Capítulo 10.- Lisonjero...
Eran los dorados rayos del ardiente sol de mañana que sobre las nubes se alzaba, por lo alto de las copas se filtraba, avivando el color de las flores que las doncellas tenían en sus ventanas, balcones, y a la puerta de sus casas, o a un lado de la calle, dibujando relieves y contrastando con las sombras. Y pese a los calores, o tal vez ardores renacientes en el juego de picantes pasiones, aún llegaban vestigios de ese aire frío que del norte llegaba y por las noches, los huesos les calaban...
No daba ni medio día y la tasca hervía de gente que se emborrachaba, otros tantos de temas banales conversaban, sus penas lloriqueaban. Dos pequeñas bellacas, con cierto joven coqueteaban y sus bellos atributos, sin vergüenza sutilmente, a plena vista enseñaban a cambio que este, un plato de comida o unas monedas regalara, el apenado muchacho, mudo y de mejillas sonrosadas con la bebida del tarro se atragantaba, y retomando la compostura...Viendo que nadie más lo notara, rápidamente empujaba y con el velo de nuevo las tapaba. Mientras tanto, la tabernera, viendo todo a la lejanía, el ceño apretaba y negando la cabeza, el semblante de tristeza nuevamente la abrumaba...
Y entre la docena de mesas, el chocar de los tarros, así como un proferir de mil injurias, gritos de muerte y júbilo... Lucifer daba otro trago a su bebida: Había pasado tan sólo un día siguiente a los disturbios en el burdel, ese incendio pasó a expandirse por bares, mancebías y tabernas pequeñas de la conocida "Calle de las golfas", afortunadamente para ellos nadie salió lastimado, pero nadie pudo bajarles esos buenos sustos y en el espanto cuando la muerte misma os pasa rozando. Dos lamentables homicidios retratados en canciones, lascivas historias y relatos de hospicio...
Las noticias no se hicieron esperar y los chismes se esparcieron como agua al desparramar. Y de ello, los puertos por todo un mes se iban a colmar. Era el oprobio e incertidumbre que juntos pasarían a reinar. Ahora, bien... Lifer aparentemente tranquilo y sosegado, se hallaba recargado al respaldo de su silla, arrumbado al fondo, dando justo a una ventana, leyendo y cavilando...
No sin antes y por el rabillo del ojo, nuevamente los alrededores haber celosamente vigilado. Puesto que, de los rufianes, robo y carteristas seguía siendo bastante desconfiado. Era el matiz azulado de sus ojos y resplandeciente la caricia del fulgor a esa maraña de rubios cabellos. Inentendibles palabras susurraba, al tiempo que, inmerso en la lectura estaba...
Y no fue sino la melodía de tan dulce y graciosa vocecilla, así como los picotazos leves en el hombro izquierdo que por un instante le hicieron cosquillas...
—¿Qué es eso? -Preguntó la chiquilla. Y más que tiernas caricias, le parecieron similares a pinchazos sobre la ropa de una agujilla. El demonio, por un instante sobresaltó y rápidamente, de reojo con ese dulce semblante se topó. No obstante, la calma recuperó;
—Son criptogramas. – fríamente, sin siquiera molestarse en voltear a verla, respondió. —Algo tan complejo que una niña idiota como vos jamás entendería. – Hizo una pausa. —¿Para empezar sabéis leer? – Era el hastío en la sutil mueca de su rostro, así como la altivez al perfilar de su mirar.
Y tan sólo al contemplar la ironía yaciente en esa belleza singular, hubo algo inexplicable, imposible para ella de adivinar, pero que sin duda le fue imposible ignorar. Y en verdad os digo, de no ser por el momento y el lugar, haber hablado con un orgulloso y altanero príncipe podría jurar. Pues le era tan hermoso como los Miar.
—No... – Y he aquí que hablaba con honestidad. —¡Pero aprenderé! – No obstante, el entusiasmo en ella reinaba ante toda adversidad.
—Ya veo... – respondió sin más. —¿Es que acaso vuestros padres nunca os enseñaron a no hablar con extraños? – Abruptamente su libro cerró. Y su lectura, pausó. Una mirada seria, inquisidora de soslayo le dedicó. Ello en absoluto la turbó;
—Es que... No tengo– y aunque esa sola mención, de cierta forma dolorosos eventos en sus recuerdos revivió, con las pupilas empapadas viéndole fijo, las cejas no doblegó. Lucifer, por su parte, la ceja ligeramente arqueó. Ya fuese apatía o simple incredulidad, de una simple rabieta común en aspirantes mujercitas, no pasó. Fue así como la vuelta, ignorándola por completo se dio. Y a lo que estaba haciendo antes regresó...
—¡Oidme! – Y viendo que el recurso de la lástima esta vez no le funcionó. Se propuso a como de lugar llamar su atención. De este modo, los cabellos le tocó y de las ropas y el abrigo lo jaló... Cosa que el demonio, sin mucho esfuerzo... la palma de su mano en la frente de la muchachita posó y eso, por más que se esforzara, de avanzar la frenó. El joven levemente rio, pues de cierta forma a sus primeros años de novato y la imagen de cierta arpía odiosa le figuró, cuando lucía tan frágil como pichón...
—Bien. Ya basta. – y su semblante serio, el rubio recobró. —Si seguís me enfadaré... - Tan sólo una mirada y ya la fulminaba. Sin embargo, de esos rasgos por un instante creó hasta estar enamorada. —Y os golpearé... - Ni siquiera necesitó gritarle, para que la pequeña empezase a calmarse. No obstante, absorta le observaba y como quien yace por los ojos hechizada, sus facciones con detenimiento analizaba, intentando adivinar fallidamente la edad trataba, más respuesta clara no encontraba; La voz siseante y pausada, profunda... Esa aura pesada y misteriosa más años le daba, extraño le resultaba que no más que un par de años a Rägvanald le calculaba. Lifer, en este punto ya igual le daba e ignorándola de nuevo, la página del libro cambiaba... las piernas cruzadas en la mesa recargaba...
Cinco gloriosos minutos transcurrieron sin que dijese nada. Y sin embargo, Kareehna, tras su espalda se hallaba y tímidamente, en el respaldo de la silla se apoyaba. A marcharse rehusaba, pues con tan sólo estar cerca suyo se conformaba...
—¿Qué son esas líneas y puntas dibujadas? ¿Esas no parecen runas? – Pero tal vez la calma y el silencio eran demasiado buenas para un demonio como él. De su presencia todo el tiempo se percató, y pese a que a esto de alguna u otra forma a ser interrumpido se acostumbró; Lucifer un profundo y prolongado suspiró evocó... los ojos en blanco rotó y como quien se acomoda el cabello, la frente se acarició;
—Lenguaje de cuñas... - Estoicamente le contestó. Tampoco es que pudiese hacerle mucho o darse el lujo de reprenderla a gusto frente a testigos. —Era lo que se usaba antes de la invención de las letras.
—¿Y qué dice ahí? – por el contrario, la pequeña de ojos grises se asombró y las pulas dilató, curiosa se quedó. Fue de este modo como, y tomando asiento. Al lado del rubio se arrimó.
—Supongamos que os lo dijera, o tuvieseis la edad y la fuerza para afrontar las consecuencias de lo que después os hiciera...-sutilmente del alto precio le advirtió. No obstante, ello más le intrigó;
—¿Por qué?
Entonces Lifer una historia le narró, y de las guerras pasadas disimuladamente habló; Una de las tres lenguas prohibidas, más antiguas que la humanidad misma le contó. Y cuya sola mención llegó a prohibirse, porque blasfema y profana se consideró. Pero se fue preservándose de generación en generación y vestigios de valiosos conocimientos, artes ocultas rescató...
—Muchos la creen muerta, pero yo diría que no...
En cuanto a la asombrada señorita, callada y absorta permaneció, y con las yemas de sus dedos el relieve en los dibujos al ojearlo pasó. Porque Lifer permiso de tenerlo un momento en las manos le privilegió. Más de una vez a las anteriores páginas regresó. Pues con tan sólo tocar la dureza en lo amarillento de las hojas, así como del matiz cobrizo y deslucido que a veces tiene la tita corroída, algo le inquietó. Y sin siquiera saber lo que decía, un escalofrío por toda la espina dorsal le recorrió... Pese a ello, más allá de la primitiva caligrafía o la basta simbología. Ella de pronto cesó en la única cosa que atrapó completamente su atención...
—Una mujer cuervo...- afirmó. —Desnuda, partida y desollada. ¿Es esto brujería? – Esto último, el alma remordió ya que de las historias y rumores siempre se espantó.
—En mi tierra le llamamos medicina oscura....
—¿Sabe? Una vez yo vi una mujer cuervo...- la zaina continuó. El demonio, en un principio no le creyó y poca atención en prestarle se esmeró...—La vi volar de lejos, cerca de los caminos de Turoth... - sin embargo, rápidamente Lucifer de parecer cambió...—Íbamos en caballo, parecía llevar algo entre las patas, le conté a Rägvanald que nos estuvo siguiendo, pero nunca me creyó... - vaya que al oírla se sorprendió...
Los párpados fuertemente abrió y ambas cejas momentáneamente arqueó. Entonces prosiguió;
—¿Enserio? Contadme, por favor...- Y pese al natural escepticismo que mostró. También es cierto que demasiadas coincidencias había vinculadas a su investigación. —Venid... Acercaos más. – Fue así como, y haciendo una seña con la mano, otro tarro de grog para la acompañante ordenó. —Decime, linda. ¿Queréis unos dulces?
—¿Uh...? – la damita titubeó, porque ese repentino cambio de actitud en gran manera le extrañó. Sin embargo, también lo disfrutó, pues sin querer logró su cometido de impresionarlo y captar su atención. Y alagada pícaramente sonrió. —Recuerdo que estaba nevando mucho la noche que salimos a cabalgar. Había mucha neblina, pude más observar algo que se movía de lejos en la oscuridad...Me asusté, ambos le oímos gritar. Intente avisarle a Rág que nos iba a alcanzar, pero no quiso oírme y se negó a voltear....Y fue donde aceleramos a toda velocidad
—Ya veo.. – Tampoco era que el haber tenido la suerte de escapar de la ira de Asmos fuese algo muy común de celebrar. —¿Por qué será..? – A sus propios adentros se llegó a interrogar. —Decime, niña ¿Cuál es vuestro nombre y edad?– Y cuando más información le iba a sacar, acodándose a la mesa, poco a poco sus narices como amantes a rozar...
—¡Karehna, aquí estáis! – No hubo otra cosa más que el eco de la melodiosa voz del apuesto Rägvanald que entre el gentío se hizo escuchar. Y gracias a las rosas frescas en el tocado de sus trenzas negras, pudo a la escuálida chiquilla encontrar. Eso hizo a la niña alejarse y súbitamente obligarla a voltear y las rojas vestiduras del guerrero contemplar;
Y eran sus dorados bucles que, con la luz del día, adornaban el fulgor de la sencilla calidez en su mirar...
—Hora de irnos. Nos esperan en la torre y no debemos demorar... - hasta grato resultaba oírle hablar.
Y, sin embargo, quedaba algo que la dulce bellaca se negaría a desaprovechar. Fue así como, y tan rápido que nadie lo fuera a notar, ella un beso de los labios de Lucifer le iba a robar... Haciendo hasta a la propia criatura sonrojar...
No obstante, este de lejos pudo notar como aún bajo la sombra, los bordados hilos del cuervo en la ropa del muchacho todavía les era posible brillar....
Las abejas zumbaban en la parra que por lo alto del muro trepaba y entorno a las florecillas revoloteaban. Y era bajo la opacidad de las sombras que, tras paredes se acrecentaba y el empedrado manchaba, dibujando difusos relieves del contorno de las casas. Allí, en la soledad de los callejones tres figuras se encontraban;
Ya había pasado poco más de medio día y el hedor a suciedad, orines y tripas de pescado impregnaban el olor a humedad de los mercados, pues... y aunque los frutos de nuevo florecían, el calor del verano desde antes se sentía;
—Dos dientes de ajo... cuatro piedrecillas de cuarzo. Tiráis al fondo un ojo de gato, y le agregáis un poco de extractos de muérdago y belladona y... - Y oculto en la oscuridad del fondo de los pasadizos, César Baldi hallábase en su hechizo concentrado. Y debajo del abrigo, eran los castaños rizos cayéndole hasta la altura de esos hombros pajizos, enmarcándole el hermoso, pero demacrado rostro enfermizo. Reprochándose en sus adentros haber comido anoche trozos de cordero frío y temiendo contraer alguna peste o malaria, a causa resbalarse, cayendo por sentón en los pantanos a orilla del camino... —Bien, sólo necesito un poco de ajenjo. Ahora, dadme el agua...
Walter tan sólo titubeó, la mira del bardo rehuyó, y para sí mismo, gruñendo, blasfemó. El muro golpeó. Fridah, por su parte suspiró y al comerciante se volvió;
—La tenéis ¿Verdad? – Con los ojos fijos, sin dejar de verlos. Guiado por el articular de sus reacciones, seriamente preguntó. Y debido a la abrupta sorpresa que al rozar del alba encontró, jalado de las ropas y tomado por la espalda, cuando debilitado por los vestigios del alcohol, aún así a otro día de trabajo se dirigió. Y Cuál fue su reacción cuando, tambaleante los párpados de nuevo abrió, entre ese velo de claros cabellos distinguió el rostro de la elfa que lo emboscó. Esta en silencio le condujo al inmundo sitio tras la posada donde ella se hospedó. Allí, la figura de un moribundo Dark, oculto bajo apilados troncos y paja podrida, cubierto con sucios harapos, medio inconsciente lo halló. Y por largo ninguno a pronunciar palabra se atrevió, pero César pasar a verlos luego de la jornada acordó. Así, en tanto... descansaron, pero difícilmente de los problemas se olvidaron.
—Tomadla...- De mala gana, Fridah la mano estiró y su cantimplora le pasó. Y sumida en completa desesperación, angustiada había corrido despavorida y de la fuente un poco de ella cogió y celosamente la guardó, mientras la escaramuza suscitó y el brujo enloqueció. Y perada para arrojársela en caso de que acercarse a ella o dañarla intensa. Por fortuna, nunca la tocó, y a comparación suya, la menos dañada resultó...
—De acuerdo, sólo faltaba este último ingrediente. – Decía el trovador, al tiempo que ,meneando un poco dicho recipiente, precariamente calculó.
—¿Para qué queríais entonces ajenjo? – Dark preguntó. Enronquecida era su voz y entrecortado el sonido de esa angustiosa respiración.
—¡Hombre, el ajenjo es para mí! ¡¿No veis que pronto voy a morir?!
—Oh, mil perdones, mi doncella por esta desconsidera...- A modo de sarcasmo contestó. — ¡Gabh fuck do mhathair..! - y tambaleante contra la pared parándose como podía se poyaba y con las pocas fuerzas que le quedaban, un movimiento obsceno con el dedo de en medio, a César le enseñó.
—Si no me curo no voy a poder cogerla a gusto...- y como quien se empieza adecuar a los insultos y el carácter explosivo que a veces muestra el cazador, el juego le siguió. Fridah, por su parte... Se sonrojó y una bofetada bien merecida por igual les propinó...
—¡Hija de la...! – Walter, por su afrenta la insultó. No obstante, ella otra vez lo golpeó. —¡¿Y por qué siempre a mí?!
—Eeh..Vale. Mejor dadme la pluma de una vez– El indeciso bardo, todavía sin dejar de sobarse la mejilla, interrumpió. Esta, sin decir nada se la dio.
Y ya vertida el agua, nuevamente César el encantamiento continuó. Claro, Fridah le ayudó. La improvisada brújula, flotando en medio del precario recipiente quedó. Una vez hecho juntos inentendibles versos, cada cual en su propio idioma conjuraron y tapando, para que no le entrase mucho aire, con la capa y el cuerpo, protectoramente la rodearon. Por largos minutos, presenciando difusos reflejos los tres quedaron, y, sin embargo. Hubo algo en lo que dudaron;
—No pasa nada... -Dijo el impaciente mercenario.
—Esperad... - Respondió el joven, absorto, sin moverse de su lado.
Y justo cuando Walter Dean creía haberse fastidiado. Ese tenue resplandor amarillo, débilmente parpadeaba por los costados del plato, reflejándose en los cuarzos. Y más que asombrados, los ojos dilataron. La pluma giró a la derecha un par de grados, y todo el brillo a una de las piedras reflectó.
—Dark, quitaos de en medio. Queremos saber a dónde nos lleva esta cosa. – Indicó. El guerrero sin objetar demasiado, obedeció. Más fue la sorpresa de sus caras al momento en que la improvisada aguja le siguió, y consigo se movió. —Por favor... Decidme que no la adulterasteis.
—¡¿Qué?! ¡Ni siquiera toqué esa porquería! -Disgustado, contestó. César boquiabierto se quedó y aún más de lo que estaba palideció;
—Entonces decidme si no portáis amuletos o algo que contenga auras demoniacas... - Y al oírle, el brujo balbuceó, y retrocediendo, lentamente dos pasos se alejó... No era un artilugio... Entonces, un gran pesar a los presentes invadió. Porque pese a que no dijese nada, César lo descubrió.
—Bien, supongo que no hay nada más que hacer... - La voz de Fridah, sin embargo, irrumpió en tan incómodo silencio sepulcral. —¡Devolvedme mi pluma! – ordenó. Era el farfullo al hablar, así como evidente el nerviosismo en su mirar.
Y cuando a punto estuvo de tocarla, con la mera intención de reclamarla y del poder de César arrancarla. La pluma nuevamente, más al noreste repentinamente giró. Y no hubo más que los gritos mudos por el centello del misterioso y azulado resplandor, que al detenerse con más fuerza fugazmente brilló...
—Por los dioses... - Desconcertado, el bardo balbuceó. No obstante, el gusto pocos segundos les duró, debido a que el objeto, agonizante dos veces tintineó. La elfa, espantada un paso largo al principio retrocedió, luego se acercó y encorvando la espalda, inclinando ligeramente la cabeza, más atenta la examinó. Acto seguido, la vista volteó encontrándose perdida en la oscuridad de la entrada al otro callejón... Pero nada describiría el estupor cuando frente a sus ojos, la pluma lentamente sobre el agua, en el fuego así misma se consumió y en cenizas se volvió...
—¿Q-qué carajos..? - El hechicero, boquiabierto, débilmente balbuceó...Mientras Fridah, muy tarde las manos para sacarla metió y por esto miró a César con saña y rencor. No hubo más en ellos que la sorpresa, decepción, rabia, así como esa contenida frustración...
—Ay...Es por esto por lo que no es recomendable mezclar estas dos cosas. – Razones obvias les recordó. Y aunque demasiados minutos sin duró con los cuarzos y el hechizo de purificación. Vaciló, pues nunca esperó ese tipo de interferencia o la adversa reacción.
—¡A la mierda! -Y debido a los ratos de tensión, juntando la cólera e impaciencia que esto le causó. Dark se molestó. —¡Jodeos vosotros dos! ¡Yo me voy a buscar solo a ese cabrón! -Exclamo. Adolorido y tambaleante, apoyándose del muro como pudo caminó... O al menos diría que lo intentó.
—¿Y con esas heridas a dónde pensáis ir? – Fridah inquirió. El guerrero al oírla, curiosamente al suelo, desplomó.
—¿Qué es lo que pensáis hacer? ¿Quedaros ahí arrumbado hasta que vuelva a matar? – César, seriamente interrogó.
—No hay de otra... -Entre quejidos y ahogados alaridos. Walter como pudo se levantó. Y pese a que os suene a mentira, por varios meses eso le funcionó. Y no solamente al trovador y la elfa les costó creer el cómo diablos tan lejos llegó...
—En todos mis años... Demonios frente a frente me he encontrado, y he aprendido a diferenciarlos. Más de seis meses tengo de conocerle y puedo deciros que no importa cuánto cambie, se esfuerce y aparente, hay cosas en ella que nunca cambian, como las facciones, la estatura, musculatura, sus modos y el brillo de sus ojos, siempre mantiene evidentes...Ya soy viejo, niño. – A César severamente volteó. —Treinta y cinco años. He visto más tripas que ya me las doy de carnicero y sé mejor que nadie los gajos del oficio. He visto lo que hace, he aprendido en dónde los esconde, o por qué a veces deja los cuerpos a la vista y como los prefiere, y el placer que siente cuando mata... - -pero yo os digo que, pese a la fachada de brutalidad salvaje, no lo debéis subestimar. —Me he memorizado su ritmo y la frecuencia de los asesinatos... Por más desfigurados que deje los cuerpos, suele deja dos o tres cosas intactas, el rostro, el cabello o el peinado intacto encontraréis, y así sabréis que ella fue. - Pues a veces llega a ser más listo de lo que muchos podéis imaginar... Y esto no sólo a la dama hizo callar.
Pero viendo que no podía y con sus pocas fuerzas, le faltaban y empezaba en su andanza a vacilar. Un segundo bastó para que, sin decir nada, en ese instante, y dejando de lado el recipiente, entre ambos se dignasen a ayudarle y poniendo el brazo a los hombros, levantarle...
—¿Es que no sabéis qué es escuchar? ¿Tanto os cuesta a vuestro estúpido orgullo cerrar la boca y dejar de renegar? – Reprochó Fridah. —¡Estáis perdiendo el tiempo!
—Si queremos capturarle, necesitamos trazar un plan... -y del otro lado, César prosiguió.
Mientras tanto, desde cierto punto apenas era posible de escuchar, y nadie notaba como a lo lejos una de las piedras de cuarzo, ese último destello brillaba y directo al noreste otra vez apuntaba...
Un tenue resplandor de aquella única antorcha los muros alumbraba y tiñendo de rojo el fondo negro en las ondas se reflejaba...
Y sumergida entre los vapores y el chapotear de las aguas, Bryenna su cuerpo lentamente frotaba, al tiempo en que, con cepillo en mano, el hombro izquierdo tallaba;
Cabreado era su rostro y ondulados los castaños cabellos que colgaban, cayéndole por los brazos, fundiéndose con las aguas de la piscina y los pechos en una caricia le rozaban.
— Creedme, he tenido amigos que me han hecho más daño...-Y fue el ruido sordo de los pasos, así como el acerbo veneno de su hablar, resonante con los ecos seseantes de esa voz, lo que de su presencia la alertó y súbitamente se volteó... —Bueno, lo admito. Fuisteis estúpida...- Continuó. Y dando poco más de media noche, el momento oportuno para asearse en los baños comunales del cuartel encontró. Pues siendo mujer, menos riesgo de ser vista corrió... Luego de la pelea y haber experimentado el amargo sabor del trago oprobio y la derrota. Golpeada, lastimada no sólo del orgullo, teniendo hematomas en el cuerpo resultó.Con gran esfuerzo, todo el coraje se aguantó, la frustración el semblante enrojeció y de odio, nuevamente se ensañó su corazón. Aspiró tan sólo un instante de auto consuelo y relajación. Después de esperar a que terminasen de atender y verificar la salud del resto del escuadrón. ¿Y qué mejor momento, sino su primer baño mensual?
Un gruñido de dolor entre dientes reprimió... Fue entonces que le vio; Emergiendo tras el marco de la puerta, dando entreabierta a los vestidores, Lucifer llegó...
—Pero no es toda vuestra culpa. Es fácil menospreciar a vuestros enemigos, pero a veces es sabio desconfiar de lo que a simple vista no podéis ver.
La dama, naturalmente, sorprendida sobresaltó, y viéndose expuesta, desnuda y vulnerable, a los lados con desespero de soslayo reojo lo miró... —¿Qué os pasa? -El intruso preguntó. Bryenna, teniendo lo único a la mano, el cepillo a la cabeza le lanzó... Lifer, simplemente lo esquivó —Tranquila, no me interesáis...- le contestó. Acto seguido, su propia capa para cubrirla le lanzó. Y de gritar o emitir sonido alguno, con el mover de su palma de momento la calmó, porque lo descubrirían y todo estropearía. —He venido a negociar...- De este modo, una carpeta de cuero le arrojó. Esta, por el suelo mojado resbaló y frente a ella quedó. Bryenna la observó, luego al joven, en silencio la vista regresó... —Consideradlo una ofrenda de paz...
La desconfiada guerrera, sin quitarle el ojo de encima, de las aguas emergió y tímidamente las recogió. Lucifer, desde arriba le sonrió...Fue así como, teniendo cuidado en no empapar los escritos revisó. Más cuál fue la desagradable sorpresa cuando al ojearlos, con los registros suyos se encontró;
—¿Qué significa esto? -Por fin le confrontó. El demonio complacido la miró;
— Seguid leyendo, por favor... Largo rato, con el instinto de tomarla, interiormente luchó, a la vez que la empuñadura de su espada fuertemente apretó;
El contorno de esos torneados muslos le deleitó, y las marcas, producto de sangrientas batallas en su atlético cuerpo memorizó; Su primer parto le había ensanchado las caderas y aumentado ligeramente el tamaño del busto. Dejándole algunas estrías en el vientre musculoso como huella. Bien sabía que las heridas de la guerra se acumularían en el lienzo de la piel, y la cicatriz de quemadura en la mejilla, que hasta la cien y frente en media luna se extendía, así como la unión con la ceja en medio le rompía. De igual forma que otra más abajo en el labio, eternas le seguirían y para siempre le adornarían...Y sin embargo, menos bella no la hacían.
Mientras leía, Lady Bryenna de soslayo, nerviosa le veía. De posición cambiaba, ya que, aún sin decirle nada ...La lujuria lo embriagaba, esto a ella incomodaba y en súbitos ataques de pudor estallaba... Y pese a que sin intención posaba, más de una ocasión posturas un tanto provocativas adoptaba, para luego darse cuenta de que, la manera en tenía la capa, realmente muy poco a la imaginación dejaba...
—Tranquila, ignoradme. -El joven le aconsejaba. Además de ello, hubo varias cosas entre la meticulosa correspondencia que llamó súbitamente su atención. Bryenna sintió que se le iba la voz, palideciendo de reojo a el volteó, a la vez que entreabría el labio inferior;
Resulta ser, por medio de Lifer descubrió lo que daba a entender una serie de detalles producto de posibles conspiraciones entre Cedrik, el mago y Melvin, comprometiéndolos con turbios negocios y complicidades que desde ya hace tiempo se tramaban entre más de dos, bajo peligro de prisión, pena de muerte, destierro y expulsión de por vida de la corte, llevando a perder la mayor parte de los privilegios correspondientes a cualquiera perteneciente al séquito. Así como la copia de otros informes, pertenecientes a la captura de un niño demonio, destinado a ejecución...
—¿Sabéis? Lo curiosos de esto es que el cadalso estaba reservado para hoy. Pero de esto Melvin a ninguno del concejo informó. Y de su destino, ahora nadie da razón...
—¿Por qué me mostráis esto? ¿Qué ganáis vos con ello?
Entonces Lucifer le habló del dolor, el resentimiento y la traición. De las pequeñas cosas, haciendo apología a los vestigios de un rencor apasionado, capaz de estocar vuestro corazón, una herida abierta que se agrava con el paso de los años y que no importa lo que hagáis o deje de hacer, a donde quiera que vayáis os perseguirá y en las noches, así como los momentos de soledad, esa insatisfacción, esa rabia contenida de sólo verlo o pronunciar su nombre os lo recordará...Y no fue sino al contemplarse en el inhóspito mar azul de su mirar, un viento frío la estremeció.
Bien, podría decirse que, tanto la conmovió que, por nada, casi... Casi se la creyó... Pues también con su propio reflejo empatizó.
—Conozco como voz de victorias y derrotas, y de lo que os pasó la noche anterior... - También le insinuó cierta cizaña, no del todo falsa que Ceridk para quitarla de en medio planeó y hacerla quedar mal frente a los superiores, la reina y su señor, el príncipe de Kenow. Consiguiendo ya no su degradación, sino la expulsión definitiva de la orden de los caballeros, porque igualmente entre ellos dos ya se guardaban de antaño mucho rencor. ―Recordad que no os conviene otra baja, Bryenna. – y el dedo en la llaga, sutilmente encajó.
En parte, la joven se había vuelto en una especie de pasatiempo para él;
Durante las últimas semanas en las que se dedicó a investigarla más a fondo, cuando leyendo informes, registros y documentos, en las cartas encontró que en un tiempo mucho de la temible cazadora de demonios se habló. ―He sabido más de lo que creéis, y puedo deciros que, como todas las cortes, esta es un nido de ratas, donde las serpientes libres andan y los cuervos, de palomas se disfrazan...Y por la espalda os apuñalan. – Prosiguió. ―Y entiendo mejor vuestra codicia y vanagloria. Vuestros anhelos de venganza y de justicia. Yo puedo hacer eso, Bryenna. Cerdrik recibe su escarmiento y vos recuperáis vuestro puesto... - Explicó. Pero, y algo que ella notó es que omitió el costo de los favores toda la conversación. ― Nada mal... ¿Eh? – y la mano extendida le ofreció.
Sin embargo, aceptó. Más por prudencia que verdadera convicción, y viéndose acorralada en esa situación, desnuda frente a un sujeto armado y no teniendo nada que sus propias manos, tampoco es que estuviese en posición de decir que no, pues a una trampa le temió.
Y pese darle mala espina, lentamente se acercó. Al tiempo en que la capa, por su ancha espalda hasta los tobillos resbaló y en el suelo se quedó. La criatura, el rostro ligeramente ruborizó. A la vez que, extrañada un paso retrocedió...Y la lascivia, por un instante lo consumió...Y cuando la guardia bajó y más a su cuerpo la juntó...
Ella con la rodilla atrasada, tremendo golpe a la entrepierna que le metió. Y de un codazo, directo a la cara atestó, la misma mano para empujarlo extendió, mientras que, con la otra, la espada al cinto le arrebató....No obstante, Lucifer rápidamente reaccionó, y antes que por completo lo despojase de su arma, la muñeca le apretó. Y entre risas, enfurecido la amenazó;
―Ni se os ocurra... - siseó. La mujer, naturalmente se quejó. Y al momento que sintió como unas misteriosas garras habían roto los bordes del guante y en la piel empezaban a clavarse punzantes... fue cuando ella lo entendió...
Y mirándolo a los ojos, esas hermosas y diabólicas facciones contempló... Esa macabra sonrisa en ambos se formó... En secas, pero aterradoras risas culminó, en esa noche donde lo que hicieron, sólo el fuego atestiguó...
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Notas de autor;
-En la edad media los estándares de higiene y samubridad eran una broma, no existía ningún tratamiento de aguas (por eso muchos morían de diarrea por tan sólo beberla), tanto que se llegó a creer popularmente quera más sano el darle bebidas alchoolicas que tomar del agua. Ibcluso se la daban a los niños, que no te sorprenda ver a una niña de 12 años en una taberna.
El nivel de analfabetismo era altísimo, sólo el 10-15% de la población sabía leer y escribir. A veces .. hasta ni los mismos servidores reales sabían hacerlo.
-El grog es una bebida alchoolica preparada con té caliente de Canela, ron,miel y jugo de naranja. Popularizada entre los piratas y marineros,pues aportaba gran cantidad de vitamica C que ayudaba a prevenir y combatir el escorbuto, muy común entre los marineros..
-Mia o Miar, en plural. En la mitología élfica son lo que ellos como ángeles. Se les conoce como las criaturas más bella, por debajo de los dioses... una belleza casi divina.
-Algo que debo aclarar, es que no pienso sexualizar a menores de edad en mi obra (debido a las normas de Wattpad). Pero también dire que en la edad media, la pedofilia estaba a la orden del día (incluso se consideraba normal casar a una niña de 13 con hombres de 30, era relativamente aceptado. pero tengamos en cuenta los niveles de retraso, analfabetimos y.. bueno, por algo se le decía oscurantismo). la edad nuvil de las doncellas era a partir de lso 12 años, y ya empezaban a buscarles marido o prometido desde los 9 años. (sí, una locura). Por eso, que no les sorprendan los temas sutiles al rededor de esto.
-El promedio de vida era de 40 años en ea época (debido a las enfermedades, a las guerras, ...etc), se le consideraba "viejo" a partir de los 30. y ya anciano a partir de lso 40-50 años (acualmente eso es estar en la mediana edad, pero bueno).
-¡Gabh fuck do mhathair..!, en la legua escocesa su traducción es "vete a chingar a tu madre" XD, un insulto común en méxico XD.
Aclaraciones;
Agradezco a mi amigo lucas por darme ideas en la escena de Bryanna (y de hecho, llegué a plenear cambiarla por una donde salía Asmos. pero decidí reservarmela hasta el siguiente capítulo. Espero realmente poder terminarlo y publicarlo).
Pero bueno... y las preguntas prevalecen;
logrará dark consumar su venganza? ¿Cuáles son las verdaderas inteniones de Cedrik? ¿Y qué desmadre se traen Bryanna y lifer?.. ¿logrará esté alguna vez superar su complejo vouyerista?
¿Alguién logrará por fin follarse a la "loli"? XD... ¿Qué pasará con nuestro "papucho", estúpido y sensual de Rägvanald? XD.
ESO VERÍGUELO EN OTRO..."emocionante" CAPÍTULO DE SUU PARODIA PORNO FAVORITA... ¡SANGRE Y ACERO!! XD
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