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12. Finales e inicios

Angel meditaba con las manos entrelazadas frente a su boca, el ceño fruncido y la mirada clavada en la mesa de centro, mientras se cuestionaba cómo arreglar su asunto con Damian, sino es que terminaba por arruinarlo más.

—¿Sería una buena idea darle una sorpresa?

—Creí que discutieron —susurró Ethan con los ojos fijos en la misma mesa.

—No estamos peleados, como decir "PELEADOS". Está molesto conmigo, ¿pero cuándo no lo está?

—Eso es bueno.

Ethan hablaba tan bajo que apenas se notaba su presencia.

Angel ladeó la cabeza hacia su amigo.

—¿Crees que a Arek le importe?

Ethan de cierto modo envidiaba lo que Angel tenía con Damian: Dos personas que siempre encontraban el camino de vuelta al otro.

A pesar de lo que Angel sintiera por Arek, siempre tendría su lugar para Damian. Le decía tanto que no debía importarle lo que Arek pensara, y sin darse cuenta, a él sí le importaba. Quizás porque la gente como él, con poder, fueron quienes destruyeron su vida y podrían volver a hacerlo. Para Angel era diferente, sin importar lo que hiciera, Arek sentía algo por él, lo que sea que fuera, pero con él, no dudaría en hacerle daño si así tuviera que hacerlo.

—No le ha importado hasta ahora —la voz le salió pastosa.

—¿Crees que lo sabe?

—Con su obsesión por su plan, no me sorprendería. Podría apostar a que incluso está escuchándonos justo ahora.

—¿Por qué me molestaría en escuchar sus conversaciones sin sentido? —Arek entró al apartamento con las manos en los bolsillos del pantalón.

—¿Quizás porque entras aquí sin permiso? —Ethan arqueó una ceja.

—El lugar es mío, en todo caso, ustedes son los intrusos.

—Como si alguien quisiera estar aquí... —mumuró Angel a regañadientes.

—Sigues molesto —mencionó.

—No. Es como debí tratarte siempre —su mirada era antipática y reacia, una que Arek nunca conoció. Hasta ahora.

—Bueno, ya me acostumbraré.

—¿A qué viniste? —atacó Ethan mientras Angel evitaba el contacto visual con Arek, ni siquiera se molestó en voltear.

—¿Tenían planes? —preguntó.

—No, pero seguro ahora los tendremos.

Arek desembolsó dos boletos, que incluso Angel que se negaba a mirar, no pudo con la curiosidad.

—¿Qué es esto? —Ethan escudriñó el trozo de papel. Reconoció el nombre de la galería de arte de Damian y le propinó un codazo a Angel para llamar su atención, quien abrió más los ojos. Seguro era para contentarlo, a él lo incluyo porque no le quedaba de otra. Sin embargo, su reacción fue diferente a como pensó que sería.

Angel lo fulminó con la mirada.

—¿Cómo sabes de esto? —atacó, poniéndose de pie—. No te basta con nosotros, ¿ahora también investigas a mi novio?

"Novio" quizás era demasiado, pero no habían definido su relación desde su encuentro, y dudaba mucho que Damian quisiera siquiera tener una relación con él mientras estuviera del lado de Arek.

—Así que sí lo has estado viendo, ¿no es así? —levantó las cejas y Angel tartamudeó—. Como sea —se apartó—. Mi padre sospecha algo, así que los quiero lejos hasta desviar su atención de ustedes.

Tomando su saco, salió sin decir más, dejando a Angel sin palabras. Angel podía pensar lo que quisiera, por ahora solo importaba encargarse de Lestrange y su obsesión perversa cuando algo se le metía en la cabeza.

—¿Hoy andas soltando correas? —una risa resonó en el pasillo, e inmediatamente sus ojos viajaron a una figura recargada en la pared, apenas visible por la escasez de luz.

—¿No pudiste con la tuya que viniste a seguirme?

Niko soltó una carcajada seca, caminando hacia la luz, en donde el pequeño foco alumbraba.

—¿Sabes? Me encanta cuando demuestras tu amor, eres como un adorable niño pequeño que no sabe cómo acercarse a la niña que le gusta.

Arek se mantuvo imperturbable. Los pasos de Niko eran lentos y muy bien cuidados. Tenía la presencia de un sauce.

—Tienes una interpretación para todo —dijo Arek—. Pero no puedes leerme, no siento el "amor" como otras personas.

—Tienes razón. Eres desagradable, cruel, y vil, pero sigues siendo humano, ¿no?

Arek levantó el mentón, sus párpados cayendo sobre sus ojos con pesadez, y el azul helado como una nevada, mientras la mirada de Niko se encendía, apretando los dientes en una sonrisa torcida.

—¿Y viniste aquí sólo para decirme eso? —inquirió con un dejo de indiferencia.

—No, estaba aburrido y pensé en hablar un rato con Ethan —se dobló las mangas hasta los codos—. Parece ser la única persona decente aquí, ya que Angel y tú tienen esta especie de... —movió la mano en el aire— relación enfermiza.

—¿Y crees que eres diferente a nosotros? Sólo mírate, amigándote con Ethan. Te recuerdo que también es un asesino, y de los que tú conoces perfectamente.

Niko se lamió los labios.

—¿Crees que no te equivocas?, ¿que todo te sale bien? —le susurró en un murmullo cargado de amenaza.

—Así es, nunca me equivoco.

Niko torció el cuello ligeramente, dando otro paso adelante.

—¿Ah sí? —se mofó—. Pues voy hacer que sientas que soy el peor error que has cometido en tu vida.

El aliento a mentol de Niko le rozó la mejilla, un contraste inquietante con el calor que emanaba de su cuerpo. La tensión llenó el ambiente como si el tiempo se hubiera detenido en ese preciso instante, dejando solo la sensación de inminente peligro. Y cuando menos se dio cuenta, estaban demasiado cerca el uno del otro.

Niko retrocedió un paso, sin dejar de mirarlo cuando se escucharon pasos aproximarse. Se apartó con un movimiento suave, cediendo el paso a las personas que se acercaban, mientras les sonreía con amabilidad. Volvió a mirar a Arek una última vez con una sonrisa en los labios.

♧♧♧

—¿Cómo sabemos que no es una trampa? —Ethan miró el boleto en su mano mientras caminaban por la calle—. La última vez nos envió a una casi segunda muerte.

—Trampa o no, tengo que ir. Debo asegurarme que Damian esté bien —Angel fruncía el ceño determinado.

Ethan le dio la vuelta al boleto, guardándolo en su bolsillo. Ambos vestían la calurosa ropa negra que les tapaba brazos y piernas por completo sin dejar un solo trozo de piel a la vista, comenzaban a hacerse costumbre las miradas de la gente.

—¿Aquí es? —preguntó Ethan al ver al gentío en la entrada, echándole un vistazo al letrero "Exposición de arte".

Ambos sacaron sus boletos y los entregaron al hombre en la entrada. Al entrar, Ethan no se apantalló, lo visual no era lo suyo. Angel no prestaba atención, más concentrado en encontrar a Damian.

—Iré a buscar a Damian, ¿nos vemos al rato? —Angel no lo miró, entendiendo el silencio de su amigo como aprobación.

Ethan observó los alrededores algo aburrido en cuanto Angel se alejó. Los cuadros a su vista no eran malos, pero por más que los veía, no encontraba una interpretación, siendo cada vez estos más abstractos, así que decidió dejar de mirar. Caminó por un rato, dando vueltas sin ningún sentido cuando sus ojos se detuvieron en una pintura de un mar; pero no era cualquier mar: tenía las huellas de dos personas marcadas en la arena, y en las olas suaves se podía apreciar la sombra de dos personas, una con el brazo arriba y la otra quieta mientras se sostenían de las manos. Un engaño de su mente le hizo ver que el mar se movía, el sol era tan radiante como el de su sueño.

