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Sería demasiado sorpresivo para la sociedad ver a un CEO tan respetado y serio, ser tan suavecito y adorable cuando se trataba de su novia.
Jaehyun comenzó a saludarle con besos en la mejilla, besos de los que Sarang no se quejaba aunque hicieran a su corazón latir rápidamente y sin piedad.
Sarang se veía diminuta en su cama, durmiendo en una esquina hecha un pequeño bollito mientras abrazaba una almohada. Jaehyun dejó las ventanas abiertas porque la luz aún no volvía y morirían de calor a este punto.
Nunca pensó llegar a estar así con una chica. Se sentía acompañado en su casa tan solitaria, aunque Sarang no fuese tan charlatana y extrovertida, era diferente y tenía ganas de volver a casa para encontrarse con alguien en el ascensor.
Sus padres le habían inculcado el valor y la dignidad de trabajar, y cuando asumió como Jefe, entendió que sería duro. Habían días donde no dormía bien y llegaba tarde a casa.
Casa que se sentía fría y oscura en cualquier época del año. Vivió solo desde los quince, a pedido de su padre, para que "se acostumbre" a lo que tenía por delante.
Muy probablemente allí es cuando la relación de sus padres se comenzó a romperse, porque Tiffany estaba completamente en contra de dejar solo a su hijo, pero lo hecho hecho está y Jaehyun se independizó desde joven.
Por más que su madre se hiciera tiempitos para visitarlo, no era el mismo. Era más cerrado y callado, más simple y maduro.
De esa forma, nadie en la escuela lo molestaba y era lo mejor.
--- hey, buenos días..- sonrió en dirección de Sarang, quien recién despertaba - ¿Dormiste bien?
Sarang cubrió su rostro con la almohada y le dió la espalda.
--- sí. - contestó en voz baja - buenos días.
El ventilador del techo estaba trabajando desde temprano, ventilando la habitación después del calor que a instaló durante la noche.
Jaehyun suspiró antes de ponerse de pie, estiró sus piernas su brazos mientras bostezaba.
--- ¿Quieres ducharte..?
--- estoy bien. - mostró sus ojos debajo de las almohadas, mirando con algo de vergüenza al chico - haré el desayuno.
--- no te preocupes, lo hago yo.
--- Uhm..- movió sus pies, nerviosa - Jaehyun..
--- ¿Sí?
--- ¿Puedes enseñarme a hacer pancakes? - descubrió totalmente su rostro, algo hinchado por dormir y rosita por el roce con las sábanas - ¿Cómo haces que queden tan gorditos? Quiero hacerlos para Byul.
Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Jeong, tomando asiento nuevamente antes de rodar hasta quedar frente a Sarang, quien abrió sus ojos con sorpresa cuando tuvo su rostro frente al contrario.
--- puedo, pero no quiero.
--- ¿E-eh?
--- si me das un abrazo, puedo tenerlo en cuenta. - desvío la mirada, jugando con ella mientras sonreía.
Sarang río. --- ¿Vas a hacer el mismo drama de ayer?
--- era parte del papel, solo quería fastidiar. - bufó - pero ahora si quiero un abrazo, uno de buenos días. ¿No crees que es lo correcto?
--- debemos ir al trabajo.
--- Sarang-Ssi..- carcajeó - es domingo, cariño.
--- ah..- se acomodó mejor en la cama, de costado pero dejando que el brazo de Jaehyun le atraiga hasta su pecho - cierto.
Él dejó un beso en su frente, acariciando con cuidado la espalda de Sarang y sintiendo cosquillas debido a su cabello rozar con su nariz.
--- si tienes sueño, ¿Por qué no sigues durmiendo? Nadie te despertó, bobita.
Lo decía porque ella se relajó en sus brazos y su respiración se volvió más lenta, signo de que estaba quedándose dormida.
Eran apenas las siete de la mañana, ¿Quien se despertaba un domingo a las siete? Jaehyun. Jaehyun estaba acostumbrado a despertar al mismo horario siempre.
--- porque tengo hambre..- susurró en repuesta - y quiero pancakes.
--- ¿Con miel?
--- con chocolate..
--- a la orden.
--- pero..- pasó su pierna por encima de la cadera de Jaehyun, impidiendo su movimiento - en un rato.
Las mejillas de Jeong se pusieron rosadas, al igual que sus orejas cuando Sarang se acomodó mejor y finalmente decidió dormir unos minutos más.
--- Uhm, quieres que me quede.
--- uhum.
--- bien..
Ninguno de los dos era capaz de percibir que tan rápido latía el corazón contrario, pues lo suyos estaban alterados de igual forma.
--- Jaehyun.
--- Sarang.
--- ¿Que suavizante usas para tu ropa? - inhaló suavemente el pijama del castaño, otra vez - es muy lindo.
--- oh, no sé el nombre..es uno de etiqueta azul con flores.
--- ¡Oh, ya se! - levantó su cabeza - ¿En serio usas suavizante de algodón? Nunca pensé que serías de aromas neutros.
--- es el primero que agarro.
--- es caro.
--- pero usas poco.
--- ¿Por qué estamos hablando del consumo de suavizante? - rió aún algo somnolienta.
Jaehyun se sentía tan cómodo y cálido, tan feliz con alguien acompañándolo en su casa tan grande. Cómo si fuese un suave mimo al adolescente que se sentía rechazado por todo el mundo y abandonado por su padre, siendo banco de burlas por años y sin un defensor que pudiese ayudarle.
Era una pizca de confianza en su versión más joven y vulnerable, ahora ayudando a otra persona que pasaba por lo mismo.
¿Por eso le gustaba Sarang? ¿Por qué podía verse reflejado en ella..?
No.. él la ayudó porque no soportaba apoyar ignorando a quien le hace mal al otro. Después notó lo preciosa que es, random por dentro y por fuera, teniendo un corazón muy valioso y miles de secretos y virtudes más que poco a poco dejaba ver.
Le gusta Sarang porque es hermosa en todo sentido de la palabra, es genial en su trabajo y espectacular como acompañante de series (eso es un plus).
Le gustaban sus pequeñas quejas cuando la computadora tardaba en prender o apagar, cuando su té está muy caliente y se quema los labios, cuando su mirada se pierde en la pantalla mientras ve videos tiernos de gatitos durante horas porque él está en una videoconferencia con algunos socios.
Pequeños detalles que comenzaron a resultar tan bonitos ante sus ojos, cayendo despacio por la tímida chica que era apartada del resto de trabajadores.
--- no lo sé..- le devolvió la sonrisa - ¿Y si mejor me das un beso?
Oh, también le gustaban sus besos. Eran suavecitos y rápidos, alejándose debido a la vergüenza que hacía sonreír a Jeong.
Pero también podía atreverse a un poco más, aunque terminaba en lo mismo: Jaehyun sonriendo como idiota y ella escondiéndose en su escritorio.
Y le encantaba recibir la misma confianza. Porque Sarang confiaba en él y Jaehyun confiaba en ella.
Relleno no tan relleno.
Capaz llego y publico doble
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