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Capítulo 29

Robert Harris se encontraba en el estudio junto con Ethan Shaw. Habían sido dos semanas de trabajo intenso, ya que tuvo que solucionar muchos inconvenientes que sucedían en la fábrica de Boston. Cameron había encontrado un socio perteneciente a la cámara de los comunes y quería incluir las vías de las locomotoras en su plan de gobierno, por ende estos tenían que trabajar el triple para dejar todo en orden cuando Robert partiera hacia América.

—Ethan ¿Dónde demonios está Bright? —le preguntó Robert sin dejar de mirar los planos

—Con su "esposa" —le respondió este mientras escribía cifras en su libro de contabilidad.

—A mi prometida no le gustará nada esto, hazle llamar—le ordenó Robert—Hay algo aquí que no entiendo y el debería estar aquí, parto mañana y aún queda mucho por hacer

Ethan colocó el libro sobre el escritorio y se dirigió a tocar la campana.

—¿Dónde están los mocosos? —quiso saber este

—En la habitación infantil, les dije que los mandaría a llamar cuando terminara aquí

—Los hubieses dejado allá en Westhampton House y que Georgia los hubiese traído

Robert lo miró—No quiero que estén hablando que descuido a mis hijos, suficiente con que se vayan a quedar allá en un mes

—Pensé que tomarías la opción de dejarlos con Mama Odie

En ese instante llegó la ama de llaves—Mande a buscar al señor Bright por favor—le ordenó Ethan

—Sí señor—y al decir esto se fue

—Lo pensé—le dijo Robert—Pero no quiero que los niños estén cerca del conde, además mama Odie está en una edad que le impide cuidar de dos niños y sabes perfectamente que Max y Freyja no son unos santos. Sin embargo, yo le dije a Georgia que los llevara a visitarla

Ethan lo miró luego de tomar asiento—¿Cómo te has sentido con Georgia?

Robert no lo miró—Lastimosamente no he podido disfrutar de ella por el trabajo

—¿La amas Robert?

Este le sonrió—El amor complica las cosas Ethan, pero si hay un deseo inmenso

Ethan le sonrió—Si tú lo dices

Robert le sonrió—Es así

De repente escucharon unos fuertes toques de la puerta y Robert frunció el ceño mientras se colocaba de pie.

—Pero ¿Qué es esa forma de golpear la puerta? —se quejó este

Ésta se abrió de golpe—Lo siento señor—se disculpó la ama de llaves—Pero no pude detenerla

En ese momento Georgia entró a la estancia. Se veía fatal. Su rostro estaba cubierto de lágrimas y su cabello estaba suelto y despeinado, unas horquillas estaban a punto de caerse y otras enredadas en su cabello.

—Ayúdame...—le susurró ésta. Se llevó ambas manos a su rostro y comenzó a llorar fuertemente.

Este se acercó rápidamente hacia ella y la abrazó.

—¿Qué sucedió?

Ethan se puso de pie y salió de la estancia cerrando la puerta tras sí.

Georgia lo miró y le temblaba el labio—Yo... Ellos... no puedo. Ellos... Ayúdame—le decía ésta sin dejar de llorar

Este la hizo sentar y se puso encuclillas—Amor mío no estoy entendiendo nada—le dijo este suavemente

—Ya no puedo... Robert...Ellos... Tengo que huir, ayúdame

—¿Por qué tienes que huir?

Ésta soltó un grito de dolor—¿Ya saben que soy rara! —Robert abrió los ojos como platos. No necesitaba una explicación para saber a qué se refería.

—Mis hermanos... todos... necesito huir

—Amor mío—él le acarició el rostro—Mírame—ésta negó con la cabeza mientras seguía llorando con la cabeza agachada—Georgia tú no tienes que huir de nadie, puesto que serás mi esposa y al único que tendrás que rendirle cuentas es a mí

Ésta negó con la cabeza y siguió llorando.

—Cuéntame cómo pasó—le pidió él.

En ese momento se escucharon los toques de la puerta, su ama de llaves tenía una bandeja de té y Robert y le hizo el gesto para que entrara. Ésta la dejó en el escritorio y le acercó una taza a Georgia; ésta asintió agradecida y le dio un sorbo. El ama de llaves hizo una reverencia y salió del estudio.

Robert tomó una silla y se sentó frente a ella, esperó a que ella bebiera un poco más y prosiguiera a contarle lo sucedido.

Conforme Georgia le contaba, Robert se convencía más de que esa familia estaba completamente loca ¿Ramas principales y secundarias? Honestamente los ingleses estaban más locos que una cabra a su parecer. Le tomó por sorpresa el hecho de que la prima de Georgia fuese la autora de las notas, tendría que pagarle por el trabajo realizado al detective que contrató. Y lo de la fotografía le confirmó totalmente que esa gente no estaba en sus cabales, entendía el punto de vista de Westhampton al quedarse callado.

Robert agudizó la mirada <<El escándalo de sus cuñadas no podía salir a la luz>> pensó. Sin embargo él no podía tapar el hecho de que su hermana se casara con un sangre sucia, así que tendría que buscar una solución para eso. Aunque con lo poco que conocía a Westhampton, daba por hecho que lo lograría. Su apreciada "rama principal" tenía demasiados escándalos que él solo no podía tapar.

Robert observó a su prometida y suspiró <<¿Qué demonio le había poseído para involucrarse con esa gente tan problemática?>> se riñó.

Este le quitó la taza de té vacía y la colocó en el escritorio, a continuación le sostuvo las manos entre las suyas. Por más que el asunto le resultara tedioso y estúpido, era la familia de la que va a convertirse en su mujer, así que por ende esa manada de locos se convertiría en la suya propia.

Él la miró—Mi amor ¿Qué deseas hacer?

Ésta se limpió las lágrimas y lo miró con esa expresión terca en sus ojos.

—Quiero ir contigo a América hoy mismo

Este suspiró—Cariño hoy mismo no podrá ser, los barcos que están saliendo a esta hora llevan comerciantes, criados y otra clase de gente que no estás acostumbrada. Además...

—Partiré hoy Robert, contigo o sin ti. Aún no eres mi esposo, no tengo por qué obedecerte

Este alzó las cejas. Pudo adivinar qué clase de vida le espera con ella, someterla no iba ser nada fácil.

Este se puso de pie—Como quieras mi amor. Disfruta de tú libertad ahora que puedes, ésta rebeldía no la permitiré una vez casados. Quédate aquí, iré a preparar todo

Ésta no le dijo nada y Robert salió de la estancia. Al abrir la puerta, Ethan junto con los niños lo miraban expectantes.

—Padre...—comenzó a decir Freyja—¿Georgia está bién?

Él suspiró—Háganle compañía

Robert vio como ambos entraban y se acercaban lentamente a ella, ésta al verlos abrió ambos brazos y los abrazo.

Robert abrió los ojos como platos. No tenía ni idea de lo cercana que se había vuelto hacia ellos. Ambos le correspondieron el abraso.

Ethan le colocó una mano en su hombro.

—¿Qué sucede? —quiso saber este

—Problemas intrafamiliares. Por lo pronto dile a la ama de llaves que prepare una bolsa de viaje pequeña para los niños

—¿A dónde van?

—A Estados Unidos

—¿Hoy?

—Te lo explicaré después ¿La ropa que le prestó mi mujer a Camelia sigue aquí?

—Creo que sí

—Dile a la ama de llaves que meta unos cuantos vestidos y que por favor preparen el carruaje

—Está bién, pero... Robert aún no están casado y...

—Por cómo están las cosas ya no habrá boda, nos casaremos en Estados Unidos. Cuento contigo Shaw

Este asintió y se fue. Robert miró a su prometida la cual le decía algo a los niños, aquella imagen le sacó una sonrisa.

***

Georgia jamás había estado en el puerto, ya que las únicas veces que ha salido de Inglaterra ha sido para visitar a Aitasis en Escocia y para eso usaba su carruaje. Pero esta vez iba a salir del continente y eso le aterraba y le excitaba a la vez.

Ésta bajó del carruaje junto con Max y Freyja los cuales le pisaban los talones agarrándose de sus faldas.

—Supongo que para ustedes esto es pan comido—les dijo Georgia mientras tomaba a ambos de las manos—Ya que vinieron solos desde Estados Unidos

—La gente que tu país no luce como la del nuestro—le informó Freyja—Aquí las personas nos miran horrible

Georgia alzó las cejas al escuchar eso y luego miró a Robert, el cual se encontraba dando instrucciones a los dos criados que trajo consigo.

Ésta miró a la cantidad de gente que se encontraba en el muelle, sin duda Robert tenía la razón y ella no se mezclaba con esa clase de personas; sin embargo le urgía salir de Inglaterra.

Robert se tardaba demasiado y ella sentía las miradas de muchas personas. Eso le sacó un suspiro, lo púnico que le dolía de irse era su familia y más que todos, Iuola. No quería estar presente para cuando ésta se enterara de toda la verdad. De repente sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas y alejó esos pensamientos.

De repente un hombre alto, con harapos sucios, los ojos verdes y con un palillo en la boca se le acercó y tiró fuertemente del collar de Georgia. A ésta no le dio tiempo de reaccionar y este salió disparado.

—¡Un ladrón! —Gritó ésta—¡me han robado!

Ésta vio que las personas no movían un ápice para ayudarla y los niños gritaban también. El hombre corría entre las personas que le habrían el paso. Freyja tenía razón, los ingleses eran despreciables.

De repente un jinete que llevaba a una damisela, se acercó en dirección contraria al ladrón y le propinó una patada en el rostro, este cayó al suelo y el jinete desmontó y le quitó el collar.

Georgia no podía ver bién a su salvador, este tomó las riendas del caballo y se acercó a ella.

Georgia sonrió al verlo—Ethan...—este le entregó el collar—Gracias... muchas gracias, pero ¿Qué haces aquí?

Este miró a la dama que llevaba y Georgia hizo lo mismo.

Ésta se quitó la cofia y le tiró una mirada asesina.

—¿Pensabas irte sin mí? Hermana tonta

ET

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