✤ 'ˎ - Capítulo I - ˏ' ✤
Para descubrir el juego en el que Kazuto se estaba escondiendo de sus inocultables miedos, Suguha y las demás tuvieron que hacer una búsqueda prohibida en su correo electrónico. La prima del espadachín negro y Asuna sabían que solía enviar todas sus compras allí para tener constancia de cuándo las realizó y cuánto gastó.
Encontraron a Revival Online, el juego culpable de sus preocupaciones recientes. Leyeron un poco sobre éste antes de darse cuenta de que estaban en lo correcto... La opción del Reset empezó a preocuparles. Estaba más que claro que Kirito la utilizó.
— ¿Qué hacemos ahora? —cuestionó Sugu, casi temblando del miedo.
En realidad sabía que algo malo le sucedería a su hermano; lo venía presintiendo desde hace tiempo, como una corazonada que constantemente estaba ahí y no se iba. Tenían que ir a ayudarlo, era lo único que podían hacer en esos momentos. Aun sabiendo eso, no supo porqué hizo tal pregunta.
—Uh, noventa dólares —murmuró Seiko—. Creo que tendremos problemas...
— ¡Es muy caro para ser un simple juego! —se quejó Rika.
—Creo que no podremos conseguirlo todas para esta noche. Entre más nos tardemos, Kirito-kun será más consumido por el videojuego... Quizás si lo encontramos se negará a regresar a la realidad, o algo por el estilo —murmuró Asuna, al borde de las lágrimas.
Entendía que debía ser fuerte, pero no podía soportar aquella impotencia. Si ella lo embarcó en ese peligroso camino, sería ella la misma que lo sacaría.
—Creo que el saldo de mi tarjeta alcanza para dos copias —dijo—. Tendría para más, pero mamá restringió mi cuenta bancaria a doscientos dólares...
—Yo puedo comprar una, creo que me dejarían —sonrió Seiko.
— ¡Ya sé! —exclamó Shinozaki—. Se me ocurrió un buen plan, no puede fallar.
— ¿Qué es? —preguntó Keiko, quien estaba de verdad atenta a todo lo que decían sus amigas.
— ¿Te parece si tú y yo nos quedamos afuera mientras ellas van a la aventura? Podríamos cuidar sus cuerpos y cubrirles la espalda en caso de ser necesario —explicó.
—Me parece bien —dijo, sonriente, la castaña—. Así no podrán descubrir nuestra operación secreta.
—Salvaremos a Kirito-kun —declaró Asuna.
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Las muchachas fueron todas juntas al centro comercial para adquirir las copias de Revival Online. Esto lo tuvieron que hacer porque no había copias usadas en Amazon o en ningún otro lugar, ya que tal juego tenía una gran demanda y una enorme protección por parte de sus creadores.
Si bien era un poco peligroso, la mayoría de aventureros optaban por utilizar la opción del Reset. Aun así, podían salir de la partida si se iba la electricidad (cosa que raramente sucedía), o si el Amusphere era desconectado.
La idea inicial de las chicas era desconectar el Amusphere de Kazuto; pero descubrieron después que la información de su cerebro podía ser alterada si el jugador había usado el Reset. Aquellas enfermedades o resultados a los que se hubieran arriesgado eran: pérdida de memoria, trauma cerebral y bipolaridad, siendo la primera la más frecuente.
En definitiva no era una opción.
Ya con los DVD en mano, Asuna y las demás salieron del lugar hacia la casa de Rika, en donde entrarían al juego por fin. Cada una tenía sus propias inseguridades respecto a ello. Yuuki, por ejemplo, tenía miedo de que le hubieran hecho algo a su Kirito-kun. Nishi tenía miedo de que el plan saliera mal; y Kirigaya tenía miedo de que no pudieran encontrar a su hermano.
Entre tantos pensamientos, de alguna manera lograron darse cuenta que Shino Asada estaba a unos pasos de ellas.
— ¡Sinon-san! —exclamó Keiko, y le dio un abrazo.
—Oh, hola —sonrió la muchacha—. ¿Qué hacen por aquí todas juntas?
—Estábamos de compras —dijo Rika—. ¿Te contamos lo de Kirito?
—No... ¿Qué pasó con él?
Asuna bajó la cabeza y Seiko supo que debía hablar por ella en ese momento.
—Creemos que Kazu se sintió mal porque Asuna anunció públicamente que se casaría y... tenemos pistas suficientes como para comprobar que entró a Revival Online usando el Reset.
—Cuéntame más.
Siguieron moviéndose todas juntas hacia el rumbo inicial, mientras le contaban a Shino los planes que tenían en mente. Impresionada, ella prestó atención a cada uno de los detalles, para al final decir algo que podría ayudarles.
—Yo tengo ese juego.
Los gestos de sorpresa de las chicas fueron indescriptibles, resolviendo que debían haberla incluido en sus planes desde un principio.
—Lo compré casi cuando salió, en una oferta. Empecé a jugarlo de forma normal y por eso fue que dejé ALO un tiempo. Es muy adictivo.
—Y, ¿sabes algo sobre el Reset? —inquirió Asuna con preocupación.
La de cabello más oscuro negó con la cabeza—. No tengo más que una noción de ello, aunque conocí a una chica que parecía haber usado esa opción. Estaba muy metida en el rollo del juego...
— ¿Hay vidas infinitas?
—Sí. Pero el dolor se siente muy real. Y creo que, como las personas que usaron el Reset no son conscientes de ello, se arriesgan más que las que sabemos que estamos dentro de un juego.
—Vaya...
Teniendo un poco más claro el panorama, Sinon decidió que las ayudaría, así que debían ir a su casa primero para recoger su videojuego. Les explicó cosas sobre el juego, lo básico. El tipo de armas y vestimenta que había, las modalidades de batalla, las mazmorras donde se derrotaba a los jefes...
—Es como SAO —murmuró Nishi, al final de la explicación.
Asuna, desesperada, empezó a repetir en su cabeza que salvaría a Kirito cueste lo que cueste, incluso si arriesgaba su vida.
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— ¿Entonces nos conectaremos desde aquí? —inquirió Asada, para tener bien claro lo que iban a hacer.
—Sí. Nosotras vigilaremos sus cuerpos y las desconectaremos del juego si es necesario —dijo Shinozaki.
—No... No volveremos hasta tener con nosotros a Kirito-kun —declaró Asuna—. Además, ¿quién vigilará su cuerpo? ¿Quién sabrá si se despierta? Nadie...
—De hecho puse a mis dos hermanos en ello —rió Nishi—. Les pedí que se turnaran para vigilarlo, creí que Sugu-chan te contó...
—Creo que lo olvidé —susurró la muchacha.
—En ese caso, tenemos todo cubierto —sonrió Sinon—. ¿Qué esperamos? ¿Están preparadas?
— ¡Hai! —soltaron todas, al unísono.
—Que comience la aventura —suspiró Yuuki.
Ella y Suguha se acostaron en la cama de Rika. Mientras tanto, las otras dos fueron al salón y posaron sus cuerpos sobre los sillones.
— ¿Estás segura de esto, Nishi? —cuestionó Shinozaki, quien se encontraría vigilándolas—. ¿No quieres... cambiar de puesto?
—No te preocupes, Rika-san. Prefiero arriesgarme yo...
—Bien. Confiaré en ti. Espero que logren traer a Kirito de vuelta.
—Lo haremos, te lo aseguro.
Dicho esto, se colocó el Amusphere y, al mismo tiempo que Sinon, pronunció el legendario Link Start.
Desde un principio, la interfaz se parecía mucho a la de SAO. Usuario y contraseña, o crear un nuevo avatar. Asada hizo lo primero, y las otras tres hicieron lo segundo. Los nombres que ya eran clásicos para ellas fueron utilizados. Asuna, Leafa y Arishi.
El avatar de la primera llevaría los ojos avellana y el cabello castaño anaranjado, como siempre. La segunda optaría esta vez por su color natural de cabello y los ojos verdes que le recordarían a su raza en Alfheim. La tercera, como estrategia, crearía el suyo en base a sus características reales.
La aventura estaba decidida, el objetivo era claro y los participantes se definieron desde un principio. El espadachín negro sería rescatado por su destello veloz, y la pareja feliz volvería a la normalidad. O al menos eso era lo que querían que sucediera.
Era hora de escoger una profesión para el mundo de Revival Online. Asuna eligió la de cocinera, aunque no fuera tan efectiva en el combate. Todo porque le recordó los días que pasó junto a su amado Kirito en Sword Art Online. Los momentos que compartieron juntos jamás se irían de su mente, en especial durante aquella situación de vida o muerte.
Si no era capaz de salvarlo, se derrumbaría tanto su presente, como su pasado y futuro. Mientras creaba su personaje no pudo hacer más que pensar en él y en las muchas cosas que sucedieron en SAO hace ya varios años. También pensó en Yui, y se preguntó si resistiría sola durante el tiempo que durara la misión. Recordó que no le contó lo que sucedió con su papá...
Se sintió terrible una vez más. No culparía a Kazuto si, una vez recobrara sus memorias y los hechos que lo llevaron a tomar sus decisiones, no fuera capaz de perdonarla. Lo que había hecho en realidad no tenía forma de ser disculpado. Debió avisarle, al menos, que iba a hacer tal cosa. O simplemente negarse.
Ella no era tan fuerte en el fondo. La Asuna fuerte estaba en el mundo virtual, y la Asuna real no era más que una débil y simple muchacha. No obstante, como iba a ser la Asuna del mundo virtual quien salvara a Kirito, se quedó un poco más tranquila. Lo haría, definitivamente lo haría.
Con un suspiro, abrió los ojos en el mundo del renacimiento. Se encontró con el paisaje más bello jamás creado... Las nubes formaban espirales en el cielo azul y el sol estaba justo encima de todo eso, brillando cual el rey que es.
—Hagamos esto —se dijo a sí misma, soltando un corto suspiro.
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