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11: Preocupación

Los días comenzaron a pasar, y de nuevo Yoongi, no podía evitar mirar hacia afuera, hacia la ventana que era cubierta por las cortinas de color blanco, los rayos de luz solar apenas y le daban una pequeña calidez llenándolo de tranquilidad, sus dedos picaban ansiosos por querer dejar que la luz entrase más en su habitación, pero no podía, tener prohibiciones era lo que más había en su vida, muchas de ellas son para protegerlo, lo sabe perfectamente pero, también anhelaba con ganas el poder dejar esas prohibiciones de lado algún día.

Tener siempre en mente lo que debía y lo que no hacer, era lo que siempre pasaba por su cabeza, su madre siempre se lo decía, nada de dejar que las cortinas cubran las ventanas, nada de asomar el rostro por detrás de la cortina, nada de intentar salir a la luz cuando hay una visita, a menos que tengas las orejas y cola puestas, Yoongi podía ser libre de ir de un lado a otro por la casa mientras ellos estuvieran presentes, pero no podía si había una visita.

Yoongi siempre se preguntaba la razón por la cual era tan diferente a los demás híbridos, todos eran casi iguales, cambiaban solamente por su linaje felino, y por la especie de su clan, y eso era todo, las orejas y colas eran las que abundaban, ninguno de ellos podía faltar de cualquiera de una de esas características a menos que haya sufrido un accidente, cualquiera pensaría que Yoongi sufrió de alguna clase de accidente cuando pequeño y había perdido la cola y las orejas en el proceso, pero no era así, todo era distinto porque él había nacido sin ellas.

A pesar de su linaje con las panteras de las nieves, todo en él era distinto, parecía más un humano, uno como cualquier otro, en los libros había algunas fotografías y dibujos de los humanos, y Yoongi era uno de ellos, un humano, no era un hibrido, pero su madre adoptiva siempre le insistía en que, en sus genes, había algo de los híbridos, pero Yoongi ahora cada vez lo dudaba más.

Quizás solamente se trataba de un humano más, y eso le entristecía en sobremanera, porque los híbridos no se sienten seguros con un humano cerca, le temen, lo aborrecen, y lo hacen a un lado como si fuera lo más asqueroso que han visto en su vida, a pesar de que Yoongi a veces se muestre despreocupado por su apariencia, sabe que no encaja en lo más mínimo con todos los presentes, sabe que siempre deberá permanecer escondido, sabe que salir es un peligro porque cualquiera de los demás híbridos podría descubrir su secreto.

Soltó un largo suspiro mientras se alejaba de la ventana, camino unos pasos más, dirigiéndose hacia su respectiva cama, mirando las sábanas de color verde con detalles de hojas verdes adornándola y miro algo más que estaba encima, aquel par de orejas de un color gris casi blanco con apenas el detalle de algunas manchas de color café oscuro, y la cola extendida del mismo color, con esas manchas características de las panteras de las nieves, ¿por qué él no podía tenerlas naturalmente?

Camino los pocos pasos que le faltaban para poder por fin tomar asiento en la orilla de su cama, dejándose caer despacio y sin apartar la mirada de aquellas orejas y cola que había utilizado hace algunos días en esa reunión para conocer a los nuevos lideres, le hubiese gustado poder tenerlas él mismo, eso sería tan placentero, porque así dejaría de esconderse dentro de esa casa, dejaría de huir de las demás personas, inclusive Jimin y Taehyung dejarían de hacerse responsables de cuidarlo, cerro sus manos en puños, clavando sus cortas uñas contra la palma de sus manos, sintiéndose impotente por no tener aquellas cosas que lo hacían un hibrido.

—Cariño, te he traído... —la mujer dejo de caminar al ver a Yoongi sentado en la orilla de su cama, mirando hacia la cola y las orejas que ella había logrado conseguir para que las utilizará—, ¿estás bien, Yoongi?

—¿Eh? —Yoongi elevo la mirada, encontrándose con ella, con Haneul quien le miraba con una diminuta sonrisa en su rostro—. L-lo lamento, no escuche cuando me hablaste, Haneul.

Ella no tardo en dejar de mirarlo para pasar a la orejas y la cola que reposaban sobre la sabana, al parecer de nueva cuenta Yoongi estaba sintiéndose mal, lo sabe perfectamente, no era un secreto para ella ver a Yoongi de vez en cuando desanimado, sabe que es difícil permanecer con restricciones, pero también lo hace para protegerlo, después de todo lo que había pasado con Youngmi, necesitaba hacer que Yoongi permaneciera totalmente aislado lo más posible para no levantar ninguna sospecha de parte de otros, pues el aroma de Yoongi no solamente indicaba la presencia de un hibrido, sino que también de un humano, y eso era demasiado peligroso.

—Descuida, cariño —le mostro lo que traía en manos, Yoongi no tardo en mirar hacia las manos de aquella mujer, percatándose de que traía uno de sus postres favoritos, Haneul amaba prepararle algunos postres, y Yoongi se trataba de un gran fanático de las tartaletas pequeñas sabor limón—, he traído esto para ti.

—¡Gracias! —contesto animado, Haneul comenzó a caminar para poder ingresar a la habitación, rodeo la cama de Yoongi para poder estar del lado derecho en donde él se encontraba sentado, no tardo en extenderle la pequeña tartaleta a su hijastro y Yoongi no dudo en estirar sus manos para tomarla—. En verdad huele delicioso.

El aroma del cítrico, acido y el aroma levemente amargoso y refrescante de la ralladura de la cascara del limón, no tardo en inundar sus fosas nasales, dándole un deleite de calidez que inundo por completo su corazón y alejo un poco la leve tristeza que estaba sintiendo hace poco, Haneul no tardo en percibir el pequeño cambio en el aroma de Yoongi, indicándole que aquel pequeño detalle había servido de mucho para su hijastro.

—Disfrútalo, pequeño —dijo ella mientras soltaba un suspiro—, ¿sabes? La casa se siente algo solitaria desde que Jimin se fue para atender los asuntos del clan.

—Sí —dijo Yoongi—, por cierto, ¿A dónde ha ido, Taehyung? No ha regresado desde hace un par de días, y ni siquiera supe lo que paso.

—Tae esta atendiendo los asuntos de seguridad junto a Jimin —comento Haneul—, le pidió ayuda porque al parecer algunos de los nuestros lograron ver a algunos humanos vagando cerca de nuestros territorios.

—¿De verdad? —Yoongi trago en seco al ver a Haneul dar un asentimiento—. Eso no es nada bueno, podrían intentar atacarnos.

—Lo dudo mucho —ella le regalo una sonrisa—, las fronteras entre nuestro mundo y el suyo son de largas distancias, y saben sus límites, es raro cuando los humanos logran infiltrarse, pero casi siempre ocurre cuando están cerca del territorio de las montañas y el bosque húmedo de los leopardos —Yoongi apretó levemente los labios—, no hay nada de lo que debas preocuparte.

Yoongi dio un asentimiento.

Miro hacia la pequeña tartaleta de limón, el plato de cerámica frio sobre sus dedos y la pequeña cuchara reposaba del lado derecho de la tarta, Yoongi bajo el plato, dejándolo reposar sobre su regazo para después mirar de nuevo hacia la cola y las orejas que permanecían inmóviles sobre su cama, no evito soltar un largo suspiro, llamando la atención de Haneul.

—¿Algo te perturba, cariño? —pregunto ella en un tono suave, haciendo que Yoongi la mirase por breves segundos.

—No es nada —sonrió para tratar de hacer que Haneul dejase su preocupación de lado.

—Yoongi —el mencionado la miro—, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿verdad? —Yoongi dio un asentimiento—. Entonces no dudes en decirme lo que tanto te perturba, puedes confiar en mí —Haneul llevo su mano por arriba de su pecho—, sé que algo no anda bien, así que puedes decírmelo.

Había muchas cosas que Yoongi no comprendía del todo, y necesitaba respuestas, más ahora que nunca, porque ya conocía mucho acerca de los híbridos y su historia con los humanos, y eso era lo que más lo tenía levemente preocupado, porque él sabe que a simple vista parece un humano, y eso es algo que pone en alerta a los híbridos, no quería que los demás lo consideren un adefesio, no quería ser excluido por los otros por solamente no tener lo que ellos. Sus dedos apretaron levemente el plato antes de soltar un fuerte resoplido y mirar a Haneul a los ojos.

—Haneul —comenzó a hablar Yoongi, mientras que la mujer le prestaba su total atención—, ¿qué es lo que soy en realidad?

El silencio se hizo presente por unos breves instantes.

—Eres un hibrido —Yoongi negó al escuchar esa respuesta—, Yoongi, no lo niegues, es lo que eres y...

—Sí en verdad lo soy, ¿por qué tengo que esconderme? —Haneul no dijo nada—. ¿Por qué no tengo una cola y un par de orejas como los demás? ¿Cómo estás tan segura de que soy un hibrido de parte del clan de las panteras de las nieves? Por favor, Haneul —relamió sus labios—, ¿qué soy realmente?

Quizás ya era el momento de decirle toda la verdad a Yoongi.

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