El aire fresco golpeo su rostro en cuanto dio el primer paso fuera de casa, miro a su alrededor, sentía sus dedos picar de la emoción al poder por fin ser parte de aquel paisaje que tanto apreciaba desde su ventana, las personas que se encontraban allí caminaban y hablaban animados, sus orejas y colas eran igual a las de sus hermanos, eran híbridos de tigre.

—Vamos, Yoongi —menciono Haneul llamando la atención del chico que se dedicaba a mirar a las personas a su alrededor.

—Aquí es más cálido de lo que pensé —menciono Yoongi.

—El clima es casi siempre así, es primavera —menciono Haneul—, te va encantar salir cuando sea el invierno, el paisaje se vuelve blanco y el frio es más agradable.

Yoongi dio un asentimiento, ambos comenzaron a caminar, la ventaja era que podían llegar a tiempo para obtener un buen lugar y ver a esos dos que con insistencia le pedían que los vieran, Yoongi no podía evitar mirar alrededor, observar las casas, las cuales estaban alejadas unas de las otras, todas eran apenas de dos pisos, más la planta baja, además de estar pintadas de blanco, los tejados era lo que cambiaba, los colores en ellas eran distintos, la luz del sol ni siquiera daba directamente en la cara, todos ellos vivían en una zona en donde los arboles con sus enormes ramas, se habían enredado a una altura grande, y les daban sombra suficiente para que ellos no percibieran mucho los rayos del sol, el camino estaba cubierto por pavimento negro, y las aceras eran cubiertas por la maleza y el césped fresco, las aves trinaban sus canciones en elegantes melodías que Yoongi no pudo evitar negarse a escuchar.

Pero a pesar de que para Yoongi el paisaje era el espectáculo, para las personas a su alrededor, era muy distinto, Yoongi logro percatarse de como las miradas estaban puestas sobre él, y como empezaban los murmullos, lo veían a él, ni siquiera a Haneul le hacían caso, y se sentía incómodo por las miradas, era extraño tener a todas esas personas mirándolo, apreciándolo en todos los sentidos, parecía que jamás hubieran visto a alguien como él en sus vidas.

—Ellos me miran —comento en voz baja Yoongi.

—Están admirados —Haneul le regalo una sonrisa—, descuida, todo este tiempo habían crecido rumores de que tú, ni siquiera estabas en casa, de que eras un sueño, pero no es así, y ahora lo están comprobando, no bajes la mirada, mantente firme, leopardo de nieve.

Yoongi dio un asentimiento a las palabras de su madre, no quería dejarla mal, aunque las miradas fueran incomodas, las soportaría o más que pudiera para poder estar mucho más tranquilo y mantenerse a salvo, quizás si hubiese salido antes, esto no estaría pasando, es incómodo tener las miradas de las personas a su alrededor, pero esperaba que pronto dejase de tener todas esas miradas encima de él.

Siguieron caminando, dejando e lado por fin la calle en donde su casa se encontraba, Yoongi no tardo en ver algunos tigres pasearse como si nada, al principio sintió algo de terror al verlos, pero sabía que se trataba de todos aquellos híbridos, todavía recuerda cuando Taehyung se transformó frente a él a su forma felina, le había dado un susto terrible, pero al menos no había sido la gran cosa después de todo.

—Iremos al centro de la ciudad del clan de los tigres —menciono Haneul—, ¿recuerdas las lecciones que te di sobre el lugar?

—Por supuesto que las recuerdo —menciono Yoongi—, los clanes de los felinos son la mayor comunidad de híbridos en el mundo.

—Y de los pocos que quedaron después de las guerras anteriores con los humanos.

Para Yoongi, la historia era triste, cada que leía los libros sobre la historia de las anteriores guerras, no podía evitar sentirse sumamente deprimido, la primer guerra fue en los años noventa, pues los híbridos se escondían demasiado debido a que varios humanos los buscaban para matarlos, los más débiles sufrían las consecuencias, morían o eran usados en experimentos terribles, la guerra comenzó para poder hacer que los híbridos fueran liberados y que se les dejase en paz, guerra que duro casi los ocho años, pero que logró que se respetase a los híbridos como seres vivos que merecían tener sus propios derechos y que podían ser libres de andar por las calles.

Pero lamentablemente, los híbridos también comenzaron a dividirse, las especies más débiles terminaron por desaparecer con los años, mientras que las más fuertes se quedaron a dominar, se habían dividido en grandes clanes a lo largo del mundo, eran tres grandes clanes los que se encontraban al liderazgo, el clan de los grandes felinos, el clan de los caninos y el clan de los aviarios, pero hubo problemas, y gracias a la indiferencia del ultimo clan, terminaron en una gran guerra los tres clanes, una guerra en la cual intervinieron las fuerzas armadas de los humanos, los cuales terminaron por unirse más en contra de los clanes, aquella guerra había durado cuatro años, hasta que se firmó la paz, con la derrota del clan aviario y la victoria de la unión del clan de los grandes felinos con los humanos.

El clan aviario se desintegro por completo, debido a la guerra muchos de aquel clan habían muerto, y era más de la mitad de su población, con el paso de los años habían desaparecido por completo, mientras que el clan canino se había mudado a un solo continente tomando la Antártida como propia, mientras que el clan de los grandes felinos se había quedado en el sur de Asia, ocupando varios países, las cosas estaban poco calmadas en la actualidad, pues algunos humanos habían intentado matar a los híbridos, cosa que definitivamente a Yoongi le asustaba demasiado. No sabía con certeza lo que sucedía, pero las cosas no estaban bien entre los humanos y los híbridos, a pesar de que habían acordado dejar de tener guerras desde hace ya treinta años.

—Es bueno que lo recuerdes, cariño —comento Haneul y Yoongi dejo de pensar en los conocimientos que tenía de las grandes guerras—, hoy conocerás a los grandes líderes de los sub-clanes.

Los ojos de Yoongi brillaron, se sentía sumamente emocionado, salir había sido una grandiosa idea a pesar de todas las miradas sobre él, él leía de los grandes líderes, pero jamás creyó que sería uno de los afortunados que podrían llegar a ver a los grandes líderes del clan de los grandes felinos, eran pocos los que tenían esa suerte, y ahora sería uno de ellos, aunque ya conocía al líder del sub-clan de los tigres, hoy conocería a los demás, y además podría ver a los siguientes en la línea de gobierno.

El clan de los grandes felinos, estaba dividido en ocho grandes sub-clanes, de los cuales, tres de ellos se consideraban los más poderosos de todos, no había un solo líder para todos los clanes, debido a que pensaban que eso podría traer mayor favorecimiento a una sola especie de los clanes, por lo que se dividieron para así tener a sus propios líderes.

—¿En verdad son tan imponentes como lo dicen los libros? —pregunto Yoongi—. No es que papá no sea alguien imponente, pero, a como los describen, no puedo ver a papá de ese modo tan fuerte y tan temeroso.

Haneul soltó una suave risa, Yoongi tenía un punto sobre eso, era verdad, su esposo no se mostraba tan dominante e imponente en casa, era más como tener a un cachorro pequeño que tener que ver a un fuerte tigre al que debías de respetar si lo encontrabas de frente.

—Cuando lo veas en el estrado, no lo conocerás, inclusive a Taehyung y a Jimin —comento Haneul—, el comportamiento debe ser distinto porque deben de dar la apariencia de buenos líderes de mano dura y de buen corazón, eso siempre lo han dictado las normas.

—Comprendo —dijo Yoongi y después soltó un suspiro—, Jimin será quien gobierne a futuro, ¿no es así? —Haneul dio un asentimiento.

—Siempre el primer hijo es quien seguirá en la línea —Haneul se sentía levemente preocupada por ese hecho, pero la preocupación se le iba por completo al estar consciente de que ambos de sus hijos no pelearían por un puesto en el alto mando—, es ahí.

Yoongi en cuanto escucho la voz de Haneul pudo mirar con más detalle hacia donde la mujer había señalado, allí estaba, un hermoso sitio, cuatro arboles de troncos anchos dejando ver sus raíces gruesas en la parte de debajo de cada uno, sobre el piso que estaba totalmente cubierto de piedra con detalles de dibujos de enredaderas la maleza jamás se dejaba crecer en ese sitio, habían tres peldaños de escalera que te dejaban subir a aquel sitio, pero no todos podían pisarlo por el día de hoy, sino que solamente serían los líderes y futuros líderes los que estarían allí.

La plaza de los sauces de cien años, era un recuerdo de las guerras pasadas, y un símbolo que debía de recordarles que hasta el momento la paz era lo único que necesitaban para tener una mejor vida, Yoongi había leído, que aquellos arboles habían sido un regalo para el clan de los felinos, un símbolo que debía de recordar a todos que las guerras ya no debían estar presentes entre los híbridos y los humanos.

—Es más hermosa que en las pinturas —dijo Yoongi y Haneul no pudo evitar sonreír ante el comentario.

—Lo es, hay que buscar un buen lugar, Yoongi.

—Está bien —Yoongi se encontraba sumamente entusiasmado por lo que pudiera llegar a ver de ahora en adelante.