Una persona se situó junto a él, justo como en la pintura. No le prestó importancia al principio, pero cuando se giró, su corazón comenzó a latir acelerado al reconocer a Damon, quien se mantenía absorto en la pintura, hasta que sintió los ojos sobre él. Sus ojos se expandieron e inmediatamente apartó la mirada.

—Lo siento, no estaba siguiéndote —explicó con voz ronca—. No sabía que te gustaban estas cosas. Bueno, en realidad no sé nada sobre ti —sus ojos siguieron a una persona al pasar—. Te dejaré solo.

—No, yo lo siento —se apresuró a decir antes de que pudiera irse. Damon parecía sorprendido por sus palabras—. No deberías disculparte por ser amable. No debí hablarte de esa forma.

Damon se mordió la mejilla, sin mucha seguridad de qué hacer.

—¿Te gusta ese cuadro? —comenzó a sonreír. La atención de Ethan se volvió al mencionado.

—Sí —respondió, analizando la sombra de los dos hombres.

—Le pedí a mi hermano que lo pintara —contó Damon—. Bueno, no exactamente. Le conté una historia y decidió hacerlo.

—¿Qué clase de historia? —preguntó con sutileza, sin intención de sonar entrometido.

Damon se quedó callado, sin esperar la pregunta. Como fuera, al final sonrió antes de empezar.

—Cuando era niño me gustaba mucho el mar; solía visitarlo mucho con mi familia. La última vez que fui conocí a un niño, creí que no volvería verlo pero... —inclinó el mentón, sonriendo—, años después lo encontré, era el chico nuevo de la escuela, y yo como el entrometido que soy, quise ser su amigo. Me dije a mí mismo que cuando volviera al mar, quería hacerlo con él. Él no recordaba que nos conocimos en ese lugar, así que esperaba contarle.

Sin querer los ojos de Ethan se llenaron de lágrimas. No podía ser él, él...trató de recordar a aquel niño, pero ese recuerdo se desvanecía cada vez más.

—¿Por qué no se lo dijiste...?

Damon sonrió, pasándose el nudo en la garganta, y cuando lo miró sus ojos brillaban.

—Él murió —respondió.

Ethan no encontró una forma de consuelo a un lamento que él mismo provocó.

—Lo s...

—Está bien, muchas personas se han disculpado ya. No tienes que hacerlo.

Pero sí tenía qué, fue por él, por él ocurrió todo esto. Si él...

—No me gustaría que él se sintiera culpable por lo que pasó.

Los pensamientos de Ethan se quedaron atascados en su mente.

—Como sea, no deberíamos hablar de eso —Damon encogió los hombros—. No quiero que pienses que soy alguien que se lamenta por el pasado. Apenas nos conocemos, no quiero ahuyentarte.

No hacía falta. Él lo hacía por sí mismo.

—Da igual...¿Quieres ver otros cuadros? —hizo su pulgar hacia atrás—. Mi hermano está por dar una presentación.

No muy seguro, asintió, lo hizo porque en el fondo, estar a su lado es lo que deseaba hace mucho tiempo, y en la misma medida le aterraba; una voz en su cabeza constantemente le repetía que solo lo lastimaría, sino es que ya había comenzado a hacerlo, pues los demonios habían regido sus pensamientos desde que tiene memoria, y los ángeles salían únicamente cuando se trataba de Ellie o de su madre.

Pero Ethan no quería volver a ser controlado de nuevo.

♧♧♧

Angel capturó a Damian hablando con el chico de antes entre la multitud; este le hablaba demasiado cerca que podrían besarse. Se acercó a paso calmado, y al situarse junto a ellos, el chico levantó la mirada. Sus ojos se conectaron por un instante, antes de que Damian interrumpiera.

—¿Qué haces aquí? —susurró, más sorprendido que molesto.

—Necesito hablar contigo, y... —miró a Bastian, siendo consciente de que los escuchaba—. Lo siento, no nos habían presentado —extendió la mano y Bastian la tomó cordialmente.

—No, al parecer no. No sabía que Damian tuviera más amigos.

—En realidad soy...

—Un amigo muy lejano —sentenció Damian, lanzándole una mirada de advertencia. Angel pestañeó confundido, ¿en serio lo llamó de esa forma tan poco cariñosa?

—Entonces supongo que viniste a ver la exhibición .—Bastian sonrió ampliamente mostrando los dientes como todo un príncipe encantador.

—Sí, es un fanático del arte —enfatizó Damian, cruzándose de brazos—. Oye, Bastian, ¿por qué no vas al salón a recibir a la gente? —propuso sin apartar la mirada de Angel—. Tengo que hablar con mi amigo.

Okey, Damian estaba siendo cruel, y aunque se lo merecía, no lo hacía menos doloroso.

Bastian pasó por alto la actitud condescendiente de su amigo y marchó lejos de ambos.

—¿Desde cuándo soy un amigo? —preguntó Angel.

—Ah, perdóname que no quiera que mi amigo sepa de ti. Tal vez le habría contado si no estuvieras por ahí teniendo aventuras con tu mejor amigo mientras asesinan personas.

Angel se acercó para hacer la conversación más íntima al notar que Damian elevaba el tono.

—Estás molesto, y lo entiendo, pero no hagamos un escándalo.

Damian levantó las cejas ofendido.

—¿Perdón? Creí que tenía el derecho de sentirme de esta forma luego de que me abandonaras, como siempre haces.

—No fue mi intención hacerlo, pero no puedo tener una vida como la tuya.

—Oh, tienes razón —soltó irónico—. Entonces no entiendo por qué sigues metiéndote en mi vida.

Angel no pudo refutar contra ese hecho.

—No podemos vernos a no ser que sea a escondidas, ni siquiera tomarnos de las manos o hacer esas estupideces que hacen las parejas —dio un paso y susurrando añadió—. Ni siquiera tener una cita. Ahora entiendo por qué el romance siempre me ha parecido un asco; nunca en mi vida nadie me ha amado como lo muestran en las películas, y tu amor...en especial el tuyo, todo lo que me das, son sobras. Y lo peor de todo, es que aun así te quiero, quiero la idea de lo que podríamos ser, pero hasta ahora, no me has mostrado más que el amor duele, y que te hace daño, te destruye y te abandona. Al final...solo quedo yo. Yo y mi poco amor propio que aún espera alguna de tus mínimas muestras de afecto.

—¿Qué? No...

—¡Y no te atrevas a decirme lo contrario! —vociferó. Angel retrocedió un paso, los ojos de Damian se habían puesto rojos mientras lágrimas amenazaban con salir—. Ya no quiero escucharte decir la misma basura de siempre que me haga reconsiderarlo, así que déjame en paz. Si no piensas amarme como lo merezco, más vale que salgas de mi vida —le chocó el hombro al pasar, apartándolo con la mano.

Angel sintió que su corazón abandonó su cuerpo cuando se marchó y no hizo nada. Giró y Damian estaba subiendo a un pequeña tarima, mientras Bastian le tomaba la mano susurrándole algo al oído, pero Damian continuaba molesto.

Durante la exhibición, Angel no pudo evitar mirar con tristeza a Damian, quien pretendía como si él no estuviera ahí. Bastian le lanzaba sonrisas sutiles, y por momentos pensaba que era mejor opción para él. Se perdió entre las palabras, hasta que alcanzó a ver a Ethan con...¿Damon? No pudo aguantarse y caminó rápidamente hacia ellos disimuladamente, atrapando la mano de Ethan para llevarlo afuera.

—¿Damon sabe que eres tú? —le preguntó, soltando su mano.

—Por suerte, no. Pero podría intuirlo si nos ve cerca.

—¿Dices que finjamos que no nos conocemos?

—No quiero arruinarlo lo tuyo con Damian —murmuró.

—No necesito ayuda para arruinarlo. Él ya está bastante molesto —respondió con pesar.

—¿Y no has pensado en volver con él? Me refiero, a realmente hacerlo. Dejar todo esto atrás...

—¿Qué? ¿Y qué hay de...

—Yo estaré bien —Ethan lo interrumpió—. Podría quedarme con Arek. Cuando lo ves desde otra perspectiva, no es tan malo estar ahí. Digo, al menos tengo algo que comer, y la cama es cómoda.

—No —Angel se acercó, susurrando—. Yo te metí en esto, y yo voy a sacarte. No voy a dejar...que otra vez te sacrifiques por mí. —Angel lucía horrorizado con la sola idea.

—Pero no lo haría por ti. En verdad ya no tengo a donde ir, con Arek al menos tengo un lugar donde vivir.

Angel no tenía idea si solo lo decía para hacerlo sentir bien, o en verdad hablaba en serio, porque si lo fuera, sería lo más lamentable. Significaría que Ethan se conformaba con lo poco que le dieran porque ya no esperaba nada de la vida y que ya no había nada por lo que soñar. Recordó cuando se conocieron y le dijo que nunca había tenido un sueño, aquello lo entristeció y quiso compartir sus sueños con él.

—Ethan, yo...

—Ah, ¿tú también tienes un nuevo amigo?

Angel se paralizó al oír esa voz a su espalda.

Al girarse, Damian alzaba la ceja, mirando despectivamente a Ethan. Y lo peor de todo, Damon estaba a su lado.

—¿O también es uno de ellos?

Damon miró a su hermano sin entender, obviamente no estaba al tanto de la situación, pero tampoco sorprendido porque Angel hubiera aparecido. Su inquietud surgió cuando vio a Ethan (Eiden) tras él.

—Damian, ¿qué está pasando? —le susurró.

—Tampoco lo sé —Damian se mantuvo firme.

Angel no pretendía ponerse en su contra, pero tampoco podía permitir que la identidad de Ethan fuera expuesta, al menos no hasta que él estuviera dispuesto a revelarla.

—No. Él...es completamente normal. No lo metas en esto, por favor —pidió, suavizando su expresión.

—¿Entonces qué hace contigo?

¿Por qué a él si puedes verlo y a mí no? quiso preguntar con un dolor punzante en el pecho.

Angel estaba acorralado, la situación lo sobrepasaba, sin saber cómo defenderse porque cualquiera cosa que dijera sería utilizada en su contra.

Los nervios le carcomían el cuerpo, la cabeza le daba vueltas y una sensación de nauseabunda le subió a la garganta.

—Damian, hay muchas personas allá adentro —habló de pronto Damon, liberando la tensión—. Tal vez quieran hablar contigo.

Damian le sostuvo la mirada a Angel un instante más antes de detenerla en Etan y darse la vuelta. Damon lo siguió, no sin antes mirar a Ethan como si lo lamentara, y después ambos se perdieron al atravesar la puerta.

—Lo siento, de haber sabido que Damon estaría aquí habría venido solo —Angel inclinaba la mirada, mirando el suelo.

—Está bien —dijo Ethan—. De todas formas no creo que vuelva a acercarme a él. Al menos no mientras esté Damian.

Angel resopló.

—Lamento eso también —hizo una mueca.

—No es tu culpa. Tiene razones para estar molesto, y tú tienes razones para no contarle lo que sucede.

—Tal vez Arek tenía razón —dio media vuelta con los hombros decaídos—. Fue un error acercarme de nuevo. Al final esperé tanto tiempo e igual no cumplí sus expectativas.

—Creo que si esperas cumplir las expectativas nunca lo harás. Es claro que tuvieron vidas diferentes, no van a esperar lo mismo de la vida.

—¿Hablas de que sería mejor idea que me involucre con un asesino? —preguntó con gracia, recuperando su típica coquetería.

—Puede ser. Ambos se volverían más locos, o terminarían matándose uno al otro.

A pesar de todo, Angel trató de reavivar el ánimo, tenía que intentarlo cuando Ethan, aun siendo como era, también lo intentaba.

♧♧♧

La llovizna caía en las calles de la ciudad como un repiqueteo constante mientras el aroma a tierra mojada se esparcía por el aire y las copas de los árboles se sacudían, pero el ruido de las gotas al caer era opacado por sus propios pasos resonando en su cabeza. "No tenemos debilidades", le había dicho su padre, "Deshazte de ellas".

—Me has seguido todo el día —Arek se detuvo, y los pasos tras él también—. ¿En serio crees que no noté tus intenciones?

Se giró, y ahí estaba Niko, con una sonrisa vacilante, la ropa húmeda, y el pelo mojado le caía en la frente mientras escurría por su cara.

—¿No dijiste que querías protección? —su voz sonó ronca—. Porque...es lo que esperas que haga, ¿no? Ya que todo el mundo aquí quiere tu cabeza.

Arek estrechó los ojos.

—No estás aquí por el dinero —dijo.

Los ojos de Niko chispearon.

—Parece que me conoces más de lo que pensaba.

Niko se acercó intrigado, y a la vez atraído por el aura oscura que irradiaba Arek. Estando lo suficientemente cerca, podría tomarlo y ahorcarlo hasta que suplicara. Poner a suplicar a alguien como él era una idea que le fascinaba demasiado.

—Stefan me contó algo.

Se detuvo abruptamente. De pronto su máscara de diversión cayó al piso, y Arek pasó sobre ella, para ser ahora él quien tuviera el control de la situación.

—Dijo que tú y tu familia compartían el dinero con el pueblo —contó, expresando su dominio.

Niko arrugó la frente violentamente, formando un puño en su mano.

—También dijo que eras débil —ahora era Arek quien sonreía. Sus ojos cobraron un azul oscuro macabro en la oscuridad.

—Stefan era un hablador —Niko sonrió ladino—. Si yo soy el débil, ¿por qué es él el que está muerto?

Arek no expresó ningún signo de afectación.

—Tal vez creas que me lastimas al hablar de mi hermano. Pero sé que a ti te duele más. Lo traicionado que te sientes...Pobrecito Niko.

—Claro. —Niko asintió, con una pena fingida—. Tienes razón, estoy devastado —se llevó una mano al pecho de forma teatral—. Creo que lo entien...—una sonrisa se formó en sus labios a media oración—. Espera, no lo haces. Nunca has querido a nadie como para sentirte de esa forma.

—Te dije que eso no me importa.

—Lo sé, pero puedo ver que hay otra cosa que más te duele, más allá de una traición —habló a medida que se acercaba—. Puedo verlo en tus ojos. Odias que nunca nadie vaya a quererte por lo que eres, y la única persona que quizás lo hizo fue gracias a que fingiste muy bien.

—¿Terminaste? —Arek levantó las cejas con aburrimiento. Tenía la piel salpicada de agua y más pálida de lo usual—. Muchas personas se han acercado a mí, creyendo que me conocen, que pueden disuadirme de alguna manera. Y he visto a todas y cada una de ellas fallar —Arek recompuso su postura y se sacudió el saco—. No llegues tarde mañana.

Niko mantuvo la mirada en alto en silencio mientras miraba a Arek alejarse y las gotas continuaban cayendo, deslizándose por todo su cuerpo. Sonrió ligeramente, controlando sus instintos.

Arek estaba de espaldas, y con la guardia baja, fácilmente podría acorralarlo y apuñalarlo, pero sería demasiado aburrido. Quería verlo sufrir, pero no así, cualquiera podría herirlo superficialmente. Él...él quería hacerlo en un lugar a donde nadie más pudiera llegar: Su corazón.

—————

Niko: Su corazón! ヽ(#'Д´)ノ┌┛〃

Los lectores: Pero esa cosa ni sentimientos tiene 😭

Niko: No. Literal le voy arrancar el corazón :)

Gente, así quedé escribiendo las escena de Niko y Arek 🧍‍♀️ Tipo, siento que estuvieron muy chafas (necesito confirmación o negación de parte de ustedes)

Y como pudieron ver en el título, este capítulo por fin cierra ciclos, en el siguiente se viene mucho sexooo 😩

Esperen, no, eso no. Mucho amooor

Porque fueron escuchados, ya habrá Ethan x Damon

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