Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

8. Haciendo lo que se supone no debería. Gracias madre.

Ya habían pasado algunos días desde ese lunes en que, inesperadamente, Luke encontró el que sería su refugio en medio del bosque. Aún se le hacía bastante extraño el cómo llegó hasta allá sin que se diera cuenta, y no terminaba de creerse su versión de verla y solo seguirla. Le parecía algo perturbador. Y peor aún, no había mentido cuando dijo que seguiría insistiendo, todos los días sin excepción la buscaba durante las tardes.

El martes se cruzó con ella «por casualidad» en la supertienda de la esquina cuando hacía las compras, su madre le había encargado algunas cosas que ya estaban agotadas en casa. Con ayuda de Vilma, escogieron los productos adecuados sin dar tanta vuelta por todo el almacén. Charlaron un rato al salir, despidiéndose de la misma manera que el día anterior.

El miércoles, estando en el patio de su casa con el trampolín, Luke se acercó buscando una pelota que «por accidente» llegó rodando hasta ese lugar. Se unió a sus brincos y piruetas con la vaga excusa de vigilar que no volviera a matarse, o por lo menos no mientras estuviese saltando. Al terminar sudados y cansados, tomaron un helado del camión de golosinas que pasó por el vecindario, regalo de Luke.

El jueves había salido a manejar bicicleta para ir a su refugio, pero a mitad de camino «casi atropella» a dos chicos que estaban aparcados en medio de la calle con sus bicicletas a un lado. Ese día, Peter y Luke la acompañaron en su pequeño recorrido por el vecindario y más allá. Hicieron un par de carreras para ver quién era el más rápido, ganando Peter tres de tres.

El viernes, esperando tener paz y tranquilidad, fue a la biblioteca local para prestar algunos libros. Se quedó un rato en la sala de lectura viendo algunos ejemplares, posibles opciones para leer, cuando se vio interrumpida por los comentarios de Peter, quien se quejaba de lo mala que era la segunda parte del libro que ella tenía en mano. Detrás de este, Luke fingía leer muy concentrado un cuento infantil con dibujos para colorear. Después de más de una hora de charla y más quejas, se vieron obligados a abandonar el lugar por exceso de ruido, yéndose al parque más cercano donde continuaron hablando hasta que cayó el sol.

El sábado llegó y con él, su preocupación por la cercanía del inicio de clases. No le gustaba ir sin tener nada en sus manos, siempre trataba de tener todos sus útiles escolares listos para empezar con el pie derecho. Además, usaba eso como pretexto para adquirir más material de pintura, dibujo y tal vez algunos discos nuevos.

—Señorita, ¿cómo me le va? —saludó Luke con emoción.

Estaba sentada en la banca de su terraza leyendo uno de sus libros favoritos, cuando Luke salvaje y fastidioso llega para interrumpir su concentración.

—¿Sí te das cuenta que estoy leyendo? —inquirió Naomi mirándolo con recelo.

—¿En serio? —dijo con sarcasmo— ¿Qué lees?

—Harry Potter y la muerte del pendejo que no me deja leer en paz —contestó mirándolo con ojos entornados— ¿Te suena?

—Mmmm... creo que sí —su expresión era pensativa y divertida a la vez—, me suena a que estas mal de la cabeza.

—Por culpa de gente como tú, fastidioso —dijo para luego lanzarle una pelota de goma que había cerca.

—Buenas, ¿ustedes no tienen calor? —anunció Peter llegando detrás de su hermano, sentándose en la barandilla frente a Naomi— Hola Naomi, ¿cómo sigue la paciente?

—Hola Peter, está muy bien gracias por preguntar —anunció Naomi evitando reírse—, no ha vuelto a dar problemas.

—¿Y a él por qué sí le hablas bonito? —se quejó Luke con evidente indignación.

—Porque él no me acosa como tú —explicó con actitud obvia.

—¿En serio la estas acosando? —indagó Peter entre risas.

—No...

