Ellos se comportaron como unos niños apenas, el abuelo de Odette miraba con inocencia a los tres muchachos que corrían por el comedor y se perseguían inundando el hotel con sus rizas, recordándolos como cuando eran unos niños que eran la alegría del lugar, al igual que su hija Amanda con sus amigos. Ellos solo estuvieron jugando monopoly y viendo películas, era la primera salida mas inocente que ellos habían tenido.

Al igual que en los viejos tiempos.

A La hora de dormir, los tres durmieron en la misma cama, uno de cada lado de Odette para ver si se levantaba y así detenerla, a Briam se le ocurrió la idea de atarle los pies por si se caía al menos los despertaría ya que él tenía el sueño pesado, pero eso era lo mínimo que ocurriría esa noche.

......

—¿ Y? Se los dije.— le afirmó Odette y los dos se miraron

—¿Cómo te mojaste el cabello?— La miro Briam sorprendido.

— ¿Ven.. ven? No estoy loca— Se señalo el cabello y Briam empezó a procesar la información.

— ¡Esto se salió de control... se los dije es la maldición que me conto mi madre!— Se levantó Sara de la cama hiperventilando, ella lo decía como una teoría, pero no imaginaba que fuera real lo que decía su madre.

— Vainilla no seas dramática, pero creo que esto tenemos que hablarlo con el grupo.— Dijo Briam tratando de no mostrar preocupación.

— Por primera vez no había estado tan de acuerdo contigo en algo.— afirmó Sara dándole la razón.

— ¿ cómo le vamos a explicar esto? Se señalo Odette su cabello, aunque sus pies no estaban sucios Briam se pasó su mano por la frente pero aun así la sintió húmeda y se fijo en su mano izquierda.

— ¿Por qué yo tengo esto? Se miro sorprendido la mano izquierda.

Las chicas se acercaron para examinarlo y Sara se apartó asustada.

— Se los dije, es una maldición.— Señaló Sara molesta.

— ¡Ya cállense! Estoy harta con ese drama de la brujería y todo eso mas bien salgan de mi cama que no estoy de humor — dijo Odette temblando y con los ojos llenos de lágrimas, levantándose de la cama, estaba tan aterrada por lo que ocurría, encerrándose en el baño, los dos chicos se miraron sorprendidos por como por primera vez Odette rompía en llanto desde que se había enterado de la muerte de su madre.

Todo lo que veía en sus sueños la asustaban, se sentían nerviosa y sumergiéndose en la tina sin importarle nada intentó aclarar su mente.

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Las pompas fúnebres anunciaban otro descenso en la población, para un pueblo donde la muerte era algo común, la Iglesia no funcionaba, según la religión solo eran enterrados o cremados bajo un orador invitado.

la única hija del dueño del hotel que había quedado viuda bastante joven, Amanda, conocida por la viuda maldita, fama que Ligia había extendido en el pueblo, era enterrada una lluviosa tarde de mayo con pocos invitados.

La pequeña pelirroja que tenía un pequeño tocado negro sobre su larga cabellera y unos finos guantes en sus manos, su rostro sereno ya que la noche anterior había llorado tanto que se había desmayado.

La pequeña parecía un angel de la muerte. A su lado la acompañaban sus amigos, Sara no soltaba su mano y en silenció le daba su apoyo, para la niña de lentes le asustaba ver como Odette miraba fijamente el horizonte y su abuelo firme viendo como el cuerpo de su hija descendía a un hueco donde jamás la volvería a ver.

La fortaleza de los Cane frente al púbico era criticada, a la pequeña la tildaban de fría y su abuelo, aquel hombre mayor que solamente le preocupaba que todo fuera lo mejor, les hacía sentir inferiores.

Terminada la misa por un obispo que el hombre mando a llamar desde la ciudad, todos se fueron y su abuelo tomo a la niña de su mano y la llevó al carro tratando de felicitarla por su fortaleza.

Frente a ella le sostuvo el rostro y la llevó a su pecho con dolor, alli solos ella escuchaba el corazón acelerado de su abuelo mientras la peinaba y al apartarse le sonrió.

