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CAPÍTULO 9 - Despertar y olvido

Me tenía agarrada tan fuerte que podría asegurar de que me había roto los huesos, al menos ya no era humana.

De pronto me empujó a la pared y se puso de espaldas a mí, como si me protegiera de algo.

No entendía que le pasaba, estaba fuera de sí, seguro. Cuando vi la mueca en el rostro de Friggia me inquieté, tomé al chico del cuello y lo lancé lejos de mí. Lo quería lejos.

Él se incorporó con rapidez y me miró sorprendido.

—¿Scarlette? —preguntó dolido y fruncí el ceño.

—No vuelvas a hacer eso —amenacé, él abrió la boca para hablar pero se detuvo y me escudriñó mas profundo. Se acercó de nuevo y sin pedir permiso me tomó del rostro y lo alzó hacia arriba.

—Tus ojos... —susurró atónito y lo empujé hacia atrás.

—¿Estás loco? Aléjate de mí.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué actúas así? —exigió y miré a Friggia en busca de ayuda, pero ella lo observaba a él, como si fuera un espécimen jamás visto—. ¿Qué te hicieron Scarlette?

—¡Que me dejes tranquila! ¡No me llamo Scarlette! —grité harta de todo esto—. Soy Juliet, la señora Friggia me pidió ayuda para resucitarte con la piedra de la noche. No te conozco en absoluto.

Él apretó la mandíbula y se giró hacia ella, que ahora tenía una sonrisa de satisfacción. De pronto en un abrir y cerrar de ojos él ya se encontraba junto a ella mientras la apresaba del cuello.

—¡¿Qué le hiciste maldita?! —exigió furioso y Radrick se lo quitó de encima.

¿Ese chico era su pareja y le gritaba así? Ahora dudaba que fuera cierto.

—No le hagas caso querida —me dijo Friggia sobándose el cuello antes de venir hasta mí—. La ceremonia lo desvarió y no sabe lo que dice, ignóralo, en un rato seguro estará bien.

—¡Cállate! ¡No la escuches, ella te miente!

Friggia rodó los ojos con irritación y negó.

—Radrick, llévalo a los calabozos, haber si así, se recupera —ordenó y él chico fue arrastrado fuera hasta que dejé de oír sus gritos e insultos.

Me quedé ahí de pié, no sabía qué hacer ni qué sentir.

—Será mejor si vas a descansar un rato, lo necesitas —me pidió y asentí. Kia llegó y me acompañó a mi habitación.

En cuanto entré ni me molesté en ser cuidadosa, lancé las zapatillas y me quité el vestido de un estirón tan fuerte que podría asegurar de que lo había roto, pero eso ya no me importaba.

No podía dejar de pensar en él, en sus ojos angustiados y furiosos a la vez. No lo sé y no estaba segura, pero una parte de mí, sentía que lo conocía y que debía hablar con él.

* * *

(Narrador omnisciente)

—August llegará en media hora —informó Gregory, y Balthazar maldijo sorprendiendo a su hermano—. Tranquilízate, no habías maldecido en años.

Balthazar suspiró y asintió.

—Siento que si mas tardamos, mas complicado será sacarla de ahí.

—Ya es complicado —se metió Danny apretando los labios en una fina línea.

—¿Y tu qué tienes? —le preguntó el rubio.

—Preocupación, sobre Scarlette y sobre... Arthur —confesó y él alzó las cejas.

—¿Arthur? ¿Te preocupa que te castigue?

—No, sé que se enojará mucho conmigo, no soporto verlo molesto y menos por mi culpa.

—¿Pero sí te gusta verme a mí enojado?

—Tu te lo mereces, arrogante —masculló distraída y él puso una mano en su mentón haciéndola que lo mirara.

—Te preocupas por cosas sin sentido. Todo estará bien, él tal vez se moleste, sí. Pero se le pasará.

—Confiaré en ti —soltó ella y Gregory sonrió sorprendido.

—Ya voy avanzando contigo —dijo y Danny bufó antes de apartarlo.

—Siempre tienes que arruinarlo todo.

-¿Ahora qué demonios hice?

—Olvídalo —espetó.

—Ustedes las mujeres son tan malditamente confusas —se quejó.

—Eres un seductor, deberías saberlo ¿no?

—Lo soy, pero no leo las mentes querida.

—Ya cierren la boca —los calló Balthazar con enfado. Todo esto resultaba estresante y lo menos que necesitaba era oír las discusiones de eso dos.

—Que genio.

—Solo ya basta, no soporto escucharlos. Si se gustan, ¿por qué no se dan una beso de una maldita vez? A mí déjenme tranquilo.

—¿Yo besar a la rizada? ¡Ni muerto! —exclamó indignado.

—No estás vivo exactamente —insinuó ella.

—¿Quieres que te bese? —Alzó sus cejas.

—Balthazar tiene razón, ya cállate —ordenó antes de dar media vuelta e irse de la habitación.

—Ella me desea —alardeó y el pelinegro negó antes caminar hacia la puerta.

—¿No será al revés, hermano?

—Claro que no —dijo de inmediato al tiempo en el que Balthazar se iba.
Y por primera vez en todos los siglos que había existido, dudaba de lo que decía.

* * *

Radrick lo había empujado dentro de un putrefacto calabozo.

Ahora él se encontraba solo, sentía impotencia, se sentía y veía como un león enjaulado, tal vez así era.

Ellos tenían a Scarlette, su Scarlette. Y lo peor, le habían lavado el cerebro. Ahora ya no lo recordaba y eso le dolía.

Pero lo que más le dolía y le calaba en lo mas profundo de su ser, fue verla convertida en un Sangre Oscura. Él sabía lo que ella odiaba ese asunto y no comprendía cómo era posible que accediera a la transformación. A menos que la hubieran obligado, no dudaba de lo malvada que era Friggia. Era capaz de eso y mas con tal de dañarlo.

Necesitaba verla y sacarla de aquí.

Dwight se había sorprendido mucho cuando sus ojos se habían abierto involuntariamente. Llegó a pensar que estaba muerto y fue... Raro. Él había estado vagando por la oscuridad, era como estar flotando en el agua y no se podía mover.
Se preguntó porqué no se iba a ese llamado "cielo" que la mayoría de las personas aclamaban. Pero tal vez no había cielo para él, ya que era un ser de las tinieblas, pero en ese caso si el infierno era así, había sido peor de lo que se imaginaba, prefería sufrir para no pensar en todas las cosas que había hecho mal a lo largo de su existencia, y para no sucumbir en la locura de su arrepentimiento.
Entonces cuando ella lo trajo de vuelta, el agua fue como un remolino que lo succionó hacia abajo. Pensó que se ahogaría y se perdería para siempre pero jamás se imaginó regresar y verla de nuevo.

Fue como estar en un sueño, su pesadilla se había terminado al encontrarla. Sin embargo cuando lo alejó, fue una decepción inmensa.

Tenía que salir de aquí, por ella. También quería ver a sus hermanos y su tío. Ya se hacía una idea de lo mucho que habían sufrido.

De repente las pisadas de unas zapatillas se oyeron acercarse y se puso alerta.

—Mi estimado Dwight, es un placer tenerte de regreso. —Fueron las primeras palabras que salieron de los labios venenosos de Friggia. Todo en ella era veneno puro y ácido.

—Te mataré —dijo él tranquilamente sentándose en el suelo.

—Si tu te atreves a lastimarme, todo lo que hagas se le regresará a Scarlette por cinco veces, Radrick se encargará de eso; así que no intentes nada porque podría asesinarla. Ella está a mi merced y no sospecha nada, sería muy fácil.

Él no dijo nada porque sabía que tenía razón.

—¿Qué quieres de mí? ¿De nosotros?

—Te quiero a ti. Te quiero de vuelta a mi lado. Seremos muy felices, lo tendrás todo conmigo.

—Excepto amor. Friggia no te amo y nunca lo haré. Al contrario, te odio y mi mayor anhelo es que sufras hasta morir —confesó inexpresivo.

—Si no regresas conmigo, ella pagará todo por ti.

—¿Para qué la quieres? Ya me tienes aquí, ¿no? Déjala ir —ordenó poniéndose de pié y pegándose a los barrotes de metal hechizado, que le quemó la piel y él saltó hacia atrás con un grito de dolor.

—No, es mi seguro a que te portarás bien.

—No seré tu esclavo.

—¿Quién dijo que serías mi esclavo? —preguntó divertida-. Quiero que seas mi compañero.

—¿Todo esto para eso? Hubieras dejado que me pudriera en la tumba. No lo haré.

—¿Desaprovecharás la nueva oportunidad que Scarlette te brindó?

-Estoy seguro de que la obligaste.

—No, ella accedió convertirse para poder usar la piedra y traerte otra vez.

Dwight se quedó helado, ella había ido en contra de sus principios solo para revivirlo. Lo había hecho, a pesar de que odiaba con su alma ser vampiro. Ahora lo era y por él, por su culpa.

Si antes lo dudaba, ahora estaba completamente seguro de que la amaba y lucharía por liberarla aunque le volviese a costar la vida.

—Bien... —murmuró al fin y Friggia sonrió triunfal—. Pero a cambio la dejarás libre —añadió.

—No estás en condiciones de pedir cosas a cambio.

—En ese caso, me resistiré, lucharé hasta la muerte solo para que tú también mueras, ¿eso es lo que quieres? De lo contrario, si la dejas ir, me quedaré contigo y no intentaré nada en tu contra.

—De acuerdo. —Aceptó luego de un rato—. Lo pensaré querido —agregó

Todo salía como había imaginado. El siguiente paso era matar al estorbo de Scarlette para tener a Dwight solo para ella y desencadenarla de la piedra de la noche, entonces tendría todo lo que había deseado: poder y amor.

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