Fresh miraba a la nada, aquel AU antes conocido como Oceantale se había consumido en la desesperación, era el mismo caso en todos los otros universos. No quedaba más que sufrimiento, Nightmare parecía tomar sus planes muy en serio desde... aquel día.

— Daddy, mira, mira —esa vocecilla llamó su atención, haciéndolo voltear a ver a la menor que llevaba entre sus manos un montón de conchitas que enseguida le entregó a él —, son para ti, ¿te gustan?

— Heh, those are really cute, I guess... no son muy radicales...

— Podríamos pintarlas para que sean igual de radicales como le gustan las cosas a daddy —comentó ella haciendo al mayor suspirar, sentándose en la arena y dejando que la infante se colara hasta sentarse en sus piernas, ambos miraban el mar —, ¿podemos llevarle algunas a mamá?

— Marshy, ya sabes que no es tu madre, es tu tío... —sonrió con añoranza, la niña hizo un puchero.

— Lo sé, pero mami ya no está, ¿no? Y todos se alejan de nosotros o intentan hacernos daño... quisiera que papi tuviera alguien con él que no quiera lastimarnos...

— ... te tengo a ti —comentó restándole importancia al asunto, la niña obvio sonrió alegre por eso.

— ... daddy, ¿cuál es el mejor recuerdo que tienes de mami? —cuestionó a lo que Fresh se quedó sin habla, no sabía cómo responder a tal interrogante, pues nunca se puso a pensar aquello con calma; pero la mirada expectante de la menor le hizo tener que buscar una respuesta rápida.

— Todo —dijo él con simpleza, haciendo a la menor ladear el rostro, ¿esperaba más?

Fresh rió bajo, meditando cómo complementar su respuesta tan vacía.

— Dream era... el ser más dulce del multiverso —comenzó —. Siempre ayudando a los demás sin esperar nada a cambio más que una sonrisa, haciendo hasta lo imposible por ello; el modo en que sonreía era algo hermoso y la forma infantil en que actuaba eran de las cosas más adorables que recuerdo de él... Tu mami era un verdadero ángel.

Todos esos recuerdos a su lado llegaron de golpe a él. El cómo se esmeró en ayudarle a calmarse cada vez que un nuevo sentimiento quería aparecer en él, las noches que pasaron en vela juntos mirando el techo “estrellado” de las cavernas de cada AU que visitaban, las veces que incluso él caía en la tentación del infantilismo ajeno para ambos ponerse a jugar con sus furbies... Inclusive aquella vez cuando quiso intentar tener sexo por intentar apoderarse de la manzana de Dream...

Aquella noche... no llevó a cabo su plan. No pudo. Hicieron el amor y fue la velada más especial para ambos, donde pudieron ser uno mismo al entregarse por primera y última vez al ser que amaban, demostrarse con acciones y algunas palabras lo que sentían mutuamente. Algo realmente mágico, único; que no importaba cuántos años hubieran pasado de eso... de su primera vez... era la experiencia más importante de su vida, y jamás la olvidaría...

Decidió contarle mucho de su historia de dos años de amistad y cinco de romance con Dream, inclusive se atrevió descaradamente a describirle a grandes rasgos cómo habían sido sus besos. Marshy le escuchó atenta, cada palabra, cada gesto ajeno...

— Realmente extrañas a mami, ¿no es así, daddy? —el mayor detuvo su habla volteando a verla, ella le sonrió levemente esperando que su pregunta no le hubiese incomodado.

—... yeah, you're right.

— ... si mami estuviera aquí, ¿serías por fin feliz? Te oí llorar el otro día... quieres que vuelva contigo... yo sobro aquí, ¿verdad? ¿Es mi culpa que mami no esté? —el de gafas mantuvo una expresión serena, para enseguida apretar la cintura de la menor en un ligero abrazo.

— Marshy, no; he’s always here —la pequeña le miró desconcertada asegurándole que mentía mientras lágrimas amenazaban escapar de sus cuencas —, tú eres lo que queda de él, nuestra pequeña hijita... me hace falta tenerlo a mi lado, eso es seguro; pero ya soy feliz, ‘cause I have this adorable girl —sonrió tomándola del rostro.

Marshmallow tardó un poco en sonreír, pero cuando lo hizo, alegró infinitamente al mayor. Ahí estaba; esa preciosa sonrisa que alguna vez fue del ser que amó, ahora su hija la había heredado. Esas pupilas brillantes, su ternura, inclusive la actitud melosa e incluso los celos por ser dejada de lado como una vez Dream que hizo un puchero adorable cuando le vio abrazando a Ink... Marshmallow había heredado tantos rasgos de Dream que aunque le echara de menos, era como tenerlo siempre con él.

Aunque a la niña no podía amarla del mismo modo, no importaba.

Era su rayito de esperanza.

Sus esperanzas marchitas florecían nuevamente con esa pequeña que le adoraba más que a nada en el multiverso, haciéndolo dar gracias por no haberse quedado solo... por tener una segunda oportunidad para enmendar todo el daño que hizo alguna vez.