Mientras ella esperaba a que él regresará, por mas que había resistido ante los ojos del público, escapándose del automóvil la pequeña miró perfectamente como los padres de sus amigos estaban reunidos frente de la fosa de su madre.

— Debemos deshacernos de esto, fue lo que ella dijo.— señalando el libro, el hombre de ojos oscuros y rostro envejecido, ella lo conocía, era el señor Every,el papá de Rodrigo.

— ¿ por que? Esto siempre fue mío.— Señalo ligia molesta.

— ¿Tuyo? Estas enferma Ligia... eres una loca— le grito Gegel furiosa.

— Eres una zorra que ni sabes de quién es tu hija, — le reclamó desafiándola y ella suspiró mientras Every la sostenía.

— Han muerto ya 3 de nuestros amigos ¿ quieres ser la siguiente acaso?— le gritó casi llorando.

— ¿Y quien dice que es por el libro? Tu misma sabes que Amanda fue una puta.— le grito riéndose.

— Respeta el nombre de mi amiga si no quieres ser la siguiente por culpa de mis propias manos— le grito Gegel con los ojos enrojecidos por la rabia mientras su amigo la sostenía.

— Ya.. estamos en el lecho de nuestros dos amigos, no hables asi de ella. Hay que deshacernos de esa cosa.— exigió el hombre agotado.

— ¿ Y como? Pregunto Gegel sorprendida.

— Que ella haga el trabajo de tragárselo en el infierno—. Dijo la pelinegra riéndose arrojando el libro en el hueco.

— Tu maldita te voy a... — le insulto Gegel golpeándola en el rostro y está la miro molesta. — siempre estuviste celosa de ella y ahora seguro estas feliz que esta muerta.

— ¿Para que te digo que no estoy feliz?. Pero jamás estuve celosa, ella es una zorra que me Quito a mi hombre y tu también...— la señaló y Every se colocó en el medio.

— Vamos Ligia, nadie soportaba tu actitud y no es momento de discutir... vámonos — dijo sosteniendo a Gegel del hombro.

— Siiii... — les señalo molesta —vamos, vayan a besarse a tener otro bastardo, porque no creen que me doy cuenta que la puta que tienes por hija es la bastarda de Every.

— ¡Deja de hablar mierdas maldita celosa.! Le gritó Gegel, en ese momento cuando Ligia intentó golpearla en el rostro Gegel reacciono y le volvió a golpear con fuerza, Every las separó mientras las dos intentaban golpearse molestas.

La pequeña oculta detrás de una lapida veía todo, ya que los adultos no se habian percatado de la niña que los observaba curiosa y escuchaba sin comprender lo que ocurría.

Luego de la discusión y con aquél libro en el hoyo donde reposaba Amanda, la pequeña observó cómo Ligia, la madre de Linda regresaba y miraba con odio la lápida.

— Tu maldita, voy a usar el libro de nuevo y te voy a matar especialmente, maldita Gegel. Dijo arrojase para sacar el libro del hueco, mirando la tumba escupió en ella y yéndose la pequeña que miraba asustada todo lo que ocurría frente a ella, regresó sin decir una palabra a su abuelo.

.....

Emergiendo del agua con sus recuerdos reprimidos ya recuperados Odette salió de la tina, se miró en el espejo y aparto los mechones de su rostro.

¿Pero que mierdas paso en el funeral de mamá? Si esa maldita no estuviera muerta la volvía a matar por las cosas que había dicho.— gritó llena de rabia arrojando las cosas del lavado.

Desplomándose en el suelo, se acurrucó llena de rabia y de venganza hundiendo su rostro en sus rodillas.

¿ Pero como se iba a vengar de una mujer que ya tenía varios años muertas? Con razón linda había sido una hija de puta completamente, su madre había sido la enferma que incluso profano la tumba de su madre. Se dijo a su misma.

Limpiándose las lágrimas, trató de recuperar fuerzas, por su madre tenía que ser fuerte.

Saliendo del cuarto de baño desnuda y sus dos amigos esperando una explicación, pero sin dárselas siguió de largo y encerrándose en el vestidor miró el retrato de su madre y vio por el rabillo del ojo libro encima de la mesita a su lado.

¿Buscas venganza? Le susurró una voz femenina al oído que la hizo paralizarse completamente.

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