DURANTE TODA SU VIDA, Taylor siempre ha sido vista como "el personaje secundario". Una chica a la que nadie le importa o nadie quiere prestar atención. Ella lo sabe, y justo por eso es que no de queja, esta acostumbrada a ser la segunda opción, aunque esto no significa que le guste serlo. Esta harta de siempre tener que mirar hacia al costado y ver cómo todos siempre están viendo a sus amigas. Le importa una mierda si no es la más linda o la más alta o la última en tener novio, pero la tratan como si no valiera, y ella sabe perfectamente lo que vale.

Cuando conoció a Sara, fue todo lo que siempre espero para su vida. Sara era amable y definitivamente no era envidiosa. Taylor de verdad creyó que había encontrado algo en lo que podía creer.

Hasta que dejó de ser así.

Recuerda su pelea, sus gritos, lo que ella dijo, lo que Sara dijo. Todo. ¿Se arrepiente? Tal vez...aunque sólo s veces, porque muy en el fondo sabe que Sara, de un momento a otro, cambio. No supo si fue por su padre o por el bullying que recibió en la escuela, pero cambio mucho.

Cuando ve a Taylor mal, con lágrimas en los ojos y una rabia creciendo dentro de ella, Simon se pregunta que carajos fue lo que pasó, que hizo Sara como para haberla dejado en ese estado. Quiere acercarse, preguntarle que esta mal, que fue lo que le dijo, pero no ñuede.

Pasa un año, y Simon y Sara se cambian al internado Hillerska. Para el chico, es bastante bueno y poco le importa lo que digan de él. Para Sara, es una pesadilla viviente.

Y entonces, el chico se encuentra con Taylor en uno de los pasillos, y sabe, internamente, que Sara hará de todo para ignorarla los 3 años que estarán ahi.

Taylor lleva dos meses en Hillerska, pero hay un cambio en ella, y Simon nota eso más que nadie.

Taylor amaba el arte más que a nada en el mundo, era una de las pocas cosas que de verdad apreciaba, además de Taylor Swift. De echo, pintaba y hacia retratos desde los 11 años. Le gustaba pintar, pero no le gustaba que la pintaran.

La castaña se encontraba sentada en un pequeño banco en el patio del internado, justo despues de que el coro hiciera un canto de bienvenida para la llegada del principe Wilhelm. Frente a ella estaba Stella; una chica amable y divertida, rubia y ojos claros. Al parecer, tenia alma de artista, y le había pedido a Taylor si, por favor, le dejaba retratarla. Se veía tan ilusionada que la chica no pudo decirle que no.

Hacia calor, mucha calor, y no podia entender como habia aceptado esto.

Llevaban una hora entera en esto.Taylor movio sus hombros con incomodidad y solto un suspiro pesado.

—¿Todo bien? —Le pregunto la rubia.

—Si, solo...hace mucho calor hoy. —Solto una risita.

Stella también rio y siguio pintando.

Taylor tenia puesto un vestido blanco y largo. Dejaba ver parte de sus hombros y su pecho un poco descubierto. Cualquiera que la viera diria que se ve hermosa.

Segundos después, la castaña vio a Simon Erikkson aparecer en su campo de vista. Lo conocía perfectamente, era el hermano de su amiga.

O bueno...alguien que solia serlo.

Taylor le sonrio con amabilidad cuando lo vio acercarse con una bolsa en su mano. Stella ya habia terminado su pintura y estaba por irse, a guardar sus cosas e ir a buscarle ropa a Taylor.

—Hola, chicas. —Saludo el chico.

—Hola, Erikkson. —Le dijo la rubia. —Vuelvo enseguida. —Le aviso a Taylor antes de irse.

La castaña suspiro y echo la cabeza hacia atras. Simon no pudo evitar soltar una risita

—¿De que te ríes? —Le pregunto la chica rapidamente, fingiendo estar molesta, aunque solo le salio un tono gracioso.

—De nada. —Simon sonrio. Parecia querer hablar pero dudaba mucho. —Te fuiste muy pronto despues del canto de bienvenida. —Observo.

—Oh, si, lo siento. Me hubiera quedado pero tenía que...

El rizado la interrumpió. —Esta bien, no me molesta. Solo queria saber.

Taylor sonrio y asintio. Se quedaron en silencio por unos segundos. Era un poco incomodo entre ambos, sobre todo despues de que Simon se enterara de la razon de su pelea con Sara.

"Lo siento, creo que tu eres la egoista aqui. Quiero decir, mirate, ni siquiera aceptas la ayuda de los demas y dices que nadie se preocupa por ti."

"Eso no...no es cierto, Taylor."

"Lo es, y sabes que lo es, y has estado tan ocupada mirandote al espejo que nunca te diste cuenta que he estado enamorada de Simon por años."

"¡Mierda Taylor! ¡Él tiene amigos! ¡Amigos que realmente son buenas personas!"

"¿Dices que yo no lo soy?"

Taylor jamas hablo de eso con Simon. Sabia que a él en realidad no le importaba, porque si le importara le habria dicho algo.

¿No?

—¿Taylor?

La chica sintio sus mejillas arder y levanto la mirada. —¿Si?

—Lo siento.

La castaña fruncio el ceño. No entendia por que pedia perdon.

—Por no haberte defendido de Sara. Tu también eras mi amiga y actue como si no me importara. —Explico el chico. Se veia un poco confundido e intranquilo.

—Yo... —Balbuceo. —No se que decir.

—Lo se. Se que es un poco muy tarde pero...no me gusta estar mal con la gente.

Taylor asintio y bajo la mirada. De verdad que no sabia que decir y no estaba muy segura de si poder decir algo coherente.

—¿Quieres ir a casa esta noche?

La chica sintio como el calor subia por su cuello y sus mejillas se tornaron rosadas. Hace meses que no pisaba esa casa solo por Sara (y tal vez un poco por Simon).

—¿Qué?

—Quiero decir... —El chico empezo a ponerse mas nervioso. —seria agradable que fueras, mamá estaría encantada y Ayub también ira. —La castaña se veia un poco complicada y por supuesto que Simon no la culparia.

—Yo...

—¡Taylor!

Ambos chicos voltearon y vieron a Stella caminando hacia ella. Taylor apreto los labios y miro al rizado.

—Umh...lo-lo pensare. —Dijo, y se bajo del banco para luego irse, dandole una ultima mirada a Simon.

El chico suspiro y echo su cabeza hacia atras. No lo admitiria, pero extrañaba ver a Taylor en su casa.

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