Owari abrió sus cuencas con pesadez, estaba lo suficientemente mareado como para apenas levantarse sentir que todo daba vueltas y un leve malestar en su garganta.

Con esfuerzo se levantó ligeramente, apoyándose en ese pequeño árbol de guayabas al parecer. ¿Dónde estaba ahora?

Intentando dar un paso, cayó abruptamente al suelo haciéndose un raspón en su pómulo derecho; viéndose forzado a permanecer un instante ahí hasta escuchar pasitos en su dirección, y una mano tenderse ante él.

— ¿Estás bien? —esa voz...

Al voltear hacia arriba notó a aquel pequeño "Sans" con bonita ropa en colores amarillo y azul pastel, con una preciosa tiara dorada adornando su cráneo. Seguía insistente con una mirada preocupada. Detrás suyo... ¿Quién era?

— Dream... —musitó casi en alerta, el susodicho le miró con sorpresa, el otro bajó la mirada.

— Oh, ¿me conoces? —esbozó una tierna sonrisa, ayudándole a levantar con cuidado para dejarlo sentarse en el suave césped, quitándole algunas briznas de su ropa —¡Qué bonita ropa! ¡Es tan suave como la seda! Nighty, ven, no seas tímido —llamó al contrario, Owari volteó enseguida hacia aquel que respondió ante ese apodo.

— ¿Nightmare? ¿Tú eres Nightmare...?

— ¡Nos conoces a ambos! —exclamó emocionado el pequeño soñador.

— Tal parece —musitó Nightmare acercándose a sentarse al lado de su hermano —, no te culpo si no quieres tenerme cerca... —ese tono triste junto a esa sonrisa débil fue suficiente para recibir un abrazo.

Ambos gemelos se sorprendieron de aquello, más aún cuando Owari se separó para tomarle del rostro.

— ¡Por dios! ¿Cómo no me gustaría tenerte a un lado mío? ¡Mira qué bonito que eres! Tu cara es tan suave, y tus manos tan pequeñas, ¡eres lo más lindo del mundo! —si ése era Nightmare, le gustaba aún sin esa masa de oscuridad cubriéndole, nunca había visto algo tan lindo en su vida —¡Ciegos los que decían que Dream era más precioso que tú! Ah, pareces un príncipe con esa ropa, tan adorable~

— ... g-gracias, creo —eran sin exagerar los primeros halagos que recibía de alguien que no fuera su hermano, era ciertamente... lindo.

Dream miraba a ambos con una sonrisa, más aún al ver a su hermano con una expresión pacífica pero alegre.

— Ven, vamos al pueblo a buscar donde curarte eso —señaló la leve herida del ángel, quien había olvidado ese ardor por mirar embelesado al príncipe de las pesadillas.

— A-ah, sí, claro...

No sabía cómo llegó ahí pero haría lo posible por proteger la sonrisa hermosa de su amado... aún si no fuera por ese aspecto dulce del que se enamoró perdidamente...