nous sommes pécheurs
A pesar de haber dormido casi dos días Odette se sentía cansada, saldrían en la noche por lo que un rato mas de sueño en una siesta no le caería mal.
Tocaron la puerta y Odette se levantó, se había bañado hacía unos momentos para sacudirse el sueño, estando desnuda, se colocó la camisola pensando que era su abuelo.
— Odette, soy yo..— la llamo Sara y sonrió.
— Esta abierto, pasa.
La chica desde el otro lado de la puerta, entrando con timidez, y mirando a la pelirroja con una delicada camisola de seda blanca que aun se estiraba en su cama y sonreía.
Sara recordaba a la madre de Odette con su cabello rojo siempre sonriente y al crecer por lo visto su hija había heredado la misma belleza de la reina del hotel.
— Ven — la llamo tomándola de la mano — ¿No crees que parezco un oso invernando?— se burló— ¿Recuerdas las veces que entrabamos a jugar aquí? Con las cosas de mami— la tomó del brazo y Sara la miró sorprendida — Apenas tengo las cosas en la maleta pero podemos conseguir algo.
Llevándola al enorme armario, ambas rodaban dos maletas y allí, ella se agacho y las señaló.— busca algo, veamos— dijo ella sacando un top. Y la muchacha negó rotundamente.
— Yo tengo ropa— y se señalo — esta.
— Pareces una bibliotecaria. ¿Sabes? mi abuelo tenia razon, la ropa de mi mamá puede ser también chic. Dijo sonriendo y ella se sonrojo.-
— ¿Qué es esto Odette? — pregunto Sara mientras tomaba el objeto alargado rosado pero pequeño en sus manos y Odette empezó a reírse.
— ¿Nunca habías visto uno? Pregunto riéndose y la muchacha negó.
— ¿Acaso en este pueblo no existen una sex shop? Eso es un vibrador...va en la vagina— dijo riéndose y la chica lo dejo caer asustada .
— Tranquila, ese esta nuevo no lo he usado. El mío es otro y mas grande. Si quieres te lo regalo —propuso alzando las cejas rápidamente.
— Yo no...
— Ya me di cuenta que no usas ningún consolador, deberías — Bromeó. - ¿ o eres tan primitiva que usas las manos?
— Prima... — se quejo sonrojada y la chica sonrió.
Sacando de su maleta un short de jean se desvistió frente a la chica dejando ver solamente la pequeña lencería que cubría la parte delantera casi en un triángulo, y sacando de unas gavetas de su madre dos bufandas y se las ató como un top del cuello y la cintura, mientras ella hacia eso Sara la miraba detallándo la forma en que se vestía con delicadeza y sensualidad.
— Sabes, en París tenía dinero... pero un closet tan enorme, es increíble como mi abuelo guardo todo.
— ¿La extrañas? Pregunto ella y asintió.
— Es raro como no extraño a papá... seria porque no lo conocí. Pero en fin no hablemos de cosas triste. Mira, mira — dijo sacando un vestido delicado y se lo lanzo a la muchacha encima.
— Tu eres hermosa...deberías de dejar de cubrirte y vestirte así .. no me gusta,— dijo ella.
— Bueno déjame entonces ir al baño.
— ¿Baño? Vístete aquí mismo. Dijo ella yendo al espejo — incluso mi abuelo conservó todo... sus maquillajes... todo huele a ella ¿Será que no sabe que los labiales están vencidos? Dijo riéndose sacando una caja enorme de maquillaje.
Sara se levanto y se quito nerviosa la camisa quedando en un pequeño top deportivo, siempre Odette era la líder y si de alguna forma, ella la seguía, al igual se madre seguía a la madre de la pelirroja.
Sara Vanila no era una chica que fuera alguien que desviara miradas, al igual que su madre había heredado un ojo mas débil que otro por lo que no veía a lo lejos, aquellos lentes ocultaban dos ojos negros con una línea delgada azul que era lo único que era igual al azul de los ojos de su madre.
En su costado también tenia una mancha en un sitio distinto a la de su amiga, al igual que Linda o Briam, los 5 amigos compartían una extraña mancha que ninguno de sus padres logro explicar. No habian nacido en el mismo tiempo, simplemente los 5 tenían un extraño vínculo.
La pelirroja que se maquillaba había nacido en octubre y ella por desgracia había nacido en enero. Ambas eran hijas únicas, pero eran diferentes como la luna y el sol.
— Debería usar falda. Me quedaría mejor— dijo sonriendo levantándose, ya Sara se había terminado de arreglar el vestido de mangas y estampado floral que le daba a la rodilla y Odette sonrió al verla. — te ves linda, deberías usar el cabello suelto y no esa colita— dijo ella parándose de puntillas para quitarle la coleta
— Vamos Odette... No has cambiado.— se quejó y Odette sonriendo y la beso con delicadeza en los labios.
— No seas tonta Vainilla, eres linda solo tienes que aprender a usarlas. Tienes apenas 20 años, luciendo así que te pareces a la abuela bibliotecaria de la escuela.
Apartándose se quitó el short y buscó entre los ganchos una falda que combinara con su ropa, Sara miraba la espalda de la chica con aquella tanga de encaje tan translúcida que podía ver su la desnudez de su sexo, saco una falda plisada negra y se la colocó sonriéndole a la otra.
— ¿Somos chicas lindas no? Dijo riéndose y la otra se ocultó avergonzada.
.....
Abajo los esperaba Briam, aquél muchacho que para Odette solo lo recordaba como el gordito de la escuela y que la mayoría de sus cuentas estaban privadas.
¿ Mandarle una solicitud al pueblerino? Ni que fuera el chico mas sexy de la universidad, solo era un chico de pueblo pequeño, estudiando en una universidad estatal a unos metros del pueblo.
....
Briam estaba Mirando a la sexy pelirroja bajar con la minifalda plisada y con unos exóticos tacones, a su lado, la que había sido su compañera en la primaria por primera vez usando vestido tanto que lo había dejado sin aliento por ver a la mojigata de su ex compañera compartir un labial rosado en sus labios y un leve rubor rosado en sus mejillas.
— Odette, Sara... están increíbles — les señalo emocionado.
— Vaya,vaya... ¿Sara estas usando vestido? ¿Odette? No has crecido desde la ultima vez que te vi... dijo la morena que imitaba un rojizo cobrizo en sus cabellos, entrabando a la sala, alta y delgada con la vista sobre las dos mujeres.
— Tus pechos tampoco han crecido mucho... — se burlo la pelirroja y ésta giró los ojos con fastidio.
— Se ven increíbles, ey fresita ¿ me recuerdas?— Le saludo con la cabeza el muchacho, el peli negro de ojos oscuros como Sara que le sonreía al ver otra vez a Odette, sintiendo los celos en el aire Linda lo tomó del brazo molesta y fulminó a la pelirroja.
— Veo que el grupo otra vez esta juntos, no imaginaba verlos asi a los 5 como en sus viejos tiempo... y cuando sus padres venían al hotel... yo — dijo el viejo con melancolía mirando la viva imagen de los muchachos, tal como había sido casi 30 años atrás.
La pelirroja abrazo al abuelo y fueron rumbo al carro, el conductor era Rodrigo y a su lado la peliteñida tomándole de la mano.
Y en pleno clímax tenso detrás estaba en el medio Odette de lado a lado con Briam y Sara que compartían miradas de vez en cuando por la incomodidad del ambiente.
— Cuéntanos, ¿ahora eres una libertina de París? La ultima vez que te vi en fotos estabas en una fiesta.¿ Cuando regresas?
— Al menos yo se disfrutar la vida. ¿Ustedes cuanto tiempo llevan juntos... "pelirroja"?
— Tenemos creo que 5 años juntos ¿no?— respondió Rodrigo
— ¿Creo? Le pregunto la muchacha molesta y Briam se cubrió la boca para no reírse.
— ¿A dónde iremos? Preguntó Sara incómoda.
— Donde siempre íbamos — respondió sonriendo Rodrigo.
Al llegar Odette miro todo a su alrededor y se dio cuenta que nada había cambiado, al menos eso era lo unico.
— me gusta, me gusta todo — Dijo Odette riéndose y miró a los chicos y sonrió corriendo hacía el lago.
— La verdad, es extraño volver...quiero irme... pero el abuelo quiere vender todo— se dejó caer y levantó la mirada.
— Ven, vamos... dijo Briam tomándola de la mano.
— mi mamá también quería vender todo... ya no hay vide en este lugar.— mientras Briam la alejaba del grupo ella saltaba entre las piedras enormes de sal y sedimentos.
La brisa fría y con olor a sal, habían pasado 10 años y no podía negar que todo seguía igual... incluso los arboles del bosque maldito como lo conocían los lugareños por ser un lugar inhóspito.
— Te extrañe, es raro imaginar que a ti te gustaba Rodrigo y...
— ¿Rodrigo? Le pregunto riéndose.
— Si, Rodrigo me lo dijo.— le aseguro Briam
— Si eres tonto, quien me gustaba eras tú... A pesar de haber sido un feo gordito — dijo sonriendo y él se sonrió.
— Yo..lo siento, tu estuviste alii cuando mi padre falleció, pero no pude hacer lo mismo por ti...— el padre de Briam se había muerto cuando ellos apenas tenían 4 años y la única que conocía el dolor de ser la única niña sin padre era Odette ya que su padre había muerto cuando nació.
— No... no tienes que decir nada, solo éramos niños...
— Las cosas se han enloquecido lo suficiente luego que murió el Papá de Rodrigo y la mamá de linda, dicen que es una maldición pero..
— La gente muere... no digas esas tonterías.— relató y ella asintió Acercándose poco a poco a él.
— Mi madre vendió todo y ahora estamos viviendo en otro lado.. tengo un hermano y...— ella sonreía asintiendo lo que el decía con una mirada pícara, él se detuvo y la miró sorprendido ya que no sabía que ocurriría, de cierta forma se atraían y mientras este hablaba ella solo miraba sus labios.
Odette llevo sus brazos en el cuello del muchacho y ambos se acercaron para besarse. Ese magnetismo que era como una extraña forma de conectarse, un posible deseo reprimido de un amor infantil inocente, llevando las manos a la cintura de la chica y los besos fueron volviéndose mas fuerte y con la lengua jugando con la de ella, ambos dejándose llevar por la emoción, ella subió la pierna en un tronco que daba detrás de él, para facilitarle la entrada al muchacho, así, introduciendo sus dedos sintiendo como la muchacha se contraía de la excitación y cada vez que los sacaba y volvía a introducir escuchaba la fricción húmeda y los gemidos ahogados llenos de placer, empujándola y apoyándola frente a un tronco, de forma circular jugaba con su clítoris y este sonrió al sentir como su miembro se volvía mas duro, Odette bajo la mirada y sonrió.
— Yo... — dijo con la voz ronca y entrecortada por la excitación .
— No te preocupes... tomó anticonceptivos... métemela.. por favor... Me la vas a meter toda— le Rogó mientras se bajaba a desabrochar su pantalón, sacando aquel duro miembro jugueteo con el como un gato con un ratón, Briam apretó los labios y se mordió los dedos para evitar soltar un gemido y Odette empezó a jugar con mas fuerza con el miembro del muchacho y humedeciendo, veía al hombre contraerse excitado y luego de unos minutos finalmente la penetró tomando sus piernas Para ayudarla a introducirlo debido a que la pelirroja era bastante estrecha, pero esto no impedía que la penetrará.
Gimoteando de placer ambos e intercalando su velocidad, mientras se besaban y mordían sus labios en aquél árbol. Para Odette no había sido igual... a como recordaba a Briam en su niñez, era claro, consumiendo su deseo carnal no se comparaba con el beso infantil que había compartido con la pelirroja antes de irse, un delicado beso que solo sus labios estuvieron en contacto por 3 segundos, a esa emoción que sentía en su cuerpo por introducir todo su miembro en la que había sido el amor de su niñez.
.....
Sara miraba como todos a su alrededor se desaparecieron, ella se apartó del automóvil y caminó por la costa mirando como las olas golpeaban en la orilla. Caminando hacía el bosque miró a la pelirroja casi desnuda siendo penetrada por Briam que tenía el pantalón en la rodilla, ambos para ella simplemente fornicaban como animales salvajes emitiendo gemidos y escuchaba a Odette pedir literalmente que le rompieran "el coño" con el estomago revuelto indignada, se fue molesta y se dirigió hacía el auto.
— ¿Paso algo? Preguntó Rodrigo que estaba con su teléfono, lo apartó y se dio cuenta que Sara estaba mas irritada de lo normal, esta se apartó los lentes y se limpió la frente con la mano.
— Nada.. solo estoy cansada, quiero irme... trabaje todo el día. — Se quejo y él sonrió
— Vamos Sara sonríe,— la trató de animar tomándola de la mano y ella intentando sonreir escuchó los pasos fuertes y al girarse vieron a Linda.
— ¡Rodriii...! lo llamo molesta y él sonrió con fastidio.
— Ya vuelvo, si no te sientes bien me avisas y te llevas a la casa.— le acarició el rostro y ella asintió.
Luego de un rato miró a Odette corriendo delante de Briam y éste simplemente la levantaba de la cintura y giraba con ella como dos enamorados, llena de rabia Sara exhalo furiosa.
¿Cómo podía arruinarse su día tan rápido?
Y Con la cereza del pastel el sonido de su teléfono empezó a sonar, nadie la llamaba solamente para alguna noticia que no fuera tan agradable.
— ¿Es enserio? se golpeó la frente frustrada del asiento y rechino furiosa los lentes.
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