Parte 3
Pasó un mes desde que Satanick apareció desnudo en la habitación de Ivlis, no se había visto al diablo aparecer en todo ese tiempo lo que al de cachos rojos le parecía extraño, ese tipo no era de los que se rendía fácilmente, sin embargo agradecía en el alma que lo haya dejado de molestar, esperaba realmente con todas sus fuerzas que se hubiese aburrido de esa extraña idea.
Ese día tenía la intención de pasear unos momentos por su mundo, hace tiempo que no iba a observar los volcanes, era un lugar que realmente le relajaba, el calor de la lava le hacía sentir nostálgico, después de todo fue lo único que encontró en el inframundo al cual lo sentencio de por vida Siralos, elevó vuelo con sus alas de bufanda y llegó al lugar donde deseaba ir, desde el cielo podía notar distintas cosas, su mundo había crecido mucho, aunque a veces le gustaría que fuese un poco más colorido. Llegó al volcán donde cayó el día de su destierro, entró en él, había muchas cuevas que solía recorrer en ese tiempo, le encantaba ese lugar, se sentía protegido, quizás si se quedara ahí esos diablos jamás lo volverían a molestar, ¿pero qué sería de su mundo si no estaba él? Después de todo él era el diablo de ese lugar, aunque al parecer que con él o sin él su mundo funcionaba igual... suspiró, Ivlis miraba la lava a sus pies, era burbujeante y muy roja, le encantaba, pero a la vez lo deprimía un poco, tomó unas cuantas rocas que se encontraban cerca y comenzó a tirarlas al magma, había vivido tanto tiempo ya, no sabía si era aburrida su vida, o simplemente era una vida normal, tampoco podía parar de preguntarse qué hubiera pasado si no hubiese desobedecido a Siralos aquel día, quizás ahora podría estar junto a su hermana Igls conversando o estar en ese hermoso mundo en el cual solía vivir... pronto la rabia lo invadió y rompió la roca que tenía en la mano incendiándola al punto que esta se consumiera en el fuego –Solo estoy pensando tonterías, es más que obvio que fue mucho mejor haber desafiado ese día a Siralos... ahora soy libre y puedo hacer lo que yo quiera, no tiene por qué importarme lo que podría haber pasado- se puso de pie y pronto volvió a su castillo, lo primero que vio al volver volando fue a Reficul – mierda... ¿que... que hago? –miró para todas partes tratando de buscar un lugar donde esconderse, así que siguió volando un poco más allá sin embargo una mano de sombra lo atrapó y lo tiró directo al piso donde cayó sin ningún tipo de amortiguación.
-Pero que mal diablo eres huyendo de tus visitantes maldita basura-
-...T...Tsk.... Cofcof...- escupió un poco de sangre, la caída le había dolido bastante- no es como que fueses una visitante deseada... - dijo sin más provocando un enfado en la más pequeña, ese día Ivlis no volvería sano a su castillo, Reficul estuvo horas enseñándole y recordándole porque debía ser bien recibida, después de todo él era su mascota y debía recibirla como su ama.
Dos días pasaron de eso, el diablo no quería levantarse de su cama, se sentía adolorido aun, le habían estirado las piernas y brazos de sobremanera incluso llegó a pensar que en cualquier momento se le desprenderían del cuerpo. Emalf entró a su habitación para traerle desayuno, si bien ese no era su trabajo acostumbrado, debía hacerlo porque el diablo no quería salir de su habitación, era incómodo para él ver así al señor Ivlis – buenos días señor Ivlis, le traje su desayuno, ¿quiere que despierte a Rieta? –
-Si... buenos... - dijo sin mucho ánimo –sí, hazlo... luego te puedes ir, ah... dile a Poemi que saque a pasear a la flama que le compre el otro día, se veía algo triste... -
-Ah... si claro le diré- Emalf dejó el desayuno en el velador del diablo, para luego tomar la lámpara de Rieta y hacer que esta apareciera – buenos días Rieta.-
-Emalf... eres un inservible, ¿porque me llamas tan tarde?, el señor Ivlis me necesita- la rubia miró hacia la cama donde se encontraba el diablo y se inclinó un poco para saludar – buenos días señor Ivlis, espero haya tenido buenos sueños, puedo ayudarlo hoy en lo que usted desee-
-Sí, Si... ayúdame a comer... me duelen los brazos-
-Claro~~- dijo feliz la mujer, para luego mirar a Emalf intimidantemente dejando en claro que quería que se fuera para que los dejara solos, el más joven suspiró y se retiró de la habitación, no podía creer que Rieta se comportara tan servicial ante un tipo tan desagradable como Ivlis, caminó por el castillo hasta la habitación de Poemi, abrió la puerta para despertar a la niña, jamás pensó que ésta ya estaba despierta he incluso se estaba cambiando de ropa- Poemi despiert... lo... ¡lo lamento! ¡No quería ver nada!... es decir... ¡no le vayas a decir a tu papá!-
-¡Gya! ¡Emalf pervertido!... – dijo mientras se tapaba con el vestido, en eso la niña se acordó que su amigo le había coqueteado la otra vez a Satanick- ... pensándolo bien, no te preocupesh... sé que te gustan los hombres ¿no es así? Jiji...-rio la niña mientras terminaba de vestirse, Emalf quedó helado, era verdad que nunca había arreglado ese asunto con la pequeña, pero ahora no sabía si realmente era bueno decirle que eso no era cierto, tragó saliva y cerró la puerta rápidamente para caminar por el pasillo intentando buscar algún lugar para matarse...
-Emalf... no te vayas espérame ... -dijo la menor corriendo por el pasillo con los zapatos en la mano, aun no terminaba de vestirse bien y por correr con calcetines se resbalo y cayó al suelo, al parecer se golpeó muy fuerte entonces empezó a llorar, el demonio más grande la escucho caer y corrió de inmediato a socorrerla- ¿e...estas bien Poemi?... ¿dónde te golpeaste?... ahg el señor Ivlis me va a matar si algo te pasa... - la niña seguía llorando le había quedado un chichón en la frente –ya... tranquila... emm, te llevaré al baño para que te laves la cara –Emalf tomó a la niña que aun lloraba, como princesa y fue cuando Satanick apareció frente a los dos, era lo último que deseaban.
-Yahoo~~- Satanick notó de inmediato a la niña que lloraba y se le coloraron las mejillas- que linda... –le acaricio la cabeza y notó que tenía un chichón – eso debe doler ¿verdad?... ten toma –sacó un dulce de su bolsillo – come esto te hará sentir mejor Poemi-chan- la niña lo miró y aceptó el dulce pero no dijo nada más, Emalf por su parte tiritaba de miedo – si te tiemblan las piernas no serás capaz de sostener a la linda Poemi-chan... y si se te cae... no te gustará saber qué es lo que voy a hacer contigo... -dijo de la forma más intimidante que pudo asustando de sobremanera al demonio quien parecía que lloraría en cualquier minuto – pero bueno, ¿dónde está la basura de Ivlis?- Poemi se enfadó bastante por como el diablo llamó a su querido papá, así que se bajó de los brazos de Emalf y le pegó una patada en las canillas a Satanick – jajaja que linda... ¿no te gusta que llame a si a tu papi verdad?...-
-Vamosh Emalf, no quiero hablar con este diablo feo...- dijo con su voz infantil caminando hacia otra dirección mientras le tomaba de la mano al demonio más grande y se lo llevaba, ya una vez lejos, Satanick miró su pierna y se la sobó un poco, al parecer la niña no era tan débil como él pensaba, bueno, era de esperarse si era hija de un diablo, y hablando de diablos, ¿dónde estaba ese cabeza hueca?
Por otra parte Rieta estaba sentada en una silla al lado de la cama de Ivlis, dándole de comer, el diablo realmente había quedado en malas condiciones después de la tortura que le había hecho Reficul, si bien se podía sanar pronto, prefirió quedarse en cama esta vez.
-Vamos señor Ivlis, abra la boca bien grande-
-Rieta... no soy un niño, se lo que tengo que hacer-
-Lo siento señor Ivlis... lo hare seriamente esta vez- le introdujo la cuchara dentro de la boca, el diablo masticaba un poco avergonzado de la situación, no le gustaba verse en esas condiciones, pero en fin, necesitaba que de vez en cuando lo consintieran- ¿está bueno? ¿O prefiere que cambien el menú para mañana?-
-Está bueno... me gusta el desayuno de hoy...- dijo ya más relajado cuando en eso sintió que la puerta de su habitación se abría estrepitosamente y entraba Satanick – te encontré~~~- dijo feliz de la vida como siempre estaba, iba a caminar hacia el más pequeño cuando notó a la mujer sentada a su lado quien se notaba que estaba dándole de comer en la boca, eso le molestó, ¿por qué a ella si le permitía hacer esa clase de cosas vergonzosas y a él no le dejaba?, Rieta dejó la bandeja a un lado, después de todo Ivlis ya había terminado, se puso de pie y extendió sus grandes garras contra Satanick- no permitiré que se acerque al señor Ivlis...- dijo decidida, el diablo de pie aún seguía algo molesto por la situación, no le tomó mucha importancia a la amenaza de la mujer, solo se empezó a acercar a la cama de Ivlis quien comenzó a traspirar frio –¡te digo que te detengas!- grito amenazante Rieta abriendo sus manos lista para atacar, a Satanick no le costó mucho esfuerzo deshacerse de ella, con unos de sus brazos de sombra la tomó y la lanzo fuertemente por la ventana, de lejos se escuchó como algo se destrozaba, lo más seguro es que chocó contra alguna casa o algo similar – ¿Que... que quieres... S...Sata....ni...? – No alcanzó a terminar de hablar cuando un libro se estrelló en su cara –¿¡aaaahjj!? - gritó por el impacto en su rostro.
-Léelo, lo hice especialmente para ti- dijo sonriendo mientras se sentaba en la esquina de la cama de Ivlis, el aludido por su parte tomó el libro mientras se sobaba la nariz, lo primero que pudo notar fue el perturbador título, era algo como "Cosas pervertidas que le haré a Ivlis" el diablo de ese mundo comenzó a sudar de inmediato, ¿cómo era posible que Satanick haya escrito un libro sobre lo que planea hacerle?, miró a los ojos morados del otro diablo tratando de buscar una respuesta a lo que veía, el otro simplemente sonreía - te dije que lo leyeras, ¿o estas esperando que te incentive de alguna manera eh? – Ivlis pudo notar la poca paciencia con la que andaba el otro ese día así que comenzó a leer de inmediato el libro y se dio cuenta que no era un listado de cosas que le harían, sino una novela, lamentablemente ellos dos eran los personajes principales de esta, y era una novela bastante sexual, demasiado detalle para su gusto, esperen... el jamás le diría señor Satanick a ese diablo esto era bastante irreal... levantó una ceja algo molesto, miro de reojo al otro quien se reía mirando su expresión, luego siguió leyendo –léeme en voz alta, quiero escucharte... porque no sé si realmente lees o solo miras el libro... me costó mucho hacerlo, deberías agradecerme-
-¿Agradecer por esta atrocidad?... no estoy loco ¿sabes?- Satanick lo miró con disgusto y sin siquiera darle tiempo de pensar, lo tomó con uno de sus brazos de sombras, sacándolo de la cama y enterrándolo contra la pared, aplastándole la cabeza contra esta- ¿asique no te pareció lindo lo que te hice?...- dijo el de grandes cachos encorvados con un tono de voz molesto, azotando una y otra vez el rostro del más chico contra la pared – me pregunto porque deje de hacer esto si era tan divertido ... ah recuerdo... había alguien –lo saco de la pared y lo acerco a su rostro- que no quería hacerlo conmigo... y me pareció interesante la idea de convencerlo... pero ya que aun así no quiere... creo que volveré a maltratarlo como siempre... -dijo colocando su cara más aterradora posible para volver a impactarlo contra la muralla repetidas veces hasta que el otro ya no murmuraba más, ahí solo lo dejo en la cama y desapareció.
Desde ese día comenzó el tormento de Ivlis, esta vez decidió curarse rápido, hizo que repararan su pared y que tuvieran la guardia alerta en caso de ver a Satanick rondando por el castillo.
-¿Así que quieres violar a Ivlis?...- dijo la diabla mientras tomaba el té junto a su esposa - me parece una idea interesante... aunque me extraña que te cueste tanto, si quieres hacerlo solo hazlo y ya...- dijo sin inmutarse la de cabellera blanca –solo ten cuidado de no desarrollar sentimientos por esa basura... aunque eso sería algo extraño...- Satanick se rio del comentario de la diabla – ¿quién se enamoraría de esa basura? Es solo mi juguete y los juguetes se ocupan para divertirse con ellos... lo que no quiero es que llore como nena mientras lo hacemos... quiero que realmente disfrute el momento... o no tiene gracia-
-Pensé que disfrutabas viéndolo llorar... yo lo hago... -
-No puedo negar que se ve adorable mientras llora...-
-¿Adorable?... pensándolo bien... si, tiene una cara linda a pesar de ser una basura-
-¿¡Vez!? Es por eso que quiero verlo gemir bajo mío, con esa carita y... –la diabla lo miro con cara de enojo no quería saber detalles de lo que le haría al diablo del mundo de las flamas, Sin solo miraba a los dos diablos conversar, de repente la diabla le miraba y le sonreía solo a ella, eso le hacía sonrojar.
-¿Y para que viniste hasta mi mundo para hablar de ese tema?... no es como que me agrade saber que quieres violar a Ivlis...- el más alto se puso serio y miró directamente a la peliblanca- Quiero ser el primero quien tome a ese cabeza hueca... quiero que sea solo mío... así que no te metas con él en esos términos...- dijo directo y mirando desafiante a la diabla, ésta solo chasqueo la lengua y miró enfadada a otro lugar –no me interesa ese tonto, y si algún día me llega a interesar para violarlo... lo haré y ya... no me importa si lo quieres para ti o no... es mi mascota y haré lo que quiera con él... - Sin miraba a su esposa algo confundida, era cierto que ella la dejaba divertirse y ser libre, pero igual era extraño que hablara de esas cosas delante de ella –Solo te advierto que no te metas con él antes que yo... -
-Entonces hazlo rápido idiota-
-... Lo sé... lo sé... no tienes para que decírmelo... solo déjame torturar un poco más su mente antes de hacerlo...-
-Por mí eso está bien- dijo la diabla mientras cruzaba su pierna por sobre la otra y terminaba su taza de té – ¿vas a tomar más o te largaras luego?- Satanick sonrió y miro a Sin alegremente –¿Oye, Reficul... y tu esposa está disponible? Es muy linda... - la diabla se puso de pie enseguida sacando sus brazos de sombra para atacar al más alto, pero este esquivo fácilmente el ataque –no seas mala, solo era una pregunta –
-No me pareció de buen gusto tu pregunta, imbécil... - Sin se coloró de inmediato y se acercó a su esposa para abrazarla y dirigirse al diablo quien las miraba- lo siento, pero no me gusta serle infiel a Reficul... si bien la dejo que ella lo sea, no significa que me guste hacerlo a mí, así que Satanick, si me lo vuelves a insinuar tendré que pedirle a mi linda esposa que te mate...-
Las semanas pasaron y los ataques de los diablos se hicieron frecuentes, parecían que no querían dejar en paz al pobre diablo de las llamas, ya casi no podía recuperarse de sus lesiones, Satanick estaba bastante agresivo, no dudaba en aplastarlo contra la pared, contra el suelo, pisarlo, patearlo, torturarlo de distintas maneras posibles, Ivlis ya no daba más, era cosa que veía esos ojos morados y se ponía a llorar casi de inmediato, ese día en particular el de los cachos enroscados llegó al castillo y fue directo a la habitación de Ivlis quien se veía bastante mal, Rieta estaba a su lado, Satanick entró y sonrió al ver al más pequeño en cama, todo herido, y llorando por volver a verlo – hola~~~- dijo contento de la vida –¿me extrañaste? – Rieta ya no intentaba proteger a su señor y no es porque no le faltaran ganas, sino que sabía que no podía contra el otro diablo y le resignaba la idea de no poder hacer nada –hoy jugaremos los dos... pero no aquí...- dijo el más alto sonriéndole muy cerca al otro, tomándole el mentón, para luego pasarle la lengua por sobre los labios al otro, a Rieta casi le da un colapso al ver esa acción de Satanick, quería matarlo, realmente quería y necesitaba matarlo –¿qué?... ¿no te gustó pequeño Ivlis?... – miró de reojo para ver el enfado de la mujer y esta vez sonrió mas, miró nuevamente al de ojos ámbar quien temblaba y lloraba- no llores, no te haré daño esta vez- dijo calmado acercándose más para besarlo a la fuerza, el de cachos rojos se resistía y trataba de zafarse del otro, sin embargo aún no recuperaba la totalidad del poder que Kcalb le había quitado hace más de un año, así que no fue mucho lo que pudo defenderse y terminó invadido completamente por la lengua del mas corpulento.
-Mmm~~... si pusieras de tu parte sabrían mejor ¿sabías?, ¿quieres disfrutar o eres tan masoquista que prefieres que te venga a dar una golpiza? Idiota... -
Ivlis no sabía que hacer... estaba entre la espada y la pared, estaba muy cansado, muy herido, Satanick lo había torturado de una manera increíble en ese tiempo, ya no podía más, pero tampoco quería cederle su cuerpo al más grande, sin embargo si lo hacia quizás dejaría de sufrir, quizás si le entregaba su cuerpo de "esa" manera a Satanick este se aburriría de golpearlo, o de herirlo ya que se entretendría de otra forma... si bien nunca lo había hecho con un hombre tal vez pueda que no sea tan malo, es decir nada podía ser más malo que la tortura que le propinaba seguido ese maldito diablo, el de bufanda suspiro y desvió la mirada, aún seguía temblando, le tenía terror al otro diablo
-¿Y qué dices?... ¿prefieres ir conmigo o que te torture aquí delante de tus súbditos?-
Ivlis tragó saliva y miró a Rieta quien lo miraba preocupado, luego miró a Satanick –¿por qué disfrutas tanto torturándome?-
-Es obvio... es divertido jugar contigo-dijo sin más causando que el pelo del otro se colorara, este sonrió y colocó su típica cara de imbécil – te ves tan lindo enojado~~ me dan ganas de metértelo ahora mismo- Ivlis ya tenía el pelo rojísimo estaba muy enojado, su orgullo estaba dañado, pero no quería seguir recibiendo torturas incesantes días tras días, él quería tranquilidad y teniendo a ese diablo en celo no podía, simplemente no podía, suspiró iba a decir que no iría con él en ese momento, algo de orgullo le quedaba y podía soportar un poco más de torturas, después de todo no era débil, fue cuando el diablo notó la postura del otro y se le acercó al oído- si no eres tu... podría tomar a esa hermosa mujer a la fuerza, y si sigues rechazándome iré tras tu otro súbdito, y luego el siguiente, y el siguiente hasta que cedas... no importa quién sea lo hare... - Ivlis en ese momento si vio que no tenía salida, si bien podía dejar que a los demás le pasara lo que le pasara, después de todo era el diablo, no es como que le interese si los demás sufren o no, pero él no era de esos tipos, él realmente sabía lo que era estar solo, él sabía lo que era confiar ciegamente en su superior y que este lo traicionara, y como lo sabía se prometió a sí mismo no hacerlo, jamás se rebajaría a seguir los pasos de Siralos.
-Está bien iré contigo...- el más alto sonrió y se le coloraron las mejillas – si~~ al fin lo conseguí~~- dijo celebrando mientras lo abrazaba –solo dije que iría contigo... no estoy diciendo otra cosa...-
-Eso no importa... ya vas a ver que cogeremos de todas formas – dijo Satanick sin inmutarse, mirando de reojo la cara de furia de Rieta en ese entonces, sin pensarlo más se puso de pie - toma tus cosas que te iras un tiempo a vivir conmigo- dijo el diablo más alto sonriendo, Ivlis no lo podía creer, él no se iría a vivir con el otro... esperen, ya había accedido a seguirlo –p...pero no puedo irme por mucho tiempo-
-Vendras conmigo – mostró una cara intimidante que Ivlis no pudo siquiera mirar por mucho tiempo, bajó la mirada y buscó sus cosas en el closet, las echó en una maleta, luego fue donde Rieta y le dijo que quedaba a cargo mientras no estaba, que no le dijera a nadie donde estaba y que si Poemi preguntaba por él, que le dijera que no quería ver a nadie y que se fue a los volcanes, dicho esto Satanick lo tomo en un abrazo, y desaparecieron.
-Eres un maldito... no necesitas llegar a esos extremos ¿sabes?- dijo enojado el diablo de las llamas una vez que llegaron al mundo del otro –¿no tienes a otro más con quien hacerlo?... ¿que tengo de especial yo que necesitas hacerlo conmigo?... y... y – agacho la cabeza desviando la mirada – no ves que estoy herido... al menos déjame descansar–
-Jajaja ¿te han dicho que eres muy lindo cuando te enojas?-
-¡No desvíes el tema!-
-Además... eres un diablo, ¿no sabes recuperarte pronto? ¿Eres idiota?-
-Claro que sé hacerlo... pero no puedo si están todos los días maltratándome... también tengo mis limites ¿sabes?...-
-Bueno, bueno... es que es divertido tratarte mal... pero hare una excepción solo por ti, ves puedo ser bueno, dejare que descanses en mi cama una semana, después de eso tendremos nuestra noche de pasión- Ivlis comenzó a sudar frio y tragó saliva –¿no sería mejor que descansara en mi habitación?... –
-Claro que no... aquí seré capaz de verte todo el día, es más seré tu enfermero, será entretenido-
-...-
-Oye... no coloques esa cara... me excitas-
-¡No digas esas cosas!-
-Pero es verdad –
-...- Ivlis suspiró y desvió la mirada – he estado pensando... - lo miró nuevamente pero fue interrumpido –¿¡pensando!? Wooo, esto es un nuevo logro para ti... creo que debería llamar a Reficul e informarle que estas avanzando – le hizo un poco de cariño en la cabeza mientras el otro se desesperaba - ... ¡siempre he pensado! ¡Idiota!... –
-...- Sonrió
-Quería saber algo... ¿si... si te dejo hacerlo conmigo... tu... dejaras de torturarme?...-
-¿Así que eso piensas? –
-... No es que quiera-
-Vamos, yo sé que también estas ansioso... pero ¿sabes?... puede que tengas razón... -
-... ¡No estoy ansioso!... pero... si es así... yo... -tragó saliva y agachó la cabeza colorándose entero – si tu... no me torturas no tendría problema en... hacer eso que quieres...-no podía estar más rojo y sentirse más indefenso que nunca, su orgullo ya no existía, sin embargo prefería mil veces pasar la noche con Satanick que éste lo moliera a golpes, Satanick por su parte sonreía malévolamente, al fin había logrado que el otro accediera, al fin podría tomarlo y además tenía su consentimiento.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro