Sostenían sus manos con cuidado, las otras que no ocupaban entrelazando sus falanges eran para mantenerse cerca el uno del otro, tan sólo disfrutando del momento, de los abrazos y los besos.

Mientras que Fresh no tenía problema alguno, a Dream ya se le dificultaba seguirle el ritmo. Siete lenguas... debía lidiar con siete lenguas de colores en medio de ese húmedo y algo salvaje beso.

¿Pero qué más daba? Por él aguantaría cualquier cosa, inclusive la extraña sensación en su boca al lidiar con esa gran cantidad de lenguas o los apretones ocasionales en sus hombros. Dream no pudo evitar sostener con más fuerza la mano ajena, haciendo a Fresh separarse finalmente con varios hilos de saliva bastante coloridos como único medio de unión entre ambos. El de menor estatura jadeaba, tratando de recuperarse tras esa emocionante sesión de mimos.

- Qué bonito -sonrió Fresh, intentando hablar "normal" para que Dream siguiera una conversación tranquila; dio algunas caricias sobre el cráneo ajeno para luego darle besitos por el rostro.

- F-Fresh, ya -rió, eran demasiados cariños para él, quien no se acostumbraba en absoluto a recibir tantos de esos tratos aún si toda su vida había sido tratado del mismo modo; la diferencia era que con Fresh era más especial.

Valía la pena disfrutar más de esos cariños, de esos dulces momentos a su lado... mientras aún pudiera.