Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Parte 2

Comentario:  La imagen de arriba le pertenece a moonplata ______________________________________________________________________

Ivlis tenía miedo, no sabía que podría pasar si no escapaba pronto de esa situación, pero era tan difícil, aunque luchara Satanick le ganaría, era mucho más fuerte que él, quizás podría hacerle un poco de daño, sin embargo eso no lo dejaría libre, el diablo de ojos morados acorraló contra la pared al más bajo, quitándole su preciada bufanda para que no pudiese salir volando, éste miró al suelo como caía y rápidamente abrió los ojos para mirar a su torturador quien estaba decidido a tomar posesión de su cuerpo, por la presión comenzó a llorar, desviando la cara para otro lugar, apretó la mandíbula.

-No llores, la pasaremos bien- dijo mientras le tomaba del mentón para acercarse lentamente, el diablo más bajo intentó desesperadamente salir del lugar, aunque rápidamente fue acorralado por los brazos de sombra del más alto –Vamos, no te escapes de mí, no soy tan desagradable- dijo con un tono juguetón para pronto seguir con lo que estaba haciendo logrando besar al diablo de las llamas quien lloraba espantado, en lo que terminó el beso y Satanick miraba con lujuria al otro quien gritaba desesperado apareció Reficul quien venía a pasear a Ivlis –¿llegué en mal momento?- dijo acercándose lentamente a la pared donde Satanick estaba acorralando al otro sin asimilar bien la situación en la que estaban.

-¡Reficul!- era primera vez que Ivlis estaba tan alegre de verla, no podía creer que después de todo esos paseos que odia tanto hacer lo salvaran de una situación tan horrible como la que le esperaba si no los tuviera – quiero pasear contigo hoy... iré a cualquier parte que quieras!!- dijo desesperado y aun llorando, lo que la diabla no pudo dejar de notar, se acercó totalmente donde estaban y alejo a Satanick rápidamente de su mascota para luego colocarle el collar –Satanick... hiciste llorar a mi mascota, eso no está bien, no quiero que esté con cara de pena mientras lo paseo, al menos deberías esperar a que haya terminado de hacerlo, si quieres jugar con él hazlo otro día, necesita salir a caminar o se estresará – tiró de la cuerda – vamos Ivlis - Satanick quedó mirando la situación y reflexionó un tiempo, ¿tan terrible era el hacerlo con él?, pero si estaba limpio, no tenía mal aliento, tampoco se encontraba que fuese feo como para que alguien repudiara de esa manera el hacerlo con él, seguramente Ivlis estaba actuando de esa manera porque estaba yendo muy rápido y como es virgen lo más probable es que estuviese nervioso.

Caminó por el castillo para ver si lograba encontrar a la linda niña del otro día - se supone que en algún lugar debe estar, ¿si yo fuese una linda y adorable loli, donde estaría? Se dijo, luego caminaba por una plaza aledaña al castillo pensando que posiblemente la niña estaría jugando ahí, sin embargo no la encontró en ese lugar, suspiró y siguió buscando, por curiosidad comenzó a recorrer el reino, miraba a su alrededor, todo era tan negro y rojo, montañas incendiándose, ríos de lava, todos los animales estaban en llamas, ¿Qué clase de mundo es este?, aunque no podía dejar de pensar que la gente de ese lugar era adorable, de repente llegó a la cárcel, ¿Qué tipo de prisioneros tendrían?, a lo lejos pudo notar a una mujer muy bella que tenía una gran coleta a un lado de su cabeza y enormes garras, le pareció muy linda, pero más fue su felicidad cuando notó a su lado a la pequeña loli que andaba buscando... ¿esperen, que se supone que hace una adorable loli en una cárcel? , se acercó para escuchar de qué hablaban

-¡Rieta!... ¡Rieta!... -

-¿Que sucede Poemi?-

-¿Estoy haciéndolo bien?-

-Déjame ver – la mayor se acercó a ver qué estaba haciendo la más baja y pronto sonrió – deberías hacerlo con más fuerza, observa, de esta manera - se escuchó como si algo se quebrara y pronto a eso un grito escalofriante, Satanick quedó aturdido por la situación, ¿!que le estaban enseñando a esa pequeña niña!?

-Oh, ya veo, creo que aún no soy tan fuerte para hacer eso, pero me gushta, aunque podría quebrarle las piernas si le tiro una piedra encima... me pregunto si le saldrá mucha sangre shi hago eso...- el tono infantil y sádico de la niña era una mezcla muy rara para los oídos de Satanick, ¿Dónde estaba la adorable e inocente Poemi-chan que había conocido el otro día?, se acercó a mirar más de cerca, y se podía notar claramente como estaban torturando a los prisioneros para que dieran información de algún asunto, por la felicidad que vio en la cara de la niña, se podría decir que nadie le había dicho que eso no era adorable.... Suspiró resignado, ya no le interesaba Poemi-chan, él quería una loli que actuara como una loli de verdad, desapareció y apareció en su mundo nuevamente, se sentó melancólico en su cama recordando cuando conoció a su esposa Lil, habían pasado tantos años desde ese entonces, ella era tan linda, tan pequeña cuando la conoció, se acuerda que en ese entonces ella le llegaba al ombligo en tamaño, que días aquellos, su único error fue haberle enseñado demasiadas cosas y que la pequeña Lil se transformara en una mujer ninfómana... ahora no tenía idea donde estaba y con quien andaría... se sentía algo solo, y más porque a pesar de lo pervertido que siempre se veía, el realmente era un diablo romántico, aunque claro, tenía un romance extraño, pero al fin y al cabo si lo era, que no lo supieran comprender no era culpa suya, por otro lado, ni su hijo le servía de compañía, y no era entretenido molestarlo, no tanto como molestar a Ivlis, realmente le gustaba la cara que colocaba ese diablo al fastidiarlo, siendo siempre tan serio hacerlo llorar era genial, a veces pensaba que Ivlis era muy llorón, o tal vez el causaba mucho miedo. Se quedó un buen tiempo pensando en esas situaciones, poco después se le vino a la mente lo que había hecho hace unas horas, el nerviosismo del diablo de las llamas, ¿y si iba más lento? Después de todo quería pasar un rato agradable con él y si está nervioso no podrá escucharlo gemir como le gustaría hacerlo, tampoco quiere que lloré mientras lo hacen así que sería bueno ir de apoco con él, está bien, será más cortés.

Al otro día Ivlis dormía en su cama, aún era de madrugada, no tenía nada planeado para esa semana así que serían días aburridos en el mundo de las flamas, quizás seria entretenido ir a comprar una nueva bufanda, se acercaba el invierno y tener un cambio no le haría mal, el diablo de los ojos morados apareció en su pieza cuando eran las seis de la mañana, quería verlo dormir, y quizás si Ivlis despertaba a su lado, cuando lo hicieran seria menos extraño para él asimilarlo, así que se desvistió quedando solo en ropa interior y entró a la cama del otro diablo esperando que éste despierte pronto, aunque aún era muy temprano para que despertara, se acurrucó en la almohada que sobraba en la cama del otro demonio mirándole el rostro, le incomodaba verlo tan calmado, aunque nunca lo había apreciado de esa forma, generalmente Ivlis estaba muy serio, nervioso o llorando, en todo el tiempo que lo conocía nunca lo había visto reír o tan calmado como esta vez, finalmente se quedó dormido a su lado.

-¡GYAAAAAAAAAAAAAA!- despertó de un grito al ver la espantosa cara de Satanick frente a la suya en su misma cama y semi desnudo, el más bajo salió corriendo del colchón, tocándose y mirándose el cuerpo constatado que no haya pasado nada con el otro diablo – ¿!que rayos hace ese maldito en mi cama!?... - se sentó en un rincón de la habitación abrazándose a si mismo mientras Satanick despertaba de mal humor por el grito casi en su oreja – No vuelvas a gritar de esa manera cuando intento dormir...-

-¿¡Que haces en mi cama!? – el más alto despertó totalmente y sonrió como acostumbraba hacerlo dando una respuesta fácil – me estoy acostumbrando al ambiente- dijo mientras el otro se traumaba con sus palabras, era difícil quitarle una idea que se le haya metido en la cabeza al otro diablo, se puso de pie temerosamente, tomó la primera ropa que encontró en su armario y salió corriendo del lugar, Satanick por su parte sonreía al ver nervioso al más pequeño – ejeje es adorable, ¿y si nos bañamos juntos?, quizás también se acostumbre de apoco a eso también...

Ivlis sentía que el corazón le iba a estallar, ¿que se supone que haría?, corrió lo suficiente por el castillo, no quería molestar a Poemi porque la pequeña solía hacer demasiadas pregunta, Rieta dormía en su lámpara que lamentablemente se olvidó sacarla de su habitación, el único lugar donde podría ir es el cuarto de Adauchi que está abandonado hace muchos años, sin embargo el resentimiento que tenía hacia él por haberlo abandonado lo hizo olvidar esa posibilidad, ¿ahora donde podría ir?, ¿el cuarto de Rieta?, no, a pesar de que ella ya no duerma ahí, seguía siendo su cuarto así que no podía irrumpir en el cuarto de una mujer soltera, ¿qué haría ahora?... ¿!que puede hacer!?, ah, era cierto, ¡Emalf!, corrió hasta la habitación del demonio, abrió la puerta y la cerro nervioso, Emalf venia saliendo de la ducha y al ver al señor Ivlis en su habitación se asustó, él no había hecho nada malo.

-¿Se...Señor Ivlis?... ¿Que... Que sucede?... –

-Vete de aquí ahora, tomaré tu baño para bañarme–

-¿!Que!?... ¿pero y el suyo...?-

-No importa que sucedió con el mío, ahora préstame una toalla, necesito ocupar tu ducha-Emalf lo miró desganado y sacó una toalla limpia del closet- está bien pero tiene un problema con las manillas están al revés... -

-¡Eso no importa, solo déjame solo!–

-Pero todavía no me coloco mi ropa...-

-¡Solo tómala y vete a algún lugar a colocártela!- Emalf se enojó, tomo su ropa y salió con ella al pasillo, estaba fastidiado, a veces les gustaría ser más fuerte para desafiar a Ivlis, caminó por el pasillo con la toalla en la cintura y la toalla en la cabeza, cuando había avanzado ya un buen tramo buscando algún lugar donde vestirse recordó que sus lentes se quedaron en la pieza y maldecía al señor Ivlis en ese momento – maldito diablo... solo porque es fuerte no tiene derecho a echarme de mi pieza en estas condiciones... ¿pero que sería lo que lo asustó tanto?- en lo que dobló en el pasillo notó al diablo de ojos morados que había visto el otro día, al parecer buscaba a alguien, Emalf quedó petrificado, estaba en una mala posición para que ese diablo lo viera, pero para su desgracia Satanick lo vio y se le acerco rápidamente – yahooo~~~ -saludó colocando una cara maquiavélica – el otro día no me respondiste si querías salir conmigo, pero hoy te me ofreces así, pero que coqueto, ¿cómo dijiste que te llamabas? – el demonio más pequeño, se espantó por la pregunta del otro comenzando a llorar instantáneamente, ahora entendía porque el señor Ivlis llegó tan nervioso a su habitación y le encontraba toda la razón -¡GYAAAAA!- gritó y salió corriendo lo más rápido que pudo dejando al diablo más grande con cara de duda.

El demonio corría y corría por los pasillos, le tenía terror a ese diablo, mucho más terror que el que sentía por Ivlis, sin saber cómo, llegó a la habitación de Poemi y cerró con llave, esta se despertó – ¿qué shuchede ?... ¿Emalf?... ¿qué haces así en mi habitachión? ¡Le diré a mi papi!...-

-¡NO! Por favor Poemi... no le digas al señor Ivlis... había un monstruo en el pasillo y entré aquí para salvarme...-

-Está bien, no le diré, pero... pero me dejaras usarte para practicar lo que me enseñó Rieta ayer...-

- ¿Y...y que es exactamente lo que te enseño Rieta...?-

-A quebrarle las piernas a los prisioneros de una manera muy dolorosa... pero creo que no me sale tan bien como a ella... necesito practicar...- Emalf tragó saliva, no quería que le quebraran las piernas- jejeje, creo que mejor me voy de aquí a otra part....- en eso recordó que Satanick posiblemente lo ande buscando, y analizando la situación prefería que le quebraran la pierna...- ¿y... y si en vez de practicar conmigo, practicas con algún otro rehén?-

-Bueno podría ser, pero.... Ayer practique con todos los de la cárcel...- Emalf tragó saliva y quedó pensando- ¿y si vamos a otros mundos?... ahí deben haber otros prisioneros a los cuales torturar- Poemi lo quedó mirando y sonrió – está bien, pero ahora vístete... si quieres te puedo pasar uno de mis vestidos-

-Tranquila, tengo mi ropa justo aquí...- por todo el alboroto no se había percatado que había dejado su ropa en el pasillo, que por el susto la había soltado, ¿qué podía hacer?, no podía volver semi desnudo al pasillo, ni menos mandar a Poemi a buscar su ropa, colocó una cara de tristeza, no quería usar vestido, pero tampoco quería ser violado por ese diablo, así que sin más aceptó la oferta de la niña- no le digas esto a nadie...-

-Está bien... pero a penas te vistas vamos a buscar a Rieta a la pieza de papi para que nos lleve a otro mundo- Emalf asintió, sin más.

Por otra parte Ivlis ya había terminado de bañarse y vestirse, se asomó al pasillo y no se veía nadie, por lo que salió, dudaba que Satanick anduviese todavía por su castillo, así que se dirigió al comedor para tomar desayuno, lo primero que encontró en la mesa comiendo fue a Satanick – Hola lindo~~- Ivlis abrió unos ojos enormes por el recibimiento del otro, y se sentó tímidamente en su silla para luego mirarlo nervioso- ¿Qu...Que haces en mi mundo desde tan temprano?-

-Que malo, vine a verte... ¿a qué más?... quería amanecer contigo hoy... ¿no crees que fue agradable?-

-¡ESO NO TIENE NADA DE AGRADABLE!... deja de hacerlo ¿quieres?...-

-¿No te gusta amanecer conmigo?-

-¡NO! No me gusta, estaba bastante a gusto amaneciendo solo...-

-Que malo, y yo que quería que te acostumbraras a mi presencia en tu cama... -

-...- El diablo de ese mundo comenzó a traspirar mientras comía su desayuno y Satanick se comía el de alguien más –

Por otro lado, Emalf caminaba por el pasillo pendiente que nadie fuese caminando por el lugar, era tan incómodo que lo viesen usando un vestido de niña pequeña, y más porque le quedaba pequeño después de todo él era 21 centímetros más alto que la niña, por suerte encontró su ropa en el pasillo, miró para todas partes y no encontró rastro del diablo que vio hace un momento, por ende recogió sus prendas, la hija del diablo se veía contenta caminando con Emalf con vestido, encontraba que se veía lindo y eso le hacía reírse, llegaron a la habitación del diablo de su mundo, estaba desordenada, eso era algo extraño, generalmente Ivlis era muy cuidadoso con el orden del lugar, pero bueno, ese no era el motivo por el cual llegaron a la habitación, Poemi tomó la lámpara de Rieta y salieron del lugar- ¿vamos a desayunar primero y luego nos vamos a otro mundo?- preguntó la pequeña sin escuchar respuesta, miró el lugar y el más alto se había ido, se puso triste y pensó que éste la había abandonado, entonces le diría a su papi que Emalf había llegado desnudo a su habitación –Emalf malo...- caminó por el pasillo hasta el comedor, en lo que el demonio salió del baño con su ropa normal, se sentía tan bien no usar ropa de niña, y hablando de niña... ¿dónde estaba Poemi?, miró hacia todas partes y no la encontró, ay no, eso era malo, estaba seguro que la niña pensó que la había abandonado y por eso le contara a Ivlis que llegó desnudo a su pieza, tan solo pensar en lo que el diablo le podía hacer si se enteraba le dio nervios y salió corriendo lo más rápido a buscar a la niña – ¡papi!... ¡papi! –Corría la pequeña mientras entraba en el comedor pero se quedó callada cuando vio a Satanick sentado a la mesa junto a su diablo – ¿qué hace él aquí?-

-Hola pequeña Poemi-chan- saludó el diablo más grande y la niña lo miró con desgano –no quiero shaludarte...- dijo mientras frotaba la lámpara y Rieta salía de esta, Satanick miraba los gestos infantiles de la niña y se le coloraban las mejillas, Ivlis observaba la situación con enfado, incluso su pelo comenzó a tornarse rojizo, el más alto se dio cuenta de esto y coqueto le preguntó –¿estas celoso?-

-¡JAMAS ESTARÍA CELOSO DE TI!-

Rieta y Poemi los miraron, donde la mayor de las dos se acercó y le hizo una reverencia a Ivlis – buenos días señor Ivlis, espero haya tenido una buena noche- Ivlis la miró con cara de odio al recordar su despertar, por lo que Rieta se alejó un poco, no quería incomodar a su diablo y miró a Poemi quien se acercó ahora a Ivlis -papi... sabes... Emalf-

-¿¡Que hizo Emalf ahora!?- dijo el diablo de pelo rojizo ya enojado totalmente, Satanick por su parte estaba divertido –¡yo... yo me vestí de mujer!- dijo Emalf llegando al comedor cansado de correr, prefería decirle eso a Ivlis que decirle que estuvo casi desnudo al frente de su pequeña hija –¡Emalf!- la niña lo miró y notó que estaba vestido con sus ropas normales-pensé que te habías ido...-

-Claro que no... y ¡GYAAA!- se dio cuenta que Satanick estaba sentado en a la mesa –lo siento...- puso una mano en su boca y se ubicó al lado de Rieta, para ver que su diablo y Poemi tomasen desayuno sin problemas, aunque no podía dejar de tiritar porque el diablo de ojos morados le saludaba.

El diablo más alto estaba muriendo de risa al ver la situación que había en el lugar, Ivlis estaba muy enojado, se veía muy lindo enojado, le daba ganas de molestarlo aún más, y ver comer a Poemi-chan le parecía adorable, la cara del subordinado de Ivlis era muy divertida, se notaba que tenía miedo y estaba incomodo, sus ojos eran muy expresivos, y bueno, la otra subordinada de Ivlis no era para nada divertida, sin embargo era muy linda, aunque no le despegaba los ojos de encima a Ivlis y eso le molestaba.

-¿Y cuando te vas a ir?...-

-¿Me estas echando, basura?...- el aludido solo lo miró y desvió la mirada, no puede negar que le da un poco de miedo echar al más alto –Pero ¿sabes?, si me iré, también debo hacer asuntos en mi casa, nos vemos –se acercó a su oreja y la lamió lentamente para después irse, el diablo quedó rojísimo y enojado, Poemi, Emalf y Rieta salieron lo más rápido posible del comedor donde Ivlis comenzó a lanzar fuego por la boca de tan enojado que estaba.

Ese mismo día en la noche, el diablo de las llamas se fue a dormir, había sido una mañana estresante y un día ajetreado y más cuando tuvo que ir a rescatar a su pequeña hija que andaba en otro mundo junto con el inservible de Emalf, en fin, entró a su pieza, se colocó el pijama, luego entró al baño de su habitación para lavar sus dientes y cuando salió de éste se encontró una sorpresa de lo más desagradable encima de su cama.

-¿Hola cabeza hueca?... dijiste que no querías amanecer conmigo, pero no mencionaste el dormir...- el demonio estaba sonriendo pervertidamente sobre la cama totalmente desnudo, acomodado de lado, apoyado en un brazo, mientras con el otro palpaba la cama invitando al más pequeño a acostarse a su lado – ... ¡GYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!- Ivlis gritó más que desesperado, lanzó una llama a la puerta de su pieza la cual la destruyo por completo y salió corriendo lo más rápido posible de ese lugar ya que Satanick solía capturarlo con sus brazos de sombra por ende entre más rápido pueda huir era más probable el poder escapar, entró a la habitación de Emalf y se acostó en su cama tapándose hasta las orejas.

-¿Que hice mal ahora?... creo que los intentos por no ponerlo nervioso no están siendo efectivos- quedó pensativo sobre la cama del otro cuando apareció Reficul, quien venía a molestar los sueños del diablo de las llamas, sin embargo al aparecer y ver a Satanick desnudo sobre la cama se le acabaron todas las energías ese día – iug... creo que... vomitaré...-

-¡Oye! ¡No soy desagradable!- la diabla desapareció del lugar casi al instante –¿por qué todos son tan malos conmigo?, no tengo mal aspecto... al contrario... -

Por otro lado en la habitación de Emalf, Ivlis no paraba de tiritar del trauma, el dueño de la pieza llegó y notó el bulto en su cama y supuso que era el señor Ivlis – señor Ivlis... ¿que pasó esta vez?... ¿tanto miedo le tiene a ese diablo?-

-¡No le temo a ese diablo! Es... es solo una enorme araña en llamas que está en mi pieza... -

-¿Seguro que es una araña en llamas?- el cabello del mayor se coloro, entonces Emalf supo que esa noche no podría dormir en su habitación.

Satanick comenzó a pensar que era mala idea lo que estaba haciendo, solo lo estaba espantando cada vez más, aunque no podía negar que era demasiado divertido, la próxima vez ya no tendría escusas para huir, lo llevaría a su mundo donde no sabrá cómo ni donde escapar.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro