Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3

—Naruto, eres un idiota sin remedio.

La voz enfadada de Shikamaru retumbó por toda la sala. El rubio Uzumaki soltó un suspiro largo ante lo dicho por su consejero.

—¿Sabes las consecuencias que trajiste al traer a esa humana aquí? No, claro que no, pero las hubieras sabido si me hubieras dicho que la ibas a traer.

El de cabellos azabaches se sentó con fuerza en su asiento y se cruzó de brazos. Naruto solo había llegado a la sala del consejo y Shikamaru ya lo había regañado con tres palabras fuertes de por medio. Cuando Naruto le dijo a Sakura que tenía que ir a la aldea de su manda, se negó de inmediato. El rubio no supo como terminó de convencerla. Hizo que se subiera a su lomo y luego se fue corriendo a la aldea.

Los gritos de Sakura y su potente agarre le dejaron moretones y con poca audición, momentáneamente.

Al llegar, la dejó encerrada en un cuarto custodiado por dos hembras de su manada. Y al llegar a la oficina, observó a todo su consejo, el cual estaba compuesto por 5 personas, sin contarlo a él. Los 5 lo voltearon a ver, algunos con el ceño fruncido y otros con una cara de preocupación. Se sentó en su asiento, el cual era una especie de trono de madera oscura, y luego cruzó sus dedos; expectante. Fue ahí en donde Shikamaru le dijo que era un idiota.

—Naruto, acabas de poner a toda la manada en peligro.

El mencionado no dijo nada; esperando a que le explicaran el por qué de eso.

—Los licántropos del clan de los tigres la olieron y la están buscando.— Habló Temari, quien estaba sentada al lado de Shikamaru.— Por eso te atacaron hoy. Iban en busca de la humana.

—¿Eh? ¿Pero por qué?

—Ellos saben lo importante que es para los vampiros y los beneficios de su sangre.

Shino, un hombre misterioso que siempre se cubría la cara y usaba lentes, fue el responsable de esas palabras. Naruto lo volteó a ver confundido.

—¿Beneficios? Pensé que solo la cuidaban por ser la Sangre Dorada. Explícate, Shino, ¿de qué beneficios hablas?

—Fue algo que se descubrió hace poco.— Habló Shikamaru en lugar de Shino.— Su sangre es muy extraña. Cuando se ingiere, el que lo ingirió se vuelve mucho más poderoso y su tamaño aumenta.

—¿Qué?

Naruto se sorprendió mucho por lo que dijo el hombre a su derecha. Lo miró con los ojos abiertos y con mucha estupefacción. 

—¿Cómo lo saben?

—Yo probé un poco de su sangre.— Habló Temari.— Cuando estaba haciendo una revisión básica a los miembros que te llevaste, uno de ellos tenía sangre que no era de él. La removí, pero quedó pegada a mi mano. La lamí para quitarla y fue entonces cuando la probé. Mis sentidos se agudizaron de una manera que nunca había pasado. Me transformé sin pensarlo y mi tamaño aumentó. Mi ropa quedó desgarrada debido a eso.

Todos los de la manada siempre utilizaban yukatas en extremo grande. Esto para que, cada que se transformaran, su ropa permaneciera intacta y así no estar desnudos al volver a la normalidad. Por lo que Temari debió de haber crecido el doble para romper su ropa.

—Su fuerza también se incrementó. Sin mencionar que pareciera ser que perdió la cabeza por unos segundos, ya que me atacó al verme.— Dijo Shikamaru.

La rubia bajó su mirada ante eso.

—No puede ser. ¿Y eso ocurrió solo por una gota?— Shikamaru asintió.— Demonios... Shino, ¿tú sabías sobre eso? ¿o tal vez tú, Sai?— Dijo mientras volteaba a ver a un azabache de ojos negros.

—No. Nunca escuché que la Sangre Dorada tuviera esa reacción en los licántropos. Aunque bueno, un licántropo nunca ha ingerido ese tipo de sangre. En los vampiros no tiene esa reacción. Hicimos la prueba y no ocurrió nada.— Habló el azabache de piel pálida.

—Sí. Probamos tanto en Sai como en mi, pero no nos ocurrió nada.

Shino y Sai pertenecían a la raza de los vampiros. Cuando los licántropos y los vampiros se aliaron, se intercambiaron algunos miembros de dichos clanes para pactar la alianza. 

—¿Y qué hay de Gaara y Shikamaru?

—A nosotros tampoco nos afectó.— Habló un pelirrojo de ojos celestes.

A diferencia de Shino, Sai y Temari, Gaara y Shikamaru eran de la raza de los cambiantes. Fueron intercambiados con el mismo propósito de pactar una alianza.

—Entonces solo afecta a los licántropos...— Murmuró Naruto con una mano en la barbilla.

—Sí y ese es el problema. De alguna manera, los licántropos tigres se enteraron de la existencia de la humana. Nadie sabe como llegó ese rumor a sus oídos, pero ahora la están buscando. Naruto. Ellos harán todo para obtenerla. Incluso nos atacarán solo para tener a esa humana.— Dijo Shikamaru con seriedad.

—No solo eso, también querrán marcarla.— Mencionó Sai.— Los licántropos son muy sensibles ante el olor de los humanos. Al sentirla, y oler que no tiene ninguna marca, querrán marcarla ellos mismos. Por eso dijimos que la trajeras. No está a salvo en tu casa.

—Además, por lo que puedo sentir, su olor es muy fuerte y dulce; algo que será irresistible para los machos, incluso si ella no está en celo, o como le digan los humanos.— Dijo Temari mientras movía levemente su nariz.

Naruto debía admitir que Temari tenía razón. El olor de Sakura era fuerte y dulce, pero él no le tomó importancia ya que estaba acostumbrado al olor de su esposa. Pero no pensó en los machos no emparejados de su manada.

—Si esa humana se queda aquí, tarde o temprano alguien la marcará, y dudo mucho que ella quiera, o siquiera comprenda, eso.— Habló Gaara.

—Lo mejor es que la saques de la aldea. Por muy alejada que esté tu casa, el olor se siente a kilómetros.— Mencionó la única chica del consejo.

—No puedo sacarla de aquí. Le prometí a los Uchiha que la mantendría aquí mientras las cosas se calman en el reino de los vampiros.

—Naruto. Si ella se queda, no solo querrán matarla, sino también violarla, dominarla, marcarla y todo lo salvaje que los licántropos machos necesitados hacen. No importa que este en la casa de un alfa, ellos te atacarán. Ya no solo la aldea está en peligro, tu familia también lo está. La buscarán en cada rincón del lugar y no se irán hasta tomarla. Sabes lo obstinados que son los machos licántropos y lo agresivos que se ponen cuando se trata de una hembra sin marcar.— Temari había tenido muchas de esas experiencias con machos desesperados, por lo que habló con la pura verdad.

Naruto se quedó callado y pensativo. Por mucho que quisiera devolverla, los Uchiha la habían dejado bajo su protección. Él les había jurado protegerla mientras ellos se estabilizan. No podía dejarla en la intemperie ni nada similar.

—Devuélvela al reino de los Uchihas.— Sugirió Sai.

—No puedo hacer eso.— Dijo Naruto de inmediato.

—¿Por qué no?

—Si la devuelvo, morirá. Por esa razón es que está aquí, en primer lugar, para protegerla.

Los presentes lo miraron extrañados.

—Explícate, Naruto.

Soltó un suspiro.— No sé como explicarlo. Itachi no me dio muchos detalles de qué es lo que pasó, pero por la reacción de Sasuke, puedo decir que es mejor que se quede aquí. 

—¿Ocurrió algo con el rey?— Preguntó Shino.

—No sé qué fue lo que le pasó, pero se descontroló por completo al verla. Se le lanzó con locura y la atacó, por lo que puedo deducir. Casi la mata. Según vi, si Itachi no hubiera llegado, Sakura ni siquiera estaría viva. Por lo que tengo entendido, la mitad del reino reaccionó de la misma forma que Sasuke. Si Sakura pone un solo pie en su territorio, ellos la buscarán para drenarle la sangre hasta que muera. Actualmente, están muy violentos y fuera de sí.

Los cinco abrieron sus ojos con sorpresa.

—¿Qué? Pero Shino y Sai están bien. Cuando les dimos un poco de la sangre no reaccionaron violentos ni nada similar. Estaban normal.— Dijo Gaara.

—Itachi tampoco tiene la menor idea de por qué solo algunos reaccionaron de esa forma, pero teniendo en cuenta que el mismo Sasuke casi la mata, no es factible el que esté en el reino. Itachi no es suficiente para protegerla de todos los vampiros y de su propio hermano. Todavía se están estabilizando. Aunque solo es necesario que Sasuke se estabilice. Cuando él esté bien, Sakura será enviada al reino de los vampiros. Pero por el momento, ella debe quedarse aquí.

—Naruto, si ella se queda contigo estaremos en riesgo de ataque. El ataque puede ser más que fuerte. Los de nuestra manada son poderosos, pero si nos superan en número no podremos ganar, en lo absoluto. Debes de sacarla de aquí por el bien de la aldea.

—Shikamaru, ya dije que ella no se irá. He hecho una promesa, y yo siempre cumplo mis promesas.

—¿¡Vas a poner en peligro a la manada solo por una humana!?— Gritó Shikamaru con enojo.

—¡No podemos poner en peligro a la manada!— Exclamó Temari.

El lugar se llenó de quejas de los cinco miembros del consejo. Naruto no podía pensar bien con tanto ruido. Se tomó la cabeza por unos segundos; intentando controlar su desesperación por no saber que hacer. No podía poner en peligro a su manada, pero le había hecho una promesa a su mejor amigo. No podía faltar a su palabra y mucho menos en una situación tan complicada con algo tan importante. Comenzó a respirar con pesadez. Por su mente pasaban todo lo que sus compañeros le habían dicho.

Su familia, su promesa, su manada, la seguridad de Sakura, todo. 

La discusión de sus compañeros comenzó a irritarlo. Cerró sus ojos con estrés, pero aún así, tomó una decisión.

—¡¡Silencio!!

La voz de Naruto se volvió en extremo ronca y pesada. Los cinco dejaron de discutir ante la voz tan intimidante y autoritaria.

Naruto había utilizado su voz de alfa.

De entre todos, Temari fue la única que se vio severamente intimidada por Naruto. Después de todo, era su alfa directo, sin mencionar que la voz de los machos tenía mucha pesadez en las hembras. La rubia bajó su mirada y se hundió en su asiento. Si hubiera tenido sus orejas de lobo, estaba segura que las habría bajado de inmediato. Los otros cuatro no estaban intimidados, pero lo estuvieron al ver como la cola de Naruto comenzaba a hacer un movimiento extraño. 

Su cola dio varios giros y, tras eso, varias colas se vieron. Nueve, para ser precisos. Las colas ondeaban de forma tétrica y eso hacía ver a Naruto más intimidante y con un porte de alfa extraordinario. Su mirada se volvió roja y su pupila se alargó. Sus bigotes se encontraban muy marcados y sus colmillos crecieron al punto de ser de unos 5 centímetros y sobresalir de su boca.

Los cambiantes y los vampiros se hundieron en sus asientos y bajaron sus miradas.

—He tomado una decisión.— Prosiguió con su voz profunda.— La humana se quedará. Punto. No hay discusión. ¿Entendido?

—Entendido, alfa.— Dijeron todos a la vez con sus vistas en la mesa.

Naruto cerró sus ojos y enrolló sus colas en una sola de nuevo. Se sentó en su asiento y abrió sus ojos, los cuales ya volvían a ser azules.

—Ningún maldito felino nos derrotará. No mientras yo esté aquí. Si es necesario, vigilaremos toda el área las 24 horas del día. Si nos atacan, nos defenderemos. No somos cobardes. Pelearemos como lo que somos, bestias. No importa qué, pero Sakura no se irá de aquí hasta que yo lo ordene, ¿entendido?

—Entendido.

—Bien. La reunión queda finalizada.

Naruto se levantó de su asiento y, sin esperar respuesta alguna, se fue del lugar. Los del consejo seguían con la mirada baja. 

Su alfa daba miedo cuando se lo proponían.

Naruto, al salir de la reunión, se dirigió de inmediato a la habitación de Sakura. Se aseguró que estuviera lo suficientemente alejada y resguardada como para que no escuchara nada de lo que hablaban, pues sus voces eran fuertes y sabía que el oído humano era bueno en los jóvenes. 

Al llegar, le pidió a las guardias que se retiraran y estas obedecieron sin dudar. El rubio entró al cuarto sin tocar y, al hacer eso, una almohada le cayó justo en la cara. No se movió ante el impacto, pero cuando cayó la almohada, observó a Sakura sentada en una esquina de la cama.

—Oh, es usted...— Dijo con alivio.— Sáqueme de aquí por favor, Naruto-sama. No me siento... cómoda. Siento que me observan.

No la observaban, más sin la olían los machos que pasaban cerca.

—No te preocupes. Ahora nos iremos de aquí. Y, puedes llamarme Naruto, no ese necesario el "sama".

Sakura no estaba muy segura en si debía quitar el "sama". Después de todo, Naruto era un alfa y tenía 2000 años de vida.

—Bueno...

—Ahora. Antes de irnos, necesito hacer algo. Ponte de pie.

Sakura, dudosa, le hizo caso al rubio.

—No quiero que te asustes, ¿sí?— Dijo mientras se acercaba lentamente a la pelirrosa.

Esas palabras solo la asustaron. Retrocedió levemente y colocó sus manos en frente de ella. Naruto solo se acercó más y, causando un gran susto en Sakura, la abrazó. La chica se quedó petrificada por la repentina acción. Sintió como la cola de Naruto comenzaba a rodearla lentamente desde el vientre hasta llegar a su pecho. Se sonrojó levemente y se quedó inmóvil. No podía articular palabra alguna. Estaba muy sorprendida por la acción de Naruto. Tras unos segundos, Naruto se separó de Sakura, quien seguía inmóvil y pasmada.

—¿Nos vamos?— Le sonrió levemente.

Sakura solo lo miró y asintió levemente.

Ambos salieron de la habitación y, posteriormente, del edificio del alfa. Tal y como cuando llegó, Sakura sintió las miradas de todas las personas que estaban afuera. La aldea era pequeña, pero podía observar que habían, por lo mínimo, 50 personas, contando a niños, adolescentes y adultos. Pero había algo diferente, y Sakura lo notó. Las personas ya no la miraban tan fijamente como antes, ahora la miraban con curiosidad o sorpresa. La pelirrosa no entendió el por qué, pero tampoco se esforzaría en comprender a criaturas míticas. 

Esta vez, ambos se fueron caminando a la casa de Naruto. Sakura se resignaba a subirse al lomo de aquel zorro gigante y se aseguró de decirle a Naruto. El rubio comprendió, pues ni siquiera su esposa se acostumbraba a ir en su lomo. Cuando iban de camino, Sakura pudo notar que todo el lugar estaba rodeado de muchos árboles enormes. Eran de un tamaño superior a los que ella había visto antes. Se quedó embelesada por toda la flora del lugar. Habían muchas flores con colores fosforescentes y formas nunca antes vistas por ella. Era claro que esas flores solo crecían en ese mundo mítico.

Tras unos minutos, ambos llegaron a la casa del alfa, la cual era una cabaña de madera muy linda y grande. Sakura se sintió, de alguna forma, a salvo al entrar a la cabaña. Supuso que era porque Hinata estaba ahí y ella era la única humana que había en ese bosque y le tenía cierta confianza.

Dejando de lado que quiso golpearla en la madrugada.

Su suspiro de tranquilidad no pasó desapercibido por Naruto, quien solo sonrió levemente.

—¡Ya llegué!

—¡Papá!

Boruto y Haru llegaron corriendo en su forma animal. Ambos se le lanzaron a Naruto para abrazarlo. El rubio mayor correspondió el abrazo con mucho gusto y felicidad. Sakura no pudo evitar sonreír levemente ante la escena tan tierna que estaba presenciando. Kawaki llegó caminando en su forma lobuna, pero se detuvo al llegar a la puerta. Observó fijamente a Sakura, entrecerró sus ojos y luego se acercó a ella con rapidez. La Haruno casi se cae por el repentino acercamiento del menor. El lobo gris daba vueltas y vueltas sobre Sakura; oliéndola sin poder creérselo.

Tenía el olor de su padre.

Retrocedió. Observó a Sakura; pasmado por lo que su nariz captaba claramente. Sus orejas cayeron y su ceño se frunció de sobremanera. 

No podía creerlo. 

El aroma de su padre estaba envuelto en el cuerpo débil de aquella humana rosada. Y su aroma estaba muy bien impregnado. Era como el olor en su madre. Para el pequeño lobo, era inevitable no pensar mal. De su boca salió lo único en lo que pensaba en ese momento y en lo que pensaría durante dos semanas.

—Puta.

Sakura lo observó confundida por el reciente insulto hacia su persona. Kawaki, tras darle una mirada asesina a ella y a su padre, se fue del lugar. La oji jade solo se mostró confundida, pero, nuevamente, no le tomó mucha importancia al pensamiento de esas criaturas. Dejando a Naruto y a sus mellizos solos, Sakura se fue en busca de Hinata. La encontró sentada en la sala mientras tejía algo, o eso intentaba. Por alguna extraña razón, Kawaki—quien estaba en su forma híbrida— estaba abrazando a su madre por la cintura con mucha fuerza. Hinata solo acariciaba su cabeza con algo de confusión, aunque también se sentía alegre. Kawaki no era de mostrar afecto de forma tan fuerte.

—Hola, Hinata-sama.

—Por favor solo dime Hinata, Sakura-san.

Sakura sintió los ojos filosos de Kawaki clavarse en ella como si de cuchillos se tratara. No comprendía el odio extremo que Kawaki le tenía. Comprendía la desconfianza, más no el odio. Hinata, ignorante ante la mirada de su hijo, le pidió a Sakura que se sentara con ella para hablar. La chica se sentó, más estuvo un poco incómoda por la mirada de Kawaki y por el abrazo que le dio Naruto, el cual lo sintió algo íntimo.

Estuvieron hablando por varias horas. Con el tiempo, Sakura logró ignorar la mirada de Kawaki, por lo que conversaba tranquilamente con Hinata de cualquier cosa. El pequeño lobo nunca dejó de abrazar a su madre. Se quedó con ella todo el tiempo. Ambas estuvieron charlando hasta que llegó la hora de la cena. Hinata se había levantado para ir a la cocina; dejando a Kawaki con su padre. Sakura ofreció su ayuda y Hinata la aceptó sin problema. Para la cena volverían a comer carne, solo que esta vez era de conejo. 

—Lamento mucho que solo estés comiendo carne y que no haya muchas bebidas. Pero vivo con 4 carnívoros y no hay ríos cerca. Además, si les doy de comer vegetales a ellos, se enferman.

—¿En serio?— Miró extrañada a Hinata.

—Sí. Cuando comencé a vivir con Naruto, quise darle algunos vegetales. Él se negó de inmediato. Pensé que era que no le gustaban, por lo que lo obligué a comer lechuga y tomate. Pasó con diarrea por una semana.

—No puede ser jajaja.— Rio levemente.

—Sí. Al parecer, los licántropos carnívoros no pueden comer vegetales. O por lo menos, no muchos, ya que afecta su estomago. Aunque eso no pasa con todos. Kawaki come, a veces, vegetales.

—Hablando de él... tengo una duda.

—¿Qué pasa? 

—Pues... dijiste que tus mellizos tienen 16 años. Que los tuviste a los 16 y que a esa edad te casaste con Naruto. ¿Qué hay de Kawaki? Él tiene 18.

Hinata, quien estaba cortando unos trozos de carne, dejó el cuchillo a un lado y volteó a ver a Sakura. Abrió un cajón y de ahí sacó papel y un lápiz. Comenzó a escribir en el papel y luego se lo pasó a Sakura.

No lo leas en voz alta. No me gusta que Kawaki escuche lo que voy a decir. Él es adoptado. Poco después de que me casara con Naruto, él encontró a Kawaki. Lo encontró abandonado en el bosque cerca de la época de invierno.— Leyó en la mente.

Sakura comprendió todo. Debió suponerlo. A pesar de que Kawaki tenía los colores de cabello de sus padres y una actitud tranquila— similar a la de su madre—, era físicamente diferente a los dos. Además, Sakura pudo entender un poco mejor el por qué era tan desconfiado y el por qué quería tanto a sus padres—más que nada a su madre—. Observó como Hinata comenzaba a romper el papel en varios pedazos más y, posteriormente, los quemó.

Sakura no hizo más preguntas al respecto. 

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro