08
Esa noche, Sarang no pudo dormir bien. Estaba algo nerviosa de responderle a Jaehyun, después de todo era el hijo de su jefa.
Espero a que los días de trabajo volviese y daría su respuesta, después de charlarlo con Minseok y recibir su opinión.
Saludó a Yukhei en la entrada, quien casi se ahoga con su café mientras saludaba.
---- buen día, Sarang..
Subiendo al ascensor, esperó hasta llegar al piso correcto donde se encontraba la oficina de Jaehyun.
Bajó y se cruzó con SooJin, sonriendo levemente y recibiendo un rápido y feliz movimiento de manos en su dirección.
---- ¿Puedo ayudarte con algo, Sarang?
---- eh..- sus ojitos bailaron por los mostradores - no. Estoy bien, gracias.
Con sus pies moviéndose sobre los lisos y bancos pisos del edificio, llegó a la puerta.
Jeong Jaehyun. Estaba escrito y pegado en una tableta dorada sobre aquella puerta negra.
Su puño se acercó, tomando una última respiración antes de golpearla suavemente.
Espero, paciente y pensando en que decir, que palabras decir. Pero no recibió respuesta, así que volvió a tocar, esta vez algo más fuerte.
---- Buenos días, Sarang.
Su cuerpo dió un pequeño salto, asustada por la voz de quién buscaba detrás suyo.
Jaehyun estaba agitado, con su corbata mal acomodada y saco sin poner.
---- bu-buenos días..- hizo una reverencia, retrocediendo al casi chocar con el muchacho - pe-perdone..
El castaño se encogió de hombros y abrió la puerta, dejándole pasar primero.
---- ¿Me buscabas? - recibió un suave asentimiento - ¿En qué te puedo servir?
Sarang se quedó parada, mientras él se acomodó en su silla con rueditas, jugando con un poco con ella.
---- y-yo..- carraspeó, dándose el tiempo para tomar un poquito más de aire - con respecto al trabajo..
---- ah, sí. - contestó, fijando su atención en la chica - ¿Lo pensaste?
---- sí, yo..lo pensé y quería aceptarlo. - soltó finalmente, alzando un poco la mirada - si todavía está en pie, claro..
Jeong sacó de un cajón un papel, dejandolo sobre la mesa junto con una lapicera.
---- aquí está tu contrato. - explicó - el mismo que firmaste con mi madre, pero este es con dos años en vez de uno. Con esos dos años, podrás cubrir por completo el pago del departamento. Luego si quieres seguir trabajando, pues hacemos otro contrato y sigues, pero depende de tí, ¿Estás de acuerdo?
Sarang asintió, tomando la lapicera de tinta y dejando su firma luego de leer algunas cositas del papel, Jaehyun sonrió cuando sus miradas se encontraron.
---- Bien, comienzas desde ahora. - dió un suave aplauso - mi madre está al tanto y ya tienes tu escritorio listo.
Sarang recibió el gafete, prendiendolo en su camisa blanca y acomodando mejor su ropa.
---- puedes traer tus cosas, ¿Necesitas ayuda? Puedo ir contigo.
---- yo me encargo.
Jeong volvió a sentarse, mientras asentía y le daba una pequeña señal para retirarse.
---- si necesitas algo, me avisas.
Sarang cerró la puerta, quedándose afirmada en ella unos segundos hasta que SooJin la vió.
---- ¿Sarang-ssi?
---- Hola..
---- ¿Estás bien?
---- si, yo..voy a buscar mis cosas, eso es todo.
---- te acompaño, tengo algo de tiempo libre. - sonrió, mostrando sus bonitos dientes blancos - ¿Trabajas con Jaehyun? ¡Asombroso!
🍰
Apenas estaba terminando de acomodar las cositas en su nuevo escritorio, dónde tenía la vista del gran ventanal a espaldas del escritorio de Jaehyun.
Él había salido a buscar algo para comer, aunque Sarang había insistido en ir.
---- Toc, toc..
Era Tifanny.
---- Corazón, ¿Cómo estás? - se adentró a la sala con una sonrisa - te traje un regalito por tu nuevo lugar de trabajo.
Dejó una cajita de un hermosos color sobre su mesa, juntando sus manos con ansias de que la abra.
Sarang entendió aquel pedido silencioso y abrió la pequeña caja, encontrando un frasco de vidrio con una vela aromática dentro.
---- ouh..- dejó suavemente el frasquito, sonriendo en dirección a su jefa - muchas gracias, no tenía porqué.
---- Iba a relajarme sahumerios, pero a Jaehyun no le gustan. - frunció levemente su nariz. Sarang soltó una pequeña sonrisa al encontrar cierto parecido con su hijo - y si vas a trabajar con él, mejor estar en un ambiente tranquilo. Así que opte por una velita, él tiene más pero esta es exquisita. Lo aseguro.
---- ya la prenderé..- prometió en voz baja, volviendo a guardarla - muchas gracias.
Acomodó su cabello, tirando lo hacía atrás y cerrando unos cajones para acercarse más a la mesa.
---- ¿Ya almorzaste? - consultó Tifanny, apoyándose en una de las sillas - vi a Jaehyun pidiendo algo en el restaurante en frente.
---- tengo mi almuerzo aquí. - señaló su vianda, aún guardada - ¿Usted ya comió?
---- uhum. - sonrió - pero quiero un postre..
Sarang buscó su celular y lo desbloqueó, yendo a los mensaje y leyendo una pequeña cartilla.
---- puedo pedirle algunos pastelitos de su tienda favorita, están haciendo delivery a esta hora..
La mujer negó, aún sonriendo con ternura al verla tan apresurada en ayudar.
---- estoy bien, acabo de comer.
---- ouh, claro..- miró la hora - ¿Hubo retrasos en su pedido? Normalmente suelen tardar..
---- hmm, si, tardaron, pero nada muy importante.
Era Sarang quien se encargaba de entregarle el almuerzo al mismo horario todos los días. Luchaba con el servicio de delivery y prefería buscarlo ella con tal de cumplir con su horario, Tifanny nunca pensó en eso hasta que le tocó hacerlo.
También extrañaba como le daba un vistazo a sus citas apenas terminaban de saludarse, preguntando luego por su sueño y comidas el día anterior. Tal vez si quería café o algo para comer, que queria almorzar mas tarde y recordando alguna llamada pendiente.
Encontrando sus viandas bien acomodadas cuando el almuerzo llegaba y como luchaba con pedirle que comiera con ella, aunque Sarang prefería hacerlo sola y en su mesa de trabajo.
Ahora tenía un lugar más amplio y probablemente, lo usará de buena manera. Además, Jaehyun prefería tener a su secretaria dentro de la oficina, así que no pasaría más tiempo sola.
Pero ahora Sarang parecía más dócil, aunque aún tímida. Comía en silencio e intentado no hacer sonar su vaso o palillos, masticando despacio y tomado su tiempo en terminar.
Tifanny siempre la comparó con un pequeño ciervo, por sus ojitos redondos y asustadizos, también como un conejo cuando la sorprendía y se asustaba o cuando llegaba casi saltando hasta la puerta para ayudarle.
Pero también como un gato, un gato callejero temeroso de cualquiera que quiera ayudarla o intentar ser cercano. Con su mirada a veces cansada o intimidante (dependiendo del momento), hablando bajito y caminando silenciosamente aunque traía tacos. Parecía un fastasmita.
siquiera había pasado un día y ya la extrañaba..
¿Y si le pedía a Jaehyun un reembolso?
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