—Iuola besé a un hombre—le confesó Georgia. Éstas se encontraban tomando el té en Westhampton Room.

Iuola comenzó a toser—¿Qué?

Georgia se puso de pie—Mas bién él me besó a mí ¿De acuerdo?

Iuola la miró divertida—¿Cómo pasó?

Ésta caminaba de un lado a otro—me fui a la biblioteca, estaba muy aburrida

—Me imagino

—Entonces estaba oscuro ¿Sabes? Y él... él estaba allí y me besó.

Su hermana abrió los ojos como platos—¿Y entonces?

—Obviamente yo le pegué un rodillazo en los testículos

Iuola suspiró—Por supuesto que tú haría eso

Georgia se sentó y bebió todo su té—Iuola un hombre me besó

Ésta asintió—No te habían besado antes ¿verdad?

<<Hombres no>> pensó y se mordió la lengua. —Pues sí... pero no así.

Su hermana alzó las cejas—¿Quién es? No sabes como me alegro que hayas seguido mi consejo

—Ese es el problema Iuo—le dijo ésta mientras se volvía a colocar de pie—No sé quién es, no sé su nombre ¡Ni siquiera vi su cara! —Iuola se acercó a ella y Georgia la miró—Sólo sé que es... americano.

Iuola abrió los ojos como platos seguido de su boca y luego se echó a reír.

—Hermana... ¡¿Besaste a un manchado de la tierra?!

Georgia le tiró una mirada asesina—Baja la voz Iuola por Dios... no se lo vayas a decir a Wolf

—¿Por qué lo haría? A ninguno de nuestros hermanos, pero sí a Becky y a Ai

—Por supuesto a ellas si

Iuola le colocó las manos en los hombros de su hermana—Intentemos pensar que ese colono no es un ogro horrible ¿Qué sentiste cuando te besó?

La mirada de su hermana menor la traspasó. Iuola estaba de su misma estatura, aquella mocosa había crecido en el transcurso de un año y para Georgia ella en un pasado era su todo. Bajo la apariencia angelical de Iuola, se encuentra una personalidad problemática que es propensa a la arrogancia y demuestra una falta muy grave a las gracias sociales, pero ella jamás había culpado a su hermana pequeña de ser así. Es normal que seas así si has vivido toda tú vida encerrada.

Georgia abrió la boca y luego la cerró, ya que apareció Marco en la estancia.

Este hizo una reverencia—Mi lady—comenzó a decir este mientras le entregaba una tarjeta de visita—La condesa de Addington se encuentra en el vestíbulo, desea verla

Georgia reprimió una mueca de disgusto y su hermana la miró—¿La vas a recibir? —le preguntó

Ésta suspiró—Dile que pase

—Si Mi lady—dijo Marco—con permiso

—¿No me dijiste que ya no eran amigas?—le preguntó una vez más su hermana

—No lo somos

—¿Entonces?

En ese momento apareció Lady Catherine. Ésta tenía un bello vestido de montar color hueso, el cabello lo llevaba recogido y escondido bajo un sombrero de color ocre.

Ésta sonrió. Sus mejillas estaban sonrosadas—Buenos días—saludó al entrar a la estancia.

Georgia alzó las cejas—Buenos días

La mirada de Catherine se posó en Iuola—No puede ser ¿Eres la hermana pequeña Lady Georgia? —Ésta alzó las cejas—¡Pero si eres toda una mujer!

—Iuola ella es la condesa de Addington—le informó Georgia

—Un gusto—se limitó a decir ésta

—El gusto es mío—le dijo Catherine

—Tome asiento—le dijo Iuola y ésta lo hizo—Mandaré a que traigan más té, con permiso

—Gracias—le dijo Catherine

Georgia esperó a que su hermana se fuera y luego le tiró una mirada asesina a Catherine—¿Acaso te hablé en Italiano? —comenzó a decir ésta mordazmente—No quiero volver a verte ¿Es tan difícil de entender? Catherine se puso de pie—Me parece injusto de tú parte porque yo te quiero. Georgia entiende por favor que no tuve otra opción

—No quiero escuchar tus malditas excusa baratas, sé feliz con tú marido y déjame en paz

—¡Está bien! Pero por favor escúchame. Sólo te pido que me escuches...

Georgia miró hacia la ventana—Puedes hablar y luego te irás

***

Robert Harris sonrió al ver Westhampton House—No es tan asombrosa como la pintan—comentó este mientras bajaba del carruaje.

Ethan Shaw su asistente y mano derecha sonrió—Tenía entendido que la asombrosa era Westhampton Terrace

Ethan era de Nueva York, lo había conocido años atrás cuando este le ayudó y le enseñó todo sobre la industria Textil en los Estados Unidos. Aquel cabello castaño, piel blanca y ojos miel poseía una mente maestra y a sus veintiocho años había logrado cosas brillantes.

Robert lo miró—Podría comprarle ambas casas para mi satisfacción personal

Su amigo se echó a reír—No lo subestimes más hombre y centrémonos a lo que vinimos

—Dominar Inglaterra—recitó Robert con un tono de voz maquiavélico—A veces parece que tú fueses el jefe

—Sólo cuido de ti—se burló Ethan

—¿Puedes creer que los ingleses cada vez que van a una casa tienen que llevar estas malditas tarjetas? Sacando a mama Odie, esta gente es idiota—Se quejó Robert mientras tocaba la gran puerta

—O simplemente tienen mucho tiempo libre. Sabes perfectamente que los hombres de la nobleza no trabajan

En ese instante se abrió la puerta y apareció un hombre vestido de traje, de aproximadamente sesenta años. Este llevaba el ceño fruncido.

—Buenos días—lo saludó Robert mientras le entregaba la tarjeta—Soy Robert Harris y tengo una cita con el duque de Westhampton

—Pase señor Harris, veré si su excelencia está en casa—le dijo éste mientras los dejaba pasar

Robert se mordió la lengua. Es lo más estúpido que había escuchado en la vida, el duque de Westhampton tenía que recibirlo sí o sí. El mayordomo desapareció dejándolos solos en el umbral.

—Vaya...—susurró Ethan—Esta casa es asombrosa

Robert se encogió de hombros—La mía será mucho mejor

—Tú no tienes tan buen gusto

—Cállate—Su amigo se echó a reír y Robert frunció el ceño—¿Escuchaste eso? —Ethan negó con la cabeza—Son voces femeninas, parece una discusión

—Igual eso no nos importa

¡Quiero que te vayas! Oyó una voz conocida.

—No puede ser...—susurró Robert—Esa voz chillona es la de aquella mujer...

—¿De qué hablas?

—Vigila que no venga nadie—le ordenó Robert

—¡¿Qué?! —Exclamó Ethan en un susurro—Robert ¿Qué haces? ¡Robert!

Este lo ignoró y caminó en dirección a la voces femeninas <<Estoy seguro que esa voz chillona es la de esa mujer>> a pesar de que no le había visto el rostro, podía reconocer aquel tono de voz. Robert no había podido conciliar el sueño pensando en aquella escena, la había buscado durante todo el baile y la famosa Lady Swift le pareció insignificante. Aquella mujer era fuerte, tenía bastante fuerza en las piernas. Lo había inmovilizado dos veces y eso es mucho para un hombre que peleaba en las calles por dinero.

Llegó hasta una gran puerta, ésta estaba entre abierta y pudo mirar a las dos mujeres: Una blanca y otra morena. Este las miró detalladamente y de la morena provenía la voz chillona.

<<No estás nada mal tigresa>> pensó con una sonrisa. La otra mujer le parecía insípida, como el resto de las mujeres inglesas.

De repente este abrió los ojos como platos—Maldita sea...—susurró.

La mujer insípida besó a la tigresa. Ambas mujeres. Se besaron. En la boca.

Robert se alejó de la puerta<<Esto es perfecto>> pensó mientras se tapaba la boca para ocultar una risa.

¿Quién es usted? Escuchó una voz cercana. Robert se alejó de allí y vio que una joven le había esa pregunta a Ethan.

Este se colocó muy pálido—Dígame quién es usted o llamaré un criado para que lo saque

Robert se acercó a ellos a toda prisa, iba a abrir la boca pero vio que el mayordomo se aproximaba.

La joven lo miró—¿Y quién es usted? ¿Qué hacía allá?

—Su excelencia lo está esperando señor Harris—le informó el mayordomo

—Gracias—dijo este

—Por aquí por favor—le indicó el mayordomo. La joven les tiró una mirada asesina y se fue.

Robert miró a Ethan—Que susto

—¿"Que susto"? Casi me matas de un infarto imbécil ¿Qué demonios hacías allá?

Robert sonrió—Nada

Su amigo negó con la cabeza—Mientras tanto yo quedé como un idiota delante de... esa hermosa mujer

Robert lo miró divertido—¿Quién será? Nos habló con mucha autoridad—Ethan se encogió de hombros—Mayordomo—llamó Robert a este—Sería mucha molestia preguntar ¿Quién era la joven de hace un rato?

Este suspiró con impaciencia—Es Lady Iuola Westhampton, la hermana menor del duque

Robert le tiró una mirada especulativa a Ethan—Así que iremos a ver a tú futuro cuñado

—No digas tonterías, solo me pareció hermosa

El mayordomo abrió una gran puerta y a continuación hizo una reverencia—Su excelencia el señor Harris y...

—Shaw—respondió Ethan—Ethan Shaw

—Y el señor Shaw—terminó de decir el mayordomo

Robert vio la adusta presencia del duque, este se encontraba de espaldas y dio media vuelta para mirarlos. A pesar de que estaban casi a dos metros de distancia, Robert podía ver los helados ojos del duque y supo desde ese momento que tenía que cambiar sus cartas. Aquel hombre destilaba poder.

El duque se llevó el monóculo al ojo—Vaya...—susurró este.

<<Ese artefacto...>> pensó Harris. Era intimidante.

—Señor Harris, Señor Shaw—comenzó a decir el duque mientras aumentaba el lente de su monóculo—Siéntase libres de entrar, les aseguro que no muerdo.

A&'