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〝•3

Cuando Luzu terminó la escuela y tuvo qué decidir que paso seguir, no dudó en estudiar Terapia Ocupacional, para saber mejor que nunca como se trata a su lindo Quackity.

En el último tiempo, Quackity había entrado en confianza con él, respondía a sus llamados, lo miraba a los ojos, lo reconocía completamente y hasta había aprendido a decir su nombre.

Luzu debía admitir que la primera vez que escuchó a Quackity murmurar muy bajo "Lu-ssu"se había puesto a llorar y Rubius se había burlado de él y comenzado a reír de forma inevitable.

Le había contado a Veggeta y el chico se había puesto genuinamente feliz por ello, qué Quackity reconociera a alguien por su nombre era muy especial, y significaba una gran importancia, enorme, que supiera su nombre.

– Ha conectado muy bien, Luzu, de verdad te ha elegido.

Luzu se sentía realmente especial para que eso ocurriera.

– Quacks, ¿Por qué eres tan lindo? – le preguntaba, y cada vez que lo hacía el menor sonreía y reía bajo.

El menor lo miró a los ojos y tardó un momento en hablar.

– Princesa – le dijo.

– ¿Princesa? – preguntó Luzu, con gracia, y Quackity no respondió con ningun gesto. – ¿Eres una princesa, Quackity?

El menor negó automáticamente.

– Lusu princesa.

– ¿Soy una princesa? – preguntó, y Quackity hizo un sonido afirmativo.

De la nada, Quackity se le acercó a él y le hizo señas para que se acercara a su rostro, Luzu lo hizo sin pensar y fue después que se dió cuenta de lo que podia pasar.

Pero lejos, muy lejos de lo que cualquiera hubiera hecho, Quackity presionó el puente de su nariz sobre la frente de Luzu, sus ojitos brillaban con emoción y se apartó para reir y sonreír más que antes.

Luzu no necesitó de mucho para entender que para Quackity era un gesto tierno y de cariño, se preguntó si para él sería algo más.

Luego de aquel día le había mandado un mensaje a Veggeta, preguntando al respecto.

– Oh, ni idea de qué sera ese gesto pero es muy lindo. – dijo, con una risa y un tono cargado de ternura. – Y él quiso decir que eras bonito, no que eras una princesa. Para Quackity también eres lindo Luzu.

Estaba feliz de lo que había elegido y estaba feliz de conocer a Quackity.

Con el estudio comenzó a pasar menos tiempo con Quackity y eso esperaba que afectara su relación pero no fue así, Quackity estaba cómodo pasando la cantidad de tiempo con él, sea todo el día o solo un rato.

Aunque para compensar, Rubius se había ido a otra ciudad a estudiar Ingeniería Ambiental, una carrera demasiado díficil para gusto de Luzu.

Ahora con la ausencia del mayor, iba a la casa sólo para estar con Quackity.

En verdad Zee no se dio cuenta cuando dejó de ir a casa de su amigo para no estar con Rubius sino para estar con Quackity.

– Ya no me quieres Luzu, ya otro se ganó tu corazón – le dijo Rubius un día.

– No es verdad.

– Sí es, pasas mucho tiempo con Quackity, le das atención a él, vienes a casa para estar con él, y hasta estás estudiando para estar con él... Te gusta mucho.

Luzu sonrío y negó.

– Él es muy tierno... Y me parece muy interesante, su autismo, su forma de ser, esa manera tan especial y diferente que tiene de comprender el mundo... Y también el hecho de que me haya elegido, de que me haya aceptado, me hace sentir especial.
– Sonreía como un tonto. – Y yo también lo elijo a él... Y me gusta.

– ¿Te gusta Quackity?

Luzu solo se mantuvo en silencio, miró a Rubius y sólo sonrió, sin decir nada, se fue a ver a su lindo Quackity.

Luzu en verdad no sabía que era de decirle apodos bonitos a la gente hasta que se dio cuenta cómo le hablaba al menor.

Siempre era "lindo Quacks" a veces era "amor" y otras "bebé", eran las tres que más usaba, y el pequeño estaba más que feliz de escucharlo, y también de que le dieran atención, Quackity amaba la atención.

– Lusu, un "Be" – dijo Quackity al verlo, sus ojitos estaban felices y alegres.

Luzu no tenía ni idea de lo que hablaba.
– ¿Un "Be? ¿Qué es eso bebé?

– Un "Be" – respondió Quackity.

– A ver, ¿Qué es un Be?

Luzu se sorprendió cuándo Quackity se acercó a él, colocó sus labios sobre la mejilla y dijo un "Be" mientras se separaba y volvía a mirarlo con el mismo brillo en sus ojos.

– ¿Un "Be" es un "Beso"?

– Es un "Be"

Luzu sonrió y rió con alegría, sus mejillas se pusieron muy rojas.

– Es un lindo "Be", lindo Quacks.

El menor sonrió y fue a tomar sus mejillas, viéndolas rojas y sintiendolas calientes, hizo lo que siempre hacía con él mismo, pero con Luzu, golpeando sus mejillas, de inmediato el mayor tomó sus muñecas y respondió con un "No" rotundo, puesto que Quackity hacía caso solo a las reacciones extremas, muchas veces tenías que ser muy duro con él para que reaccionara, a veces las demás personas lo veían como muy malo o bruto con el pequeño, y como tenía autismo debía ser puro amor y besos.

La realidad no era así, al igual que todos, personas como Quackity necesitaban disciplina y orden, y a veces necesitaban algún grito algo fuerte para detenerlos de hacer algo que era malo, que podía hacer mal, a ellos y a otros.

Eran difíciles de tratar, eran duros de tratar, no eran para cualquiera.

Tenía qué ser alguien fuerte, tanto como cuerpo como en mente, alguien que pudiera soportar la idea de que un pequeño llorara y gritara por no poder comprender, que sufriera de una forma tan intensa y dolorosa una frustración, y quién pudiera detener sus golpes, sus lesiones y sus heridas, que eran sumamente normal en sus casos.

Por suerte, Quackity no era de tener muchos eventos en los cuales se golpeara, debía estar muy alterado para llegar a ellos.

Con el paso del tiempo, Quackity comenzó a acercarse más a él, en un contacto más físico, en un principio se acercaba a casi un metro de él, luego se fue acercando de a poco, y antes de que se diera cuenta, lo tenía apoyado contra su pecho mientras veían una película del espacio.

En ese momento estaba con Rubius, y le hizo señas para que viera al menor prácticamente recostado sobre él.

Luzu estaba emocionado que lloraba, y Rubius rió e rodó los ojos con cierto fastidio.

No sabía en qué momento su mejor amigo se había convertido en alguien tan especial para Quackity.

Pero si estaba feliz con él, estaba más que feliz por los dos, porque ambos se notaban felices el uno con el otro, qué más podía pedir.

– Quackity, ¿Te puedo dar un "Be"? – preguntó Luzu una noche, en la que habían salido a ver las estrellas, que si miraba las estrellas Quackity no se daba cuenta que estaba oscuro así que no tenía miedo, estaban ellos dos solos.

Rubius se había ido al baño y debía aprovechar.

Quackity asintió.

– Quiero darte un "Be" un poco diferente a los que tú me das, Quacks, ¿Prometes no asustarte?

Quackity volvió a asentir.

– ¿Vas a ser un nene valiente, mi amor? ¿Seguro?

Quackity volvió asentir y lo miró, estaba algo cansado de qué Luzu diera tantas vueltas.

– Bueno – murmuró, y juntó valor en segundos, tomó su mejilla con una mano y acercó su rostro al del menor, sus labios tocaron los carnosos y suaves de Quackity, en una leve caricia, el menor intentó imitarlo de la misma manera suave que estaba teniendo el mayor con él, fue apenas tres segundos y Luzu se separó.

Lo miró a los ojos y no encontró reacción alguna, Quackity no sabía qué significaba aquello, no sabía la carga emocional que tenía, no entraba en su lista de conocimiento, y por eso no pudo comprender ni sentir nada al respecto.

– Be.

Y sonrió, mostrando sus dientecitos, perfecto y sólo para Quackity, y era ese gesto que siempre lograba agitarlo por dentro, en ese sentimiento tan abrumador y gigante que pareció ser más fuerte que nunca, como si aquel "Be" lo hubiera potenciado, Quackity sintió que explotaría por dentro de tanta emoción.

Pero de nuevo, una vez más, por más de todo el tiempo que había pasado desde la primera vez que lo sintió, no sabía qué era.

Y más que nunca quería averiguarlo.

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