
Capítulo 33
Georgia dobló la carta que le había escrito a Becky. Aproximadamente en un mes la recibiría y eso le hacía sentir un nudo en la garganta.
Ésta se encontraba en la habitación que compartía con Robert desde hace una semana. La habitación era bastante grande, tenía una gran cama doble con dos mesas laterales, un comedor, un juego de muebles y un pequeño escritorio donde ella estaba sentada. Sin contar con una habitación extra para el guarda ropa.
Georgia llevaba un hermoso vestido mañanero de color azul de mangas cortas y englobadas, este tenía cintas de azul oscuro en el corsé y la falda tenía bordados del mismo tono de flores.
Mientras escribía la dirección de su casa, pensó que ya llevaba veintitrés días, casi un mes fuera de casa, contando los quince días que duró en el barco. Su familia ya hace mucho habrá ido a buscarlas a casa de Robert y no quería ni pensar en el grito en el cielo que habrán puesto cuando el señor Bright y Camila le informaron que estaban de camino a América.
Georgia quería escribirle a Becky hace una semana pero asuntos inesperados:
Primero: Tuvo que cambiar toda la mueblería y adornos de su casa porque Robert tenía un gusto pésimo, así que junto a Iuola habían hecho una lista interminable y cambiaron absolutamente.
Segundo: Ambas abrieron un crédito en una modistería junto con Freyja para que les hicieran un guarda ropa nuevo que llegó precisamente absolutamente todo.
Tercero: Robert al estar ausente todo el tiempo tuvo que acompañar, a Georgia le tocó acompañar a Max al sastre.
Cuarto: La servidumbre de Robert no solo le faltaba educación sino respeto. Se dirigían a él con una familiaridad que ella no estaba dispuesta a tolerar.
Quinto: Tuvo que organizar los diferentes menús del día para la cocinera, puesto que ésta cocinaba lo que ella quisiera.
Séxto: Contrató un ama de llama porque este no tenía y dos doncellas para ella y para Iuola.
Séptimo: Iuola la fastidió toda la semana con esa loca idea de estudiar y sólo para deshacerse de ella le había dicho que sí y hoy fue a su primer día de clases. Jamás olvidaría el rostro de felicidad de su hermana, cuando le dio un fuerte abrazo y se marchó en el carruaje con su doncella.
Robert se había marchado muy temprano y le había dicho que la institutriz de los mellizos iba a venir hoy, ésta se encontraba con ellos en la habitación infantil.
Georgia dejó de escribir recordando esa escena.
Ella, Robert y los niños se encontraban en el vestíbulo.
—Ya me voy, hoy llegaré tarde también—le informó este. Georgia se acercó a él y le arregló la corbata.
—Deberías contratar un ayuda de cámara—le aconsejó ésta
—No mi amor, no soy tan inútil como para poner a otro que me vista. Además prefiero que lo hagas tú
—Pues ve sabiendo que yo también estoy ocupada
Él le sonrió—Pero nunca debes estarlo para tu esposo—este le dio un beso en los labios—Hoy viene la institutriz de los niños
Georgia vio como los niños se tensaron. Como si les hubiesen dicho que los mandarán de por vida a la jungla.
—Me gustaría ver su experiencia—le dijo ésta
—Es la mejor amor mío—le informó este y luego miró a los niños—Nada de hacer bromas a la señora Chaice, recuerden que ella tiene mi autorización de castigarlos
—Papá—comenzó a decir Freyja—Pienso que Georgia... digo, mamá podría darnos clases
—Sí, queremos que mamá nos de clases—añadió Max
—Su madre tiene otros asuntos que atender con respecto a la casa—le dijo Robert—No tiene discusión este asunto. Me voy—este le dio un beso en la frente a Freyja, le revolvió el cabello a Max y se fue.
Georgia se puso de pie y tocó la campana. Esperó aproximadamente diez molestos minutos hasta que apareciera una criada.
—¿Si mi lady?
—Cuando los amos tocan la campana, ustedes de hacer lo que sea que están haciendo y acuden de inmediato ¿He sido clara? —le amonestó ésta.
La joven asintió—Perdóneme mi lady
—Dile al chico de los recados que lleve esta carta a la oficina de correos, es para Inglaterra
—Si mi lady
—¿Mis hijos siguen con la institutriz?
—Si mi lady
—Muy bién, puedes retírate
Georgia se dirigió al salón infantil. Hoy aprovecharía que ya tenía todo bajo control y saldría con los niños a conocer Boston; no sabía exactamente a qué hora llegaría Iuola pero si iba a estar antes se la llevaría con ella.
Georgia abrió la puerta sin tocar y encontró a los niños en un rincón llorando mientras la institutriz les pegaba con la regla. En ese momento por la mente de Georgia vagaron recuerdos de cuando su tía les pegaba a ella y a Iuola y un instinto asesino se apoderó de ella.
Ésta se acercó a la mujer, le arrebató la guerra y Georgia le dio una bofetada con la misma ocasionándole un corte.
—Que despreciable es usted—le amonestó Georgia apretando los dientes.
—Mi lady—le susurró ésta mientras se llevaba una mano al corte—¡Ellos me faltaron el respeto!
—¡¿Y qué le dijeron?! ¿"Vieja bruja"? ¡Porque eso es lo que es! —le gritó Georgia—me encargaré personalmente que en su miserable vida vuelva a ejercer de institutriz. Ellos son los sobrinos del duque de Westhampton, mi hermano, todo el peso de la ley caerá sobre usted
—¡El señor Harris me autorizó de castigarlos! —se defendió ésta
—Le aseguro de que mi esposo no hablaba de castigo de castigo físico. En cuanto le notifique esto, no tiene ni idea de lo que le hará
En ese momento entraron el ama de llaves y dos criados.
—¡Lárguese de mi casa! —le gritó Georgia—¡Está despedida! —Georgia miró a sus criados—¡La quiero fuera de mi vista! —Estos se acercaron a ésta.
—Puedo caminar perfectamente, gracias—y al decir esto se fue
Georgia dio media vuelta y se puso en cuclillas para abrazar a los niños. Estos le correspondieron el abrazo y lloraron en su hombro; Georgia no pudo evitar derramar lágrimas también.
—No se preocupen, hablaré con su padre—le prometió—Yo les daré clases de ahora en adelante. O encontremos una institutriz que nos guste a los tres ¿De acuerdo?
Ellos asintieron sin dejar de abrasarla. Georgia se separó y los miró.
—¿Siempre les pegaba? —quiso saber
—Sí—sollozó Freyja—Pero lo hacía en partes donde no fueran visibles para que papá no las viera
Georgia cerró los ojos con fuerza y luego los abrió.
—¿Por qué nunca se lo dijeron?
—Papá nunca está en casa—le explicó Max mientras se limpiaba las lágrimas—y se supone que yo debo proteger a mí hermana, soy un inútil
Georgia los abrasó—No eres un inútil, eres un niño. Algún día serás un hombre y podrás proteger a tú hermana
—Y a ti también
Ella sonrió—Así es. Mientras creces, yo los protegeré a ambos
Freyja se limpió las lágrimas—Gracias por ser nuestra mamá
Georgia le acarició la mejilla—A ustedes por aceptarme
***
—¡Me encargaré personalmente de esa desgraciada! —exclamó Robert—¿Cómo osó de ponerle un dedo encima a mis niños?
Este se encontraba tras su escritorio del estudio ya muy entrada la noche. Georgia se encontraba sentada en sus piernas.
—Todo esto es tu culpa—le amonestó ésta—¿Por qué le autorizaste siempre que le viniera en gana?
—Obviamente no hablaba de castigo físico
—Y también es tu culpa por ignorarlo y encerrarte en tu trabajo. Pero no vamos a discutir sobre eso, igual ya estoy aquí para ayudarte
Este depositó un beso en su cuello—Gracias mi amor
—De nada
—¿Cómo le fue a Iuola en su primer día de clases?
—Vino como un loro mojado, estaba muy contenta. Ahora está encerrada estudiando
—Será un gran médico
—Ya lo creo
—Georgiana...
—Robert no me llames así
Él le sonrió—Georgia... "La que trabaja la tierra" ¿Sabías que significaba eso?
Ella asintió—Mi segunda madre me lo dijo. Ser Georgiana es demasiado para mí, quiero ser solo Georgia.
***
Había pasado un mes y Georgia sentía que amaba Boston. Sin duda la vida era muy distinta y se sentía libre; le impresionó demasiado como los americanos amaban la libertad.
Salía de compras sola o con los niños, puesto que Iuola siempre estaba ocupada estudiando.
El fin de semana pasado viajó junto con su esposo y los niños a Nueva York y conoció la ciudad; compró muchos recuerdos, Ethan había viajado a Washington y Iuola declinó el paseo porque tenía examen final de no sé qué cosa.
Georgia se encontraba leyendo un libro en el jardín, mientras los niños jugaban. Robert se había ido temprano y su hermana estaba en clases.
En ese momento se acercó una criada con una bandeja de plata.
—Mi lady tiene una carta
Georgia la tomó—Gracias, puedes retirarte
—Con permiso—y al decir esto se fue.
El sobre era grande y gordo; el corazón le latió de prisa al reconocer la letra de Becky.
Georgia abrió el sobre y encontró varias cartas. Había una nota pequeña, ésta la leyó:
"Querida Georgia.
En este sobre está mi carta junto
Con la de Aitasis, Uriel, Marsias
Y Wolfram. Por favor léelas en ese orden.
Tuya, Becky"
Georgia no dudó en hacerle caso y primero abrió la carta de Becky.
"Querida no sabes lo gratificante
Que es tener noticias tuyas.
Jamás te voy a perdonar que
Te fueses así sin avisarnos,
Hemos estado tan preocupados. Uriel
Y Marsias enloquecieron buscándolas día
Y noche. Wolfram ha estado moviendo sus
Tentáculos para que nadie note su ausencia,
Ha dicho que están de vacaciones en Escocia.
Ni siquiera se le ha dicho la verdad a la abuela
Ni a la segunda rama familiar.
Tus hermanos fueron a buscarte a casa del
Señor Harris y no dieron información.
Sucedió que pensábamos que
Te habías encerrado en tú
Habitación y decidimos dejarte tranquila.
Lo peor fue que deducimos que Iuo
Estaba contigo y al despertar la mañana
Siguiente nos asustamos mucho.
Cariño ¿Cómo estás? ¿Cómo te has sentido?
¿Están comiendo bién? Te confieso que me dolió leer que te habías casado pero estoy muy feliz
Por ti, ese hombre te quiere.
¿Cómo es Estados Unidos? Espero que pueda
Obtener una respuesta tuya pronto, quiero
Decirte tantas cosas pero las lágrimas me
Impiden continuar. Le doy gracias a Dios
Que estás bién, temía por ambas. No tienes idea
Lo feliz que nos pusimos Aitasis y yo al leer
Que Iuo estaba comenzando clases.
No lo hemos compartido con nadie más y tú
Carta la rompimos porque querían leerla.
Esperaré otro mes impaciente por tu carta
Y por favor que sea larga.
Tuya, Becky."
Georgia tenía los ojos llenos de lágrimas. Quería mucho a Becky y se sintió demasiado culpable por preocuparlos. Ésta dobló la carta y continuó con la de Aitasis.
"Querida Georgia
Lo primero que haré cuando te vea
Será patearte el culo, lo juro.
Tenías que haber dejado una carta
Para mí que soy tú mejor amiga,
Estaba muy preocupada por ambas.
Estuve a punto de dar a luz de lo
Asustada que estaba. Pero tranquila,
Aún tú sobrino no quiere salir.
Luego de que te fuiste se desató
La guerra, llegó Marsias y le asestó
Un puño a Gregory. ¡Debiste verlo!
Y el hermoso no se quedó atrás y le pegó
Al otro primo tuyo que no es Lucius.
Lastimosamente no pude participar pero
Becky agarró por los cabellos a la Darleen,
Dejando en alto a las mujeres Westhampton,
Sí señor.
De lo que te perdiste por andar huyendo como
Una cobarde. ¡Eso es lo que eres, maldita sea!
Te descubrieron ¿Y qué? ¿No estábamos Becky
Y yo para defenderte de quién sea?
Hasta de tus propios hermanos te íbamos
A defender. De todos modos a ellos no les
Conviene que nada salga a la luz.
¿Quieres saber cuál fue la reacción de
Tus hermanos cuando se fueron esos asnos
Arrogantes que se hacen llamar "Tú familia"?
No te voy a negar que estaban muy sorprendidos
Y no sabían que decir, pero eso no iba a matar
El amor que sienten por ti, eres su hermana
¡Por Dios!
Espero que Iuo esté bién, cuídala mucho.
A Wolfram casi le da una apoplejía cuando
Le dijimos que ambas estaban en Boston.
Te voy avisando que si no
Se vienen, las van a ir a buscar.
Te quiero mucho.
Tuya, Aitasis"
Georgia dobló la carta de Aitasis con una sonrisa. Sus palabras la reconfortaron demasiado.
Ésta suspiró. Venía la carta de Uriel, tenía mucho miedo de lo que pensara su hermano pero aun así la abrió.
"Hermana
Cada maldito día desde que te fuiste
Me culpo, porque sé que por mi
Reacción tuviste la necesidad de
Huir. No te voy a mentir, el hecho
De que seas así para mí fue un
Golpe muy duro, pero Aitasis y Becky
Nos contaron como fueron las cosas
Y quiero decirte que estoy aquí
Para ti. Por favor regresen, el hogar
De ustedes está aquí.
Lo siento, no se me dan muy bién
Las cartas. Te quiero demasiado.
Tuyo, Uriel"
Georgia se llevó la carta a su pecho. Uriel no solo era su hermano, era su mejor amigo. Sus palabras llegaron profundamente a su corazón, ésta releyó la carta una vez más y luego la dobló.
Georgia suspiró—Marsias... mi guapo y protector Marsias
Ésta desdobló la carta y frunció el ceño de lo breve que era.
"Georgiana Amelie
Me importa un comino si te
Gustan las mujeres o los hombres
O ambos. No tienes permiso de ir
A Estados Unidos y mucho menos Iuola.
Comunícale a Harris que va a pagar caro
Por no atarte y traerte a casa.
Cogerás el primer barco y se vendrán ya mismo,
Me importa un bledo que estés casada.
Te quiere, Marsias"
Georgia no pudo evitar reír, sintió la voz gruñona de Marsias en su cabeza y eso la hizo sonreír.
Ésta dobló la carta y la colocó junto a las otras en su regazo. Solo quedaba la de Wolfram.
—¡Mamá! —le gritó Max—Iremos a tomar un poco de jugo de naranja en la cocina
—Está bién—le dijo ésta y ambos se fueron corriendo.
Georgia desdobló la carta de Wolfram y alzó las cejas, sorprendida que no fuese larga.
"Sigues siendo mi hermana a pesar de todo.
Eso nunca va a cambiar. Regresen a casa.
W."
Georgia soltó un grito de dolor ante aquellas palabras. Se sintió terrible por juzgarlos, por pensar que ellos jamás la perdonarían.
Aitasis tenía razón, no conocía a sus hermanos en lo absoluto, ellos tenían un corazón puro y grande.
Ésta sintió que alguien se acercaba pero no le importó, unas cuantas gotas que provenían de sus lágrimas cayeron en la carta.
Iuola se acercó a ella. Tenía un vestido blanco de mangas largas de satén, ésta llevaba dos libros en sus manos. No dudó dejarlos en el suelo y acercarse corriendo a Georgia.
—¿Qué te pasó? —le preguntó preocupada
Georgia le entregó la carta de Wolfram sin decirle una palabra.
Iuola la tomó y la leyó. A continuación la miró.
—Wolfram te adora
—Aquí están las de los demás
Iuola asintió—Las leeré más tarde
Georgia la miró—Iuola... ¿Nos vamos?
Ésta se sentó en el césped y la miró.
—¿Quieres que te responda como tu hermana o como Iuola?
Georgia sacó su pañuelo y se sonó la nariz.
—Como mi hermana
—Vámonos si eso te hace feliz, estoy segura que Roro te complacerá
Ésta asintió—¿Y cómo Iuola?
—Honestamente no me quiero ir. Me faltan nueve meses para culminar mis estudios y acá tengo mucha más independencia; tengo amigos y amigas que me tratan muy bién, no porque sea la hermana de un duque sino porque soy Iuola. He estado encerrada toda mi vida y saborear esta liberta ha sido gratificantes
>>Te pediría que por favor les dijeras a ellos que vinieran, que te quedarás aquí un tiempo y que por favor me permitan quedarme contigo
—Iuola...
—Georgia te prometo que al terminar me regreso para Inglaterra y me presento en sociedad. Pero por favor intercede por mí con Wolfram
—¿Acaso no los extrañas?
—Sí, pero en estos momentos quiero pensar en mí. Por favor
Georgia suspiró—Muy bién. Un año Iuola, es todo lo que puedo darte. Luego regresaremos a Inglaterra, hablaré con Robert
Iuola se puso de pie y la abrasó—Gracias, soy muy feliz
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro