mujer y a tu linda y adorable loli... digo hija y empezar de nuevo conmigo, olvidando el pasado de tu sensual y bello padre ¿Qué dices?- Satanick no había usado ningún insulto hace minutos, esto ya le estaba preocupando, ¿qué rayos quería ese diablo con él? ¿Era un nuevo método para torturarlo? ¿Quería mantenerlo como rehén en su mundo? Ivlis estaba confundido, respiraba agitado mirando para todas partes, pestañando rápido – ¡NO!!nunca!- dijo ya por fin, soltándose del agarre del otro y volar hacia el otro lado de la habitación –¡NUNCA PODRIA ESTAR CON UNA PERSONA COMO TU, TE DESPRECIO MALDITA BASURA!- dijo con una mirada entre desprecio y nerviosa, Satanick se sintió incomodo con él comentario de Ivlis, sin embargo solo actuó como si nada pasase, tenía que enamorarlo, esa era su meta, así que solo continuo como si no pasara nada, aunque realmente pasaba mucho –jajaja piénsalo, si vivieras conmigo nadie te molestaría – diciendo esto el diablo se dirigió a la puerta de la habitación y le dijo –solo vete de una vez, uno de estos días te iré a visitar estúpido subnormal- le tiro un beso y cerró la puerta, mirando hacia el pasillo algo distraído ¿Qué fue todo eso? ¿Por qué le propuso una vida en conjunto a la cucaracha? Sea lo que sea, al menos le servía para su propósito.

-¿Pero que mierda ese estúpido y degenerado diablo? lo odio, ¡lo odio! – su cabello se tornó rojo, se sentía humillado, fue donde sus pertenencias, las guardó en un bolso, aprovechó también de comer un trozo de chocolate OCHO para reducir su enojo, y vaya que lo logró, esos chocolates eran una delicia, pasaría a comprar unos cuantos chocolates más para llevárselos a casa antes de desaparecer de ese mundo.

-Así que la pasaste bien anoche ¿no Ivlis?- fue lo primero que escuchó cuando volvió a casa, Reficul estaba sentada en su trono con las piernas cruzadas, sonrió un poco al notar como el de bufanda se sonrojaba a tal extremo de tener hasta las orejas rojas –Jajaja ¿Satanick te está instruyendo bien? Gritabas como perra – dijo sonriendo la diabla humillando al recién llegado, en eso se escuchó una voz infantil llegar al lugar –¡PAPI!¡Papi!- el diablo de ese mundo notó que Poemi lo abrazaba fuertemente y tras mirarlo un poco le hizo una pregunta algo humillante- ¿papi? ¿Las perras pueden gritar? Yo pensaba que solo ladraban – Reficul se comenzó a reír, mofándose de la desgracia de Ivlis para luego desaparecer – ¿qué tanto escuchaste de la conversación Poemi?-

-Solo lo de la perra- dijo inocente y curiosa –pero esho no importa, ¡eshtash aquí! Te extrañé mucho papi, que bueno que volviste- el diablo solo miró a su hija y le hizo cariño en la cabeza, el también había pensado en ella mientras estaba en ese maldito mundo, Poemi parecía feliz, Ivlis de por si no es muy de piel y era muy extraño que le hiciera cariño por eso la niña sonreía felizmente abrazando a su papá –¿papi como te fue? ¿Tienes hambre?-

-Estoy bien, solo algo cansado quiero descansar en mi habitación, toma, te traje esto –le dio una caja de chocolates y la niña se sentía aún más feliz – gracias papi, descansa, iré a pashear a la flamita, ademásh le estoy enseñando trucos, y necesito a Emalf para que se deje morder- dijo feliz antes de irse corriendo muy alegre, Ivlis suspiró y rió al saber que a Emalf le esperaba un mal día, luego apareció en la cárcel esperando encontrar a Rieta ahí, pero no estaba, ¿dónde podría estar? Empezó a meditar un poco y supuso que estaba en su habitación, así que apareció ahí justo en frente de la mujer quien fue sorprendida – Se...!Señor Ivlis! –Dijo contenta la rubia al verlo aparecer, sus ojos brillaban con su presencia –ya volví Rieta, solo quería avisarte que estaré en mi pieza, no quiero que nadie me moleste y mucho menos ruido-

-Como usted diga señor Ivlis, espero tenga un muy buen descanso... - el diablo iba a desaparecer cuando la mujer puso una de sus garras cerca de él –espere señor Ivlis... ¿está bien? ¿Ese diablo le hizo daño? Porque si lo hizo juro que yo...- el rey demonio suspiró y desvió la mirada-estoy bien, solo necesito un tiempo a solas, toma – le entregó una caja de chocolates y Rieta se puso enormemente roja, casi no podía contener la felicidad que su diablo le trajera una caja de chocolates, se sentía enormemente feliz –despiértame para el almuerzo – diciendo esto desapareció y Rieta quedó contentísima, lo primero que hizo fue sentarse en su cama, abrir la caja de chocolates y comerlos feliz como si fuese una colegiala enamorada, realmente era algo que atesoraría por el resto de su vida, todo era perfecto hasta que escuchó los estúpidos gritos de Emalf, ¿porque tenía que ser tan estúpido?, con sus gritos molestaba la paz del señor Ivlis, fue al lugar donde estaba el demonio junto a la hija de su diablo y una flama juguetona que le había roto la pierna al más alto –¿qué crees que haces Emalf? El señor Ivlis está descansando y no quiere ruidos molestos, así que no grites-

-Pero me quebró la pierna-

-Si no te callas te quebraré la otra- dijo la de enormes garras mientras Poemi se le acercaba feliz-¿puedo quebrársela yo? Será divertido-

-¡NO! ¡Poemi! ¡No!- gritó con miedo el de lentes e hizo que Rieta se molestara y lo aplastó con su pie- te dije que te callaras, el señor Ivlis necesita descansar ¿o realmente quieres que te rompa la pierna? -

-Está bien no gritaré más... ¡pero dile a esta cosa que se me deje de morder! – se refería a la flama que tenía mordiéndole la pierna.

De este modo pasó una semana de paz y tranquilidad en el mundo de las flamas, Ivlis se sentía más apegado a su familia, excepto a Adauchi claramente, aún seguía en malos términos con él después de lo que pasó, salió de paseo con su hija y su pequeña flamita por su mundo, la paz reinaba, Rieta entrenaba al ejército, los habitantes disfrutaban de su vida, los ríos de lava se veían corrientosos, el día se veía muy lindo, rojo como siempre, pero lindo –papi, extrañaba pasar tiempo contigo – decía la niña sujetando el brazo de su papi, el día pasó rápido después del picnic que tuvieron, hablaron unas cuantas cosas, se divirtieron cuando la flamita se comió un murciélago en llamas, o cuando si tiro al rio de lava para nadar un instante y casi se lo lleva la corriente, aunque eso realmente no había sido divertido y menos para Poemi, realmente adoraba esa flamita que le había regalado su papi, en fin llegaron a la casa alrededor de las 6 de la tarde, Ivlis fue a su oficina después de la cena, tenia papeleo que hacer, mientras que Poemi se iba a su cuarto, aunque no tenía sueño por lo que decidió ir a molestar a Emalf que estaba en cama debido a que le había quebrado las piernas el otro día –Emalf, te traje la cena –dijo amistosa la niña mientras entraba sin tocar a la pieza de su amigo, le traía un café con un sándwich, mientras notaba que el mayor escondía algo –¿qué escondes?-

-No... no es nada-

-Te vi esconderlo, yo quiero saber que es-

-¡En serio no es nada! Solo deja la comida y vete ¿sí?-

-¿Me estas echando después que te vengo a ver?... le diré a mi papi que eres muy descortés conmigo ¡Emalf tonto!- se estaba yendo cuando el demonio suspiró y con algo de temor que Poemi lo acuse le dijo que esperara –espera Poemi... está bien... pero no te burles de mi –sacó un cuaderno donde había estado dibujando, en éste se notaba claramente una niña de pelo verde con lentes, cuernos y ojos rojos, Poemi hizo memoria recordaba haberla visto en algún lugar–¿esta no es esa demonio que vivía en ese mundo que atacamos hace casi dos años? –preguntó la pequeña curiosa, Emalf estaba rojo y asintió vergonzosamente –es que era muy linda, realmente quiero que sea mi novia, pero parece que estaba enamorada de una ángel –dijo decepcionado –jajaja pero secuéstrala y mata a la ángel, así no tendrás competencia – dijo la menor un poco sádica, era una visión bastante perturbadora – no es mala idea, aunque necesito ayuda... ¿qué pasa si me encuentro con el diablo de su mundo? Me harán añicos ¿sabes? –

-Tan grande y tan cobarde que eres Emalf... bueno, me voy a mi pieza, reponte pronto para que volvamos a jugar –dijo en un tono dulce y a la vez sádico tanto que Emalf se puso nervioso y se despidió de la pequeña con un poco de miedo.

En otro mundo un diablo se estaba arreglando, ya eran las nueve de la noche, era la hora perfecta para ir a visitarlo, era hora de seguir su plan de conquistarlo y aprovechar también de tener diversión, estaba todo listo, pero antes reviso nuevamente de tener todo lo necesario, confirmando esto simplemente desapareció y apareció en la puerta del castillo de Ivlis, Rieta había ido a prepararse para dormir hace unos momentos, había tenido un día cansador así que dormiría temprano, Emalf estaba convaleciente y Poemi se había ido a dormir recién por lo que Ivlis tuvo que encargarse de ir a abrir la puerta cuando la tocaron, que fastidio tener visitas a esta hora, se decía con malas ganas, en lo que abrió la puerta vio a ese tipo desagradable de siempre y no dudo en cerrarla en su cara para retirarse algo molesto, Satanick se fastidio y grito –¡ABREME LA PUERTA MALDITA PESTE! ¡ES POR TU BIEN! –

-Puedes aparecer dentro ¿para que quieres que abra la maldita puerta? –Dijo del otro lado –¡Solo hazlo! – el más bajo suspiró pesado y volvió a abrir la puerta, en eso notó la facha en la que andaba Satanick, era un terno negro con líneas moradas, una flor lila lo decoraba, se había peinado hacia atrás, llevaba unos zapatos radiantes y bien lustrados, un aroma muy delicioso y además llevaba consigo un ramo de flores las cuales se las entregó a Ivlis, éste las recibió y las quedó mirando por un tiempo sin saber que significaban –ammm si viniste a entregarme esto, está bien, ya puedes irte- dijo el más pequeño cerrando nuevamente la puerta y caminando hacia el comedor, notó que Rieta se acercaba en pijama -señor Ivlis ¿pasó algo? ¿Quién tocaba la puerta?-

-No es nadie importante –miró las flores y se las pasó a la demonio – toma haz lo que quieras con ellas– Rieta se sonrojo a mas no poder, asintió feliz apretando el ramo de flores y salió corriendo a su habitación para acomodarlas en un recipiente con agua para luego entrar a su lámpara y dormir feliz por el día tan maravilloso que había tenido, aunque cualquier día con el señor Ivlis a su lado era maravilloso para la demonio. Satanick se enfadó por la actitud que tuvo el otro diablo y apareció directamente dentro del castillo, ¿que se había creído ese maldito cabeza hueca en ignorarlo justo cuando él llegaba con tan buenas intenciones? caminó hasta encontrarlo, éste iba caminando rumbo a su oficina, lo siguió sigiloso hasta que abrió la puerta, cuando se dispuso a cerrarla el entró forzosamente y cerró con llave empujando al más pequeño –¿qué te crees? ¡Maldita escoria! En serio eres un estúpido, te trato bien y te comportas como un imbécil, y cuando te trato mal pareces ser tan manso, al parecer te gusta que te trate mal, maldito pervertido, si te gusta que te trate mal, te tratare mal –dijo el de cachos morados sonriendo perversamente frente al que lo miraba con ya algo de temor –Es...espera... si no dices que quieres, entonces no entiendo que vienes a hacer acá...siempre vienes con el mismo motivo, si no es para molestarme es para leer tus pervertidas revistas en la mitad de mi sala, o destruir cosas, o simplemente torturarme... ¿qué te hace pensar que quiera tu presencia en mi mundo? – dijo más calmado Ivlis desviando la mirada, Satanick lo quedó mirando y sonrió nuevamente -vas a tener que aprender a querer mi presencia en tu mundo por que no dejare de venir nunca mi lindo y despreciable microbio –se acercó para abrazarlo y besarle la cabeza en repetidas ocasiones molestando al más pequeño –ya... ya para, esto no es gracioso-

-Para mí si lo es-

-¿A qué rayos viniste?-

-¿No te diste cuenta?, espera... obviamente no te diste cuenta, eres tan estúpido que tu cerebro no puede procesar detalles tan ínfimos que hasta un perro podría saber, a espera, es verdad las flamas no piensan y tú eres el diablo flama ¿cierto?... fufufufu ahora entiendo por qué no tienes cerebro-

-...-

-Pero en fin... vine a coquetearte...-

-...-

-¿Que? ¿Aún no puedes procesar bien lo que dije?... hay cucaracha, creo que te lo dejare más fácil para que un ente con cerebro subdesarrollado como tu pueda procesarlo –decía eso mientras se apoyaba con su brazo sobre la cabeza del otro diablo quien lo miraba nervioso- vine a hacerte el amor- dijo sin más y el de cachos rojos casi se atoró por lo que dijo el más alto, abrió los ojos grandes y retrocedió unos cuantos pasos desequilibrando al diablo más alto –¿qué?... no es nada del otro mundo, vengo para que la pasemos bien –le guiñó un ojo sonriendo algo galán acercándose y arrinconando contra el escritorio al diablo de las llamas –tranquilo, seré suave también esta vez, aunque eso depende solamente de cuan lindo te comportes esta noche –sonrió intimidando al de ojos amarillos quien ahora tragaba saliva, no estaba preparado mentalmente para una segunda vez con Satanick, además su trasero la primera vez quedó doliendo todo el día, no quería pasar por lo mismo otra vez, aunque... por otro lado realmente la había pasado bastante bien con ese diablo y a pesar que lo negara, él sabía que no era así, se puso rojo hasta las orejas tosiendo un poco, sentándose en el escritorio ya que no podía huir más hacia atrás –si te digo que no quiero... ¿qué harás? –dijo tanteando terreno mirando a Satanick de reojo –pues nos divertiremos de otra manera, ya sabes, como solíamos hacerlo hace unas semanas –sonrió maquiavélico dando a entender que si no se acostaba con él le haría daño y bueno hace unos días Ivlis había pensado en eso mismo, que si le daba en el gusto a Satanick éste no lo molestaría tanto, en fin solo suspiró y miró al diablo con algo de resignación, no había mucho que hacerle, intentaría pasarla bien mientras el otro lo tomaba –está bien... hazlo, pero... suave... el otro día me dolió el trasero todo el puto día por tu culpa – Satanick sonrió, Ivlis era tan fácil de convencer, tendría una excelente noche gracias a ese idiota, le acaricio la barbilla, para luego levantarle el flequillo de la frente y besarlo caballerosamente diciendo – ¿qué prefieres? ¿En tu pieza o en la mía? –sonrió triunfante, el que estaba sentado se puso rojo y lo miró a los ojos, luego desvió la mirada y dijo despacio – en la tuya... no quiero que alguien escuche aquí lo que hacemos, Poemi es una niña curiosa – dijo sin más mientras el que se encontraba encorvado le hacía cariño en la cabeza – pero que ternura de papá preocupándose de su pequeña y adorable loli... quiero decir hija, yo también quiero un poco del amor de papi Ivlis – dijo infantil abrazando al otro diablo y comenzando a besar el cuello del más pequeño con deseo y lujuria, a Ivlis se le estremeció un poco la cola al sentir como el otro lo atacaba sin previo aviso –no te daré amor estúpido...idiota~~ aggh yo... no le doy amor a nadie- cerró un ojo gimiendo un poco por las sensaciones que le hacía sentir Satanick en su cuerpo, y simplemente se dejó llevar por el diablo del mundo sin sol acostándose en el escritorio mientras el otro se subía arriba de él haciendo lo que quisiera con su cuerpo, se sentía tan bien, esos besos, esos roces, esos movimientos, esas caricias, simplemente no supo cuándo ni cómo aparecieron en la habitación del más alto ya desnudos y específicamente arriba de la cama, la noche pasó lenta y pudo sentir nuevamente el deseo profundo de Satanick por su cuerpo, lo extraño ahora es que lo disfrutó mucho más que la anterior vez y no dolió tanto, había sido una muy buena noche, y tal como el más alto lo prometió fue suave, pareciera que realmente estaba cuidando de él, había algo extraño en Satanick pero no podía saber muy bien lo que era, en fin, su segundo encuentro pasó rápido y el siguiente día apareció, despertó algo refrescado y su trasero no dolía tanto como la anterior vez, se levantó sin hacer ruido y desapareció, todo había marchado bien para los diablos esa noche, el único que no podía opinar lo mismo era Glasses, dormía en la habitación contigua a la nueva de su padre y no había podido conciliar el sueño por los horrorosos ruidos que hacían esos dos y la cama que rechinaba de una manera increíble, en fin, solo quería morir.

-----------------------------------------------------------------------------------



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro