Capítulo 6
—No esperaba verte por aquí tan rápido, alfa Uzumaki.
—Crimson...— Naruto gruñó de inmediato.
Crimson no era más que el nombre del escuadrón al que ese sujeto pertenecía. Los Crimson five eran los cinco tigres más poderosos de la manada, incluyendo al alfa. Por eso fue que los suyos perdieron de forma horrible contra ellos. Seguramente, el otro tigre también era parte del escuadrón.
¿Tanta desesperación tenía el alfa como para mandar a dos de su mejor escuadrón?
El tigre y el zorro comenzaron a dar vueltas en círculos mientras se observaban fijamente con los colmillos de fuera. Las colas de Naruto se movían en ondas; como si de una ola se tratara, mientras que la del tigre serpenteaba de un lado a otro. Las iris moradas y rojas chocaron con fiereza.
—¿Por qué quieren a la humana?— Naruto ya sabía la razón, pero se quería hacer el desentendido.
Aunque no le funcionó.
—No te hagas el que no sabe, alfa Uzumaki. Tú y tu manada saben muy bien los beneficios que esa humana tiene en su sangre.— Observó de reojo sus garras cubiertas de sangre.
Esperaría el momento adecuado para mostrarle ese poder a Naruto.
—Sabes que si le haces algo, los vampiros te van a comer vivo, ¿verdad?
—Como si me dieran miedo esos malditos murciélagos. Con una de estas me podría deshacer del maldito rey.— Mostró sus garras por unos segundos.
—No subestimes a Sasuke. No es débil.
—Yo sé que no es débil, es solo que yo soy muy fuerte.
—¿Por qué estabas sobre la humana? ¿Qué tenías planeado hacerle?— Frunció su ceño con enojo.
—¿En serio lo preguntas? Pensé que los zorros eran conocidos por ser astutos e inteligentes. ¿No era obvio lo que iba a hacer?
—Maldito. Espero que no la hayas marcado. Créeme que eso no sería bueno ni para ti ni para mi.
—Lastimosamente, no logré terminar el lazo. El idiota de tu hijo adoptivo se la llevó antes de que pudiera hacerlo. Es una pena. Si la hacía mía, su poder me pertenecería por completo. Con todo ese poder, sin lugar a dudas, podría ganarle al alfa.
—¿Quieres retar a Yahiko? No creo que logres vencerlo.
Naruto conocía el poder del alfa de los tigres. Es extraordinario y su tamaño es aún mayor. Eso porque es un tigre siberiano, a diferencia de los de su manada, que son tigres, en su mayoría, de bengala.
El tigre se detuvo al igual que Naruto. Él solo gruñó por lo que dijo.
—Con el poder de esa sangre, podré vencerlo.
—Es imposible que un tigre siberiano sea vencido por uno de bengala. Incluso si bebes la sangre de la humana, dudo mucho que le ganes.— Era mentira. Si tenía los mismos efectos que tuvo Temari, entonces si lo vencería. Pero tampoco quería animarlo a ir detrás de Sakura.
—¿Cómo te atreves tú a decir eso?— Naruto no dijo nada.— Si un zorro logró vencer a un lobo alfa de Alaska, ¿por qué yo no podría?
Naruto le dio la razón silenciosamente.
El antiguo alfa no solo era familiar suyo, sino que también era el lobo más grande y poderoso de la manada. Nagato Uzumaki era un lobo muy imponente que provenía de Canadá. A veces, eso era dudoso debido a que su pelaje era tan fuerte como el color de su cabello en forma humana. Sus ojos eran morados y su pelaje rojizo. Era el único diferente en la manada, pero eso lo hacía ver más como el alfa.
Es cierto que él, un zorro que medía la mitad que él, logró vencerlo, pero habían sucedido muchas cosas. Naruto había entrenado durante, literalmente, años para poder ganarle a Nagato y poder tomar el puesto de alfa.
No lo quería, pero esa sería la única forma en la que lo aceptarían.
Naruto recordaba que hace 1000 años, los lobos y los tigres eran aliados. Yahiko y Nagato eran mejores amigos, por lo que solían reunirse a veces para pactar alianzas y discutir ataques a los otros animales. Ambos alfas estaban ansiosos de poder, por lo que querían tomar las tierras de los otros licántropos e incluso de las otras razas. Naruto estaba decepcionado de Nagato, puesto que él no era así; Yahiko lo cambió para mal.
Pero cuando la derrota de Nagato llegó a los oídos del alfa felino, la alianza se quebró de inmediato.
Desde esa derrota hace 500 años, los tigres y los lobos son enemigos. Yahiko quería tomar venganza por su amigo, y Naruto no podía hacer nada más que ponerse a la defensiva y contraatacar.
—Ya basta de malditas charlas.
Seguidamente, el tigre se lanzó a Naruto. El Uzumaki logró esquivar con éxito las grandes fauces que iban directo a su cuello. Le dio un gran zarpazo en la mejilla al tigre y luego de eso lo golpeó con fuerza con sus colas. El animal salió disparado hacia uno de los árboles; rompiendo dos de ellos pero levantándose de inmediato. Mientras soltaba un rugido, el de pelaje naranja se le volvió a tirar.
No importaba cuantos zarpazos diera, Naruto los esquivaba todos. Su cuerpo, a pesar de ser—actualmente—tan grande como el del tigre, era mucho más ligero. Su complexión era más delgada y sus patas más rápidas. Esa era una ventaja de él. Su rapidez no era equiparable a la de los tigres o los lobos; era mucho mejor que la de ellos. Su desventaja eran sus garras y colmillos. Los de los tigres eran el doble de grandes que las de él, por lo que un solo ataque le haría mucho daño.
El de pelaje amarillo utilizó sus colas para aprisionar al tigre por el cuello, al hacerlo, comenzó a darle zarpazos en la cara y parte del cuerpo. El tigre, con mucho esfuerzo, logró librarse de él. Se le volvió a lanzar con mucho enojo, pero Naruto se movía como una serpiente escurridiza. El felino comenzaba a desesperarse. No le asestaba ningún zarpazo pero él lo tenía lleno de heridas.
Naruto se lanzó a su cuello y lo mordió con fuerza, pero el tigre lo tumbó en el suelo. Fue su oportunidad. Clavó sus garras en el pecho de Naruto mientras que este solo intensificaba su agarre en el cuello y arrastraba su mandíbula; tal y como si quisiera arrancarle la piel. El dolor de su pecho lo ignoraba por completo, pero tenía que librarse de él antes de que tocase una parte vital. Clavó sus garras en la pata que yacía en su pecho, pero el tigre no emitió ruido alguno. Utilizó sus patas traseras para golpear su estomago y quitárselo de encima. La fuerza que utilizó lo mandó a volar, pero no sin antes arrancarle un gran pedazo de carne de su cuello.
El tigre rugió ante la gran herida ocasionada. La sangre cayó como si de una cascada se tratase y tiñó su pelaje en segundos. Su espalda negra se erizó del enojo. Se volvió a lanzar, pero esta vez era más lento debido a sus heridas. Naruto pasó por debajo de él y lo volvió a golpear con sus colas. Nuevamente, salió disparado hacia los árboles.
Era una completa humillación.
Supuso que era momento.
El felino comenzó a lamer sus patas de forma desesperada; causando confusión en Naruto. Pero tras unos segundos, retrocedió un poco al ver como el tigre comenzaba a crecer. Soltó un rugido poderoso mientras su tamaño aumentaba. Sus ojos morados se volvieron rojos y sus colmillos y garras se agrandaron de forma considerable.
Ahora medía, de altura, casi que dos metros. Medía lo mismo que Yahiko, por lo que estaba más que claro que podría vencerlo en una batalla por el poder de la manada. Pero aún así, Naruto no se intimidó. Con su casi metro cincuenta, Naruto se puso erguido mientras mostraba sus dientes y comenzaba a crecer por voluntad propia.
Era algo de los licántropos caninos. Ellos podían controlar su tamaño cuando quisieran. Aunque, cuando se alcanzaba el tamaño máximo, no se podía forzar a crecer más. El tamaño máximo se alcanzaba a los 1800 años, por lo que ya lo había alcanzado.
Su tamaño natural era de 2 metros, pero siempre se volvía más pequeño para movilizarse mejor. Guardaba su verdadera altura para los enemigos grandes que pueden subestimarlo. Pero el tigre no le importó su crecimiento ni mucho menos que ahora estuvieran a la misma altura. Parecía fuera de sí; gruñendo y arañando la tierra sin razón alguna. Volteó a ver a Naruto y se le lanzó sin dudar.
Para sorpresa del alfa, su velocidad había aumentado de sobremanera. Un gran zarpazo llegó a su pata trasera derecha mientras rompía su yukata; haciendo sangrar su extremidad de forma abismal. Pudo jurar que por poco y se la arrancaba. Pegó un gran salto y se alejó del animal que estaba por completo descontrolado.
Al tenerlo a la vista, el tigre le volvió a rugir y se le lanzó. Naruto logró esquivarlo, pero con más lentitud debido a su herida. Los zarpazos se volvieron más rápidos y certeros; impidiéndole al rubio atacar y, en un momento, defenderse de un zarpazo dado en su lomo. Soltó un gruñido de dolor al sentir el contacto de las garras en su piel y retrocedió. Frunció su ceño, pero al instante se le volvió a lanzar.
Naruto, en un movimiento ágil, esquivó al tigre y se le subió al lomo. Clavó sus garras en él y mordió la parte superior de su cuello. Se sorprendió mucho al sentir lo dura que se había puesto su piel. Pareciera ser que estaba mordiendo musculo puro. El salvaje lo tomó de la yukata y lo alejó de inmediato de él.
Necesitaba alejarse y pensar en un plan.
Naruto comenzó a correr y el tigre lo siguió de inmediato. Algo que notó fue que el Crimson no le hablaba ni nada similar. No se estaba burlando ni remarcándole que los papeles se habían invertido. Parecía un verdadero tigre salvaje; el cual estaba centrado en atrapar a su presa costara lo que costara.
—Esto es malo. Incluso si quisiera razonar con él, creo que no me escucharía. Tengo que deshacerme de él rápido.— Pensó mientras corría por el bosque.
El Uzumaki tenía una idea, pero era arriesgada. Sabía cual era el área más débil de todos los animales. Esa área que se cuidan tanto y que no a cualquiera le enseñan. Y no hablaba del cuello.
Escuchó el rugido furioso del animal y sintió como tomaba con sus fauces dos de sus colas. Soltó un gruñido de dolor y entonces decidió atacar. Se transformó en híbrido y lo levantó desde su garganta; el tigre no soltaba sus colas, pero Naruto las podía estirar—hasta cierta parte—a voluntad. Con su mano izquierda lo elevó sobre su cabeza lo suficiente como para dejar al descubierto el área que necesitaba.
Hizo sus garras de la mano derecha más grandes y, utilizando toda la fuerza que tenía, clavó sus cinco dedos en el área del estomago. Tal y como Naruto lo supuso, esa área seguía siendo indefensa. Todo su antebrazo atravesó su estomago sin problema alguno; deteniéndose cuando chocó con la parte interna del lomo. El tigre soltó un gran rugido de dolor. Cuando Naruto sacó su antebrazo, estaba por alejarse, pero el animal, haciendo su último ataque, le proporcionó un gran zarpazo en la boca. Naruto retrocedió con mucho dolor mientras la sangre salía a borbollones. El tigre quedó tumbado en el suelo.
Naruto se sintió extraño.
Observó como el tigre volvía a su tamaño normal mientras la sangre de su estomago salía sin parar. Naruto comenzó a respirar fuertemente mientras caía de rodillas. Sus sentidos se agudizaron y su olfato comenzó a percibir un solo aroma. Un aroma que lo deseaba. Lo quería probar.
La sangre de Sakura lo estaba llamando.
La pata del tigre todavía tenía rastros de la sangre de la pelirrosa. Cuando le dio el zarpazo en la boca, una muy pequeña gota cayó en su lengua. Se transformó en zorro y comenzó a crecer. Sus garras se alargaron al igual que sus colmillos. Sus colas comenzaron a moverse de forma descontrolada. Comenzó a salivar mucho, haciendo que el líquido viscoso mezclado con la sangre bajara por su hocico.
Intentó controlarse, pero no podía. Sus instintos se volvieron primitivos. Su yukata quedó casi desgarrada. Debido a que la gota fue muy mínima, su tamaño no incrementó tanto, más su hambre se volvió feroz. Captó el olor de Sakura y comenzó a seguirlo. Internamente, se golpeaba y gritaba que no lo hiciera, pero su lado salvaje no lo escuchaba.
Su zorro interior, el lado más salvaje y primitivo que tenía, había salido a la luz.
Volvió al lugar en el que inició la pelea y vio el rastro de sangre que dejó Sakura. Estaba por lamerlo, pero, de alguna forma, el lado humano obligó al animal de seguir en vez de detenerse a lamer la sangre. Si ingería más, sería mucho más difícil el controlarse.
Corrió tanto como sus heridas se lo permitieron. Tras unos cuantos segundos, el olor de Sakura se había hecho lo suficientemente fuerte como para volverlo loco. Se detuvo en frente de una cueva y lo supo de inmediato.
Sakura estaba ahí.
Se agachó y comenzó a avanzar de forma lenta y cuidadosa; tal y como cuando los animales cazaban. Se movía sigilosamente para que su presa no se diera cuenta de su presencia y escapara. Entró a la cueva y la observó acostada en el suelo. Su olor llenaba por completo la cueva y lo volvía más salvaje cada que lo respiraba. Estaba listo para lanzarse.
—¡Papá!
El grito de felicidad de Kawaki lo trajo a tierra firme y se detuvo de inmediato. Observó como su hijo, en su forma humana, se le acercaba y lo abrazaba. Naruto quedó pasmado por unos momentos. Su cuerpo volvió a su tamaño normal y sus garras se retrajeron. Correspondió el abrazo de su hijo colocando una de sus patas sobre su espalda.
—¿Te encuentras bien? Estás sangrando mucho.— Mencionó preocupado mientras se apartaba de su padre.
—No te preocupes por mi. Estas heridas no son nada. Confía en tu padre.— Le sonrió con dolor, pues el zarpazo de su boca lo tenía agonizando.— Más importante, ¿Cómo estás tú?
—Estoy bien. Me sangraba el cuello, pero ya lo detuve.
Naruto observó el cuello de su hijo, el cual estaba cubierto por una manga arrancada de su yukata. Quitó levemente la tela y observó unas marcas muy notorias de mordida. Sin pedir permiso alguno, lamió las heridas de su hijo.
—¡Papá! ¡Detente, me haces cosquillas!— Se rio levemente mientras se apartaba de su padre.
—Perdón. Pero ahora ya no sentirás tanto dolor.
La saliva de Naruto aliviaba el dolor de las heridas en sus cachorros. Incluso si Kawaki no era su hijo biológico, tenía un fuerte lazo con él, por lo que funcionaría de igual forma.
—La humana rosada necesita ayuda.
Naruto observó a Sakura, la cual estaba en un charco leve de sangre. Su instinto por poco y volvía a salir, pero logró controlarse por su hijo. Se acercó a la Haruno y, con una de sus colas, la tomó y la colocó sobre su lomo. Kawaki también subió al lomo de su padre. El rubio comenzó a correr rumbo a su casa.
Sus sentidos estaban estropeados, pues el aroma de Sakura lo inundaba a tal punto que a veces lo desorientaba. Reprimía lo más que podía sus ganas de detenerse y morder alguna extremidad de Sakura. Y se alteró mucho al sentir la sangre de la chica bajando por su pelaje.
No supo como se controló tanto tiempo, pero logró llegar al inicio de todo. De un gran salto logró llegar a arriba, sorprendiéndose de ver a sus 3 consejeros. Los presentes los observaron con alivio.
Pero de la nada, Temari se lanzó a Naruto.
El rubio la esquivó de un salto. La chica rubia se transformó en lobo y estaba por atacar de nuevo, pero Shikamaru se lo evitó. La tumbó en el suelo mientras la tomaba por el cuello; inmovilizándola por completo.
—Debe ser el olor de la sangre de la humana. Gaara, llévatela de aquí de inmediato.— Ordenó el cambiante mientras evitaba las garras de Temari.
El pelirrojo asintió y se acercó a Naruto. Seguidamente, retiró a Sakura de su lomo y la cargó al estilo nupcial.
—Naruto, tú también deberías ir a la aldea. Boruto y Haru se encuentran ahí junto con Hinata.
—Sí. Solo quiero que me hagas un favor. ¿Podrías llevar a Kawaki contigo?
—¿Eh?— Dijo el menor mientras miraba a su padre.
—Sí.
—Papá, ¿por qué?
—Solo ve con él, ¿sí?
El azabache dudó por unos momentos, pero terminó bajando del lomo de su padre y se fue con Gaara. Naruto se fue corriendo cuando los perdió de vista; dejando a Temari y a Shikamaru solos.
El alfa sentía que volvería a perder el control. Necesitaba encontrar a su esposa con rapidez, y no podría hacerlo tan rápido con su hijo en la espalda. Llegó a la aldea y todos lo miraron horrorizados. Escuchó varias exclamaciones llenas de horror al ver sus heridas. Ignoró todo y siguió corriendo sin parar. Percibió el olor de su esposa y lo siguió sin dudar. Entró a una choza grande—la cual pertenecía a la curandera de la aldea— y la encontró sentada en la sala de espera.
—¡Naruto-kun!— Exclamó horrorizada al ver a su marido con tantas heridas. Se levantó de inmediato y se acercó a él.— ¿¡Qué te pasó!? ¡Ahora mismo llamaré a Tsunade para que te revise de inmedia-... !
Naruto ignoró todo lo que su esposa decía. Se transformó en humano y la estampó contra la pared. La chica soltó un ligero gemido de dolor por el golpe, pero observó a su esposo con confusión. Sus ojos estaban rojos; mostrando la desesperación y estrés que estaba sufriendo.
—Perdóname, Hinata.
Seguidamente, mordió el cuello de Hinata; justo encima de una marca que ya tenía y estaba a la vista de todos. La sangre comenzó a bajar lentamente por el cuello de la Uzumaki. Estaba confundida, pero suponía que su marido necesitaba eso, por lo que solo lo tomó de la cabeza y acarició su cabello; intentando reprimir el gran dolor de la mordida.
Mediante pasaba el tiempo, Naruto comenzaba a sentirse relajado. El olor de Sakura fue reemplazado por el de su bella esposa y el sabor de su sangre. La soltó del cuello y pasó su lengua sobre la gran mordida ensangrentada. Posteriormente, hundió su nariz en su cuello.
—Perdón si te lastimé.— Murmuró con un deje de culpa.
—No te preocupes. Intuyo que lo necesitabas.
Naruto pensó en como casi devoraba por completo a Sakura y las consecuencias que tuvo solo una gota, muy mínima, de sangre en él.
—Sí. Lo necesitaba.
Continuará...
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