Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

21: Un Cazador Suelto.

SeokJin había oído los rumores mientras paseaba por el mercado humano, disfrazado cuidadosamente con un sombrero y gafas para evitar que alguien notara su verdadera naturaleza. El nombre del cazador resonaba entre las conversaciones susurradas: un hombre que no solo estaba tras vampiros individuales, sino que parecía conocer todos los secretos de su especie, incluyendo la ubicación de la ciudad vampírica oculta.

Intrigado y preocupado, SeokJin decidió acercarse al cazador, quien se encontraba en una taberna al borde del pueblo. Con una mezcla de nerviosismo y valentía, se sentó a su lado en la barra.

—Dicen que sabes mucho sobre los vampiros —dijo con un tono casual, aunque su corazón latía con fuerza.

El hombre, un tipo de mirada astuta y cicatrices que hablaban de años de lucha, giró lentamente hacia él.

—¿Y a ti qué te importa? —preguntó, con una voz grave y desconfiada. SeokJin sonrió, fingiendo ser un humano curioso.

—Solo... he escuchado historias. Me intriga cómo sabes tanto. ¿Son reales? ¿Los vampiros realmente existen?

El cazador lo estudió por un momento antes de responder.

—Existen, y son más peligrosos de lo que los cuentos de hadas dicen. Se ocultan en las sombras, pero tienen su propia sociedad avanzada. Incluso una ciudad secreta. —El hombre hizo una pausa, tomando un trago de su vaso. Luego añadió en un susurro—: Pero todos tienen debilidades, y yo sé cuáles son.

El corazón de SeokJin se hundió al escuchar esto.

—¿Debilidades?

El cazador lo miró con una sonrisa fría.

—Claro. Los vampiros no son invencibles. Solo necesitas conocer sus puntos débiles: la luz del sol, ciertos tipos de plata, y... bueno, hay más, pero no voy a revelar todos mis secretos.

SeokJin fingió reír, pero por dentro estaba alarmado. Si este hombre realmente sabía tanto, sus esposos y toda su comunidad estaban en peligro. Decidió cambiar de tema rápidamente para no levantar sospechas, pero cada palabra que escuchaba lo preocupaba más.

.  .  .

SeokJin entró al castillo apresuradamente, dejando su abrigo y bolsa en la cocina sin cuidado, algo poco común en él. Su respiración estaba agitada, y sus ojos reflejaban la mezcla de miedo y ansiedad que lo atormentaba.

—¡Yoongi! —gritó, su voz quebrándose por los nervios mientras caminaba rápidamente por los pasillos. —¡Yoongi, necesito hablar contigo, es urgente!

En cuestión de segundos, Yoongi apareció de la nada, como si hubiera emergido de las sombras mismas. Su presencia repentina hizo que SeokJin diera un pequeño salto, llevándose la mano al pecho.

—Por el amor de la luna, ¡no vuelvas a hacer eso! —exclamó SeokJin, intentando calmar su corazón acelerado. Yoongi, con su expresión seria pero con un leve rastro de diversión en sus ojos, se acercó a su omega.

—Perdón, princesa. Pero estabas llamándome como si el castillo estuviera en llamas. ¿Qué ocurre?

SeokJin lo agarró del brazo, su agarre firme pero tembloroso, y lo guio hacia la cocina para asegurarse de que estuvieran solos.

— En la ciudad... hay rumores. Rumores de un cazador de vampiros. —Sus palabras salieron apresuradas, como si temiera que alguien más las escuchara. Yoongi frunció el ceño, inclinándose ligeramente hacia él.

— ¿Cazador de vampiros? Eso no es nada nuevo. Siempre hay humanos que intentan desafiar a los de nuestra especie. No suelen durar mucho.

— Este es diferente —interrumpió SeokJin, con un tono más firme de lo habitual. —Él sabe demasiado. Sabe sobre la ciudad vampírica, sobre las debilidades. Incluso mencionó cosas que jamás he escuchado en las historias.

Yoongi permaneció en silencio por un momento, procesando la información.

— ¿Cómo te enteraste de esto? —preguntó, su tono ahora más serio.

— Fui al mercado humano y escuché a la gente hablando de él. Decidí acercarme para saber más. —SeokJin hizo una pausa, bajando la mirada—. No sé si fue imprudente de mi parte, pero quería protegerlos.

Yoongi colocó una mano bajo el mentón de SeokJin, levantándole la mirada.

— Siempre preocupándote por nosotros, princesa. Pero debiste venir a mí antes de acercarte a alguien así. No sabemos de lo que es capaz ese hombre.

— Lo sé —susurró SeokJin, mordiéndose el labio con culpa. —Pero... tenía que hacerlo. Ahora estoy seguro de que debemos hacer algo. Si él sabe tanto, es cuestión de tiempo antes de que actúe.

Yoongi suspiró, acariciándole la mejilla con ternura.

—Lo manejaremos, Jin. Pero necesito que me prometas algo.

—¿Qué?

— No vuelvas a exponerte de esa manera. Si algo te pasara... —Yoongi apretó la mandíbula, sus ojos brillando con una mezcla de preocupación y determinación—. No lo soportaría.

SeokJin asintió lentamente, dejando que Yoongi lo abrazara, sus brazos fuertes y protectores envolviéndolo por completo.

— Lo prometo.

Pero incluso mientras lo decía, SeokJin no podía evitar sentirse inquieto. Porque sabía que ese cazador no se detendría hasta cumplir con su objetivo, y eso ponía en riesgo a todos los que amaba.

— Oh, Gigi por cierto, agarre esta cosa, estaba en su abrigó, como estaba borracho no se dio cuenta que lo agarre.— Seokjin sacó una insignia, esa maldita insignia.

— Ese hijo de perra nos encontro.

Yoongi se quedó inmóvil tras ver la insignia que SeokJin tenia en manos, su rostro endureciéndose con una mezcla de furia contenida y algo que parecía... reconocimiento.

—Ese cazador... lo conozco. —Su tono era bajo, casi un gruñido. SeokJin parpadeó, confuso y preocupado.

—¿Cómo que lo conoces?.— Yoongi suspiró, sus ojos ahora brillando con una intensidad fría.

— Le hice una marca, la llamamos "la marca de la muerte". Ese hombre... no es solo un cazador cualquiera. Es un monstruo disfrazado de humano. —Hizo una pausa, como si recordar fuera un esfuerzo doloroso—. Fue él quien dañó a Jungkook cuando era un adolescente.

SeokJin se llevó una mano al pecho, horrorizado.

— ¿Qué? ¿Qué le hizo?

—Intentó matarlo. Sin piedad. Lo atacó con armas imbuidas con luz sagrada y luego... intentó quemarlo vivo. —La voz de Yoongi se quebró ligeramente, algo raro en él—. Jungkook estaba tan asustado que apenas podía hablar después de aquello.

SeokJin sintió que su estómago se hundía, su preocupación creciendo exponencialmente.

— Eso es... inhumano.— Yoongi asintió, su mandíbula apretada.

— Ese hombre no es humano. Es un monstruo. Y si está de vuelta, no se detendrá hasta acabar con todos nosotros.— SeokJin intentó calmarse, recordando lo que el cazador había mencionado durante su breve conversación.

— Él dijo... que el sol es su debilidad. —Su voz temblaba, pero esperaba que la información fuera útil. Para su sorpresa, Yoongi soltó una risa seca, claramente divertida por la declaración.

— ¿El sol? —repitió, con una ceja levantada. —¿De verdad? ¿Eso es lo que cree?

— ¿No es cierto? —preguntó SeokJin, un poco avergonzado por su falta de conocimiento sobre la naturaleza vampírica.

Yoongi negó con la cabeza, todavía con una ligera sonrisa en los labios.

— El sol es incómodo para nosotros, sí, pero no es una debilidad mortal. Esos cuentos son para asustar a los niños humanos. —Se inclinó hacia SeokJin, colocando una mano en su mejilla con ternura. —Aunque agradezco que te preocupes tanto.

SeokJin frunció el ceño, claramente molesto por la falta de seriedad de Yoongi.

— Esto no es gracioso, Yoongi. Ese hombre quiere acabar con ustedes, y yo no voy a quedarme de brazos cruzados viendo cómo lo intenta.

Yoongi asintió, su expresión volviendo a ser seria.

— Lo sé, princesa. Y no voy a permitir que nada ni nadie te ponga en peligro a ti ni a nuestra familia. Pero ese hombre no sabe con quién se está metiendo. Esta vez, no tendrá escapatoria.— SeokJin tragó saliva, aún inquieto, pero confiando en que Yoongi haría todo lo posible por mantenerlos a salvo. Sin embargo, no podía evitar pensar que el cazador tenía un plan más grande, algo que aún desconocían.

.  .  .

En la tenue luz de uno de los salones de reuniones, Yoongi miró a sus dos compañeros con una expresión sombría mientras SeokJin dormía profundamente en la habitación contigua. Había un aire pesado en la habitación, y la conversación que estaban a punto de tener no auguraba nada bueno.

— Él ha vuelto.— dijo Yoongi en voz baja, dejando que sus palabras calaran. Jungkook apretó los puños, su mandíbula tensa.

— ¿El mismo hombre que intentó matarme?.— Yoongi asintió, su mirada oscureciéndose aún más.

— Ese maldito cazador. SeokJin lo encontró mientras investigaba. — Yoongi sacó un objeto de su bolsillo, una insignia ornamentada con detalles dorados y un rubí en el centro. La dejó sobre la mesa, y su brillo carmesí reflejó la intensidad de sus emociones.

Jungkook y Taehyung se inclinaron para observarla de cerca.

— Esa es... — empezó Taehyung, pero Yoongi lo interrumpió.

— La insignia de su orden. SeokJin se la quitó al cazador mientras hablaban.— Jungkook, furioso, golpeó la mesa, su aura oscura y amenazante llenando el espacio.

— Ese hombre intentó quemarme vivo, Yoongi. ¿Y ahora vuelve para acabar con todos nosotros?.— Yoongi asintió, su voz cargada de determinación.

— Esta vez no tendrá otra oportunidad. Pero lo preocupante es cómo encontró nuestra ubicación. SeokJin dijo que el cazador sabía demasiado, incluso sobre nuestra sociedad avanzada en la ciudad vampiro.— Taehyung frunció el ceño, sus ojos destellando con una mezcla de preocupación y rabia.

— Si sabe tanto, significa que alguien le está proporcionando información. Puede haber un traidor entre los nuestros.— El silencio que siguió fue tan pesado como una lápida.

— Lo resolveremos — dijo Yoongi finalmente, con una calma helada que sólo enmascaraba su furia interior.— Pero lo primero es proteger a SeokJin. No debe saber hasta qué punto está en peligro.

Jungkook miró la insignia una vez más, su expresión endurecida.

— No dejaré que vuelva a lastimar a nadie. Ese hombre... pagará por todo lo que hizo.

Mientras hablaban, el suave sonido de un movimiento en la habitación contigua les recordó que SeokJin estaba cerca, vulnerable pero confiado en ellos. Los tres compartieron una mirada de entendimiento; no sólo estaban protegiendo su hogar, sino también al omega que todos amaban y juraron mantener a salvo, una vez lo perdieron y fue una eternidad un dolor grande que sentían que por primera en siglos iban a morir.

.  .  .

A la mañana siguiente, la luz del amanecer apenas asomaba entre las cortinas del castillo. SeokJin estaba en la cocina preparando té cuando Jungkook entró con pasos firmes. Su rostro lucía serio, y en sus ojos brillaba una mezcla de preocupación y enojo contenido.

—Tenemos que hablar —dijo Jungkook, cruzando los brazos mientras observaba a SeokJin. El omega se giró hacia él con una expresión de sorpresa.

—¿Sobre qué?.— Jungkook suspiró y se acercó, apoyando las manos en la mesa.

— Sobre el cazador. SeokJin, lo que hiciste ayer fue extremadamente peligroso. No deberías haberte acercado a él.— SeokJin frunció el ceño, tomando asiento mientras sostenía su taza de té.

— No estaba tratando de arriesgarme, Jungkook. Sólo quería saber qué tanto sabía sobre nosotros. Pensé que era importante. Porque quiero proteger y cuidar de mis esposos.

— ¡Pero casi te expones! —replicó Jungkook, alzando la voz ligeramente antes de controlarse —. Ese hombre no es un simple humano. Es un monstruo que intentó matarme cuando era un adolescente. ¿Sabes lo que eso significó para mí?

SeokJin dejó la taza sobre la mesa, mirando a Jungkook con atención.

—Yoongi mencionó algo sobre eso anoche. Pero no sabía que te afectó tanto…— Jungkook bajó la mirada, sus dedos apretando el borde de la mesa.

— Ese cazador me persiguió durante días. Me atrapó y me ató para quemarme vivo en una casona abandonada. Estuve tan cerca de morir que todavía puedo sentir el calor de esas llamas en mi piel. —Hizo una pausa, su voz quebrándose ligeramente—. Si Yoongi no hubiera llegado a tiempo, no estaría aquí ahora.

El rostro de SeokJin se llenó de preocupación y culpa.

—Jungkook, lo siento. No sabía que era tan peligroso.— Jungkook levantó la mirada, sus ojos oscuros y serios.

— No es sólo peligroso. Es implacable, SeokJin. Si te hubiera descubierto como un omega de la familia real vampiro, habrías sido su objetivo inmediato. No puedo permitir que algo así te pase.— SeokJin asintió lentamente, entendiendo finalmente la gravedad de la situación.

—Prometo no volver a acercarme a él.— Jungkook se relajó ligeramente, aunque su expresión seguía siendo preocupada.

— Está bien. Pero si vuelves a escucharlo o verlo, vienes directamente a nosotros. Déjanos manejar esto, ¿de acuerdo?

SeokJin sonrió con suavidad, tocando la mano de Jungkook.

— Gracias por preocuparte tanto por mí. Pero, ¿sabes? Lo único que me importa ahora es mantenerlos a salvo a todos ustedes.— Jungkook suspiró, entrecerrando los ojos con un toque de ternura.

—Eres imposible.

SeokJin se rió suavemente, logrando relajar el ambiente entre ellos, aunque ambos sabían que el peligro aún estaba cerca.

Jungkook respiró profundamente, intentando calmar las emociones que hervían dentro de él. Miró a SeokJin, que aún sostenía su taza de té, esperando con curiosidad mezclada con preocupación.

— SeokJin, hay algo que necesitas saber. Algo que nunca te he contado.— El omega frunció el ceño, inclinándose un poco hacia adelante.

— ¿De qué hablas, koo?.— El vampiro bajó la mirada, sus dedos jugueteando con el borde de la mesa.

— Pasé muchos años evitando el mundo humano. Después de todo lo que me pasó con el cazador, preferí quedarme aquí, lejos de su crueldad. Incluso llegué a alimentarme solo de sustitutos de sangre para no tener que enfrentarme a lo que había allá afuera.

Hizo una pausa, levantando los ojos para encontrarse con los de SeokJin.

— Pero un día, me obligaron a salir. No recuerdo bien por qué, pero fue entonces cuando te vi por primera vez.— SeokJin parpadeó sorprendido.

— ¿A mí?

Jungkook asintió lentamente, su voz bajando al recordar.

— Eras un niño. Apenas tendrías seis años. Estabas en medio de una guerra, rodeado de destrucción y caos. Recuerdo cómo luchabas por mantenerte de pie, aunque estabas al borde de la muerte. Tus ropas estaban rasgadas, había sangre por todos lados... pero tus ojos... tus ojos tenían una determinación que nunca había visto antes.

SeokJin tragó saliva, sintiendo un nudo formarse en su garganta.

— No recuerdo mucho de esos días...pero se que fue feo, se que intenté sobrevivir entre hojas secas y el bosque, a veces en cuevas.

Jungkook dejó escapar una risa amarga.

— Lo único que dijiste antes de desmayarte fue: "No me abandonen, ayúdenme, por favor". Esas palabras se quedaron grabadas en mí. Algo dentro de mí cambió en ese momento. Me prometí que nunca dejaría que algo te pasara, que sería lo suficientemente fuerte y valiente para protegerte, sin importar lo que costara.— El omega lo miró, con los ojos brillantes de emoción.

—Jungkook…— Jungkook desvió la mirada, incómodo con la intensidad del momento.

— Por eso no puedo soportar la idea de que te pongas en peligro. Ya casi te pierdo una vez, y no voy a permitir que eso vuelva a pasar.— SeokJin se levantó de su asiento y rodeó la mesa, colocando una mano suavemente sobre el hombro de Jungkook.

— Gracias... No tenía idea de cuánto significaba para ti. Pero prometo que no me arriesgaré más. No quiero que vuelvas a cargar con ese miedo.— Jungkook levantó la mirada, encontrándose con la sinceridad en los ojos de SeokJin.

— No es solo miedo, SeokJin. Es... amor.

El silencio que siguió fue pesado, pero también lleno de significado. SeokJin apretó ligeramente el hombro de Jungkook antes de sonreír.

— Siempre supiste cómo protegerme, incluso cuando no lo entendía. Gracias por nunca abandonarme.— Jungkook inclinó la cabeza, una pequeña sonrisa curvando sus labios.

— Nunca lo haré.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro