11
Minseok estaba terminando el almuerzo, sirviendo un poco en el platito de Byul. El niño acaba de ducharse y su pancita rugía cómo un feroz tigre.
---- papá..- llegó al lado de Min, levantando su manita, abriendo y cerrándola - huevo, huevo..
Oh, si..era una pequeña comadreja. Adoraba los huevos, pero no le gustaba tanto las claras..
---- ¿Puedes esperarme un segundo? Terminó de cortarlo y podrás comer.
---- hm...- asintió después de unos segundos - ¿Dónde esta Noona?
---- trabajando, ya llegará.
De hecho, se estaba tardando..de seguro se quedó unos minutos más o perdió el autobús.
Nada de que preocuparse, por ahora.
---- ¿Comida?
---- si, viene a comer con nosotros.
---- aah..- se acomodó en su silla, sentandose sobre sus talones y bebiendo un poco de juego - papá.
---- dime.
---- ¿Puedo ver dibujitos?
¿Cómo decirle que no a esta pequeña criatura del señor?
---- ¿Prometes comer toda al comida?
---- ¡Promesa! - le sonrió desde la mesa, mostrando todos sus dientitos blancos - ¿Puedo?
---- un ratito nada más.
---- un ratito. - repitió, juntando su índice y pulgar - así de chiquito.
---- sí, sí..así de chiquito. - imitó, soltando una risa nasal - ¿Puedes buscarlo solo?
---- sip.
Cuando la mesa ya estaba servida y Minseok se disponía a comer, llegó una llamada a su celular.
---- ¿Sarang? ¿Sucede algo, peque?
---- n-no..- se apresuró a responder - solo que.. salí a almorzar.
---- ouh..
---- recién salgo del trabajo y acabamos de llegar, no pude avisarte antes..
---- no, no, tranquila. - bebió un poco de agua fría - disfruta de tu almuerzo, cualquier cosa me hablas.
---- lo haré..
🍰
Sarang colgó la llamada y guardó el celular en la cartera, centrándose en el espacio vacío frente a ella.
Jaehyun le había convencido de salir a almorzar, ya que sabía que tendría hambre al finalizar la jornada. Pero para él no sentirse tan mal por invitarla, le dejó elegir lo que comerían.
Sarang no sabía muy bien que escojer, pues nunca comió en aquel restaurante y solo pasaba a recojer lo que Tiff pedía.
---- n-no lo sé..- guardó su celular, luego de colgarle a Minseok - pollo con ensalada, estaría bien.
Jaehyun le miró incrédulo.
---- ¿Una ensalada con pollo? - repitió asombrado - de solo oírlo me dió hambre. ¿No prefieres pastas o algo de carne?
---- me da igual. - evitó la mirada del otro, divagando por el menú - no sé. Perdón.
Jeong sacudió su cabeza, negando. Sarang solo siguió leyendo las opciones y dejó de lado el menú.
---- ¿Eres alérgica a alguna comida? - recibió una respuesta negativa - hmm..¿Hay algo que no te guste?
---- camarones..- susurró - y las salsas.
---- hmmm..- leyó rápido - ¿Quieres probar un poco de carne con papas al horno? Son mis favoritas y son riquísimas.
---- claro..
---- dime si no te gusta.
---- está bien.
Jaehyun soltó un pequeño suspiro, sonriendo a los segundos antes de llamar al mozo. Realizó el pedido y pronto se lo servirían
---- normalmente le ponen salsa blanca, pero ya me conocen y saben que no me gusta. - comentó después de beber un poco de agua - ¿Vas a querer algo de postre?
---- no, luego me iré a casa.
---- te alcanzo, no tengo nada que hacer por la tarde.
---- puedo ir sola.
---- vas a gastar dinero en un pasaje innecesario, ¿No crees?
La comida llegó unos veinte minutos luego, tibia y con buen aroma.
Comenzaron a comer en silencio, Jaehyun disfrutaba de sus bocados hasta que su mirada se dirigió a Sarang, quien masticaba su comida con la vista fija en el vaso de agua.
Su madre le dijo que estaba triste, ¿Por qué? Aún no se animaba mucho a preguntar.
Y es que no le gusta ver a la gente de esa manera. Por lo que tuvo que hacerse de valor y consultar.
---- ¿Cómo te fue en el día?
---- bien.
Otra vez aquella voz robótica y falsa.
---- ¿Bien mal o bien bien?
Sarang se encogió suavemente de hombros, no sabiendo muy bien que responder al respecto.
---- lamento mucho la gente de mierda que te cruzaste allí.
---- está bien.
---- no, no está bien. - suspiró cansado - no está bien complicarle la vida al otro, no corresponde para nada y fue nuestra mala atención con nuestros propios trabajadores, lo que permitió este intento de matones en la secundaria.
---- entiendo. - Jeong evitó poner los ojos en blanco ante el tono algo desinteresado de Sarang - gracias por disculparte, aunque no fue tu culpa.
Prefirió no seguir, solo asintió y prosiguió con su plato. Sus orbes bailaban en las decoraciones del lugar, observando con curiosidad como el mesero podía limpiar con un trapo la mesa mientras tenía en su brazo todo equilibrado de platos sucios.
---- ¿Tus padres decidieron llamarte Sarang por alguna razón?
No era un nombre común de oír. Por lo menos en su vida, nunca lo había escuchado.
---- mi madre me dejó a cargo de mi abuela, ella eligió el nombre.
---- que linda..- dibujó una pequeña sonrisa, siguiendo con sus preguntas - ¿Vive contigo?
---- falleció cuando tenía seis años. - susurró - luego una vecina me acogió...
---- o-oh..- remojó sus labios, nervioso - bueno, estuviste con alguien..
---- supongo. - volvió a llenar su boca con comida, masticando lentamente - ¿Usted?
Eso sí que no se lo esperaba.
Una sensación cálida se extendió por su abdomen, pues en verdad no pensó que ella quisiera seguir hablando y mucho menos preguntarle.
---- ¿Yo? - ella asintió suavemente - ¿Que quieres saber?
---- ¿Le dolió? - preguntó mirando su brazo, siendo lienzo de varios tatuajes - son heridas, ¿Verdad? Luego cicatrizan..
Jaehyun sentía que se desmayaría de la emoción.
---- no realmente. - respondió con una sonrisita - depende de la zona y que tan cuidadoso sea quien tatua, cómo lo cuides, y eso..- levantó más la manga, mostrando uno en concreto - este fue el primero de todos. Dolió, pero lo normal, soportable.
Sarang le dió un sorbo a su vaso de agua y asintió, dejando los cubiertos acomodados sobre el plato.
---- ¿Tú tienes?
---- no. - no tardó en responder, limpiando sus manos en la servilleta de tela blanca - no tengo tiempo para cuidarlos.
Jaehyun recordó lo testaruda que fue al negarse a recibir ayuda con aquella torcedura de tobillo.
---- te quedarían lindos.
---- no lo creo. - murmuró.
---- ¿Por qué no? - carcajeó levemente - obviamente si no te gustan, no estás en la obligación de hacerlo, pero..te quedarían lindos, no lo dudes.
El almuerzo terminó y Jaehyun pagó la cuenta mientras Sarang fue al baño unos minutos.
---- te llevo. - sacó las llaves de su auto y señaló la puerta - los autobuses deben estar llenos.
Ella no opuso resistencia, pues ya habían hablado de esto antes y no tendría sentido discutir por eso. Vivían en el mismo lugar, no tardaría mucho.
Durante el viaje en auto, Jaehyun puso la radio y el tiempo pasó volando, estando en el lugar en quince minutos.
Estaban en el estacionamiento, así que subieron por el ascensor. Sarang miraba la tabla de números, señalando cada piso hasta llegar al suyo.
Las puertas se abrieron y se apresuró a salir.
---- muchas gracias por la comida, señor Jeong.
---- gracias por acompañarme.
Su corazón casi sale por la boca cuando vio a la chica trastabillar cuando retrocedió unos pasos hacia su puerta.
Sarang se sostuvo de la pared al notar cuenta inestabilidad en sus pies.
---- oh, di-dios..- un suspiro entrecortado salió de sus labios -
¿Justo hoy? ¿Justo ahora?
Jaehyun ya había salido del ascensor, acercándose con preocupación hasta ella.
---- cuidado. - sostuvo su mano, estabilizandola - ¿Puedo..?
Y aunque no recibió respuesta, se agachó para sacar el zapato.
---- y-yo puedo..- su mano atrapó la de su jefe y le dió un apretón. - déjeme.
Jaehyun soltó inmediatamente a la chica y esta terminó apoyaba en la pared, con un zapato en su mano y mordiendo el interior de su mejilla.
Sacó el otro y se alejó, caminando a la puerta y escribiendo la contraseña en la pantallita.
---- hasta mañana, señor Jeong.
La clave de su puerta fue aceptada y abrió la puerta, haciendo una reverencia en su dirección como despedida.
---- hasta mañana, Sarang-Ssi
Jaehyun solo suspiró y volteó, yendo al ascensor para presionar el botón y esperar.
Miró el zapato en su mano y lo dió vuelta, mirando como el taco se había roto.
Era liviano y de un lindo color negro, sería cuero tal vez.
Ahí la lamparita se prendió en su cabeza.
¡Era el zapato! Sarang estaba triste por el comentario innecesario de Chaeyoung.
¿Cómo no lo pensó antes? Se sentía tan..idiota.
Las puertas se abrieron delante suya, mostrando el interior vacío del lugar. Se adentró y miró seriamente el orden de los números a presionar.
Mordió su labio inferior, tomándose el tiempo para pensar bien que haría, pero llamaron al ascensor y este automáticamente subió.
Una vecina tomó lugar en el transporte y con amabilidad consultó:
---- ¿A qué piso va?
---- al estacionamiento, por favor.
El botón con -1 se iluminó.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro