
Capítulo 31
—Georgia
Ésta abrió los ojos de golpe al escuchar la profunda de su hermano Wolfram.
Ésta se levantó de la cama y lo contempló con los ojos abiertos. No podía dar crédito de lo que veían sus ojos, sabía de sobra que su hermano tenía demasiadas influencias pero sin duda esto sobrepasaba los límites.
—¿Wolf...?
—Hiciste muy bién alejándote de nuestras vidas, después de todo una bastarda siempre será una bastarda. No esperaba menos de ti
Ella se sentó en la cama—Wolfram no me digas esas cosas por favor
—Maldigo el día en que te traje conmigo Georgia ¡Lo maldigo!
**
—¡No! —exclamó ésta al despertar de golpe.
Vio a su alrededor y estaba en la habitación que compartía con Iuola. Ella se encontraba en una cama doble y su hermana al parecer ya se había levantado. Había dos mesas de noche, una lámpara de gas en una de ella y un armario.
Georgia colocó su frente en sus rodillas.
Tú y Iuola lo son todo para mí.
Georgia miró hacia la ventana circular del barco y negó con la cabeza.
—No... Wolfram no es así
En ese momento entró Iuola en compañía de una criada, la cual depositó un baúl grande en la cama de Georgia, ésta hizo una reverencia y salió de la habitación.
—Vaya, hasta que por fin te despiertas—le dijo su hermana
Iuola iba ataviada con un hermoso vestido amarillo de mangas largas y cuello alto; este en su falda llevaba un bordado de rosas blancas y en su cabello tenía una larga trenza.
—¿De dónde sacaste ese vestido? —le preguntó Georgia mientras abría el cajón de una de las mesas de noches y sacaba un cepillo.
—Lo compró Robert para mí ¿Te he dicho cuanto amo a mi cuñado?
—Jamás—le dijo Georgia mientras se cepillaba el cabello—¿Y se lo compró a quién?
—A una madame que abrirá su propia modistería en Estados Unidos—le explicó Iuola—le dije que no estaba bién que me comprara ropa pero luego me dijo que íbamos a ser familia y acepté. Puesto que él será mi hermano mayor, imaginé como si Mar lo hubiese comprado para mí
—Ya veo
Iuola se sentó en la cama—¿Sabes que me dijo Roro?
—¿Quién demonios es Roro?
—¡Robert por supuesto! —exclamó Iuola como si Georgia fuera una tonta al preguntar lo obvio—Así le digo de cariño, tendrás que inventarte un nombre propio
—Créeme que no me interesa llamar a ese cretino de forma afectiva
—Georgia no está bién que trates así a tú futuro esposo—le riñó ésta—¿Sabes que me dijo? Que en Boston hay un médico que se encarga de dar clases de medicina básica a las personas y no sólo eso ¡admite mujeres también! Es inglés, pero reside allá. No conozco los mejores médicos de Inglaterra pero Roro afirma que es muy bueno
—¿Y entonces?
Iuola tomó las manos de Georgia—Permíteme ser su aprendiz, al no estar en Inglaterra mi tutela pasa a tus manos. Sabes que este ha sido mi sueño, te prometo que para cuando sea mi presentación ya habré terminado los estudios
Georgia suspiró—Iuola creo que de todas formas tengo que escribirle a Wolfram
Ésta la soltó y se puso de pie—Georgia tú y yo huimos de casa y no sólo eso, estamos viajando con dos americanos en un barco lleno de gente que no pertenece a nuestra clase social ¿En verdad crees que Wolfram te dará una respuesta a esa pregunta? Nos mandará uno de esos pergaminos japoneses y luego nos arrancará la cabeza
Georgia se puso de pie—No lo sé, primero lleguemos y luego allá vemos
Iuola sonrió—Está bién, por lo pronto a lo que vinimos
Georgia la miró interrogante—¿De qué hablas? ¿Podrías mandar a que me traigan la bañera?
—Ya lo hice hermana, te ayudaré a bañarte
—Gracias que amable de tú parte
—Te aviso de antemano que no es el vestido de novia que le mandamos hacer a nuestra modista, pero... pero tú luces despampanante con cualquier cosa
Georgia frunció el ceño—¿De qué hablas?
Su hermana pequeña le sonrió abiertamente—Hoy será tu boda
***
Robert sonrió al ver la proa del barco decorada muy sencilla por los tripulantes. Ésta se encontraba rodeada de distintas flores blancas y lazos del mismo color; él al contarle sus intenciones decidieron echarle una mano. Sacaron todas las cajas de madera dónde había frutas y las colocaron como sillas, la cocinera le había prestado una mesa y en ésta se encontraba el joven sacerdote que Robert había sobornado para que oficiara su boda, con la promesa que al llegar a Boston, este les facilitara el certificado donde constaba la validez de su matrimonio.
Este también compró todo el coñac a un comerciante de licores y todos los vestidos a una mujer francesa que no dejaba de mirarlo. Posterior a eso sobornó a la cocinera para que se encargara del banquete e invitó a toda la tripulación. El capitán del barco le había felicitado por las buenas nuevas.
Robert iba ataviado de gris, con una camisa color hueso y una corbata blanca; su calzado era de color marrón oscuro.
Ethan se acercó a él con una sonrisa. Este iba ataviado de negro, con una camisa blanca y corbata negra. Su amigo le ofreció un vaso de coñac.
Ethan bebió un sorbo—Georgia te va a matar
Robert sonrió—Lo máximo que hará será pegarme en los testículos
—Tiene un buen rodillazo ¿eh?
—Ni que lo digas—le dijo este mientras bebía un sorbo—¿Dónde están los niños?
—Están con el capitán, les está contando aventuras que dictan mucho de ser reales
Robert le sonrió—Me preocupa que les de ideas y ésta vez decidan convertirse en piratas
Ethan se echó a reír—No lo creo, allí vienen
—¡Papá! ¡Papá! —exclamaron ambos
Este los miró—¿Qué sucede? ¿Muchas aventuras?
—¡Sí! —exclamó Max
—¡Papá! ¡Allí viene Georgia! —exclamó Freyja
Robert miró en dirección donde aplaudía la gente.
En ese momento no existía nadie más, solo él y Georgia. Su mujer se veía preciosa con ese vestido color hueso, con bordados ocres, de mangas largas las cuáles también estaban bordadas; su cabello estaba envuelto en una trenza que tenía flores blancas y llevaba un ramo de ésta de rosas del mismo color en sus manos.
El capitán se acercó a ella y le ofreció el brazo.
—Cierra la boca—escuchó que le dijo Ethan—Mas bién acércate donde está el sacerdote, la ceremonia ya va a empezar
Sus hijos lo tomaron de las manos—Vamos papá—le dijo Freyja mientras lo guaba hacia la mesa. Los tripulantes comenzaron a ocupar sus puestos, Robert vio como Ethan tomaba por la cintura a Iuola y la guiaba a los asientos de adelante.
Georgia caminó junto al capitán el camino del centro y de repente se sintió nervioso. Georgia estaba hermosa y aunque la había visto con mejores vestidos, ese se lo había regalado él, así que era especial.
Ésta llegó a él y el capitán le cedió su mano.
—Muchas gracias capitán—le agradeció ésta. Este asintió y prosiguió a ocupar su lugar.
Los niños se sentaron junto a Ethan y Iuola. Robert tomó la mano de Georgia y depositó un beso en ella.
—Estás radiantemente hermosa—la halagó este.
Ella le sonrió—Y tú... eres hombre muerto
Este sonrió ampliamente y ambos miraron al sacerdote.
—Queridos hermanos...—comenzó a decir este
—Gracias por informarme de nuestra boda—le susurró ésta
—Lo iba hacer amor, pero quería darte una sorpresa
—Si tu misión fue sorprenderme lo conseguiste Robert Harris
—No me importa lo que digas mi amor, yo estoy extremadamente feliz—y se concentró en lo que decía el sacerdote
Este miraba de soslayo a Georgia y a continuación sonrió para sí.
—Si entre alguno de nosotros hay alguien que crea que esta boda no debe realizarse que hable ahora o que calle para siempre—sentenció el sacerdote
—Después de que me den comida y bebida, por mí está bien. Yo a ellos ni los conozco—comentó un joven y el público estuvo de acuerdo.
Robert escuchó la carcajada de Ethan y suspiró. Su mujer no estaría nada contenta con ese alboroto, ella no estaba acostumbrada a tal muestra de vulgaridad.
Robert la miró y ésta tenía la mirada risueña, acompañada de una pequeña sonrisa. Ese gesto lo dejó atónito.
—¿Tiene el anillo señor Harris? —le preguntó el sacerdote
—Si su señoría—le respondió este y Freyja se acercó y se lo dio—Gracias princesa
—Bien—dijo el sacerdote—Lady Georgia Westhampton, ¿Acepta usted al señor Robert Harris para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en las buenas y en las malas hasta que la muerte los separe?
—Ya lo creo que nos va a separar—susurró ésta para sí
—¿Disculpe?
Georgia suspiró—Sí acepto
—Señor Robert Harris, Usted...
—Acepto—lo interrumpió este. Tomó la mano de Georgia y le colocó el anillo—Este es provisional mi amor, en Estados Unidos mandaré a hacer uno con una piedra grande—luego miró al sacerdote—Disculpe su señoría ¿Podemos pasar a la parte donde debo besar a la novia?
Este cerró la biblia y lo atravesó con la mirada.
—Han difamado uno de los sagrados sacramentos y no han respetado la ceremonia, hagan lo que quieran—y al decir esto se marchó.
—Padre espere...—comenzó a decir Georgia pero Robert la atrajo hacia a él y la besó. Se escucharon los aplausos de los tripulantes del barco, posterior a los gritos de estos.
—¡Viva Robert y Lady Georgia Harris!—exclamaron todos.
Ésta se separó y miró a Robert—Que feo se escuchó eso, sino te importa seguiré usando mi apellido de soltera
—Por supuesto que me importa señora Harris
—Lady Georgia—le corrigió ésta—lo tengo por derecho propio—y al decir esto se dieron un profundo beso.
***
Georgia se encontraba bailando con Ethan una alemanda. El sol ya se había puesto y la mayoría de los tripulantes estaban muy pasados de tragos.
Iuola se encontraba entreteniendo a todos los niños a bordo con una especie de juego y Robert mantenía una conversación muy animada con tres hombres, este no dejaba de mirarla.
—¿Te imaginaste que tú boda fuese así? —le preguntó Ethan
Georgia le sonrió—Si hubiese sabido que mi boda iba ser en un barco junto con personas de todo tipo, hace mucho hubiese contraído nupcias.
—Harris lo preparó todo, jamás había visto un hombre tan impaciente por casarse
Ella lo miró—No todos los días se casa uno con la hermana de un duque
Ethan le sonrió—Tú pudiste haber sido hija del carpintero y él aun así se hubiese casado
A Georgia se le borró la sonrisa de la cara al escuchar esa confesión.
—¿En qué te basas para decir eso?
—Me baso en que mi mejor amigo enamo...
—¡Atención! —exclamó unos de los tripulantes el cual sostenía una botella de coñac en su mano izquierdo y le pasó la mano derecha por el hombro de Robert.
—¡Los novios se retiran a consumar su matrimonio! —continuó este y hubo un coro de aplausos
Georgia había dejado de bailar con Ethan y Robert se dirigía hacia a ella.
—Ve con tu marido—le susurró Ethan con una sonrisa y ésta asintió.
Su esposo le dio un besamanos y le sonrió.
—¿Vamos mi amor? —le preguntó este. Ella asintió y ambos se adentraron a los compartimientos del barco. Pasaron en silencio todos los pasillos, hasta llegar a la habitación de Robert. Estos entraron y cerraron la puerta y Georgia se sentó en la cama.
—Estuviste evitándome toda la velada mi amor—le dijo este mientras colocaba su saco en el perchero—¿Sigues enojada porque no te avisé sobre esa boda rápida?
—No es así
Este se sentó junto a ella y le pasó una mano por los hombros.
—¿Qué te sucede mi amor?
Ella miró sus manos y suspiró—Quería que mis hermanos estuvieran aquí, que ellos me hubiesen entregado...
Él la atrajo hacia a él y comenzó a acariciarle la espalda.
—Podemos volver a casarnos allá mi amor
Georgia no le respondió. Sabía con creces que no podía volver a ver a sus hermanos al menos por ahora, aparte que no tendría el mismo significado si se casaba por segunda vez.
—Te ayudaré a desvestirte y nos iremos a dormir—le dijo este mientras la colocaba de espalda y se ponía manos a la obra.
—¿No vamos a...?—comenzó a decir ella
—¿No vamos a qué mi amor?
—A hacer eso
—No mi amor, tú estás muy deliciosa pero en estos momentos no te encuentras muy dispuesta y estoy algo cansado. Tomamos un baño y nos acostamos a dormir ¿te parece?
Georgia lo abrasó—Gracias—susurró
Él le sonrió y la estrechó fuerte—De nada esposa mía
***
Georgia se encontraba caminando por un valle desconocido, el cual tenía un pequeño lago y árboles que se alzaban a su alrededor. El pequeño lago estaba rodeado de montañas que reflejaban a su espalda un frondoso atardecer.
—¿Dónde estoy? —Se preguntó ésta—Es obvio que esto no es Westhampton Terrace
Ésta se acercó al lago y se sentó en la orilla, la brisa tocó su piel y suspiró.
—Todo es tan tranquilo aquí...
De repente algo emerge del lago y Georgia se sobresaltó al ver que era un hombre desnudo. Ésta retrocedió un poco pero dejó de hacerlo al percatarse que era Robert Harris.
—¡Oye! —Exclamó ésta—¿Qué haces allí?
El agua tocaba su torso desnudo y este se pasó una mano por su rostro. Este le sonrió sin decirle nada.
—¿Robert?
Este se acercó a ella lentamente. Sus ojos grises eran letales, Georgia sentía que su cuerpo estaba paralizado.
Robert estiró su brazo y tomó su mano. La sensación de esa mano fría cubriendo la suya inexplicablemente la calentó.
—¿Qué...?
Este la jaló y la sumergió al agua.
Georgia se despertó de golpe. Sintió que su rostro estaba empapado de sudor al notar que su cabello estaba pegado a este.
—Pensé que jamás despertarías—le susurró Robert mientras dejaba un camino de besos en su abdomen—Sí que es difícil despertarte esposa mía
—Robert ¿Qué estás...? Oh...—Georgia se detuvo al sentir la lengua de él en su clítoris.
—Te irá mejor si comienzo por aquí—le susurró este al atrapar las manos de ésta cuando intentó quitarlo.
—Quiero saber—continuó él—¿Qué pasaría si no dejo de hacer esto?
Georgia no podía concebir que Robert tuviese su boca allí y no le diera asco. Ésta sin poder evitarlo colocó su mano allí impidiéndole que prosiguiera.
—Lo siento...—le susurró ésta—No me gusta... No...
Él al miró y le sonrió—Está bién amor mío, no pasa nada
Este se acercó a ella y la besó ferozmente. Georgia permaneció con los ojos abiertos, notando que Robert estaba completamente desnudo al igual que ella y que este rozaba su miembro viril con la intimidad de ella.
Él la liberó del beso y prosiguió a dejar un camino de besos por su cuello.
Georgia sentía que no se estaba concentrando en lo absoluto.
—Robert...
—Hmn? —le dijo este mientras se aproximaba a su pecho izquierdo
—Pensé que íbamos a hacer esto en la noche de hoy
—Nunca dije eso
—Es que...
Él se detuvo y la miró fijamente—¿Es que qué Georgia?
Ella tragó saliva y suspiró—No me hallo
Él soltó todo el aire que estaba conteniendo y la liberó de la prisión de su cuerpo. Este se acostó boca arriba junto a ella mientras se llevaba su mano derecha a su rostro.
Y allí fue donde Georgia lo vio. Cada centímetro del cuerpo de Robert era puro músculo, no era que le desagradara del todo pero lo aristócratas solían ser delgados puesto que el trabajo físico era sinónimo de pobreza. Ésta intentó no mirar su miembro viril pero no pudo evitarlo y a juzgar por su poca experiencia-más bién nula- en el asunto y basarse en la información que le habían proporcionado sus cuñadas, ella dudaba que "eso" pudiera caber en "esto".
De repente Robert dio media vuelta, dándole la espalda y Georgia quedó atónita. No sólo tenía cicatrices, sino marcas de quemaduras y golpes. Ésta se llevó una mano a los labios.
—Dios mío...—susurró. Este se colocó rápidamente boca arriba.
—¿Viste? Dime que viste...—le pidió él mientras cerraba los ojos
—Robert... ¿Quién te hizo eso?
El silencio que prosiguió a continuación es el más largo que Georgia hiera podido recordar.
Este se frotó la frente y a continuación suspiró.
—Personas que disfrutaban escuchar el grito y llanto de un niño. Eso les daba placer
Georgia abrió los ojos como platos—Cielo santo... ¿Qué personas tan horribles y depravadas son esas?
Él le sonrió sin ganas—Mis padres.
**¡Hola babies! *Esquiva los tomates, la piedras y las sillas* perdónenme por ausentarme tanto tiempo pero es que imagínense que aparte de la universidad que ya voy en último semestre por cierto *-*, estoy en un curso de inglés, porque uds saben que los trabajos de hoy en día lo requieren y aparte... ESTOY TRABAJANDO EN UNA TRILOGÍA <3 <3 *Las Wolfilibers la asesinan con la mirada* no vayan a matarme por favor, uds saben que Saga Westhampton tengo que terminarla si o si y es prioridad máxima, pero me encantaría que me apoyaran en este nuevo proyecto *-* es ciencia ficción y quiero ver cómo me va.
Espero que hayan disfrutado el cap *-* Les mando un besito :*
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