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Le feu entre nous


Mientras Rodrigo conducía hacía el hospital, Odette miraba confundida a Sara, no entendía lo que que ocurría, había exigido que la llevaran alli y estaba sentada manteniendo la distancia de ella y de Briam.

Todo había ocurrido demasiado rápido al llegar luego de haber tenido un revolcón extraño con Briam, vio como Rodrigo iba hacia ellos y los llamaba preocupado para que todos fueran al carro de regresó.

— Tranquila, tu mamá estará bien... — Rodrigo consoló a Sara, ella estaba intranquila no quería ver ni a Odette ni a nadie de ese carro, Rodrigo aceleró y llegaron al hospital, casi estacionándose se bajo rápidamente.

— Que dramática... y Vaya manera de arruinar una fiesta. Si me buscan estaré en el despacho de papá. — Dijo linda bajando del carro.

— Nadie te buscara—murmuró Briam y ella se burlo sarcástica

— ¿Qué ocurre? Preguntó Odette sin comprender la situación.

— La mamá de Sara esta internada desde hace 5 años. Por eso ella trabaja en el hotel y es la única que no logro tener una meta por cuidar a su madre enferma. — respondió Rodrigo estacionado el auto.

— ¿todo esto paso? Pregunto sorprendida.

— Si... yo iré a buscar señal para llamar a mi mamá, si quieres...

— Tranquilo. Yo voy contigo Rodrigo a buscar a Sara por si necesita ¿te vas a quedar fresita? Le preguntó Briam a Odette.

— Yo me ire a lavar el rostro. —

En el pequeño hospital de alguna forma Odette se separó de RRodrigo y Briam, luego de usar el baño salió buscando la habitación de la madre de su amiga y mirando los nombres en la parte de afuera, la encontró justamente estaba en el fondo.

"Gegel Vanila. Hab 616"

—¿hay tantas habitaciones en este hospital? Pensó y entro curiosa a buscar a su amiga y volver a ver a su madre.

.....

*********

Habían pasado 2 años desde que esa amistad se había enfriado.

El pasado que los unió en la secundaría los hizo separar en su último año.

Por mas lejos que estuvieran los 6 chicos siempre regresaban para vacaciones, pero sin esos encuentros en el hotel para usar la alberca o esas salidas a los terrenos baldíos. Gegel y Amanda habían ido a la universidad, pero ese tiempo juntas no duro mucho, Amanda se regresó apenas un solo mes de inscribirse para casarse con el novio de su vida, Haaken, ambas al regresar para los preparativos de la boda se encontrarían con esa energía que tenía el pueblo, que a Gegel incómoda y enfermaba cada vez mas.

.....

Noviembre 30, 2000

Amanda tenía en sus brazos a su primogénita, para ella regresar al pueblo había sido para quedarse. Tan solo en sus veintidós tenía su primera hija, aunque su padre no aprobaba que su única hija fuera madre tan joven, al ver a la pequeña en sus brazos cambio su opinión definitivamente.

Todo había cambiado en el pueblo, ligia se había casado celosa por la atención al mismo tiempo que Amanda, con un rico inversor que pensaba comprar el hospital, ya el ex novio de Gegel tenía un hijo hacía un año y medio llamado Rodrigo y el ex de Ligia igual.

Todos se habian separado y no hablaban como antes... hasta que llego Gegel al pueblo otra vez.

—¿Qué ocurre? Pregunto sorprendida Amanda al ver a su prima lejana, Gegel la hija de un primo lejano de la abuela de Amanda, pero por mas lejanas ambas se querían como hermanas. La muchacha de ojos enormes azules tomo a la pellirroja de las manos y se derrumbo en su regazo.

— Tienes que irte... todo esta mal... ven conmigo... nunca me imagine que tu... por favor.

— Tranquila, todo estará bien. Dijo acariciándole el cabello para calmarla.

— No, tienes que huir, esto es demasiado... todos los días tengo pesadilla y ...

— Calma... no huiré, jamás.

— Amanda, estas en peligro...

— Y tu también... pero tranquila... Yo te protegeré, a ti y a las niñas..‐ le aseguró y Gegel la miro sorprendida, nunca le había dicho el sexo de la niña y vio los ojos grises de la muchacha con aquél nerviosismo que sentía como la niña en su vientre se contraía.

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Entrando a la habitación, la pelirroja miró a la mujer sentada en la cama leyendo, conectada a varias maquinas, sus labios blanquecinos resaltaban al igual que que sus iris azules, levantó la mirada de la revista y miró a la muchacha sorprendida.

— ¿Odette Cane? Pregunto y la chica asintió.

— ¿Señora Vanila ? Y ella asintió

— Dime Gegel, eres igual a tu madre, pero tienes el mismo cabello ondeando y abundante de tu padre y la misma naricita Perfilada. Habían pasado varios años desde que te vi por ultima vez, ven pasa. — nerviosa se acercó y miro a la mujer frente a ella, haciéndole señas de que sentara a su lado en la cama. —tan solo mírate, eres igual a ella. ¿Tienes el mismo carácter? Preguntó sonriéndole y ella sonrió mientras se acercaba. 

— El abuelo me dice siempre que soy terca y presumida... pero no lo creo.‐ respondió  sonrojada. 

— Entonces, si eres igual a Amanda.

— ¿Y Sara? Preguntó buscándola a su alrededor.

— Sara esta en la recepción. ¿ hoy salieron todos juntos verdad? Y ella asintió respondiendo.

— Llevo algunos días... es raro todo. — le respondió Odette nerviosa.

— Lo se, huelo el perfume de todos en tu ropa, cuando la veas no le digas que me vistes.

— ¿Por qué?— pregunto Odette sorprendida

— Es que le da vergüenza... solo ignóralo no le digas— le dijo con confianza y guiño un ojo de forma sonriente,

— Tranquila, si asi quieres yo vengo cuando pueda. Sería lindo... pasar tiempo con usted— dijo con familiaridad, para Odette, la señora Gegel era como una hermana para su madre, y era la única figura materna que tenían.

— Tranquila, yo adoro estar aquí, tu concéntrate en tu abuelo, no esta muy bien de salud— le aconsejó.

— ¿El abuelo? Le repitió.

— Recuerda ,ya ese hombre es mayor... no es un muchachito... aprovecha el tiempo juntos. Cuando uno quiere a alguien ... al perderlo es... es triste — y Odette tomo sus manos sintiendo un frío que la estremeció y ella sonrió acariciando a la pelirroja con su mano libre.

— Lo sé..— dijo con tristeza en su voz.

— ¿Si te pido un favor lo harias? — le propuso con cierta precisión en sus palabras que ella sintió confianza en la mujer.

— Por supuesto. ‐ asintió

— Ten... —dijo sacando debajo de su sabana un libro que a Odette le llamó la atención por la apariencia — Por alguna forma supuse que vendrías... ten‐ lo extendió.

— ¿Que es? Y al abrirlo ella le colocó la mano encima.

— No lo abras, es mejor que tu lo tengas, de los 5, tu eres la más fuerte...así que protégelo y llévatelo a casa – Con curiosidad la muchacha intento abrirlo de nuevo y ella sonrió.— la curiosidad mato al gato... guárdalo en tu bolso mi bella. Dijo sonriendo.

Luego de hablar un rato sobre como Odette vivía su vida,la mujer la despidió y saliendo de la habitación guardando el libro que apenas entraba en su bolso,miro a Sara al otro lado del pasillo, corriendo hacia ella fue a saludarla feliz.

— ¿Cómo estás? Preguntó entusiasmada y la muchacha recelosa examinó y la no la volvió a ver.

— Bien. Vámonos Rodrigo — la muchacha Le dijo a Rodrigo. De camino en el carro, los chicos sintieron el cambió y se preguntaban que ocurrida entre ellas.

— Yo me quedare con linda aquí Briam lleva a las chicas y yo te veo luego.— le lanzó las llaves y Se despidió de las muchachas, en el carro Odette se giró y vio a su amiga en el asiento trasero que miraba la ventanilla ausente.

— ¿Quieres quedarte conmigo? Como en los viejos tiempos.— propuso bailando con una sonrisa.

— Quédate con briam — le soltó molesta.

— Si eres terca, por favor amiga... quédate a mi lado amiga — insistía girándose para tomarla de las manos mientras ella la apartaba y una mirada curiosa de Briam miró el trasero de la muchacha exhibirse hacía la carretera y aguantó la risa.

Mientras que las dos insistían en sus opiniones, Sara termino asintiendo, tenía que apartar los celos que sentía en ese momento y mirando a su amiga y a Briam, no podía dejar que sus emociones salieran a flote.

Al llegar al hotel las dos muchachas se bajaron y briam sostuvo del brazo a Odette.

— ¿ No me daras un beso de buenas noches?

— Calma idiota... esto fue casual. —Dijo llevándose los dedos a sus labios y colocándolo en la del muchacho

— Odette... le enseñaste el culo a toda la autopista — se burló y ella se sonrojo y empezó a reírse con picardía, corriendo para tomar el brazo de la peli negra se giro y sonrió al muchacho.

— Chao vainilla, Adiós mi resita. — dijo sonriendo.

— Nos vemos, mi menta.— sonrió la pelirroja, al irse el automóvil, mientras subían a la escalera ella riéndose miró a Sara con complicidad. — vamos rápido que me estoy congelando el culo, no tengo ropa interior—. Bromeó Odette riéndose y la muchacha giró los ojos y la ignoró.

— Vamos... Sera una pijamada... Como antes— la abrazó y Sara suspiró agotada por sus emociones.

En la habitación Odette se fue a bañar e igual Sara fue de mala gana, colocándose una pijama larga de dos partes que le había dado Odette para no incomodarla con las cortas faldas que ella usaba, se arrojo en la cama furiosa por la presión que sentía en su pecho.

A su lado de sentó la muchacha con su cabello en una coleta baja, con un delicado vestido de seda de tirantes y de color negro y saltando emocionada se arrojó a su lado.

— Que divertido, me siento como si estuviera en los viejos tiempos. – ronroneo tratando de abrazarla y la aparto.

— En los viejos tiempos no te follabas Briam..– murmuró celosa.

— Vamos no seas dramática, teníamos 10... en ese momento me gustaban los ponnies y el color rosado y no los penes en mi boca pero es raro..— le respondió riéndose y ella giro los ojos—¿Qué pasa? Estas de mal humor desde que salimos, lo siento lo de tú mamá no sabia y yo...— dijo apenada y Sara se levantó.

— ¡Tu no sabes nada de nada!. Has huido de aquí desde hace 10 años y ahora ahora vienes y pretendes ser la amiga de todos pero no es así.—le reclamó con el rostro enrojecido y Odette se levantó.

— Pero vainilla...

— ¡No me digas Vainilla! esos tontos apodos que tu nos pusiste no los usamos mas. Soy Sara, Sara... ¡Me llamo Sara! Le gritó y Odette se acercó para calmarla.

— Esta bien Sara... pero entiéndeme no es mi culpa, mi abuelo me mando lejos luego de la muerte de papá y —

— Todos tuvimos problemas, todos perdimos algo. No fuiste la única, cuando te fuiste no sabes el infierno que pase.— le interrumpió llena de rabia.

— ¡Yo también la pase mal! Se quejó molesta y Sara empezó a reír sarcástica.

— ¿Mal? Estabas en Paris y—

— ¿Yo quería irme? Yo quería pasar mi.. mi vida aquí— se quejó casi llorando.

— ¡Y aun así te coges a briam! Le gritó y Odette se retrocedió.

— ¿Es por briam? ¿ te gusta? Yo..

— ¡Que no me gusta briam! La interrumpió molesta.

— ¿Y entonces? ¿ Que mierdas te pasa conmigo? Le Pregunto acercándose molesta.

Y al ver que Sara evitaba su mirada y el rostro enrojecido de la muchacha. Poco a poco mientras se acercaban la tensión en ambas aumentaba, Odette no era ninguna mujer inocente que cualquiera podía manejar, ya había disfrutado de se sexualidad a sus escasos años vividos, a diferencia de Sara, que nunca había disfrutado nada y era tan inocente que Simplemente pocos besos con Rodrigo, cuando eran solo unos adolescentes y un intento de darle sexo oral con torpeza, pero seguía  siendo tan inocente que tan solo recordar  ese acto  la hacian palidecer.

— ¿Me temes Sara Vanila? Odette se acercó quedando frente a ella, Sara con los ojos cerrados sintió como Odette acercaba  su nariz en su cuello  haciendola erizar,  posando sus calidos labios la beso con delicadeza y mientras subía hacia su lóbulo apartándole los lentes de la chica, la miró sonriendo con picardía.

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