—Sí, todos los días sin falta —interrumpió Naomi divertida—. Es más, hasta me parece que te ha usado para llegar donde yo esté.

Los reclamos de Luke siguieron por largo rato, siendo acalladas por Naomi y sus explicaciones de lo que se considera acoso, mientras Peter escuchaba atento y hacía comentarios a favor de ella. Las risas no faltaron, se burlaban de la expresión quejosa del pelirrojo y de sus vagos intentos por no reírse con ellos, tratando de parecer serio y molesto sin lograrlo.

—Ahora sí —anunció Naomi—, ¿podrían explicarme exactamente que hicieron para que los castigaran enviándolos aquí?

—¿Castigados? —indagó Peter confundido, mirando a su pequeño hermano— ¿Nosotros?

—Eso fue lo que me dijeron —Naomi reía a carcajadas.

Le hacía gracia la forma en que Luke veía fijo el suelo tratando de disimular, evitando la mirada escrutadora de Peter.

—¿Cierto, mi querido Luke? —continuó Naomi con burla.

—En mi defensa —proclamó Luke—, debo decir que considero esto como un castigo. ¿Eso cuenta?

—Viniendo de ti no —sentenció Peter—, si es un castigo no es para nosotros, los demás estamos por nuestra propia voluntad.

Naomi estalló en carcajadas sonoras, ganándose una mirada de reproche por parte de Luke y un asentimiento de Peter. Con actitud algo molesta, se sentó al lado de su hermano dando la espalda a la calle, mirándola con reproche a los ojos sin poder hacer que dejara de reírse de él.

—Mira niña, aquí el único que tiene derecho a burlarse y reírse como foca epiléptica soy yo —manifestó Luke con una intensa mirada— ¿Entendido?

—¿Perdón? —exclamó Naomi aun riéndose— ¿Y quién lo decidió?

—Soy mayor que tú, tengo derecho.

—¿En serio? Déjame decirte que la edad es solo un número —explicó en su típica forma diplomática—, mentalmente sigues siendo un niño de 5 años.

—Y no se equivoca —afirmó Peter estallando en carcajadas.

En un acto de complicidad, Naomi y Peter chocaron manos continuando con las risas, burlándose sin parar de Luke quien los miraba una y otra vez intercaladamente con actitud ofendida.

—¿Esto es un complot o algo así? —se quejó Luke, desviando la mirada hacia Naomi— ¿Por qué a él lo tratas diferente? ¿Qué clase de favoritismo es ese? Exijo una explicación.

—¡Aww! ¿Estás celoso? —en apariencia conmovida, sonreía divertida por la situación— ¡Cosita!

—Claro que no —se cruzó de brazos ofendido.

—Ahora, seriedad por favor —dijo Naomi— ¿Por qué están aquí, Peter?

—Mmmm... ¿Aquí en Betania o en tu casa? —indagó pensativo.

—Las dos —contestó entornando los ojos—, pero primero escojo Betania.

—Bien, estamos aquí porque nuestros padres creen que la abuela lleva demasiado tiempo sola —explicaba Peter con seriedad—. El abuelo murió hace como 10 años, así que ha estado viviendo aquí desde entonces. Solo nos quedaremos este año, los primeros días del próximo estaremos viajando de vuelta.

—No te veo muy animado con ese viaje.

—Detesto las mudanzas —contestó Peter encogiéndose de hombros.

—Somos dos —susurró con algo de fastidio en su voz.

Tanto Peter como Luke notaron el cambio en su actitud, su semblante risueño se tornó amargado y resignado. Sus miradas se cruzaron, la curiosidad pudo con su discreción, en especial por parte del menor de los hermanos.

—¿Te desagradan los viajes?

Naomi miró dudosa a Luke, pensando si responder o no a su pregunta. Era algo intimo para ella y no quería revelar ese tipo de información, temía que pudieran malinterpretar el gesto como señal de amistad. Y era lo que debía evitar a toda costa.

—No, solo me dan mareo, es todo —contestó por fin.

—¿Solo eso? —insistió Peter.

—Sip, solo eso —reafirmó con convicción— ¿Por qué tendría que haber más?

—No lo sé, tú dime —expresó Luke, con su expresión divertida.

Aquel comentario, por más simple y fuera de lugar que estuviera, le sacó una sonrisa a Naomi.

—Hola chicos, ¿No tienen sed? —saludó Nilsa, apareciendo por la puerta con una vendeja con tres vasos de limonada— Les traje esto, ya que cierta persona no es capaz de ofrecerle algo a las visitas.

—Porque no son visitas —explicó Naomi—, para que lo sean deben ser invitados y yo no lo hice, ellos llegaron solitos por chismosos.

—Naomi —advirtió Nilsa—, no quieras ganarte otro castigo.

—Pero...

—Nosotros llegamos por nuestra cuenta, señora Nilsa —interrumpió Peter—, no queremos causarle problemas a Naomi.

—No se preocupen, siempre son bienvenidos —dicho esto, regresó a la casa con la bandeja vacía, no sin antes lanzarle una última mirada de advertencia a su hija.

Naomi los miraba analizando sus expresiones, esperaba encontrar algo oculto en todo ese rollo de «no querer causarle problemas». Había sido Peter quien pronunciara aquellas palabras, pero de igual forma se le hacía extraño.

—Llegan a castigarme por culpa de ustedes y vamos a tener problemas serios —amenazó Naomi—. Ahora, largo. No se merecen esa limonada.

De un solo sorbo, Luke se tomó el contenido de aquel vaso.

—Estaba delicioso.

—Odioso... Largo de aquí —exigió Naomi tratando de no reírse.

—¿Nos estas echando? —la incredulidad se reveló en el rostro de Peter.

—Acostúmbrate, lo hace muy a menudo —susurró Luke a su hermano—. Ella es así, linda y tierna por fuera, pero toda una bruja malvada por dentro.

—Gracias por eso, pero sí, los estoy echando —comunicó Naomi—, a ti por acosador y a ti porque sí.

—¡Te salvamos la vida! —exclamaron ambos al unísono.

Una exclamación de sorpresa acompañada de gestos dramáticos fue la respuesta de Naomi. Con la mano en el pecho, se aferraba al papel de víctima ofendida.

—¿Y me lo echan en cara? Que buen gesto de su parte —replicó—. Primero, pude haber esquivado el árbol o solo saltado de la bici. Y segundo, desde esa altura no iba a pasar nada, ya me he caído antes del trampolín. Así que gracias por lo que hicieron, pero no corría ningún riesgo mayor.

—¿Hablas en serio? —exclamó Luke.

—En serio, quien de verdad sí salvó mi vida fue Jeimmy y no lo veo aquí molestando...

—Buenas, ¿interrumpo algo?

Jeimmy había llegado por detrás de Naomi sorprendiéndola, provocando que emitiera un grito ahogado.

—¡Jesús! —exclamó Naomi mirando con reproche al recién llegado— ¿Sabes que me acabas hacer quedar mal?

—Pero si acabo de llegar —objetó Jeimmy confundido.

—Por lo mismo, ahora largo... —argumentó Naomi señalando la casa de enfrente— y llévatelos... por favor.

Dijo esto último con una amplia sonrisa, esperando que su vecino siguiera las simples instrucciones.

—A eso venía.

—Perfecto —se burló.

De inmediato las quejas por parte de Peter y Luke se hicieron escuchar, con la risa burlona de Naomi de fondo. Totalmente complacida, los miraba con satisfacción de haberse salido con la suya.

—¿Te diviertes? —interrogó Jeimmy con sarcasmo ignorando a sus hermanos.

—No, para nada —adoptando el semblante más serio e inocente que tenía, miraba con deleite a su vecino.

—No creas en sus lindos ojitos de perro regañado —sugirió Luke—, es la reina del drama.

—Eso es una calumnia —señaló con su expresión inocente—, ahora juchele, estoy muy ocupada leyendo.

Levantó una vez más el libro que estaba en su regazo, reafirmando su punto. Empezaban a alejarse para ir a su casa con Peter a la cabeza y Jeimmy detrás. Esperaba concentrarse en su lectura, pero había algo en la forma de caminar de este último que le hacía desviar sus ojos a su amplia espalda. No podía dejar de mirarlo, el mayor y más serio de los tres era quien llamaba su atención de cierta manera, pero debía alejar ese tipo de pensamientos de su cabeza. A tan solo unos pasos de llegar al andén para cruzar la calle, este se detiene y regresa con Naomi quien, al darse cuenta de ello, vuelve su atención al libro.

—¿Estarás ocupada el resto del día? —preguntó curioso.

—¿Ah? ¿Hablas conmigo? —titubeó algo nerviosa.

—¿Hay alguien más? —su voz sonaba divertida.

Su mirada era intensa, lo que la ponía aún más nerviosa de lo que ya estaba. De los tres era el único que tenía ese efecto, Luke solo le causaba curiosidad al ser tan extrovertido y enérgico, y Peter le parecía más un punto medio entre los otros dos, ni tan serio ni tan animado.

—Mmmm... ¿Para qué quieres saber eso?

—Dentro de un par de horas jugaremos béisbol —explicó con una sonrisa ladeada—, pero somos tres, nos falta un jugador para hacer dos equipos. ¿Quieres venir?

Su mente iba a toda máquina, pensando en por qué, de un momento a otro sus vecinos le daban tanta atención. Tenían a la chica más sexi del vecindario detrás de ellos, pero al parecer solo la querían a ella. Había pensado que era solo Luke quien estaría tratando de acercarse, pero se le unió Peter y ahora Jeimmy la invitaba a jugar con ellos. No dejaba de ser raro.

—En serio me encantaría, pero tengo muchos libros atrasados y quiero terminarlos antes de entrar a clases —contestó con voz lastimera, pero fingida—, será otro...

Antes de siquiera terminar su negativa, desde dentro de la casa se escuchó la voz de advertencia de Nilsa.

—¡Naomi!

Con expresión de triunfo y burla, Jeimmy la miraba arqueando una ceja para luego decir:

—¿Decías algo?

—Gracias por invitarme, querido vecino —expresó Naomi con fingida alegría, pero con mirada asesina—, estaré allí cuando empiece el juego.

—Que bien, porque ya va a empezar —con expresión inocente, Jeimmy dijo esto último lo suficientemente alto para que Nilsa, desde donde esté escuchara.

—Pero dijiste que dentro de un par de horas —se quejó a viva voz.

—Naomi, ponte un suéter y una gorra —gritó Nilsa desde la sala.

—Creo que te dieron permiso —anunció en medio de una dulce sonrisa, una que provocó un sonrojo en Naomi.

—Ahora vuelvo —exclamó tratando de sonar molesta.

Al entrar, vio a su madre con expresión de júbilo con un suéter y una gorra en las manos lista para ser entregadas. Los recibió con evidente molestia directo de las manos de Nilsa, quien con una risa socarrona le dijo.

—Algún día me lo agradecerás.

—Sí, ajá —musitó.

Sin decir más nada, entregó el libro y salió con ambas cosas en las manos. Se encontró con Jeimmy y su sonrisa complacida en el porche, caminando en dirección a su casa sin esperarlo. Se colocó la gorra y se ató el buzo a la cintura, por ahora no lo usaría, tal vez más luego.

—¡Mira quién está aquí! —se burló Luke— ¿Doña gruñona quiere jugar con nosotros?

—No te creas mucho, literalmente me están obligando —refunfuñó Naomi.

—¿Estás molestas? —preguntó con expresión inocente— Te ves tan tierna refunfuñando como loca.

—¿A quién le dices loca? —se cruzó de brazos en señal de indignación.

—A una linda pero gruñona niña llamada Naomi, vive en enfrente, ¿La conoces? —Luke la miraba coqueto, sonriendo para molestarla.

Iba a revirar largo y tendido por aquellas palabras, pero Jeimmy se le adelantó. Con mano abierta, le dio un golpe detrás de la cabeza a Luke provocando un quejido de dolor por parte de este.

—¡Eso dolió! —lloriqueó sobando su cabeza.

—Ya déjala —exigió Jeimmy con firmeza.

—¡Gracias!

Mientras el sol seguía en lo más alto, se refugiaron bajo la sombra de los árboles en el jardín de la señora Nieves. Los cuatro charlaron y discutieron al tiempo, mientras esperaban la hora adecuada para jugar. Poco a poco se fue relajando y pasando el berrinche, incluso llegó a disfrutar de la conversación. Los chicos son divertidos a su manera, en especial Luke todo lleno de energía y palabrería, en eso era similar a ella. Peter trataba de seguirles el ritmo con pequeños comentarios, bromeando y riendo a la par. Pero Jeimmy casi ni pronunciaba palabra, lo poco que decía eran advertencias para sus hermanos. Había notado algo, la estaba evitando, de cierto modo.

—Creo que ya es hora, traeré el equipo —anunció Luke entrando a la casa.

—¿Sí sabe dónde está? —preguntó Jeimmy mirando a su hermano alejarse.

—¡Ya voy! —exclamó Peter con un suspiro.

Se quedó a solas con Jeimmy por un rato, esperando en silencio a que los otros dos bajaran. Imaginó que permanecerían así, pero se equivocó.

—Naomi —dijo Jeimmy casi en un susurró mirándola fija e insistente con algo de preocupación— ¿Cómo estás?

—¿Qué?... ¿Yo?... —titubeó nerviosa— Ahmm, bien... Estoy bien.

—¿Segura? —insistió— ¿Crees poder correr?

No entendía a qué se refería, solo lo miraba con expresión confundida.

—Tu tobillo —continuó.

—Ah, eso... Sí, ya estoy bien, solo fue una torcedura —explicó Naomi moviendo el pie para rectificar lo dicho—, no duele ni nada.

—Déjame ver —se agachó para revisar con sumo cuidado su tobillo—, se ve bien, ¿Tus brazos?

Se levantó para inspeccionar muy de cerca los raspones que se había hecho con aquella caída, asegurándose que ya no estaban. Por raro que parezca era así, ni siquiera una cicatriz.

—Como ves no hay nada... —comentó Naomi desviando su mirada a su costado, evitando el contacto visual— Estoy bien, gracias.

—Que bien, pero me parece extraño que no tengas nada —susurró muy cerca de ella, acariciando su frente donde había tenido una gran herida—, ni siquiera una cicatriz.

Tomó el rostro de Naomi por la barbilla para que sus miradas se cruzaran, escrutándola con la mirada. La sonrisa en el rostro de Jeimmy provocó un leve sonrojo en sus mejillas, y ella por su lado no podía dejar de ver el brillo en sus ojos cafés.

—Ahmm... Crema... —tartamudeó Naomi.

—¿Crema? —una suave risa escapó de sus labios.

—Sí, mi papá tiene una crema muy buena para las cicatrices —afirmó Naomi tratando de sonar convincente.

Acomodó varios mechones de cabello tras su oreja, rosando sus mejillas con los nudillos. El contacto de su piel con su rostro se sentía suave, produciendo en ella sensaciones que una vez sintió y no esperaba volver a experimentar, mucho menos tan pronto. Pero Jeimmy se lo hacía complicado.

—Ok —de nuevo su dulce sonrisa—, creo que vivirás.

De forma involuntaria, Naomi sonrió ante tal comentario. Siendo sincera, le hizo gracia, en especial el tono divertido en que lo dijo.

—Gracias por la noticia doc, me alivia saberlo —exclamó entre risas.

Quejas y regaños se acercaban, Peter y Luke aparecieron por la puerta discutiendo y trayendo consigo varios artilugios, desde guantes hasta bates de béisbol. Había cuatro almohadillas de lona para ubicar el lugar de bateo y las diferentes bases que demarcaban la «cancha» donde jugarían, es decir, el patio.

—Yo voy con Naomi —anunció Luke— ¿Quién batea primero?

Los tres miraron a Luke con ojos entornados, quien con inocencia sonreía como si fuese ajeno a la situación.

—¿Y a ti quien te dijo que voy contigo? —interrogó Naomi.

—¿En qué momento hicimos la división? —preguntó Jeimmy.

—¿No íbamos así? —indagó Luke.

—¡No! —contestaron los tres al unísono.

—Decidamos con piedra, papel o tijeras —sugirió Peter.

Formaron un círculo entre los cuatro, posicionando una de sus manos empuñadas en el centro.

—Si dos de ustedes saca lo mismo les toca hacer pareja —explicó Peter—, de lo contrario volvemos a jugar, ¿Listos?

—¡Sí! —contestaron todos.

—¡No puedo creer que esté haciendo esto! —susurró Naomi con un suspiro.

—Y lo que se viene —susurró Luke a su oído, quien estaba a su lado.

—¿Hay más? —se quejó Naomi, pero con cierto tono divertido.

—¡Uno! —dijo Peter.

—¡Dos! —continuó Jeimmy.

—¡Tres! —finalizó Luke.

—¡Piedra, papel o tijera! —vociferaron los cuatro al tiempo moviendo sus manos.

—¡No inventes! —exclamó Naomi al ver los resultados.

Tanto ella como Luke había sacado papel, Jeimmy piedra y Peter tijeras, por lo tanto, de todas formas y por obligación le tocaba hacer pareja con Luke.

—¿Habías dicho algo, querida? —Luke se burló con ganas.

—Cállate, solo fue suerte... —hizo una pausa meditando— mala suerte.

Se dividieron y acordaron las posiciones de cada uno, y con ayuda del juego anterior decidieron quien batearía primero, siendo Naomi la ganadora esta vez. Con bate en mano, tomó su posición y postura para recibir el primer lanzamiento. Jeimmy sería el pitcher, Peter estaría de jardinero o algo parecido, mientras que Luke se posicionaría como el cátcher de momento.

—Antes, quisiera decir unas cuantas palabras —anunció Naomi con seriedad, atrayendo la completa atención de los tres hermanos—, no tengo ni la menor idea de cómo jugar béisbol.

—¿Qué? —exclamaron los tres con expresión incrédula.

—¿Estás hablando en serio? —interrogó Luke sin creer en sus palabras.

—¿Hasta ahora lo mencionas? —preguntó Peter con los brazos en jarra.

—Ustedes no preguntaron —se defendió Naomi.

Jeimmy solo la observaba, no podía identificar las emociones o expresiones contenidas detrás de esos ojos cafés, y eso la confundía por momentos. De igual forma, al ver la seriedad en su rostro, no pudo más que reírse.

—Bien, te enseñaré a batear por lo pronto —anunció Jeimmy acercándose a ella.

Se posicionó detrás, indicándole la posición correcta del cuerpo a la hora de batear con comodidad. Le susurraba al oído sabiendo que eso la ponía nerviosa, estaba aprovechando el momento para torturarla un poco, y eso no pasaba desapercibido ni siquiera para los otros dos, quienes miraban el espectáculo con recelo.

—Debes tomar el bate con ambas manos, una por encima de la otra para que no pierdas el equilibrio —susurraba con voz seductora.

Con descaro, la tomó de las manos acomodando de forma correcta el bate, demostrándole como debía moverlo y en qué momento debía hacerlo para dar un buen golpe. Naomi trataba de concentrarse, pero la suavidad de su tacto y el roce de su cálido aliento sobre su cuello hacían trastabillar su atención.

—Creo que lo tienes —murmuró— recuerda, los ojos en la pelota.

Asintió de vuelta, sin decir ni media palabra para no demostrar el nerviosismo que sentía. Todos volvieron a tomar sus posiciones iniciales, y con una breve señal de cabeza la pelota fue lanzada con suavidad.

—¡Primer strike! —exclamó Luke atrapando la pelota, para luego devolverla a Jeimmy.

—Ok —susurró Naomi respirando profundo—, creo que lo tengo.

—¿Segura? —indagó Luke mofándose de ella.

—¡Cállese!

Volvió a tomar posición, acomodándose hasta sentirse a gusto. Respiró profundo y siguió los consejos de Jeimmy, no perdió de vista la pelota. Como en cámara lenta, vio cómo se acercaba dando giros en el aire y con un impulso, bateó golpeándola con fuerza. Dejó caer el bate y salió corriendo con un grito de emoción, apresurándose cada vez más al ver que Peter regresaba con la pelota dispuesto a sacarla del juego. Se quedó en segunda base, dándole espacio a Luke de seguir el juego.

—Bien hecho bebé, solo quédate ahí hasta que yo batee, después puedes seguir corriendo y no dejes que ese pendejo te atrape —gritó Luke desde su posición, señalando de último a Peter detrás de ella.

—De acuerdo —contestó Naomi—, pero no soy tu bebé, baboso.

—¿Mi amorcito? —sugirió de nuevo.

—Cállate y juega —replicó a gritos.

—Bien dicho —recalcó Jeimmy tomando posición— ¿Preparado?

—¡Vengase!

Dos horas después y casi oscureciendo, el partido se dio por finalizado con la victoria de Naomi y Luke quienes celebraban burlándose de sus contrincantes. La brisa soplaba fresca revoloteando su cabello, sentía algo de frio por el sudor que aún humedecía su cuerpo, por lo que por reflejo se abrazó a sí misma.

—¿No tienen hambre? —preguntó Naomi— Yo me estoy muriendo, así que mejor...

—Vamos a comer algo por ahí —interrumpió Luke emocionado—, los perdedores pagan, ¿No crees, mi amorcito?

—Comida gratis, claro, sin contar lo de «mi amorcito» ... —contestó Naomi— Eso sonó perturbador.

Iban saliendo del patio mientras seguían discutiendo y burlándose, planeando ir a la plaza del pueblo a ver que podrían comprar para comer. Un suave tirón en su cintura le hizo girar, encontrándose de frente con Jeimmy. Este le había quitado el buzo para colocárselo como debía ser, suave y con tortuosa lentitud sin quitar sus ojos de los de ella.

—¡Gracias! —susurró Naomi medio embelesada, obteniendo una sonrisa ladeada como respuesta.

Llegaron a una concurrida avenida llena de puestos de comida, venta de joyas, ropa y toda clase de cosas. Las luces de colores adornaban el lugar y un olor dulce se esparcía en el aire, las risas de niños pequeños jugando con pompas de jabón se escuchaban por todas partes. El lugar era esplendido y muy pintoresco de ver, en especial con la noche cayendo sobre sus cabezas. Comieron en un pequeño puesto de comidas rápidas y siguieron charlando, siendo esta vez Naomi el centro de las burlas. Por accidente, había regado salsa de tomate en la comisura de su boca.

—¿La beba no sabe comer solita todavía? —se mofó Luke.

—No la molestes Luke, es una niña sensible recuerda —contribuyó Peter.

—Los dos pueden morirse —replicó Naomi amenazándolos con un tenedor—, y que sea rápido, por favor.

—Ya dejen de molestar —advirtió Jeimmy tomando una servilleta— ¡Ven!

Con delicadeza, limpió los restos de salsa de tomate de su boca. Poco a poco, un leve sonrojo apareció en sus mejillas por segunda vez en el día.

—Ten más cuidado.

Salieron al frescor de la noche, el ruido y las risas invadían el lugar, pero Naomi seguía maravillada con la belleza que reflejaba y su ambiente. Terminaron el recorrido comprando helado, más por insistencia de Naomi que por gusto propio. Fueron regresando sus pasos por el mismo camino de vuelta a casa, con las charlas y las risas no se sentía tan largo el viaje.

—¿Satisfecha, niña mimosa? —indagó Peter burlándose de Naomi.

—Antes me caías bien —contestó con seriedad—, ahora te retiraré mis afectos.

—¿Le tenías afecto a él y a mí no? —la indignación se filtró en el tono de voz de Luke.

—No, por acosador —comentó Naomi con naturalidad.

Luke seguía quejándose como niño chiquito a quien le quitan su juguete favorito, enfadándose aún más al ver la risa socarrona de Naomi. Peter arrastró a su hermano menor para que siguiera su camino, esperando acallar sus réplicas.

—¿Te divertiste hoy? —indagó Jeimmy a su lado.

—Sí, fue entretenido —contestó distraída con una amplia sonrisa en su rostro.

Jeimmy se interpuso en su camino posicionándose frente a ella, ya estaban por llegar a sus casas.

—¿Por qué no lo hacemos más seguido? —preguntó acercándose peligrosamente a ella— Sin que tu mamá tenga que obligarte, claro está.

—Yo... no creo que sea buena idea... —titubeó nerviosa.

—¿Por qué? —susurró a solo centímetros de ella, volviendo a acariciar sus mejillas con ternura.

—Pues... porque... yo...

—Hola Jeimmy y... —interrumpió sorprendiéndolos, haciendo una pausa dubitativa— Disculpa, ¿cómo era que te llamabas?

—Naomi, su nombre es Naomi —respondió Jeimmy con fastidio— ¿Qué quieres, Mara?

—¿Interrumpo algo? —preguntó con visible enfado, las venas en sus sienes resaltaban como dos feroces serpientes a punto de atacar.

—Sí y mucho —Jeimmy tomó de la mano a Naomi, para alejarla de aquella chica.

—¿Perdón? —replicó perpleja— Llevó dos horas esperándote, se supone que iríamos al cine y a cenar, ¿Lo recuerdas, amor?

—Primero, no soy tu amor —recalcó Jeimmy encarándola—, y segundo, jamás saldría contigo ni a la esquina, así que déjame en paz.

Acto seguido se marchó llevándose a Naomi de la mano, dejando atrás a Mara roja de la ira que sentía por aquel desplante.

—Esto no se queda así —gritó con desesperación—, esa mugrosa me las vas a pagar, ¿Me oíste, Naomi?

—¿Y yo que hice? —exclamó confundida.

—Solo ignórala, está loca.

Alcanzaron a los demás un par de metros adelante, quienes los miraban con miles de interrogantes sin pronunciar esperando una buena explicación para los gritos de amenaza.

—¿Y bueno? —indagó Luke entre preocupado y curioso.

—No entendí —contestó Naomi confundida.

Siguieron su camino en completo silencio, dejando a Naomi en el jardín de su casa.

—Bueno chicos, estoy fue muy divertido y todo, pero llegó la hora de irse —anunció Naomi con una sonrisa inocente—. Un placer conocerlos, que tengan feliz Halloween, navidad, fin de año y todo eso.

—Lo dices como una despedida permanente —comentó Peter pensativo.

—Y eso es, hasta la vista, baby —contestó caminando hacia atrás sin quitar sus ojos de sus vecinos.

—Sabes que no te dejaré hacerlo, ¿Verdad? —avisó Luke con convicción.

—Sabes que te patearé el trasero si lo intentas, ¿Verdad? —amenazó Naomi con una risa socarrona.

—Quiero ver que lo hagas.

—Oblígame, cariño.

Entró a su casa sin decir más nada, dejando a sus vecinos con la incertidumbre de la veracidad de sus palabras. Jeimmy no dudaba de ello, pero tenía esperanza en que no lo hiciera y tampoco era el único que lo pensaba.

Que onda, mis pulguitas?

No les pasa que de varios hermanos siempre está el serio y el intenso?

Adivinen quienes son aquí jajajaja

Por cierto, ya eligieron su team?

#Jeimmycaradeculo
#Peterelunicocuerdo
#Lukepelirrojointenso

Elijan, tiempo limitado

Besos!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro