Parte 4
-Espera... para, ¿¡que rayos haces!?... ¡no! Tsk... dijiste que... ghhmm-
-¿Qué es lo que dije?-
-Dijiste que esperarías una semana...-
-¿En serio dije eso?-
-¡CLARO QUE LO DIJ!...aagh~-
-No me acuerdo-
-Aghh~~ para... -
-¿Porque debería parar? Te estas entreteniendo ¿verdad?-
-N...Nogh~~ yo... aagh -
Hace dos días atrás Ivlis se había quedado obligado en el mundo de Satanick, estaba bastante herido por las constantes torturas de Reficul y del diablo quien lo hospedaba, él realmente necesitaba un tiempo de descanso, no solo para restaurar su cuerpo, sino que también su ánimo y sus poderes, el constante uso de estos para recuperar su cuerpo lo tenían muy agotado, pero el desgaste físico no se comparaba para nada al desgaste mental que tenía, una, por no poder defenderse de sus opresores y sentirse débil e inútil, y dos, que era la razón más clara de su constante trauma, el propósito de Satanick en todo este asunto, no podía dejar de preguntarse por qué de un día para otro ese diablo se interesó tanto en él, llevaban años de conocerse ¿por qué justo ahora se le cruzó por la mente esa perturbadora idea?, es más, si se ponía a analizar el asunto, todo comenzó cuando se interesó en Siralos, pero sí logró tener una cita ¿Por qué no lo intentó otra vez?... ¿lo estaría usando de reemplazo? No, no cree eso, Siralos es muy diferente a él, aunque si bien era su padre y claramente poseía rasgos parecidos a éste no era tan agraciado como el dios, es más Siralos tenía rasgos muy finos, realmente parecía una mujer, aunque claro, con todas esas sesiones de manicure, masajes de pelo, semanas de ir al spa, todos podían mantenerse jóvenes con una hermosa piel... sin embargo él, él no tenía nada tan agraciado como el dios, el diablo tomó un espejo y se puso a observar su rostro, no era feo, pero tampoco es como si fuese un prodigio en belleza, tenía ojos grandes y de un color muy común en su mundo, sus pestañas eran tamaño promedio, sus dientes eran comunes, dejó el espejo de lado y se observó el cuerpo, era delgado, no tenía un cuerpo escultural, es más tenia cicatrices en su pecho bastante feas, se miró los brazos y pensó, que era extraño el tono tan rojo de estos, en fin, no sabía que era lo que le llamaba tanto la atención al otro diablo de él para estar tan entusiasmado, aunque claro su autoestima no era muy alta después de toda la tortura que había recibido durante años.
Horas después estaba durmiendo, Satanick lo despertó, le traía el almuerzo, Ivlis estaba perturbado, pero no porque el más alto lo estuviese atendiendo, sino por el atuendo que traía puesto, era bastante perturbador ver a un tipo corpulento, tan alto como lo era Satanick con esa cara de pervertido y para nada femenino usando un traje de enfermera que apenas le tapaba la entrepierna, Ivlis no sabía si llorar o vomitar sangre cuando lo vio entrar, así que solo desvió la mirada para intentar no quemar sus ojos por la vista que le daba el otro.
-El otro día esa tipa desagradable te estaba dando de comer en la boca... yo también quiero hacerlo~~ - dijo con un tono infantil como si estuviese cuidando a un huérfano moribundo, Ivlis no podía emitir ninguna palabra, aún seguía aturdido por la visión que tenía ante él, fue cuando vio que una mano le tomaba la mandíbula y se la abría forzosamente y Satanick se le acercaba con un aura maligna -si quieres que te trate bien, al menos copera, basura- Ivlis comenzó a traspirar frio y asintió con la cabeza con algunas lagrimitas en los ojos, Satanick volvió a sonreír -di "a"~~- el diablo en la cama abrió la boca diciendo "a" cerrando los ojos para no sentirse tan avergonzado, la primera cuchara con sopa que le había preparado Satanick llegó directo a su garganta, el diablo se estaba ahogando - cofcofcofcofcof... nocofcof -
-Hay pero que tontito, la cuchara no se come -Satanick le pegó una cachetada a modo de espabilarlo, sin embargo lo hizo muy fuerte y lo botó de la cama, al menos gracia a eso Ivlis pudo escupir la cuchara, pronto se puso de pie y lo miró feo, mientras se limpiaba el cuerpo por la caída y volvía a entrar a la cama -si vas a golpearme prefiero irme a mi mundo...- Satanick lo miró serio por un minuto tratando de doblegar la mirada de Ivlis, pero este parecía no dar a torcer su posición, luego sonrió y volvió a sacar otra cucharada de comida para dársela suavemente al otro diablo mientras con un brazo de sombra le acariciaba el cabello, el más bajo se dio cuenta inmediatamente del cambio en la actitud del otro, fue tanto el cambio que se cohibió un poco, era tan extraño que Satanick le hiciera cariño, aunque solía verlo hacerle cariño a la gente que acosaba, generalmente a las pequeñas niñas a las cuales se le insinuaba siempre le hacía cariño en la cabeza... ay no, realmente se me esta insinuando, pensaba el diablo de las llamas en ese momento, mientras comía nervioso, lo otro que pudo notar es que la comida que le daba Satanick estaba bastante buena, no podía creer que la haya cocinado él.
-¿E...En serio cocinaste tú?...-
-¿Por qué? ¿No esta rico?...-
-... No es eso... solo me sorprende que lo hicieras...-
-Jajaja también puedo hacer esas cosas- Ivlis ya estaba mal, sabía que el diablo tenía una sirvienta que generalmente le cocinaba, le lavaba la roja, entre otras cosas, ¿para qué se tomaría la molestia de cocinarle a él?... ¿Qué se estaba trayendo el diablo al hacer ese tipo de cosas por él? ¿O solo era un juego?... quizás eso era lo más probable... a menos que le haya echado algo a la comida y en cualquier momento le va a dar un ataque, o quizás le echó laxantes... se podía esperar cualquier cosa de Satanick. Pronto terminó de comer y nada malo le había ocurrido, el diablo más alto dejó las cosas en el velador y le limpio la boca no muy delicado con una servilleta - listo, el enfermo tiene que recuperarse rápido, entre más rápido lo hagas más rápido podremos coger -sonrió feliz mientras Ivlis abría unos ojos enormes, no esperaba que lo trataran bien realmente para ayudarlo a mejorar, pronto vio al otro acercarse y darle un beso en la frente, esto le causo escalofríos más que otra cosa -listo, ahora debes dormir la siesta- lo acomodó en la cama de manera brusca, lo tapó hasta el cuello y lo enrolló en la manta hasta el punto de casi dejarlo sin poderse mover -duerme tranquilo que debes recuperar energías, así podrás durar más cuando lo hagamos -dijo el otro sin pelos en la lengua -o... pero creo que me faltan algunas cosas para ese día... iré a comprar vuelvo después ... - iba saliendo de la habitación cuando recuerda que estaba con el traje de enfermera y mira hacia atrás a Ivlis -¿me veo sexy verdad?...- el que estaba acostado no sabía si responder sinceramente a esa pregunta o no así que desvió la mirada -creo que omitiré mi respuesta- Satanick se rio un poco mientras se desvestía en frente de Ivlis para colocarse su ropa habitual, se vistió lento dándole la espalda al otro en todo momento, el que estaba acostado trataba de no mirarlo, pero no podía, Satanick hacia unos movimientos de repente que captaban la atención del más pequeño más que nada por la alerta en caso que al otro diablo se le ocurriera maltratarlo otra vez, mientras lo miraba no pudo dejar de notar la espalda del otro, era grande y fornida, Ivlis se sonrojó un poco por lo que estaba viendo así que se dedicó a mirar por la ventana hasta que recordó que iba a tomar una siesta y cerró los ojos.
Satanick terminó de vestirse, era extraño lo que estaba haciendo, el tener a alguien acostado en su cama le recordaba a su esposa, el siempre solía vestirse de esa forma sensual para que Lil lo piropeara un poco, sin embargo ya notaba la diferencia y era obvio que el otro diablo nunca le diría ese tipo de chistes pervertidos, al menos podía divertirse con él, tomó algo de dinero y salió a caminar por su castillo, encontró en su camino a Glasses quien venía de la mano con su novia, Satanick lo notó y corrió de inmediato a donde estaban ellos -¿van a tener sexo verdad?... - ambos jóvenes se pusieron muy rojos, aunque claro a kiku no se le notaba mucho -¡Solo muere de una vez!- dijo el joven caminando lo más rápido posible para alejarse del mayor llevando a su novia con él, el mayor quedo interrogante... ¿que había hecho mal? -No deberías decearle la muerte a tu querido padre -hizo un puchero- pero no sean tímidos y si necesitan condones iré a comprar ahora mismo- Glasses desde lejos le levantó el dedo del medio y siguió caminando, el diablo suspiró y siguió su rumbo, no podía creer que su querido hijo no siguiera sus pasos, pero si era un joven muy apuesto, ¿por qué aún era virgen?... ¿que hizo mal para merecer esto? Pronto salió del castillo y llegó directo a la farmacia donde compró todos los condones que encontró, también compró cinco botellas de lubricante, ya era cliente habitual de esa farmacia así que sus compras les salieron con descuento. Iba feliz de la vida imaginando como se la pasarían juntos hasta que se puso a analizar la situación, definitivamente a Ivlis le iba a doler cuando lo hicieran por primera vez, y no sería rico si él no se relajaba, por ende no lo disfrutaría tanto como el tanto quería, realmente necesitaba ver la cara de satisfacción del otro diablo cuando se la metiera, caminaba y caminaba por el centro de la ciudad hasta que por "inercia"(su mente conocía muy bien el camino) llegó a una sexshop, al verse dentro de esta se le ocurrió la maravillosa idea de comprarle un consolador delgado para que Ivlis se acostumbrara estos días antes de su encuentro sexual en seis días más... -seis días más... debí decirle menos tiempo, no sé si pueda esperar tanto- caminó hasta los consoladores mirando atentamente el que más le pareciera conveniente, el dueño de la tienda ya lo conocía bastante bien, también era cliente frecuente de ese lugar. Cuando encontró uno adecuado comenzó a pensar en los posibles juegos sexuales que podía realizar con Ivlis así que compró cuerdas, esposas, mordazas, vibradores y otras cosas. Se fue muy contento del lugar con una cara que no podía ser más indecente de tantos pensamientos sucios que llevaba en la mente, aunque si llegaba con ellos a su hogar le iba a dar ganas de usarlos, lo mejor sería que se aguantara un poco y molestara a Ivlis mientras pasan los seis días.
Cuando volvió al castillo ya era bastante tarde pasó a dejar un poco de condones y lubricante a la habitación de Glasses, luego desapareció y apareció en su habitación donde guardó todo lo que había comprado en el closet, el otro diablo no estaba descansando donde él lo había dejado, ¿dónde andaría esa basura?, después de unos minutos lo encontró en el comedor cenando junto a su hijo y a la novia de éste, parecía un ambiente no tan amigable, pero no era tenso -¿y tú quién eres? -Preguntó Glasses al que estaba en frente de él - soy Ivlis, el diablo del mundo de las flamas -
-¿Y que haces aquí? Dudo que mi papá te tenga acá por alguna asociación o relación de amistad entre ambos mundos- el diablo comenzó a sudar frio, ¿cómo le explicaba a ese tipo que era el juguete de alguien más sin perder el orgullo en el intento?, no obstante al intentar dar explicaciones se vio opacado por la rápida aparición del diablo de ese mundo en la conversación -es mi amante- dijo sin pensarlo dos veces, Glasses levantó una ceja y se fastidio con lo que escuchaba -aunque aún no tenemos sexo... pero ya pronto ¿verdad basura?- todos estaban incomodos con el tema, Kiku miraba avergonzada hacia todas partes, Glasses se tapaba la cara con su palma pensando en el asco que le daba ser hijo de Satanick, Ivlis se quería morir y se golpeaba cabezazos contra la mesa con el pelo rojo furia.
-Tranquilo cabeza hueca, no debes golpearte tu solo, ese es mi trabajo- tomó la cabeza de Ivlis para empujarlo contra la mesa, hasta que recordó que estaba intentando que se recuperara y paró lo que iba a ser- mejor no... deja de hacer eso... debes recuperarte pronto- al diablo de las llamas casi le da un infarto cuando sintió la mano en su cabeza, pensaba que en cualquier momento seria estrellado contra la mesa con furia. Despues de comer en silencio Satanick llevó en brazos al otro diablo para que no se cansara, los empleados lo miraban raro, hace mucho tiempo que el diablo de su mundo no trataba tan delicadamente a alguien, o que cuidase a alguien, tenía que ser muy importante lo que estaba planeando hacer para que tratara de esa manera a otra persona. Lo dejó en su cama y luego de una hora se acostó a su lado para dormir, lo abrazo fuertemente en posición de cucharita, el de otro mundo quería morirse, estaba muy tenso teniendo a Satanick atrás suyo, abrazándolo y respirando en su cuello, ¿cómo podría dormir en esa situación? En eso notó que la luna se podía ver desde la ventana de Satanick, eso lo tranquilizó un poco, suspiró y trató de ver el lado positivo de la situación tan lamentable en la que estaba, si bien estaba como un pseudo prisionero en ese mundo, al menos lo estaban tratando bien, aunque solo para satisfacer su propósito, pero aun así lo trataban bien y debía agradecer eso.
-Me alegra tenerte en mi cama, eres como una estufa portátil, muy muy conveniente en noches de invierno... - dijo de la nada Satanick quien aún lo abrazaba, al diablo quien miraba la luna se le había olvidado por un momento que el otro aún no se dormía -te traeré a mi cama cada vez que tenga frio- Ivlis tragó saliva y miró de reojo al otro, éste tenía los ojos cerrados y se veía tranquilo, bueno, era hora de descansar así que solo dormiría y ya. Pasaron diez horas, Satanick había despertado hace una hora atrás, y al ver tan calmado al otro no pudo evitar pensar en su maléfica idea para pasar esos días entreteniéndose con el más pequeño, lo miraba y lo miraba dormir, se veía muy lindo durmiendo, comenzó a revisarlo, Ivlis era un diablo muy lindo, para su gusto era bastante agraciado, le gustaba esos ojos grandes que tenía y ese color tan inusual en su mundo sus facciones también eran lindas, tenía el pelo bastante largo, ¿hasta donde le llegaría? Rompió la amarra del cabello de Ivlis y lo estiró para ver hasta donde le llegaba -wojojo sí que lo tiene largo, ¿porque se lo dejará crecer?... lo tiene de un color muy extraño, el pelo suelto se le ve bien... quizás deba comprarle un vestido, se vería muy lindo vestido de mujer- siguió investigando al otro diablo, mirándole los cachos, eran rojos y duros, ¿qué sabor tendrían? Los lamió y pronto el diablo que dormía se estremeció un poco, a Satanick le pareció divertida la reacción, abrió la cama para investigar más del cuerpo del de cachos rojos, tenía un color bastante inusual en las manos, eran rojas y parecían tener una textura distinta a todo su cuerpo, era un lugar interesante que ver, le abrió un poco la parte de arriba del pijama para indagar si tenía alguna otra parte que fuese de esa misma textura, cuando notó esas feas cicatrices que tenía en su pecho, quedó pensando que cuando Reficul lo estaba bañando no se había percatado de esto, ¿quién se las habría hecho?, es cierto que Ivlis no era tan fuerte pero tampoco era débil... bueno, antes que le quitaran sus poderes no era débil, tocó el lugar, eran dos cicatrices muy profundas, al parecer fue hace bastantes años atrás, le debió doler mucho, tal vez existía alguien que en un pasado también lo torturaba, lo miró a la cara y por un instante sintió pena por primera vez por el otro diablo, le abotonó el pijama nuevamente y fue cuando notó la cola del que dormía y no dudó en acariciarla -me pregunto por qué yo no tengo cola... soy un diablo... Reficul y esta basura tienen... ¿por qué yo no?... ¿que se sentirá tener una?... -en eso lamio la cola de Ivlis, quería saber de las reacciones que tendría el otro, ¿sería una zona sensible? fue cuando escuchó un gemido de un diablo que despertaba recién por tanto movimiento que hacia el otro -ghhn~~- se escuchó y Satanick se puso rojo, mientras sonreía malévolamente, había hecho un descubrimiento interesante, más a la tarde jugaría un poco más con esa cola.
Una vez le alimentó y lo cuidó toda la mañana, ya cuando el diablo estaba durmiendo la siesta Satanick no dudó en comenzar a jugar con éste, le había dado un cuarto de pastilla para dormir en la comida, así que por mucho que lo moviese Ivlis no despertaría muy fácil, dormiría plácidamente tres horas y eso era el tiempo perfecto para arreglar todo, recién era el segundo día de la espera que tenía que hacer, sin embargo con los descubrimientos que había hecho en la mañana simplemente ya no podía. Lo primero que hizo fue decirles a todos en el castillo que estaría muy ocupado divirtiéndose con sus juguetes así que nadie se atreviera a molestarlo y que cualquier asunto del día quedaba postergado, lo siguiente que hizo fue cerrar puertas y ventanas de su pieza y prender las lámparas dando una luz tenue en el lugar. Se reía solo, mientras desnudaba al más pequeño, era muy liviano, tal vez no se alimentaba bien, ¿tendría problemas económicos en su mundo? Una vez lo dejó desnudo no paraba de babear pensando en lo que le haría, corrió a buscar las cosas que había comprado, empezando por las esposas que usaría para atrapar a Ivlis a la cama, así que eso hizo, lo esposó de las manos, luego empezó a ordenar los consoladores, vibradores, lubricante y condones sobre la cama -listo, ahora solo esperaré a que despierte... -dijo mientras comenzaba a sacarse la capa, el abrigo y los guantes -con esto creo que es suficiente... -miro al suelo y notó sus zapatos, eso también seria molesto para jugar, así que también aprovechó de sacarlos, luego volvió a mirar y le parecieron incomodo los calcetines y se los quitó, con eso era suficiente se dijo mentalmente, solo quería jugar un poco con Ivlis mientras esperaba que la semana pasara, debía saber aguantarse... Ahora lo acostumbraría para cuando llegase el día, nada más que eso, se repetía una y otra vez en la mente, dejó su ropa en una silla mientras probaba los vibradores... al parecer funcionaban a la perfección, miró el reloj, eran exactamente las 9 de la noche, era una buena hora para despertar la cabeza hueca y jugar con él. Con un brazo de sombra lo movió despacio ya que en ese instante se le ocurrió una idea más interesante, sonrió malévolamente tomando el vibrador que tenía, se dirigió donde su juguete para amarrarlo en su miembro lubricando un poco la zona con el lubricante que había comprado el día anterior -listo ahora a encenderlo y ver qué pasa- tomó el control manual del vibrador y lo encendió girándolo a máximo de una vez, Ivlis abrió los ojos de inmediato asustado y rojo por lo que estaba sintiendo, movió los brazos y los sintió tirantes, ¿Qué estaba pasando? No podía moverse con libertad, giro la cabeza para todas partes intentando saber que pasaba, recién venia despertando pero que era esa sensación se sentía tan... extraño, incomodo, pero al mismo tiempo bien. Lo que logró reconocer mientras veía el cuarto fue una cara de pervertido que lo miraba, nunca había visto esa cara tan libidinosa en Satanick, parecía que en cualquier momento lo atacaría, por su parte no podía parar de tiritar, jadeaba por lo que estaba sintiendo en su entrepierna, agachó la cabeza mordiéndose los labios para no emitir ruidos, sin embargo era imposible, lo que fuese que estaba en su entrepierna le estaba causando estragos -g...gaahj~~- no fue capaz de aguantar más, comenzó a gemir y unas cuantas lagrimas se estaban asomando por sus orbes, no era capaz de desprenderse de las esposas, no podía hacer nada para evitar lo que estaba sucediendo, pero se sentía tan bien... -mmmgh~~ aghh....- gemía babeando un poco, con los pómulos enrojecidos. El diablo quien miraba la escena no podía centrar pensamientos, lo único que hacía era deleitarse con la escena y mirar detalladamente como se retorcía el cuerpo del otro, tragó saliva y se acercó lentamente abriéndole las piernas al más pequeño quien lo miraba enojado pero débil por el placer que le daba el vibrador.
-Espera... para, ¡que rayos haces!... ¡no! Tsk... dijiste que... ghhmm-
-¿Qué es lo que dije?-
-Dijiste que esperarías una semana...-
-¿En serio dije eso?-
-¡CLARO QUE LO DIJ!...aagh~-
-No me acuerdo-
-Aghh~~ para... -
-¿Porque debería parar? ¿Te estas entreteniendo verdad?-
-N...Nogh~~ yo... aagh -
-Solo juego un poco con mi juguete, déjame disfrutar un poco mas - sonrió Satanick apagando el vibrador dejando descansar al diablo de las llamas - ¿Y? ¿se sintió bien?...- el más pequeño solo respiraba exhaustivamente, nunca había vivido una experiencia así, se sentía confundido y cansado, jadeaba rápidamente notando que su miembro estaba erecto, se puso más que rojo y avergonzado por la situación, Satanick lo tenía en sus manos, lo miró desesperado notando que el otro sostenía un objeto extraño, muy muy extraño, era alargado y compuesto por bolas de distintos tamaños que al final terminaban en algo para sujetarlo -¿que...que es eso?....- preguntó inocente del tema logrando que el diablo de grandes cuernos sonriera - jajajaja me sorprende que no conozcas esto... ¿no ves porno? Si hasta en las revistas triple x salen... son muy comunes-
-¡No veo ese tipo de asquerosidades!- gritó de una el diablo esposado a la cama, colorando su pelo -¿!po...podrías de una vez... soltarme!?... me... me duelen los brazos - el más grande no le hizo mucho caso y lengüeteo el consolador seductoramente para luego lamerse los labios y sonreír malévolo -la pasaremos muy bien- con esa reacción el de pelo rojo comenzó a sudar frio, y tiritar un poco, se supone que el otro debía esperar, ese era el trato, observó la situación en que estaban, Satanick estaba roseando un extraño liquido en el objeto que le había mostrado hace unos minutos, ¿qué era eso? Miró la botella, decía lubricante... ¿para que quería lubricante en esa cosa?... esperen... ¿por qué ahora le derramaba ese líquido en aquella parte de su cuerpo?... estaba nervioso no sabía qué hacer, miraba para todos lados intentando escapar - ¿¡que... que ha... haces!? -
-Intento acostumbrar a tu cuerpo antes de recibirme... aunque no lo creas lo tengo grueso... te va a doler si lo meto así no mas - Ivlis se traumaba aún más con las palabras del otro, no... no quería esto, le corrían las lágrimas por su cara y más cuando sintió la primera bola entrar, abrió los ojos enormes cuando las siguientes bolas iban entrando, Satanick vio la expresión del otro así que se acercó a este para lamerle la oreja y de paso hablarle relajado -tranquilo, estoy siendo delicado... porque sé que será tu primera vez-
-...- Ivlis lo quedó mirando extrañado y desvió la mirada rojo - nunca dije que fuera virgen - Satanick quedó sorprendido, colocó los ojos más grandes que pudo decepcionándose totalmente porque él quería ser el primero de Ivlis, sonrió cínico y preguntó calmado - ¿así que no eres virgen?...- el que estaba amarrado lo miró y le respondió algo asustado -no, no lo soy... yo... yo también puedo estar con una mujer ¿no crees? ¿Qué edad crees que tengo?-
-¿Así que con una mujer?... ¿así que?... espera... ¿no me vas a decir que fue con esa tipa desagradable que?...- un ojo le tiritaba al mayor y quería desplegar toda su furia en ese maldito diablo que lo estaba haciendo tratar bien sin un motivo razonable -bueno... ella aceptó ser un demonio fiel... pero en ese momento no tenía con que pagarle... y lo único que me pidió fue eso...-se sonrojó y el diablo de ojos morados retrocedió un poco mirando con los ojos abiertos sonriendo como siempre lo hacía pero se notaba la furia que sentía en el interior - le vendiste a esa mujer tu virginidad para que te fuese fiel y trabajara contigo... ¿!ERES ESTUPIDO!? ¿¡NO SABES COMO DEBE ACTUAR UN DIABLO DE VERDAD!? - Satanick sacudía a Ivlis, quería y necesitaba desahogarse de alguna manera, quería matar a esa tipa, como osaba haber robado algo que él tanto quería - ¿¡cuántas veces fueron!? -
-¿Que... que cosa? -Dijo llorando el otro que no sabía que pasaba, el más alto lo sacudía para que pensara - ¿¡CUANTAS VECES ESTUVISTE CON ESA PERRA!?- Ivlis comenzó a llorar, le estaba dando miedo como actuaba el otro y más porque estaba encima suyo -so...solo una vez... -dijo llorando mientras el otro respiraba agitado tratando de calmarse, salió de encima del otro para buscar un consolador más grande - te enseñaré a no mentirme... ¿pensaste que ibas a poder jugar conmigo?-
-Pe...Pero yo no te he mentido...- dijo tiritando y aun incomodo por lo que tenía en el ano -tú fuiste el que pensó que era virg... -se calló cuando le vio la cara enojada al otro diablo y ahí supo que su vida corría peligro, tragó saliva y empezó a traspirar frio -¡DEBISTE DECIRLO IMBECIL! ¿¡Ahora que se supone que hare!? ¿¡Ah!? Quizás pueda sacar mejor provecho de ti ya que tienes experiencia... quería ser suave... porque sería tu primera vez... ¡PERO SE ACABO!... -tomó un consolador grueso y comenzó a lamerlo desquiciadamente - vamos a jugar tu y yo toda la noche con esta basura...-
-Sa...Sat... ¡No!...- veía que el otro diablo se le acercaba cada vez más con odio y él se veía en un aprieto que quizás sea el más trágico de su vida.
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