Arthur fumaba dentro de su casa, y movía su pierna nervioso, ella, su mujer, no estaba en casa cuando llegó y eso a él le altera, saber que no estaba, su ángel, su mujer, le ponía los pelos de punta y le hacía mirar frenéticamente las paredes de su casa

De repente, un portazo abrió la puerta de par en par, y él dirigió la vista hacia la entrada, ahí estaba, con su hermoso traje de payasita dulce con alas y su corset, Sara, el amor de su vida cubierta de sangre, manchando ese impecable vestido que antes tenía ciertas zonas rojas

-Sofia...

-Arthur, me deshice por fin de ese idiota del que te hablé

-Oh, entonces no eran ruidos al azar!?

-Ese imbécil estaba fisgoneando en nuestra casa! Cómo si quiera piensa en acercarse!? Es propiedad privada!!

-Sabes cómo son hoy en día, llegan y pasan, la gente cree que es dueña de todo, cómo pasaron las cosas!?

-Trató de huir, pero siempre me has dicho, disparo en la columna o las rodillas y no se moverá ni por una ardilla

-Y si le disparaste, por qué estás llena de sangre?

-Estuvo días molestando nuestra tranquilidad, tu crees que un disparo sería sería suficiente? Lo desmembré, le hice una adorable sonrisa y se lo dí a comer a esos perros callejeros que ahullentan a los niños, recuerda que hace un mes mordieron a uno en el rostro? Era uno que una vez lanzó una piedra a la pared, hay que ser agradecidos

-Hiciste bien

Dijo para palmearse las piernas

-Ven aquí mi ángel

Eso la hizo cerrar la puerta y sentarse tal como le dijo, pero para Arthur, había algo en el olor de la sangre fresca que traía, se habían contado sobre sus asesinatos, y la había visto después de matar, pero nunca quedar así de sucia

-Muchas gracias por todo lo que haces por mí y por ésta casa

-Eres mi vida, y éste nuestro hogar, siempre lo protegeré

La acercó y le dió un beso, mentiría si no dijera que ese pequeño cuerpo latino no lo vuelve loco

-Bien, supongo que me iré a bañar

Cuando se levantó él tomó su mano, los ojos que le puso eran de una mirada tan pesada que sentía que la iba a devorar, ya no había más que decir, ella le entendía perfectamente

Se acomodó sobre él, sentándose de frente, momento en el que iniciaron nuevamente sus besos, Arthur al tenerla cerca y oler ese olor metálico de la sangre le generó una erección, en ese momento su angelito se había envuelto como un verdadero dulce para él, y ya era hora de quitar el envoltorio

Empezaron unos profundos besos mientras le deshacía el nudo del corsé para que el vestido fuera más fácil de quitar, Arthur no tardó en encontrar también el arma homicida, aún sucia, y la sacó de su funda para ponerla frente a ella

-Lámela...

Ella solo cerró sus ojos, haciéndole caso, lamiendo toda la sangre frente a él, era tan sucio que hacer eso la hizo excitarse y sonrojarse, Arthur cuando ya tuvo el cuchillo limpio lo bajó para romper la ropa interior que llevaba, dejando su vagina expuesta, y tomar los trozos de calzón para llevarlo a su nariz y olerlo

-Hmm... Me da celos pensar... Que te excita matar...

-Me excité por lo que hacemos amor~

-Pues bien que lames la sangre de otro hombre~

Eso la hizo sonreír mientras bajaba su vestido, liberando sus pechos para ponerlos en la cara de su hombre, sabía que eso era otra de sus debilidades, excepto que notó que ella se separó para pasarse la sangre por todos sus pechos, masajeando los de forma sucia frente a él

-Pruébalo~ te va a encantar~

Arthur no tenía otra opción, eso era retorcido, cachondo y sexy, lo primero que hizo fue morder uno de sus pezones antes de empezar a chupar ambos por turnos, Sofia gemía, excitada, sintiendo como su lengua hacia lo que quería con ella, de repente le devolvía la mirada, mientras con su saliva quitaba la sangre de sus pechos, eso la hacía mover las caderas sin saberlo, solo para él, más ahora que sus gemidos le habían despertado por completo su erección, que quería adentro cuánto antes

-Arthur~ N-No me dejes así más tiempo~

-Hmph! Olvidaba que la gente joven es tan impaciente~

Sofia no pudo esperar y le ayudó a abrirse el pantalón, él logró sacar su miembro de su ropa interior, y ella estaba ansiosa, se miraron fijamente mientras él encontraba su vagina y entraba despacio, haciendo a la mujer de piel trigueña abrir su boca en una "o" al sentir como nuevamente y sin piedad, entraba totalmente, sujetando su trasero con sus manos y abrirlo mientras la hacía subir y bajar

Arthur veía como su mujer se mordía los labios y cerraba sus ojos para disfrutar de esas embestidas lentas y profundas, ella movía sus caderas en círculos, para sentirlo más y darle placer, sabía que eso lo volvía loco, y en recompensa sintió como subió sus manos y apretaba sus pechos, jalando un poco sus pezones, de tanto juego le había dejado ésa zona bastante sensible

-Esto es delicioso pero no aguanto más

Con esa frase él bajó sus manos otra vez y le sujetó la cintura, empezandose a mover rápido y a hacerla brincar, los movimientos hicieron a la mujer arquearse mientras se apoyaba de su pecho para ayudar a los brincos, casi podía sentir que salía por completo y entraba con fuerza, le hacía caras sucias, aún estaba maquillada como payasita al estar con su traje, la simple imagen de su mujer así era fascinante

No sé contuvo y dejó caer ambas manos sobre su trasero fuertemente mientras ella brincaba en su pene por placer, las nalgadas la habían hecho gritar entre sus gemidos, amaba que su casa estuviera tan alejada de todo y todos, nadie les escuchaba, ella podría gritar y por él y nadie escucharía, estaba simplemente perdida para él y su placer

Estaban cerca del orgasmo y Arthur decidió hacer una de las cosas que ambos disfrutaban, una de su mano subió a ahorcarla mientras le penetraban de forma frenética, los ojos de Sofia iban hacia arriba, sus pechos rebotaban y sentía lo mojada que había quedado en ese momento sacaba su lengua estando a punto de llorar por el placer y la falta de aire, el choque de pieles se escuchaba fuerte y la hacía temblar y brincar rápido hasta que con un agudo grito ahogado acabó por venirse, sin dejar de sentir como su pene iba rápido en ella hasta que sintió también su orgasmo, llenandola de puro placer

Arthur le soltó el cuello y la atrajo en un abrazo, eso había Sido sucio y totalmente excitante, y ambos necesitaban tiempo para recobrar el aliento

-Ah Ahh~ Hmn... E-Eso...

-Si... Fue delicioso~

Las manos de Arthur pasaron por su trasero acariciándolo despacio, pues sentía como las piernas de su mujer habían quedado algo temblorosas

-Hmm~ hay que hacer ésto con la sangre de cada desgraciado que quiera acercarse a nuestra casa~

-Opino lo mismo... Quizá... Podríamos atraer gente a una trampa~

Con esa última frase ambos lentamente empezaron a reír hasta terminar en mutuas carcajadas interrumpidas por besos, de ese retorcido amor de ésta adorable pareja