PREFACIO
—Yo reinaré este mundo de mortales, y el de tinieblas también —murmuró con una seguridad envidiable—. No espero mucho, ¿Sabes?
—Solo poder —adivinó su hermano con una sonrisa socarrona y ella suspiró.
—Ya lo tengo, soy la vampiro más poderosa y fuerte en la actualidad —habló indignada—. No, yo lo que espero y pido es reconocimiento.
—Patrañas Friggia, ya posees todo eso.
—No es verdad. Yo debo ser reconocida y recordada por toda raza, tanto humanos, como inmortales y criaturas de la noche y de la luna y eso lo lograré cuando tenga esa maldita piedra que me causa dolores de cabeza.
Friggia caminó rodeando un ataúd que reposaba sobre el suelo y que permanecía cerrado.
—Pronto, ya verás —habló Radrick aburrido decidiendo que era mejor irse.
—Hermano —lo llamó antes de que saliera—. Tú eres yo y yo soy tú. Lo que yo gane y obtenga, lo tendrás también. Así que esfuérzate y ayúdame a conseguirla —advirtió.
—Estoy en eso. Mandé a Kedik a seguirlas. Ya tendrás noticias —comentó yéndose y dejándola satisfecha.
Friggia sonrió y se carcajeó alegre. Por fin ya estaba cerca de obtener el
máximo poder.
Miró una pintura de óleo de ella que mandó a hacer en el siglo XV. No había cambiado ni un cabello.
Y así planeaba mantenerse, por toda la eternidad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro