Infidélité
Mientras se giraba en la cama de un lado a otro, cada vez que cerraba los ojos las horribles imágenes venían a ella, imágenes de seres que la seguían en los pasillos del hotel y en el lago.
Esto había sido noche tras noche, como una maldición infernal.
Dormirse y tener pesadillas y despertar con los cabellos empapados y con olor a agua salada, no era algo "normal" en su normal vida.
Bajo a la cocina y caminó con el hotel en silencio, no había nadie hospedado y justo el día anterior se había enterado que aquel hombre que la vio al llegar...
Jamás había estado hospedado en aquella habitación.
¿Y cómo se enteró?
La mayoría de las habitaciones estaban clausuradas... incluida esa.
Sus pasos se perdían por el largo pasillo de regresó a su cuarto y con una sensación de ser seguida que no podía evitar, aquellos retratos que la observaban y seguían sus pasos la hacían sentir paranoica... Recordaba las series inglesas cliché con la servidumbre en un castillo así como esté, dónde aparecían y te golpeaban la espalda, pero esta no era una serie inglesa, era la vida real y con recelo, entro en su habitación luego de su recorrido se volvió a hundirse en sus sabanas sin sueño.
¿ Qué mejor manera que acariciarse para esperar que el clímax hiciera lo suyo? Con tal de hacerlo varias veces para poder dormir, era mas efectivo que las pastillas o una manzanilla.
Mientras introducía sus dedos fríos debajo de la sabana, los humedeció con saliva y abrió un poco las piernas, empezó acariciando su clítoris de forma circular, empezó a mover sus caderas al ritmo de sus dedos mientras apretaba sus pezones, estaba demasiado fastidiada para levantarse a buscar su amiguito en el bolso, ya estaba envuelta en las sabanas y ni de coña se pararía, aún así de lo Primitivo de su método, disfrutaba jadeante aquel placer que liberaba al recordar los momentos divertidos que pasó lado de Briam y de Sara, imaginando como los dos se peleaban por poseerla.
— Ohh... castígame Briam... ohh — gimió mientras movía con fuerzas lubricándose y usando el mismo líquido para tener suavidad en sus movimientos — si... sii...— gemía y repetía sus nombres en el aire con los ojos cerrados extasiada.
— ¿ Y donde esta Briam para ayudarte? Preguntó la silueta que con la claridad de la luz de la pequeña lámpara de mesa y de la luna que entraba por la ventana mostró a Rodrigo desde el otro lado de la habitación.
— Carajo. ¿Cómo entraste aquí? Preguntó cubriéndose ya que en sus movimientos había apartado la sabana que la cubría, avergonzada.
— Fácil... la puerta estaba abierta y.
— ¿Cómo entraste al hotel?— le gritó Molesta y él simplemente sonrió y se paso la mano por los labios.
— Vamos Odette, crecimos en estos pasillos. Me los conozco como la palma de mi mano. Y si no te has dado cuenta... Vives en un puto hotel ‐ respondió sarcástico ‐ Lo que si no conocía era que tus gemidos fueran tan agudos, si vieras lo duro que me la pusiste.— dijo llevándose las manos a su entrepierna.
— Rodri creo que esto no esta bien... tu tienes novia y por mas pesada que sea linda...
— ¿ Yo no puedo y ellos si? No creas que soy tan inocente. Sé como se miraban Ustedes tres... y acabas de decir sus nombres ¿Sara?... ¿Briam,? vaya. No me lo esperaba de vainilla. — la interrumpió desabrochándose la correa— Vainillita resulto ser un helado bastante picante ¿le decimos ahora chocolate? Le Preguntó acercándose a la cama de la pelirroja, mientras ella se retrocedía, aquel muchacho de ojos marrones con la luz hacía que se vieran completamente negros y su cabello corto cayendo sobre su frente, quitándose la camisa dejando ver sus abdominales marcados y sus anchos pectorales, y un lado Odette pudo ver la marca que los cinco compartían pero la tenía en el hombro izquierdo, bajando y apartando su pantalón entró a su cama sonriendo de forma siniestra.
— ¿Me tienes miedo? Le preguntó tomándole el pie y ella se negó nerviosa, pero por mas nerviosa que estaba, no podía evitar pensar que la situación era excitante.
— Te voy a follar tan duro, que no rogaras que el mismo diablo no escuche tus gemidos allá en el bosque.
— ¿ y por qué no en el infierno?— le contestó con picardía mientras la pelirroja mordía su labio.
— ¿ por que debería? La maldad esta siempre en todos los lugares, no se si sabias pero cuando el diablo se aburre mata moscas con la cola— Dijo sosteniendo su erección y ella se acercó y lo sostuvo en sus manos.
— ¿ entonces el diablo puede estar aquí mismo? Le Preguntó en tono burlón.
— Yo no me reiría tanto de eso, capaz y estés ahora mismo con un demonio... tal vez uno pagano.— Se burló y ella levantó la ceja por tal juego de rol bastante inusual, tomándola de la nuca, la acercó y la atraganto con su miembro.
— Chúpalo, ¡puta pelirroja!. Dijo sosteniendo su cabello mientras mas la atragantaba, al fondo — Y no quiero escucharte suplicar, puta.— Odette empezó a succionar aquél miembro que se volvía mas grande en su boca.
— ¿ quieres que te lo haga como lo hago con linda?— preguntó y ella sacó el miembro de su boca para responder.
— Haz todo lo contrario a como lo haces con ella. Déjame demostrarte que yo soy la pelirroja original de este maldito lugar.— le ronroneo riéndose con demencia por la emoción, tirándola en la cama con fuerza la tomo del cabello de espalda escupiendo en su trasero uso los dedos con aspereza para luego penetrarla sin compasión.
— ¿Le pedirías al mismo diablo que me detenga? Le susurro mientras la penetraba con fuerza haciéndola soltar un fuerte gemido.
— ¿Por qué no le digo que no te detengas?— escupió llena de dolor y con lágrimas en sus ojos.
— Espero que no te arrepientas cuando tu señor te haga suya.— Le dijo con la voz grave y ella levantó la ceja sin comprender tal extraño juego de rol.
Sin darse cuenta del peso que traía a esas "inocentes" acciones, la pelirroja era azotada con fuerza, mientras aquel muchacho la penetraba con violencia, ella estaba extasiada por el dolor y el placer que sentía, sin importar la sangre que salía de ella y de las magulladuras que él le dejaría.
— Por lo que veo a todas las brujas les gusta ser tratadas así... No eres distinta a las otras — dijo eyaculando sobre ella y ella dibujo una sonrisa en su rostro mientras jugaba con aquél viscoso liquido.
.......
Despertando al día siguiente con el cabello empapado otra vez y el sabor salado predominando en su boca,no era salado por el semen de Rodrigo, si no el sabor a mar que siempre estaba presente en su boca al despertar.
Había tenido el mismo sueño al quedarse dormida, era aquél el mismo sueño de ella danzando desnuda en el bosque para luego entrar en el agua salada para huir de las sombras que la perseguían, buscando las manchas de sangre en su sabana por lo ocurrido en la noche anterior y tanto estas como su compañero se habían desaparecido.
— Por lo visto... la sangre solo seria producto de mi imaginación—. Se dijo mirando la cama— ¿Y si solo fue un sueño vivido? Se interrogó y luego esas ideas las sacudió de su mente, revolviéndose en la cama levanto sus pies y vio la capa de suciedad en ellos.
Ya en baño observó los moretones de los golpes que le había dado Rodrigo el día anterior, con los pechos llenos de chupones y su cuello con una marca roja en su alrededor.
Pero....
Algo había cambiado en ella.
— Mierda, ¡ tengo cáncer! Dijo mirando el lunar que había cambiado de color, a un rojo sangre, tal vez había sido paranoia, pero examinandolo se dio cuenta que no le dolía siquiera... podía no ser cancer como ella se imaginaba...
Luego de esto, Bañándose sin mucho dolor aparente en su ano, ni en su vagina.
Dudada de lo que había pasado la noche anterior... ¿Pero y las marcas? ¿Acaso eran de algún golpe? Su cuerpo decía que había tenido sexo, y lo mas raro era que se había follado a sus 3 amigos, pero por mas atractiva que se viera no creía que fuera posible.
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