Parte 11
A la mañana siguiente Satanick fue el primero en despertar, se sentía muy bien, el murciélago anoche se había portado muy bien y vaya que lo había hecho, se sentía satisfecho y recompuesto, aunque dudaba que Ivlis se sintiera de la misma manera, anoche se había excedido y seguramente el otro diablo le reclamaría que le dolía demasiado el trasero, bueno, pero eso eran solo detalles que se podían solucionar, ahora debía aprovechar que el más bajo dormía, sonrió pervertido y maldadoso acercándose aún más al otro atrayendo su cintura hacia la suya en un abrazo, ¿lo que había pasado había sido un tipo de reconciliación? Seguramente no, después de todo esto solo era un juego, no es como que la pelea le haya afectado verdaderamente ¿cierto?... el de cachos encorvados desvió un poco la mirada tratando de distraer sus pensamientos, además se sentía agradable despertar con Ivlis, aún seguía agradeciendo lo calentito que era, aunque en verano seguramente eso sería un problema, miró al otro dormir y le dio un pequeño beso en la frente, para luego reir divertido y morderle la cabeza en repetidas ocasiones -¡AAAGH! –gritó molesto el diablo de cachos rojos despertando agitado y adolorido por las mordidas, si bien no habían sido fuerte, Satanick tenía los dientes filosos y eso dolía, miró con enfado al de ojos morados, luego miró para todas partes como si intentara recordar lo que hacía en ese lugar, tras unas cuantas miradas se acordó lo que había sido de su noche, esos toques de Satanick, como gemía en su oreja, de esas caricias en su espalda, de esos movimientos que lo hicieron gritar, de aquellos susurros, de esas envestidas que lo pusieron en la gloria, se puso aún más rojo y escondió su cara entre sus manos –¿como pudiste hacerme eso anoche? –dijo en un tono de voz nerviosa, Satanick se rio un poco y le lamio la oreja logrando que el más pequeño se estremeciera – no hice nada de lo que no quisieras ¿o me equivoco cabeza hueca? - recorría la espalda de Ivlis con su mano izquierda mientras sonreía lascivo –anoche fue muy duro ¿crees poder levantarte o prefieres que pasemos todo el día acostados los dos haciéndonos cariñito? –sonrió aún más, el de cachos rojos salió de su escondite de manos e intentó zafarse de inmediato de los brazos de Satanick, sin embargo este lo oprimía -vamos... te dolerá si te mueves tanto, y yo realmente quiero disfrutar este día contigo, además debo aprovechar que estas más abierto allá abajo ya que ayer fueron dos veces... -sonrió nuevamente mirando al otro quien quería dejar de escuchar sus palabras –cuéntame cucaracha ¿qué se siente ser penetrado dos veces al día? ¿Te gustó? ¿Te gustaría repetirlo? –
-¡AGHH! ¡Ya deja de fastidiar con el tema! –Alejó al de ojos morados de él moviéndose hacia un rincón de la cama –ah... por cierto... ¿qué hora es? – El más alto quedó haciendo pucheros mientras veía como el de cuernos rojos se alejaba, luego miró el reloj que estaba en su velador –son las once de la mañana... ¿porque? ¿Qué tanto tienes que hacer en tu inservible mundo? ¿O tienes que encontrarte con alguien? Eso no me gustaría sabes – el diablo más pequeño se alteró por la hora, no le había avisado a nadie que no estaría en el mundo por lo que se apuró por levantarse, en cuanto se puso de pie sus piernas le fallaron y cayó al suelo, hace bastante que no le pasaba esto, le dolía mucho la cadera, Satanick era realmente un imbécil, lo vio con una mirada de desprecio – imbécil ¡mira como me dejaste otra vez! –
-Jajaja, lo dices como si anoche no lo hubieses disfrutado, si tan solo pudieses verte la cara de puta que tenías, gemías de una manera increíble, espera si puedo hacer que lo veas –se acercó a Ivlis y le tomó de la cabeza mostrándole parte de sus recuerdos, éste era capaz de ver su cuerpo retorciéndose en los brazos de Satanick, su cara estaba roja, tragaba saliva sediento con esos labios hinchados por los besos y mordidas del diablo de cachos encorvados, veía como se mecía ante las estocadas fuertes y gritaba aferrándose en a los brazos del que lo penetraba, sentía una risa y una serie de palabras pervertidas que le decían, pronto se vio justo en el momento en que pedía que aumentara la velocidad, su pelo estaba pegado a su cara por el sudor y el calor de la habitación, una mano pasó por su frente despejándola, sus ojos se veían lagrimosos, su cara muy sumisa y cansada, su cuerpo se veía frágil al lado del dueño de casa, Ivlis volvió en si después que Satanick separó sus manos de su cabeza, lo quedó mirando con los ojos muy abiertos encendido en vergüenza y sin poder moverse del suelo donde estaba sentado, sus ojos se pusieron brillosos como si fuese a llorar –¿e...en serio me veo así?... – Satanick solo se relamió los labios y asintió con una cara libidinosa –¿cómo no voy a querer cogerte si me colocas todas esas caras tan lindas? y esa voz tan sensual pidiendo más y ... tu cuerpo es increíble... me encantas, vamos a hacerlo de nuevo... - dijo sonriendo mientras babeaba y tomaba del brazo al que estaba sentado en el suelo –¿¡QUE!? Oye... espera ¡no! –
-No digas tonterías y hagámoslo rápido –
-¡NO!... ¡en serio no puedo! ¡Me duele mucho la cadera! ¡Deja de ser tan degenerado! ¡Maldito pervertido! –
-Vamos, ni Lil se quejaba tanto y era mucho más pequeña que tú, ¿te imaginas lo que le hacia mi pe...?-
-¡CALLATE! ¡NO QUIERO SABER! – dicho esto Ivlis desapareció y apareció en su pieza, se acostó en su cama, escapó dejando todas sus pertenencias en el cuarto de Satanick aunque valía la pena si salvaba su cadera de ese maldito pervertido, en lo que se acomodó para seguir descansando notó que tenía puesta una camisa, estiró los brazos para verla mejor ¿desde cuándo el usaba camisa? Pensando un instante en lo larga que le quedaba se tornó rojo ¿en que momento se había puesto la camisa de Satanick para dormir? Qué vergüenza, comenzó a sacarla cuando alguien tocó a su puerta.
-Papi ¿estás cansado? No has bajado a desayunar ni a saludar... ¿quieres que te traiga el desayuno para acá? –
-E...Estoy bien Poemi... quería dormir un poco más... me bañaré y luego tomaré desayuno –
-Está bien papi- la niña lo dejó tranquilo, últimamente su padre había estado muy cansado y no sabía por qué, solo esperaba que no estuviese enfermo, fue donde Rieta a preguntarle si sabía algo, que porqué el señor Ivlis estaba tan cansado últimamente, la demonio mayor se sonrojo y enojó un poco, le respondió molesta -es culpa de ese maldito diablo de otro mundo, él es el culpable que el señor Ivlis esté así, se esfuerza en molestarlo-
-¿El novio de papi?- dijo inocente la pequeña dándose cuenta de inmediato de lo había dicho y se tapó la boca abriendo unos ojos más grandes de los que ya tenía, mirando a Rieta como si hubiese cometido la peor calumnia del mundo –¿qué sabes? – Preguntó de inmediato la demonio mayor bastante preocupada por si la niña empezaba a esparcir ese rumor, como era pequeña seguramente inventaba en su mente cosas que no eran – nada... solo fue una tontería...-
-Claro que son tonterías, el señor Ivlis jamás tendría un novio tan desagradable como ese tipo-
-... Cierto... papi se merece a alguien que lo quiera mucho mucho y que le dé mucho amor y... y que le traiga cosas lindas, como serenatas y cosas que le gusten, como chocolates, flamas y bufandas – dijo la menor logrando que la demonio se pusiera roja y bajara la guardia –¿en serio crees que al señor Ivlis le guste alguien así? –
-Bueno, no sé... no sé qué tipo de personas le guste a papi... nunca habla de eso... aunque- la menor se puso a pensar que si su papá estaba de novio falso con ese diablo feo y lo hacía para entretenerse como le había dicho, quería decir que se entretenía cuando lo trataban mal, entonces por conclusión le gustan las personas que lo traten mal – seguramente le gusten las personas que lo tratan mal... -
-¿Que?... ¿por qué dices eso? –
-... Solo lo creo... -dijo la niña sonriendo nerviosa, pero no me prestes atención... voy a pasear – Rieta quedó algo confundida ¿cómo era posible que el señor Ivlis gustara de personas agresivas? ¿Tendría que ser ella también así con él?... no, le era imposible tratar mal al señor Ivlis, después de todo ella había sido la única que había estado en las buenas y en las malas con él y sabía que algún día él iba a reconocer ese merito, o al menos esa era su esperanza, sonrió triste y siguió en su quehacer.
En otro mundo Satanick quedó con las ganas de tener un rapidin con Ivlis, se molestó un poco pero de todas maneras sabía que el idiota no iba a aceptar, anoche se había excedido así que era lógico que se rehusara, esperaría hasta mañana para volver a visitarlo, por ahora iría a molestar a su hijo que se encontraba en la otra habitación, quería contarle lo que había vivido anoche y enseñarle técnicas para cuando consumara su amor con su novia, Satanick realmente quería que lo hiciera luego, es decir, era un joven bastante apuesto, con una novia bastante linda, en la flor de la juventud y tenía un padre y una madre apoyándolo en todo sentido para que perdiese la virginidad pronto, pero no había caso y el no entendía porque... ¿a quien salió ese niño? no podía negar su paternidad porque Glasses era igual a él, se pasó una mano por la cabeza y luego se puso de pie, tenía que despejar su mente antes de molestar a su hijo y para eso un baño sería perfecto, miró el suelo, estaba lleno de las prendas de vestir de ambos diablos, sonrió y recogió la bufanda de Ivlis, no estaba en su típica forma de alas era una simple bufanda, le tomo el olor, era una fragancia muy rica, volvió a olerla y acercársela fuertemente a su nariz, la esencia del de ojos ámbar era muy embriagadora, le encantaba, suspiró tirando la bufanda a la cama y sonriendo con ironía – debo ser el ser más estúpido por hacer lo que acabo de hacer... - pronto se fue a bañar.
Al día siguiente el diablo de cachos rojos ya se encontraba en óptimas condiciones, ese día andaba bastante feliz, había recordado la caja de chocolates OCHO que Satanick había intentado derretir en su cuerpo antes de ayer y se comió el resto del chocolate que quedaba, además ese día saldría a pasear por su mundo, iba a comenzar su caminata cuando cierto diablo que no veía hace unas cuantas semanas apareció justo frente a él –hola tarado, vine a visitarte para pasear contigo y tener un momento agradable – el día del más alto se arruinó de inmediato ¿porque Reficul tenía que llegar justo hoy? Se decía, suspiró y desvió la mirada –¿A dónde quieres ir?- la más pequeña se disgustó y le dijo mientras le abrochaba el collar al cuello –¿por qué esa cara? ¿Te molesta salir conmigo acaso? El otro día te veías feliz ¿o es que prefieres que Satanick te saque a pasear? – el más alto se puso rojo como tomate – ah~ ¿qué estoy diciendo? Obviamente prefieres mil veces que Satanick te lleve a pasear a su cama ¿cierto? ¿Es eso lo que te gusta?- Ivlis estaba rojo a mas no poder, a pesar de todo Reficul tenía un poco de razón, desvió la mirada –no... no digas esas tonterías...- la peliblanca acaricio el rostro del más alto y lo atrajo de la cadena –hoy vamos a tener un paseo de los que te gustan, por cierto... ¿qué pasó con tu bufanda? - el otro diablo tragó saliva y casi lloró de vergüenza al responder entonces lo hizo en voz baja –se... quedó en casa de Satanick –
-JAJAJAJA – se rio la más pequeña mofándose de la situación del otro, en eso miró hacia el horizonte y vio los flameantes volcanes a lo lejos –quiero ir hacia allá, me han contado que viviste un tiempo entre los volcanes ¿verdad?... entonces vamos a pasear por tu antigua casa -
-¿Pretendes ir caminando hasta allá?... –
-No te quejes y camina perro, deberías estar feliz porque te saco a pasear – dicho esto emprendieron su caminata hasta el volcán, como era temprano no hubo necesidad de caminar muy rápido, sin embargo para los planes de Reficul necesitaba llegar no tan tarde al lugar por lo que prefirió aparecer rápidamente en la cima de los volcanes – llegamos –
-¿Eso no es hacer trampa? Si vamos a caminar entonces...- se quedó callado al ver la expresión en el rostro de la peliblanca y prefirió seguir caminando por el volcán que le traía recuerdos de cuando había llegado por primera vez a su inframundo, en eso siente que lo toman por la cintura y es elevado, Reficul lo tomó con dos de sus alas de sombra mientras volaba con las otras cuatro – ¿a dónde quieres llegar? – preguntó ingenuo el de pelo más oscuro mientras que la mujer solo volaba callada hasta la cima – listo, hemos llegado, tengo una duda hace bastante tiempo y quiero comprobar si es cierto y es el momento preciso para hacerlo, bueno, si no es cierto el rumor, creo que morirás –dicho esto lo tiró a la lava ardiente del volcán y como Ivlis no andaba con su bufanda simplemente cayó desde la altura a la caldera del volcán, el diablo de cuernos rojos solo esperaba caer en la lava y no en las rocas o dolería. La caída era larga, estaban a una gran altura, chocó contra una roca mientras iba cayendo, intentó sujetarse con sus garras pero no hubo caso solo pasó de largo, volvió a caer golpeándose con unas cuantas rocas más por el camino, en un momento quedó colgando del collar de perro que le había colocado Reficul por lo que se estaba ahorcando y tuvo que romperlo, todo el agetreo y movimiento cambio el rumbo de su caída por lo que en vez de caer directamente en el magma, cayó en la tierra para luego rodar y hundirse en la lava, donde descansó un momento, allí toda su ropa se quemó y se fastidio por el asunto, si anduviese con su ropa común que por mala suerte dejó en la casa de Satanick esto no habría pasado y no tendría que andarse paseando desnudo por el volcán, se enojó de sobre manera y nadó todo herido por el magma hasta llegar a la pared, más arriba había una cueva por lo que comenzó a escalar por el borde hasta entrar en ese lugar, le dolía todo el cuerpo por la caída, se sentía algo mareado también, pronto se sacó la lava del cuerpo quien se seca el agua cuando se baña y caminó por la cueva desnudo hasta encontrar un lugar adecuado para descansar y esconderse de Reficul, ¿qué sentido tenía que lo viese así? aunque claro, tratándose de esa diabla seguramente gozaría humillándolo de esa manera, a ella también la detestaba, aunque por alguna razón le gustaba que esos dos diablos que le hacían la vida imposible estuviesen pendiente de él, y de cierta forma igual podía contar con ellos aunque lo molestaran y no se sentía tan solo, o al menos eso quería creer hasta el momento, en lo que hacía tiempo se escuchó unos pasos por la cueva, era Reficul que venía caminando algo acalorada –me sorprende tu capacidad para soportar esas temperaturas ¿en algo tenías que ser bueno verdad? –
-¡Oye espera, No vengas estoy desnudo! –
-Lo dices como si nunca hubiese visto un hombre desnudo, además, justamente por eso vengo – dijo la diabla sonriendo mientras sacaba algo de su bolsillo ¿qué rayos era eso? Lo había visto en otro lugar antes, pensaba Ivlis mientras la otra rompía en un extremo la tira y le pasaba un sobre al que estaba desnudo – póntelo quiero divertirme contigo un rato también – el de ojos ámbar no entendía a que se refería con ponerse eso, lo tomó entre sus manos viendo el sobre con algo redondo en el medio ¿esto no era un condón? Claro, era lo que había comprado Satanick aquella vez que incendio su cuarto – ¿qué esperas? No mires con esa cara de tarado, ando de buen humor así que apúrate y hazlo luego o te volveré a tirar al volcán pero de más altura– el de cachos rojos se puso nervioso y abrió el sobre sacando lo de su interior, mirarlo y luego mirar a Reficul, miró el condón y se rascó la cabeza – Emmm ¿y como se supone que se coloca? ¿Y dónde?- la de ojos rojos se llevó la mano a la cara y la arrastró por ella – como se nota que eres un tarado ¿no se supone que Satanick te estaba instruyendo en éste tema? ¿Que acaso no lo hacen seguido? Deberías saber al menos donde se coloca –
-Satanick no ha ocupado nunca uno desde que empezamos a hacerlo...- dijo algo avergonzado desviando la mirada – tampoco sé porque se deben usar – la diabla suspiró perdiendo ya las esperanzas con Ivlis, realmente era tan idiota ¿y que rayos pasaba con Satanick? ¿Ya no se protegía? Ese era otro imbécil al cual le gustaría golpear seguido – una vez compró muchas tiras de condones pero se las quemé y dijo que como castigo lo haríamos sin condón hasta que recuperáramos todas las veces que podríamos haberlo hecho con ellos y creo que ya las cumplimos, pero no ha vuelto a comprar más así que no sé ...-
-Ya cállate, me desespera tu ignorancia, por esta vez te daré una lección, sin embargo será solo esta vez, al menos ponte duro por tu propia cuenta quieres-
-Espera... ¿que?... ya tengo suficiente con Satanick... ¿tu... también...? Espera... eres mujer ¿cómo se supone que lo harás? ¿!No me vas a meter algo extraño verdad!?– dijo más que aterrado y nervioso el pobre diablo quien miraba a la mas pequeña.
-¡Realmente eres imbécil!... ¿no sabes cómo hacerlo con una mujer?... pero que pasiva que eres Ivlis... está bien, ando de buen humor hoy, por lo que te enseñaré – dijo seria mientras le tomaba el miembro al hombre y lo masturbaba lo suficiente como para que se pusiera duro, la cara de Ivlis era muy sumisa, se notaba además que tenía un cuerpo sensible -Jajaja ya veo porque a Satanick le gustas tanto, me encanta esa cara, pero bueno, ahora observa bien porque te lo enseñaré una sola vez, la próxima vez debes hacerlo por tu propia cuenta y si no te sale, te patearé- dicho esto tomó el condón posicionándolo en la punta del miembro de Ivlis y lo deslizó hasta abajo, al parecer había comprado la talla correcta –listo, ahora vamos a divertirnos –
-Espera... ¿que... que vas a hacer?...-
-Creo que deberías ser al menos lo suficientemente inteligente para notar que vamos a hacer cabeza hueca- dijo esto mientras se bajaba la ropa interior y la deslizaba por sus piernas dejándola a un lado, se acercó pronto a Ivlis sentándose en su cadera para pronto ir montándolo poco a poco- aaagh~- gimió la diabla, logrando que el de cabellera oscura se pusiera lo más rojo posible nuevamente, estaba experimentando otro tipo de sensación que no había sentido en mucho tiempo, se sentía bastante bien y al menos ahora Satanick no le diría que tenía un pene inservible, pero... ¿que se supone debía hacer? Estaba nervioso, nunca pensó que Reficul también querría acostarse con él, estaba intimidado, si le hacía daño a la diabla lo pagaría con su vida, la de ojos rojos comenzó a mover su cadera mientras se apoyaba en el pecho del que estaba sentado –aaghhh ~ sé... sé que tu pene es inútil, pero al menos inténtalo cabeza hueca- el diablo se molestó bastante y se decidió a llevar las manos a las caderas de la diabla para sujetarse aunque fuese de su ropa ya que esta solo se había deshecho de sus calzones para jugar con él, tomó de las caderas a Reficul la cual le pegó en las manos con la cola – no me toques con tus manos de basura, maldita escoria, solo mueve tu cadera y ya... esto es... aaaghh solo una prueba- Ivlis no sabía que pensar de esto, se sentía tan bien en el interior de la mujer que necesitaba hacer algo más, pero por otro lado le daba mucho miedo tan solo el pensar lo agresiva que era Reficul con él por lo que estaba en la disyuntiva que si le hacía daño al moverse lo golpearían y por otra parte si no complacía a la diabla también lo golpearían, se sujetó del suelo para luego separar un poco sus piernas y darse impulso con ellas y de esa manera mover la cadera más rápido, aunque le era difícil si no podía afirmarse de la más pequeña, Reficul se relamió los labios mientras le tomaba del cabello y se lo tironeaba, oh, esa cara de Ivlis era única, una mezcla de deseo y miedo, la diabla se rio malévolamente, obligando al más alto a acostarse en las rocas y aplastarlo mientras ella se movía. Al de cabello más largo le dolía la espalda, estaba bastante incomodo mientras una piedra se le enterraba en la espalda, pero se sentía tan bien por otro lado –aaagh me duele, ya deja de aplastarme contra aafghg el suelo-gemía, la de pelo blanco solo se rio y lo hizo con más ganas para admirar la cara afligida y sumisa del de cachos rojos –espera noooo~~ para... ¿que ... que haces?...- la diabla se relamió los labios y comenzó a golpearlo con su cola como si lo latigueara, le causaba más placer ver sufrir al cabeza hueca que tener relaciones sexuales con él, en fin Reficul había sido bastante agresiva mientras duró su jornada de sexo, le había cacheteado unas cuantas veces, le pegó con su cola, le dejó todo el pecho arañado y con grandes rasguños unas cuantas mordidas en el cuello y después cuando terminaron de hacerlo simplemente se puso de pie y le pegó unas cuantas patadas a modo de amenaza – no quiero que nadie se entere de esto basura, aunque Satanick ya lo sabe, pero te lo dejo a modo recordatorio por si se te ocurre hablar demás sobre todo con Sin– dicho esto tomó su ropa interior y le guiñó un ojo al diablo que apenas si se podía mover y más por el dolor que le había ocasionado la caída hacia el volcán–me encantó jugar contigo cabeza hueca, pensé que sería más aburrido, pero realmente colocas unas caras muy lindas, eres toda una pasiva y eso me encanta, nos vemos para jugar la próxima vez y si te portas bien quizás te deje tocar algo- dicho esto se fue dejándolo herido, usado y desnudo en medio de las cuevas del volcán, Ivlis quería morir se sentía como un objeto a ocupar, incluso comenzó a llorar, le parecía tan injusto que esos dos diablos jugaran de esa manera con su cuerpo y sus emociones, él también tenía sentimientos, él también tenía derecho a estar en paz, se levantó del suelo para acomodarse en un lugar sin rocas y ahí colocarse en posición fetal mientras descansaba y lloraba, no sabía que había hecho para que todo el mundo lo odiara y lo tratara de esa manera, primero fue Siralos, después Adauchi, siguió ese mundo que atacó engañado y que por culpa de eso perdiera su único orgullo que eran sus poderes, luego estaba Satanick y Reficul, los seres más despreciables que pudo conocer, al menos este volcán donde se encontraba en esos momento lo volvía a arrullar como cuna, realmente lo amaba, era el lugar donde él realmente podía ser él y llorar y desquitar toda su pena sin que nadie le molestara, siguió llorando por su triste vida hasta quedarse dormido.
Por otro lado Satanick había ido a visitar a Ivlis esa tarde, andaba galán nuevamente, con sus flores, su traje negro con rayas moradas, bien perfumado, zapatos lustrados, quien fuese a visitar a la novia de compromiso, le llevaba la ropa que se le había quedado el otro día, además le traía chocolates, realmente andaba bastante feliz de la vida, apareció en la puerta del castillo, estaba acostumbrado ya a entrar por las buenas para que así el diablo no se sintiera tan invadido, a excepciones cuando le hacía visitas nocturnas y lo hacían en la cama de Ivlis, ahí llegaba directo a la habitación despertándolo para hacerlo sin que nadie se enterara que él se encontraba ahí y por lo tanto no levantar ninguna sospecha ante la pequeña Poemi tal cual lo quería Ivlis. Tocó la puerta del castillo y quien le abrió fue exactamente Poemi –oh~... linda Poemi-chan... vengo a ver a tu papi- dijo con cara picara por lo que le había dicho el otro día, seguramente la niña lo odia aun, su sorpresa fue que la niña simplemente lo miró con recelo y lo hizo pasar –solo porque eres el novio falso de papi, pero aun así eres un diablo feo– dijo logrando que el diablo levantara una ceja y se riera ¿Qué rayos le había dicho Ivlis de su relación? Estaba tentado de la risa y fue cuando la niña volvió a hablarle –pero no piensho decirte papi satanick –dicho esto le mostró la lengua y salió corriendo, era tan linda y loli, se decía el de cachos encorvados mientras caminaba por el castillo buscando a su cucaracha preferida, miraba y miraba por el lugar, fue al trono, no estaba, fue al comedor, no estaba, fue a su oficina y no estaba, investigó todas las habitaciones, en una encontró a un demonio que gritó maricamente cuando lo vio, pero no era alguien relevante así que siguió buscando, ¿dónde se supone que estaba su estúpido diablo de ojos ámbar? Se estaba molestando, apareció en la habitación de Ivlis dejando las flores, el chocolate y la bolsa con la ropa del más pequeño. Seguramente Rieta sabía algo de esto, apareció frente a la mujer asustándola un poco –buu~- lo malo es que Rieta siempre tenía la guardia alta por lo que le llegó un arañazo en la cara – pero que poco divertida eres, oye... ¿dónde está la basura? Tú siempre sabes dónde está-
-Si hubiese sabido que eras tú créeme que lo hubiese hecho más fuerte... - hizo una pausa y miró al diablo, sabía que si no le decía dónde estaba, éste no descansaría hasta que ella soltara la información, suspiró y dijo – hoy iba a dar un paseo, generalmente cuando va a pasear va a los volcanes... no lo interrumpa, cuándo va a los volcanes va a...-quedó con la palabra en la boca y se calló, no quería que el otro diablo supiese la debilidad del suyo, lo miró enojada y el otro desapareció.
En el volcán Ivlis había despertado y seguía llorando, ni siquiera se había tomado el tiempo en recuperarse, se echó a morir, pasado una hora desde que Reficul se había ido comenzó a escuchar unos pasos que se acercaban, ya le daba lo mismo lo que fuese, si era una bestia salvaje en llamas dejaría que se lo comiera para terminar de una vez su tristeza, pero no fue así, quien apareció fue Satanick, en fin, eso era peor que una bestia pensó en ese momento, Satanick lo vio llorando y levantó una ceja ¿qué le había pasado? ¿Quién lo había dejado en ese estado tan precario? Se veía realmente mal, todo magullado, lleno de moretones, arañazos, heridas que sangraban ¿latigazos? ¿mordidas? sintió algo de pena por el más pequeño y más porque conocía bastante de él ya, se agachó para tomarlo en brazos, éste se rehusaba a que lo tocara, solo quería quedarse ahí y morir, el pelinegro se molestó –tsk deja tus pataletas de una vez, vengo por ti y pareces un bebé –lo tomó en brazos y por los movimientos que hacia Ivlis se desestabilizó cayendo de trasero al suelo con el otro diablo en sus brazos –te dije que me soltaras, no quiero verte ni a ti, ni a Reficul nunca más ¿por qué no pueden entender que quiero estar en paz? - dijo entre llantos, Satanick lo miró y suspiró comenzando a hacerle cariño en el pelo – ya cállate basura, solo recupérate de una vez y vuelve a ser el idiota que eras, pero antes dime que te pasó –
-No te interesa lo que me pase, solo vete de mi mundo de una puta vez – el más alto lo miró serio – me rindo contigo, eres más imbécil que una roca, realmente quiero saber qué te pasa, me gusta verte llorar, pero no de ésta manera, ya dime de una puta vez que te pasó, vine a buscarte y no pienso dejarte aquí – el de ojos ámbar lo quedó mirando y bajó la mirada – todo es tu culpa... siempre es tu culpa... por tu culpa me siento usado, por tu culpa Reficul también quiso hacer lo mismo... por tu culpa siempre estoy herido, enojado y realmente me hacen sentir como basura... y no solo se meten conmigo, sino que también se empeñan en molestar a mi familia... ¿por qué no pueden de una vez dejarme en paz? – Satanick sonrió lastimoso no obstante por dentro quedó pensando, él amaba molestar a ese diablo tan débil, y si lo iba a enamorar necesitaba tratarlo bien, además, algo le estaba afectando dentro de él, algo que le oprimía fuerte el corazón, abrazó al diablo para luego darle un beso en la frente – así que Reficul te dejó así... maldita puta, le dije que no quería que pusiera las manos sobre ti –
-¿Tu lo sabias?... eres una mierda por no decirme que pensaba hacerme... te odio... realmente te odio – el diablo de cachos encorvados se mordió el labio inferior, le estaban doliendo las palabras del de cachos rojos, se sentía a morir ¿por qué se sentía culpable? ¿Porque estaba tomando todo a la ligera sabiendo claramente que ya se le estaba yendo de las manos el juego? Y obviamente no era su culpa, aunque el inició todo este tema, sin embargo no podía entender porque le dolía y le afectaba tanto que ese infeliz diablo de cachos rojos le dijera que lo odiaba, cerró los ojos y lo abrazó fuerte – está bien, esto fue mi culpa... pero no me odies, al menos ahora sabes muchas cosas que a tu edad deberías saberlas bien ¿no crees? – Dijo esperando animar aunque sea un poco al que lloraba – al menos ahora no lo tienes inservible - dicho esto se rio un poco logrando que el otro lo mirara avergonzado y enojado, con el cabello bastante rojo – ¡estúpida basura! Ya suéltame... quiero volver a mi casa – Satanick sonrió y le dio un beso suave, para luego revolverle el pelo – ves, así te ves más lindo, con esa cara avergonzada y boba- se colocó de pie teniendo en brazos nuevamente al diablo herido, sonrió y volvieron juntos a la pieza de Ivlis, allí Satanick llevó a la ducha al otro que aprovechó de ir recuperando sus heridas, luego le puso el pijama y lo acostó en su cama para ubicarse a su lado y comer chocolates.
-¿Puedes irte? quiero estar solo –
-No, no quiero irme... oh~ mira, te traje tu ropa –
-Pero...-
-Toma, tu bufanda, póntela, sin ella te vez extraño – además, se ven esas asquerosas marcas que te dejó Reficul en el cuello, y me desagradan, pensó- ¿Gra...Gracias? pero en serio, quiero...-
-Ah~, mira, te traje flores –
-No me gustan las flores Satanick... ¿puedes irte ya? -
-Me da lo mismo, toma son tuyas, te las traeré hasta que las ames –
-En serio quiero estar solo ¿puedes irte de una vez? – Satanick sonrió y le dio un chocolate en la boca –no pienso irme hasta verte sonreír bobamente como siempre lo haces, cabeza hueca- Ivlis lo quedó mirando, desvió la mirada y se sonrojó, no quería aceptarlo, pero ese maldito diablo se estaba ganando su confianza de apoco.
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Comentario: MI POBRE BEBÉ!!!!!!!! >____< hasta yo me odio por hacerlo sufrir tanto ;___; ... yo dije... odiaran a Reficul en este fic, y lo seguirán haciendo porque es la antagonista xD pero la necesito (?) pd: malditos diablos que se violan a mi guagua ;____; dejenlo en paz ... shuuu shuuu
pd: no pude evitar escribir el cap de esta semana ;----; es que en serio me inspiro y termino el capitulo en solo unas horas xD me demoro mas revisando la ortografía que escribirlo xd.
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