
𝔼𝕡𝕚́𝕝𝕠𝕘𝕠
Epílogo
Todo se había resumido en una pausa para el cantante. JungKook necesitaba sanar de muchas maneras, no tenía cabeza para el espectáculo en ese momento, no podía estar de pie en un escenario sin sentir ansiedad, aunque sabía que SolAh estaba en la cárcel también sabía que habían más sasaengs como ella siguiendo al grupo, imaginarse en una situación así de nuevo era lo que creaba su ansiedad, debido a esto, con su mánager llegaron al acuerdo de hacer una pausa sin romper el contrato con los chicos. La culpa no estaba en ellos, la culpa estaba en la mente que se colocaba en contra del maknae. JungKook no estaría presente en las próximas presentaciones que tuviera el grupo, priorizarían su salud mental no tanto por consideración de la agencia, era más por la presión de los fans, las Armys querían que Jeon JungKook se tomara un descanso de la fama.
Estaría fuera de todo por varios meses, dependiendo de sus evaluaciones psicológicas determinarían si regresaba o no al grupo. JungKook tenía el equipaje listo, iría a Busan a casa de sus padres por ese tiempo determinado, luego de pensarlo mucho y de hablar con su psicólogo, era recomendable que no estuviera solo, tenía el apoyo de las personas que quería, debía aprovecharlo, usarlo para su bien.
Salió de su habitación con un bolso pesado en su hombro, se colocó su gorra mirando a los séis chicos en su sala. Por un lado se sentían mejor de saber que JungKook estaría trabajando en su salud mental, por otro, se sentían algo tristes de no verlo por varios meses. Era costumbre estar juntos, el separarse no era algo común, menos por una razón así.
—¿Tienes todo?—preguntó NamJoon.
—Sí—asintió—Estaré escribiéndoles.
Hoseok fue el primero en abrazarlo.
—No te preocupes por nada y asegúrate de hacerlo con calma, JungKook-ah.
—Gracias, hyung.
Cada uno fue abrazándolo dejándole comentarios de apoyo y fuerza. Lo acompañaron al estacionamiento del edificio donde un auto esperaba para llevarlo al aeropuerto, sus maletas ya habían sido subidas mientras terminaba de arreglarse, esta vez la ventana del conductor estaba abajo dejando ver el hombre que sería su chófer.
—¿Seguro que no quieres que vayamos contigo?—miró a TaeHyung.
—Estaré bien. No quiero crear más escándalo.
—No te saltes tu comida—advirtió Jin.
JungKook subió al auto despidiéndose de los chicos con su mano. Éstos miraron como el vehículo se ponía en marcha llevándose al maknae más querido del grupo, en el camino, JungKook miró su teléfono, sus fans sabían sobre su descanso celebrando que lo hubieran concedido, le deseaban los mejores deseos al chico asegurando que esperarían su regreso tanto como sus compañeros.
Eso le hizo pensar en lo que dijo NamJoon, no todas las fans son tóxicas, no todas las fans quieren lastimarlos, hay pocas que aprenden a diferenciar el fanatismo de la obsesión, hay pocas que conocen su lugar como fan, esas pocas son las que valen la pena recordar y por esas pocas es que se dedica a una carrera tan compleja además de agotadora.
Tristemente, había sido víctima de una sasaeng que debía estar encerrada, tal y como lo estaba ahora.
Esta mini historia se me ocurrió desde hace tiempo, pero no sabía cómo explicarla, estas últimas semanas he escuchado tantos rumores sobre las sasaengs que decidí escribir la historia imaginando lo que la obsesión puede hacer en una persona.
Todos sabemos que las sasaengs existen, nadie dice que admirar o apoyar a tu idol esté mal, pero sobrepasar esa línea sí lo está.
Gracias a los que comentaron, votaron y leyeron. No suelo escribir estas cosas, pero espero que el mensaje se haya entendido.
Saranghe ♡
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