20: Incomodidad.
Jimin se acomodó en el sillón junto a SeokJin, tomando una taza de té que este le había servido. Miró alrededor, asegurándose de que las suegras de SeokJin ya no estuvieran cerca, y luego le dirigió una sonrisa curiosa y maliciosa.
— Bueno, SeokJin, dime la verdad. ¿Cómo es tener a tres vampiros como esposos? —preguntó, apoyando el mentón en su mano con evidente interés. SeokJin lo miró con una mezcla de diversión y resignación. Sabía exactamente a dónde iba esa conversación.
— Es... interesante —respondió, intentando sonar neutral. Jimin arqueó una ceja, claramente no satisfecho con esa respuesta vaga.
—No te hagas el inocente conmigo, SeokJin. Sabes que quiero los detalles jugosos. ¿Cómo está tu vida sexual? ¿Es como en esas novelas donde el omega acaba desmayado después de horas y horas?
SeokJin casi escupe el té que estaba bebiendo. Miró a Jimin con los ojos muy abiertos, las mejillas encendiéndose al instante.
—¡Jimin! ¿Cómo puedes preguntar algo así?
Jimin se encogió de hombros con una sonrisa traviesa.
—Vamos, somos amigos desde niños. Puedes contarme. Además, soy curioso por naturaleza.— SeokJin suspiró, mirando hacia otro lado mientras trataba de calmarse.
—Si quieres saber, los tengo en abstinencia.
Jimin parpadeó, sorprendido.
—¿En serio? ¿Tienes a tres vampiros en abstinencia? Eso es... impresionante. Pero, ¿por qué? ¿No son como... apasionados todo el tiempo?.— SeokJin se cruzó de brazos, aún con las mejillas enrojecidas.
— Es su castigo. Estaban fumando a mis espaldas, y no voy a premiar ese comportamiento.— Jimin lo miró boquiabierto antes de soltar una carcajada.
—¡Eso es genial! ¿Los tienes en la palma de tu mano, eh? —SeokJin lo fulminó con la mirada, pero no pudo evitar que un pequeño sonrisa asomara en sus labios.
—Y además... —continuó, su voz bajando un poco mientras miraba alrededor para asegurarse de que nadie más estuviera escuchando— me da pena.
Jimin se inclinó hacia adelante, intrigado.
—¿Pena? ¿Por qué?.— SeokJin suspiró, llevándose una mano a la frente.
— Porque sus madres están aquí, Jimin. ¿Cómo voy a... ya sabes... con ellas cerca? Es demasiado vergonzoso.— Jimin lo miró fijamente durante unos segundos antes de estallar en otra carcajada, casi doblándose del sillón.
— ¡Eso es lo mejor que he escuchado en mi vida! ¿Te da pena tener intimidad porque tus suegras están en el castillo?.— SeokJin asintió con un puchero, lo que solo hizo que Jimin se riera aún más.
— ¡Oh, pobre de ti! —dijo Jimin, secándose las lágrimas de risa—. Pero bueno, al menos ahora entiendo por qué siempre pareces tan tranquilo últimamente.
—No es gracioso, Jimin —murmuró SeokJin, aunque no pudo evitar que sus labios se curvaran en una pequeña sonrisa.
Jimin le dio unas palmaditas en el hombro, todavía riendo.
—Está bien, SeokJin. Solo espero que tus vampiros no se vuelvan locos antes de que termine esta abstinencia.
SeokJin suspiró, sabiendo que Jimin tenía razón. Jimin cruzó las piernas en el sofá, completamente cómodo mientras veía a SeokJin revolverse en su asiento, claramente avergonzado por la conversación.
—No entiendo, SeokJin —dijo Jimin, sosteniendo su taza de té—. ¿Qué te da tanta pena? Ellas también tienen sexo. ¿O crees que los vampiros nacen por generación espontánea?
—¡Jimin! —SeokJin exclamó, sintiendo cómo sus mejillas se encendían aún más. Jimin ignoró su protesta, con una sonrisa traviesa iluminando su rostro.
— ¿Sabes? Un día mi suegra nos descubrió a NamJoon y a mí en pleno acto.— SeokJin dejó caer la cuchara que sostenía, cubriéndose la cara con las manos.
— ¡Basta, por favor! —suplicó, mientras Jimin soltaba una carcajada.
—¿Qué tiene de malo? —insistió Jimin, riendo todavía—. Fue incómodo, sí, pero me lo tomé con calma. Al final, ella solo dijo: "Asegúrate de que no rompas los muebles".
—¡Eso no ayuda, Jimin! —SeokJin gimió, escondiendo el rostro detrás de un cojín—. Qué pena, de verdad. ¡Cambiemos de tema!
Jimin se encogió de hombros con una sonrisa, disfrutando de la incomodidad de su amigo.
—Está bien, está bien. ¿Qué quieres saber?
SeokJin suspiró, recuperando algo de compostura, aunque todavía no podía mirarlo directamente.
— Tu embarazo. ¿Cómo va? — Jimin se llevó una mano al vientre con una sonrisa radiante.
—Oh, va bien, aunque últimamente he tenido muchos antojos. Literalmente quiero comer todo lo que veo.— SeokJin levantó una ceja, curioso.
—¿Todo?
—Todo —reafirmó Jimin, con los ojos brillantes—. Desde cosas normales hasta cosas rarísimas. ¿Sabías que ayer le pedí a NamJoon unos gomiojos rellenos de dulce de fresa?.—:SeokJin parpadeó, confundido.
— ¿Gomiojos?.— Jimin asintió, completamente serio.
— Sí, esos que tienen forma de ojo. Son dulces, pero con ese relleno rojo parecen sangre. Perfectos para un omega embarazado como yo.— SeokJin no pudo evitar soltar una risita, aunque intentó cubrirla con la mano.
— Eres increíble, Jimin.
— ¿Verdad que sí? —dijo Jimin con una sonrisa orgullosa—. Aunque a NamJoon casi le da un infarto cuando le pedí que fuera a comprarlos.
—No me extraña... —murmuró SeokJin, negando con la cabeza mientras reía suavemente.
SeokJin servía una taza más de té, intentando no hacer contacto visual con Jimin, quien estaba claramente disfrutando de la conversación.
—No puedo más con ellas —admitió SeokJin, suspirando mientras se dejaba caer en el sofá—. Mis suegras no solo me miran como si fuera menos que ellas, ahora se la pasan husmeando todo. Hasta en mi propia habitación siento su presencia.
—Te entiendo perfectamente —dijo Jimin, jugueteando con el borde de su taza—. Suegras metiches. Créeme, SeokJin, lo mío ha sido peor.
—¿Peor? ¿Cómo puede ser peor?.— Jimin sonrió de lado, con una chispa traviesa en los ojos.
— Mi suegra no solo se mete en mi vida, también me interroga sobre lo que pasa en la cama con NamJoon. Así que, amigo, puedo decir que llevo la delantera.
— ¡Jimin! —SeokJin se quejó, sintiendo que el rubor le subía al rostro otra vez.
— Pero tengo una idea para ti. —Jimin se inclinó hacia adelante, dejando la taza sobre la mesa—. Si de verdad quieres correrlas de aquí, ¿por qué no haces algo que las haga salir huyendo?.— SeokJin lo miró, confuso.
— ¿Qué podría hacer que ellas, las reinas de la intimidación, se fueran por su propia voluntad?
—Simple. —Jimin se encogió de hombros, con una sonrisa maliciosa—. ¿Y si tienes intimidad con quien es más salvaje de tus esposos?
El silencio en la habitación fue casi ensordecedor. SeokJin lo miró con incredulidad, mientras Jimin mantenía su sonrisa.
—¿Qué? —murmuró SeokJin, claramente atónito.
—Es una estrategia brillante —continuó Jimin, como si fuera lo más lógico del mundo—. Sabes que Jungkook y Taehyung pueden ser intensos, ¿verdad? Ellas escucharían y saldrían corriendo. Nadie quiere quedarse cerca de algo así.
—¡Jimin! —SeokJin exclamó, enterrando el rostro en sus manos.
—Estoy siendo práctico, Jin. Es por el bien de todos ustedes. ¿Quieres paz o no?
—Sí, pero... ¡me da pena! —respondió SeokJin, levantando la cabeza. Sus mejillas estaban rojas, y sus ojos no podían encontrar los de Jimin.
—No te debería dar pena —dijo Jimin, cruzando los brazos con una sonrisa satisfecha—. Al fin y al cabo, es tu derecho como omega. Además, piénsalo: sería un beneficio para los cuatro.
SeokJin lo miró, aún enrojecido pero con una pizca de duda en su expresión.
—Es que... Jungkook y Taehyung son... demasiado.
—Exacto. Por eso son la mejor opción. —Jimin tomó un sorbo de su té, dándole a SeokJin tiempo para procesar sus palabras—. Piensa en ello. Solo imagina sus caras cuando escuchen algo que no deberían.
Por un momento, SeokJin imaginó la escena que Jimin describía, y no pudo evitar soltar una pequeña risa nerviosa.
—Eres terrible, Jimin.
—Lo sé —respondió Jimin, guiñándole un ojo—. Pero dime que no es una idea brillante.
SeokJin negó con la cabeza, todavía rojo pero con una ligera sonrisa.
—Tal vez... pero me sigue dando pena.
—Pues ve perdiéndola. —Jimin se inclinó hacia atrás, completamente relajado—. Recuerda que todo es por el bien de tu tranquilidad.
SeokJin seguía con las mejillas encendidas, revolviendo su té sin realmente beberlo.
—Jimin, no sé... me da demasiada vergüenza.
—¿Vergüenza? —Jimin arqueó una ceja, mirándolo con incredulidad—. ¡Por favor, SeokJin! Estás en tu casa, puedes hacer lo que te dé la gana. ¡Literalmente es tu castillo!
—¡Pero ellas están aquí! —SeokJin exclamó, su voz subiendo un poco en un tono casi infantil. Jimin dejó su taza con un golpe suave sobre la mesa y lo miró con firmeza.
—Exactamente, Jin. Están en TU casa, invadiendo TU espacio y cuestionando TU lugar en esta familia. ¿Y aún te preocupa lo que piensen? Si alguien debería sentir vergüenza, son ellas, no tú.
SeokJin abrió la boca para responder, pero Jimin lo interrumpió rápidamente.
—Mira, mientras tú estás aquí aguantando sus comentarios y miradas, ellas no tienen problema en invadir tu privacidad. ¿Por qué no demostrarles que este es tu territorio? Que no pueden venir a imponerse en tu vida.
SeokJin parpadeó, procesando las palabras de su amigo.
—¿Y hacer eso... teniendo intimidad?
—Exactamente. —Jimin sonrió con picardía, inclinándose hacia adelante—. Si algo hace que la gente amargada pierda el control, es ver a alguien siendo feliz. Y si tú decides ser feliz con tus esposos en tu propia casa, no hay nada que ellas puedan hacer al respecto.
SeokJin se quedó pensativo, jugando con la cuchara en su taza de té.
—Sigo pensando que me daría mucha vergüenza...
—Entonces piensa en esto —continuó Jimin, levantándose del sofá y estirándose dramáticamente—: ¿Qué es peor, tener un momento de pena pasajera o seguir aguantando a esas mujeres? Porque créeme, Jin, si sigues cediendo, nunca se irán.
SeokJin soltó un suspiro largo y, aunque todavía había un leve sonrojo en sus mejillas, parecía estar considerando seriamente la idea.
— Supongo que tienes un punto.
— Claro que lo tengo. —Jimin le dio unas palmaditas en el hombro con una sonrisa triunfante—. Ahora, ve y enséñales quién manda aquí.
Jimin todavía estaba animando a SeokJin a tomar control de la situación cuando, de repente, una risa suave pero grave se escuchó desde la puerta.
—Por primera vez en mucho tiempo, creo que estoy completamente de acuerdo con Jimin —dijo Yoongi, cruzando los brazos mientras se apoyaba contra el marco de la puerta. SeokJin dio un pequeño salto en su asiento, llevándose una mano al pecho.
— ¿Desde cuándo estás ahí?
— El tiempo suficiente para escuchar que Jimin tiene ideas bastante interesantes —respondió Yoongi con una sonrisa ladeada.
Antes de que SeokJin pudiera responder, Taehyung y Jungkook aparecieron detrás de Yoongi, claramente habiendo escuchado también.
—Yo estoy de acuerdo —dijo Taehyung, con esa sonrisa coqueta que siempre usaba para desarmar a SeokJin—. Si eso significa que esas mujeres se van, ¿por qué no intentarlo?
—Exacto —añadió Jungkook, inclinándose hacia SeokJin con una mirada traviesa—. ¿Qué dices, bonito? Nos sacrificaríamos por ti.
SeokJin se puso de pie rápidamente, su cara encendida de vergüenza.
—¡Son unos entrometidos chismosos! —exclamó, mirando a los tres con indignación. Yoongi alzó una ceja, fingiendo inocencia.
—Solo estábamos pasando por aquí...
—Y resulta que escuchamos algo interesante —interrumpió Taehyung, claramente disfrutando el momento.
—¡Además, Jimin tiene razón! —dijo Jungkook, cruzando los brazos como si eso sellara el argumento—. Este es tu castillo, Jin. Tienes todo el derecho de hacer lo que quieras.
—¿En serio? —SeokJin los miró, incrédulo—. ¿Es que no tienen ni un poco de vergüenza?
—¿Vergüenza? —respondió Yoongi con una sonrisa ladeada mientras se acercaba a él—. Nosotros no, pero parece que tú sí. ¿Qué dices si trabajamos en eso?
—¡Ya basta! —dijo SeokJin, cubriéndose la cara con las manos mientras Jimin se reía a carcajadas—. No puedo con ustedes, los tres son imposibles.
— Y estamos aquí para demostrarte lo posible, princesa —dijo Taehyung con una mirada llena de picardía.
—Eso es, por supuesto, si tú lo permites —añadió Jungkook con un guiño. SeokJin suspiró, sacudiendo la cabeza mientras sus tres esposos reían suavemente y Jimin seguía disfrutando el espectáculo.
—A veces pienso que mi vida sería más tranquila sin ustedes... —murmuró SeokJin, aunque su tono estaba más lleno de afecto que de verdadera molestia.
—Pero sería mucho más aburrida —le respondió Yoongi, besando suavemente la coronilla de SeokJin mientras este se ruborizaba una vez más.
. . .
Esa misma noche, en la habitación matrimonial que a veces compartían estaba llena de un olor a excitación y placer, la cama matrimonial estaba hecha un desastre, ahí estaban los tres vampiros, si algo amaba yoongi era ver a su esposo siendo jodido de manera brutal por Jungkook, el omegas estaba de espaldas mientras agarraba con fuerza las sabanas, Jungkook seguía tomando su ritmo jalando su cabello rubio, Taehyung en un sillón y él en otro ambos sin ropa mientras se masturbaban viendo el espectaculo, los gemidos de seokjin llenos de placer sobre todo el sonido que hacía la polla de Jungkook al entrar una y otra vez de manera violenta era un sonido que los excitaba, Jungkook sintió su orgasmo por lo que paro de manera brusca, finalmente le dio una bofetada en el trasero de seokjin para poder alejarse, aun no estaba listo para correrse por lo que dio paso a quien sea de los dos.
— Taehyung, follalo.— Ordeno Yoongi mientras seguía acariciando su polla, el vampiro obedeció entrando en SeokJin, SeokJin volteo los ojos en blanco, el pene de Taehyung era un manjar, todo era un manjar el pene de Jungkook y yoongi sobre todo porque el bulto sobresalía en su vientre bajo, Taehyung agarro las manos de SeokJin para ponerlas atrás empezando un ritmo lento SeokJin suspiró sin embargo sintió otra vez una rudeza que lo hizo suspirar Jungkook los miro sin tocarse pero no pudo evitarlo, se acercó a seokjin para luego ponerle su pene en sus labios, SeokJin abrió sus labios, Taehyung lo solto mientras SeokJin agarraba las caderas de Jungkook para hundir su boca, Jungkook suspiró cuando seokjin agarro sus bolas acariciandolas como si fueran gemas preciosas, al bajar la mirada sintio su orgasmo, los ojitos brillosos del omega, sus labios en su pene y como parecía ahogarse, Jungkook agarro el cabello rubio de seokjin para poner su ritmo, SeokJin saco el pene de su boca para respirar un momento y de nuevo chuparlo al ritmo de Jungkook quien adoraba aquello finalmente sintió su orgasmo venir, SeokJin sintio como Jungkook tenso su pene pero seokjin se aferró a Jungkook, finalmente su boca se lleno de los fluidos de Jungkook el alfa tembló, SeokJin lo solto sintiendo los golpes violentos en su vientre bajo.
— ¡Aumh! — grito SeokJin, cuando Taehyung le dio una nalgada fuerte, Taehyung cerró sus ojos mientras levantaba la mirada y lo hacia más duro y rápido.
— Jinnie estas aprendo mi pene.— SeokJin lo miro por encima de su hombro, los fluidos de Jungkook estaban en sus labios.— Mierda, que precioso te vez amor.— Seokjin apretó las sabanas finalmente sintiendo el orgasmo de Taehyung el alfa temblo por completo cerrando sus ojos sintiendo como su pene expulsaba el semen dentro de SeokJin, el semen había salido de la entrada de seokjin machando la cama.
Finalmente yoongi se levantó, Taehyung se quito sus piernas flaqueando yoongi empujo a SeokJin levantando sus piernas dejandolos en sus hombros, SeokJin lo miro, y finalmente Yoongi guio su pene a la entrada de seokjin entrando de una sola embestida, SeokJin vio como el bulto estaba ahi en su vientre y sin esperar mas yoongi lo follo, SeokJin sintio cosquillas y sintio que su alfa estaba muy profundo, en ese momento yoongi y SeokJin conectaron sus miradas, yoongi moviendo sus caderas de manera rapida.
— Grita.— Ordenó con una voz exitada y grave.— Quiero que grites lo bien que te estan follando tus vampiros para que ellas se vayan.— Seokjin asintió para luego agarrar aire pero yoongi dio con su punto G.
— ¡Ah por la luna! — Jadeo, yoongi paro.
— No voy a follarte hasta que grites.— Seokjin con una clara molestia por que paro finalmente grito.
— ¡Ah Yoongi-ssi!, ¡Asi!.— Grito seguro de que sus suegras estaban atras de esa puerta, yoongi agarro su ritmo de antes.
— Eres un buen omega SeokJin.— sin embargo al dar con su punto seokjin empezó a jadear y gemir.
— Solamente sigue follando ese lugar, me gusta, sigue dando en ese lugar y no pares hasta que tenga tu semen en mi.— Yoongi sonrió para luego poner las piernas de SeokJin en su cintura finalmente follandolo con mas fuerza seokjin hizo ojos blancos mientras sentia el bulto sobresalir en su vientre bajo, las piernas de SeokJin empezaron a temblar su orgasmo venia finalmente SeokJin se corrio manchando su abdomen, yoongi finalmente llego al suyo agarrando con fuerza la cintura de seokjin.
. . .
Por la mañana, las madres de Jungkook, Taehyung y Yoongi estaban reunidas en el salón, con expresiones de evidente irritación. Cuando SeokJin apareció en la estancia, seguido de sus tres esposos, las miradas se clavaron en él como flechas.
—¿Podemos hablar? —preguntó la madre de Yoongi, con un tono que no ocultaba su descontento. SeokJin, ajeno al motivo del encuentro, asintió mientras tomaba asiento. Sin embargo, fue Jungkook quien rompió el silencio antes de que ellas pudieran continuar.
—¿Qué pasa ahora? —preguntó, con evidente molestia.
—¿Qué pasa? —replicó la madre de Taehyung, fulminándolo con la mirada—. Lo que pasa es que no pudimos dormir ni un minuto anoche. El escándalo era insoportable.
SeokJin, al captar a qué se refería, sintió que el calor le subía al rostro. Antes de que pudiera decir algo, Taehyung intervino con una sonrisa divertida.
—¿Escándalo? ¿Se refieren a nosotros?
—Claro que sí —respondió la madre de Jungkook, con los brazos cruzados—. Es inaceptable. Un castillo es un lugar de dignidad, no un...
—¿Un hogar? —interrumpió Jungkook, alzando una ceja con desafío—. Porque eso es exactamente lo que es: nuestro hogar.
Yoongi, siempre el más calmado, se inclinó hacia adelante con una sonrisa sarcástica.
—Si los ruidos les molestaron tanto, podrían haber cerrado las puertas de sus habitaciones o, mejor aún, considerar que su visita ya está durando demasiado.— El comentario dejó a las madres boquiabiertas, pero fue Jungkook quien remató:
— Aquí podemos hacer el ruido que queramos. Después de todo, estamos en nuestro hogar, y no necesitamos pedir permiso para disfrutarlo.
SeokJin, aunque incómodo por el tema, no pudo evitar mirarlos con admiración. Sus esposos lo estaban defendiendo una vez más, incluso en un tema tan delicado.
Las madres, indignadas, se miraron entre sí antes de que la madre de Yoongi hablara con un tono frío:
— Es evidente que la influencia de SeokJin los ha cambiado, y no precisamente para bien.— Pero fue SeokJin quien esta vez se atrevió a hablar, con una voz firme pero educada.
— La vida de ellos no cambió por mí, sino porque eligieron ser felices. Y si eso significa ser ruidosos en nuestra propia casa, entonces así será.— El comentario dejó a las madres sin palabras. Los esposos de SeokJin intercambiaron miradas cómplices antes de rodear a su omega, cada uno colocando una mano protectora en su hombro.
—Es mejor que lo acepten —finalizó Yoongi con una sonrisa afilada—. Porque no vamos a cambiar, les guste o no.
Mientras desayunaban en el gran comedor del castillo, las madres de Yoongi, Jungkook y Taehyung no podían evitar lanzar miradas de desaprobación hacia SeokJin, quien intentaba ignorarlas mientras charlaba con sus esposos.
Sin embargo, el silencio se rompió cuando la madre de Yoongi, con el ceño fruncido, clavó la vista en el cuello de SeokJin y señaló con un gesto brusco.
—¿Esas son marcas de mordidas? —preguntó con un tono escandalizado.
SeokJin casi se atragantó con su té mientras Jungkook y Taehyung trataban de no reírse. Yoongi, por su parte, permaneció inexpresivo, pero en sus ojos brillaba una chispa de diversió
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro