4: Amigos Sinceros.
Yoongi llegó al castillo al anochecer, su capa aún cargada del polvo del camino. Apenas se adentró en el salón principal, donde Jungkook y Taehyung lo esperaban con una copa de vino en la mano, los dos se levantaron con expectativa.
—¿Cómo está nuestro pequeño? —preguntó Jungkook, apoyándose en el respaldo de un sillón mientras lo miraba con curiosidad. Yoongi se sentó frente a ellos, dejando escapar un leve suspiro antes de responder con una sonrisa ligera.
—Está bien. Parece que se está adaptando mejor de lo que esperaba. Aunque al principio fue algo tímido, ahora tiene dos nuevos amigos: Jimin y NamJoon.
—¿Quiénes son? —preguntó Taehyung, intrigado.
—Jimin es un pequeño vampiro travieso. Siempre está lleno de energía y arrastra a Seokjin y NamJoon a todas partes. Es el tipo de niño que no puede quedarse quieto ni un segundo, pero parece que eso está ayudando a Seokjin a relajarse. Lo vi reír mucho mientras hablaban —dijo Yoongi, con una sonrisa cálida al recordar la escena.
—¿Y NamJoon? —intervino Jungkook, curioso.
—NamJoon es todo lo contrario a Jimin. Es un niño tranquilo, un poco nerd, diría yo. Siempre tiene un libro en las manos, y le gusta explicar todo con detalles. Creo que Jimin lo saca de su zona de confort, al igual que a Seokjin. Pero los tres parecen llevarse bien, lo cual es un alivio.
—Me alegra saber que está haciendo amigos —comentó Taehyung, sirviendo otra copa de vino y ofreciéndosela a Yoongi—. Aunque, por lo que dices, Jimin parece ser todo un caso.— Yoongi rió suavemente, aceptando la copa.
—Lo es. Pero es un buen niño. Tiene un espíritu libre que de alguna forma complementa la calma de Seokjin y NamJoon. Es como si los tres se equilibraran.
—¿Y nuestro pequeño? —preguntó Jungkook, con una sonrisa tierna—. ¿Se ve feliz?— Yoongi asintió, su expresión relajada.
—Sí, más de lo que esperaba. Seokjin necesita a alguien como Jimin para empujarlo a ser un poco más aventurero, y a alguien como NamJoon para mantenerlo anclado. Parece que está encontrando su lugar entre ellos, y eso me tranquiliza.
Jungkook y Taehyung intercambiaron una mirada de alivio. Aunque extrañaban tener a Seokjin en casa, saber que estaba rodeado de buenos amigos y comenzando a disfrutar de su vida en la academia era suficiente para calmar sus corazones.
—Tal vez tengamos que enviarle algunos libros nuevos o algo especial para agradecer a sus amigos —sugirió Taehyung, sonriendo ante la idea.
—Buena idea —respondió Yoongi, con un leve asentimiento—. Y puede que también debamos prepararnos para visitas sorpresa de Jimin en algún momento. Siendo como es, no me sorprendería que intente venir al castillo por pura curiosidad.
. . .
Una tarde, mientras Yoongi revisaba algunos documentos en su despacho, un cuervo negro aterrizó en el alféizar de la ventana con un pergamino atado a su pata. Reconoció el sello de la academia y, con curiosidad, desató la carta. Era de Jimin, escrita con una caligrafía sorprendentemente formal para alguien tan inquieto.
> Estimado Rey Yoongi,
Espero que esta carta lo encuentre bien y que todo en el castillo esté en orden. Le escribo con algo de urgencia sobre nuestro querido amigo Seokjin.
Uno de los maestros de la academia, el profesor de historia, ha estado comportándose de manera inaceptable hacia él. Lo ha llamado "mascota" varias veces frente a toda la clase, y aunque Seokjin intenta no mostrarlo, puedo ver que estas palabras lo afectan mucho.
Le he insistido a Seokjin en que debería contárselo, pero él teme preocuparlos y prefiere callar. Sin embargo, creo que será mucho peor si no hace nada al respecto y este comportamiento continúa. Seokjin merece respeto, y no puedo permitir que alguien lo humille así.
Por favor, considere esta carta como un llamado de atención. Si lo desea, puedo seguir informándole de cualquier novedad sobre este asunto.
Atentamente,
Park Jimin
Amigo leal de Seokjin
Yoongi dejó la carta sobre su escritorio, apretando los labios mientras el enojo crecía dentro de él. ¿Cómo se atrevía un simple profesor a humillar a su pequeño omega? Levantó la mirada y llamó a Jungkook y Taehyung, quienes entraron rápidamente al despacho al escuchar su tono autoritario.
—Tenemos un problema —dijo Yoongi, entregándoles la carta. Ambos leyeron rápidamente, y las expresiones relajadas de los vampiros se tornaron serias.
—Ese profesor no tiene idea de con quién se está metiendo —gruñó Jungkook, sus ojos brillando con un destello carmesí.
—¿Qué planeas hacer, hyung? —preguntó Taehyung, apoyando la carta sobre la mesa. Yoongi se levantó, su figura proyectando una sombra imponente en la habitación.
—Voy a visitar la academia. Si ese maestro no aprende a tratar a Seokjin con el respeto que merece, se enfrentará a mí personalmente. Nadie llama "mascota" a mi princesa y se sale con la suya.
Jungkook y Taehyung asintieron, listos para acompañarlo si era necesario.
. . .
La clase de historia estaba en pleno desarrollo, pero el profesor, un vampiro estricto y altivo, parecía más interesado en menospreciar que en enseñar. Caminaba frente a la clase, sosteniendo un libro grueso mientras lanzaba miradas críticas a Seokjin.
—¿Y tú, pequeña "mascota"? —dijo el profesor con una sonrisa burlona, deteniéndose junto a Seokjin—. ¿Sabes siquiera leer? O tal vez deberíamos enseñarte a sentarte y dar la pata primero.
La clase entera se quedó en silencio. Jimin, sentado junto a Seokjin, apretó los puños, claramente molesto.
—¡Eso no es justo! —exclamó Jimin, poniéndose de pie—. Seokjin no es una "mascota", ¡es más valiente que usted jamás será!— El profesor se giró hacia él, sus ojos brillando con molestia.
—Siéntate, Park Jimin. No estoy interesado en las opiniones de un mocoso insolente.
—Pues debería estarlo —dijo NamJoon, levantándose también, su voz firme pero controlada—. Humillar a sus estudiantes no lo convierte en un buen maestro, solo demuestra lo poco profesional que es.
El profesor se rió con desdén, cruzando los brazos.
—¿Y quién va a detenerme? ¿Ustedes tres? Qué gracioso.
Antes de que alguien pudiera responder, un silencio tenso cayó sobre el aula. La puerta se abrió de golpe, revelando a Yoongi, quien entró con una calma aterradora, seguido por Jungkook y Taehyung. Los tres vampiros irradiaban autoridad, y los estudiantes se quedaron boquiabiertos al ver a la realeza en su clase.
Yoongi no dijo nada al principio, pero sus ojos se posaron directamente en el profesor.
—Yo lo haré.
El tono frío y controlado de su voz hizo que todos los presentes sintieran un escalofrío. El profesor retrocedió instintivamente, dándose cuenta de quién estaba frente a él.
—S-Señor, no sabía que estaría visitando... —balbuceó el profesor, intentando recuperar la compostura.
—Claro que no lo sabías —interrumpió Yoongi, acercándose lentamente a él—. Si lo supieras, quizás habrías mostrado un poco de respeto a mis invitados.
El profesor intentó hablar, pero Yoongi levantó una mano para silenciarlo.
—Llamar "mascota" a mi princesa no solo es una falta de respeto hacia él, sino también hacia mí —continuó Yoongi, su mirada helada—. Tus acciones han demostrado que no mereces el puesto que tienes.
Jungkook y Taehyung se movieron hacia los estudiantes, asegurándose de que Seokjin, Jimin y NamJoon estuvieran bien. Mientras tanto, Yoongi se dirigió al profesor una última vez.
—Empaca tus cosas. No quiero volver a verte en esta academia. Y considérate afortunado de que no te lleve al castillo para enfrentarte a un castigo más severo.
El profesor, tratando de recuperar algo de su dignidad ante la inesperada llegada de Yoongi, enderezó la postura y habló con voz desafiante, aunque temblaba ligeramente.
—Señor Min, con todo respeto, su... hijo necesita ser reprendido. No puede permitirse que alguien como él cause problemas en esta academia.
Yoongi levantó una ceja, claramente irritado, y avanzó un paso hacia el profesor, quien retrocedió instintivamente.
—¿Hijo? —repitió Yoongi, su tono bajo pero lleno de una amenaza implícita. Luego dejó escapar una risa breve y fría antes de continuar—. No es mi hijo, profesor. Es mi prometido.
El aula quedó en completo silencio. Los estudiantes y el mismo profesor parecían congelados ante la declaración, mientras Yoongi continuaba, su mirada fija en el hombre frente a él.
—¿Es ciego acaso? —preguntó Yoongi, señalando con un gesto hacia el broche dorado en la solapa del uniforme de Seokjin, que llevaba el emblema del compromiso real—. ¿No ve las insignias que lo marcan como el prometido de su rey?
El profesor abrió la boca para responder, pero ninguna palabra salió. Parecía haber perdido completamente la compostura.
—Seokjin no necesita ser reprendido —continuó Yoongi con un tono firme y gélido—. Lo que necesita es respeto. Y lo mismo se aplica a sus amigos, quienes tuvieron más valor para defenderlo que usted para enseñar con honor.
El profesor intentó balbucear una excusa, pero Yoongi no le dio oportunidad.
—Ya he tomado una decisión. No tiene lugar en esta academia. Y le sugiero que no me obligue a reforzarla con métodos más... definitivos.
Con eso, el profesor salió apresuradamente, dejando el aula en un silencio pesado. Yoongi se volvió hacia Seokjin, quien lo miraba con los ojos grandes y brillantes, una mezcla de asombro y alivio.
—Mi princesa, nunca más permitiré que alguien te humille de esa manera —le dijo Yoongi suavemente, inclinándose para colocar un beso en su frente.
Jungkook y Taehyung también se acercaron para consolarlo, mientras Jimin y NamJoon observaban la escena, impresionados por la manera en que Yoongi defendía a Seokjin.
—Gracias, hyung —murmuró Seokjin, sujetando tímidamente la mano de Yoongi.
—No hay necesidad de agradecerme, princesa. Es mi deber protegerte.
Mientras se dirigían a la oficina del director para asegurarse de que no hubiera más problemas, el mensaje era claro para todos: Seokjin no era alguien a quien se pudiera tratar con desprecio. No cuando el rey y sus leales lo cuidaban como un tesoro.
. . .
Durante el descanso, Seokjin, Jimin y NamJoon se sentaron bajo un árbol en el patio, disfrutando del aire fresco después del tenso incidente con el profesor. Sin embargo, la curiosidad de Jimin y NamJoon no podía esperar más.
—Seokjin-ah —comenzó Jimin, inclinándose hacia él con una mirada intrigada—, ¿es verdad? ¿Eres el prometido del Rey Yoongi?.— Seokjin, algo tímido, asintió con la cabeza.
—Sí —respondió en voz baja, llevando una mano a su cuello donde la marca de colmillos de Yoongi era visible—. Aquí está la prueba.
Jimin y NamJoon se inclinaron más cerca, examinando la marca con asombro. Jimin fue el primero en reaccionar.
—¡Es la marca de la vida! —exclamó, claramente impactado. Seokjin parpadeó, confundido.
—¿La marca de la vida?.— NamJoon, siempre el más estudioso, tomó la palabra, ajustándose las gafas.
—Básicamente, Seokjin, esa marca significa que el rey Yoongi te dio parte de su sangre. Los vampiros reales solo hacen eso en casos excepcionales, porque compartir su sangre no es solo una unión simbólica. Es literal.
—¿Literal? —repitió Seokjin, aún más confundido. NamJoon asintió con seriedad.
—Significa que cuando Yoongi te encontró, probablemente estabas al borde de la muerte o ya habías cruzado esa línea. Su sangre no solo te salvó; alargó tu vida. Mientras la sangre de un vampiro real corra por tus venas, vivirás mucho más tiempo del que un humano normal podría soñar.
Seokjin se llevó una mano al cuello, tocando la marca con cuidado.
—Yoongi nunca me explicó eso...
—Es porque es algo muy íntimo y especial —intervino Jimin, mirándolo con una mezcla de admiración y envidia—. Es como si te hubiera dado una parte de su propia vida.
—Exacto —continuó NamJoon, sonriendo suavemente—. Y también significa que está vinculado a ti de una manera que va más allá del compromiso. Tu bienestar está conectado al suyo.
Seokjin bajó la mirada, pensando en las palabras de sus amigos. Ahora entendía un poco más por qué Yoongi era tan protector con él y por qué siempre decía que nadie más podría ocupar su lugar.
—Eso es... mucho que asimilar —murmuró, jugueteando con el borde de su abrigo. Jimin se echó a reír suavemente, dándole un pequeño golpe amistoso en el hombro.
—No te preocupes, Seokjin-ah. Si alguien merece un compromiso tan especial, eres tú.
NamJoon asintió, apoyándose en el tronco del árbol.
—Y ahora entendemos por qué Yoongi fue tan duro con ese profesor. Eres mucho más importante de lo que imaginábamos.
Seokjin sonrió tímidamente, sintiendo el calor de la amistad de Jimin y NamJoon. Aunque aún le costaba aceptar su lugar como prometido de Yoongi, era reconfortante saber que tenía amigos que lo entendían y lo apoyaban.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro