- No lo entiendes, sólo... s-sólo estás confundido... Yo no... Tú... -balbuceaba mientras era acorralado contra un muro, el otro mirándole curioso.

- ¿Crees que miento? -cuestionó con un tono de voz que demostraba el dolor en su alma ante la idea de que el más pequeño de los dos le creyera un mentiroso con respecto a sus sentimientos.

- ... no es eso -musitó tenue, jugando nervioso con sus manos hasta que una de las mismas fue atrapada en la mano ajena, siendo dirigida hacia el rostro del menor.

- ¿Qué es entonces? ¿Por qué no quieres creer en mis palabras? -antes de recibir respuesta alguna, besó el dorso enguantado de la pequeña mano de Dream, quien tembló al sentirlo -¿Tienes miedo de mí, acaso? ¿De que todo lo que dicen de mí sea cierto?

Negó tan pronto esa pregunta terminara, mientras miraba el suelo Lust aprovechó a sentar al contrario para luego recostarlo poco a poco y colocarse encima suyo.

Los nervios se apoderaron de Dream quien quiso levantarse si no fuera que le detuvo una suave caricia en su lindo y curiosamente suave rostro, un beso fue depositado en su frente y finalmente Lust se levantó un poco para sonreír con ternura.

- Es... por mi aura -habló tímido, dudoso. Lust le miró divertido.

- Tu aura es agradable, debo decir... Pero no, tú eres simplemente adorable, ¿sabes? Tan sólo mira tu carita tan linda, te comería a besos si me dejaras~, pero no quiero presionarte~ -besó su cuello haciéndolo suspirar -. Cuando te sientas cómodo buscaré forma de probarte que sí va en serio lo que dije, que me gustas~

Esbozó una muy pequeña sonrisa, dejando a Dream anonadado, más aún al verlo levantarse de encima suyo para recostarse del otro lado de la cama.

- ¿Quieres ir a buscar dulces? Mi hermano tiene algunos en un frasco de la repisa más alta.

- S-sí, suena bien...

Menos mal su amistad no se veía afectada por los sentimientos unilaterales de Lust... o quién sabe, el rostro de Dream había estado amarillo desde su confesión, había un poco de esperanza.