El Lenguaje de las Serpientes y el encuentro con la Serpiente

Euphemia Kristina Mikaelson, ahora con seis años, había crecido rodeada de magia y aventuras. Pero había algo especial en ella: la habilidad de hablar parcel, el lenguaje secreto de las serpientes. Nadie más en la familia Mikaelson compartía este don, y Euphemia lo guardaba como un tesoro.

Un día, mientras exploraba el bosque detrás de la mansión Mikaelson, Euphemia encontró una serpiente de escamas plateadas. Sus ojos se encontraron, y en ese instante, Euphemia escuchó susurros en su mente. La serpiente se llamaba Sylva, y tenía historias que contar.

El Vínculo con Sylva

Euphemia pasaba horas conversando con Sylva. Aprendió sobre los secretos del bosque, los caminos ocultos y los tesoros enterrados. Sylva le enseñó cómo moverse sin ser vista y cómo leer las estrellas para predecir el clima. Euphemia compartió sus propios secretos, incluido el hecho de que Kol Mikaelson era su padre adoptivo.

La Serpiente Herida

Un día, Sylva apareció con una herida en su costado. Euphemia sintió su dolor y supo que debía ayudarla. Corrió hacia la mansión, donde Kol estaba ocupado investigando una antigua reliquia. Euphemia le explicó la situación, y Kol, a pesar de su inmortalidad, sintió una punzada de miedo.

La Desesperación de Kol

Kol llevó a Sylva al sótano, donde Kendra Ross, la anciana bruja, preparó un ungüento curativo. Pero la serpiente estaba debilitándose rápidamente. Kol miró a Euphemia con angustia. ¿Cómo podía salvar a Sylva sin perderla?

La Revelación de Kandra

Kendra se acercó a Kol y le susurró al oído.

—Eres un vampiro, Kol. La muerte no es tu destino. Tu inmortalidad te protege— Kol la miró con incredulidad. ¿Cómo podía ser cierto? Pero Kendra insistió.

—La sangre de Euphemia fluye en tus venas. Ella es tu ancla a la vida. No puedes morir —

El Sacrificio de Kol

Kol tomó una decisión. Se alimentó de su propia hija, compartiendo su sangre inmortal con Sylva. La serpiente se curó al instante, y Kol cayó al suelo, débil pero vivo. Euphemia lloró, temiendo perder a su padre. Pero Kendra sonrió.

—Los vampiros no mueren, querida. Y ahora, Sylva es parte de nuestra familia también —

El secreto de Euphemia y la vida eterna de Kol se entrelazaron en ese momento. Juntos, enfrentarían más desafíos y descubrirían los misterios que aún aguardaban en las sombras.

Continuará…