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Cuando Alfa y Omega se encontraron con la verdad

Te vi y me basto un segundo para enamorarme, doy gracias al destino porque pude hallarte aun sin saber que estuve buscándote, un mágico sendero me llevo hasta a ti.


Dos años después  

Cuando alguien es sometido a una experiencia tan traumática como a la que había sido expuesto Taehyung, nunca vuelve a ser el mismo de antes.

Dos años habían transcurrido ya desde aquel estallido de furia por parte de su lobo, cuando tomó control de su cuerpo, se transformo en un enorme animal y salió de su casi mortal encierro, justo antes de que su cuerpo colapsara completamente; si bien pudo salvar su cuerpo de la destrucción, para su mente, sin embargo, no hubo tanta suerte y termino rompiéndose.

El dolor nos transforma, nos convierte en alguien que nunca creímos que podríamos llegar a ser y eso fue lo que le sucedió a él.

La mente de Taehyung fue brutalmente presionada hasta que llego a un punto sin retorno en el que se rompió en miles de fragmentos y pegarlos todos para reconstruir su cordura no fue tarea fácil.

Dos años habían pasado ya desde aquel episodio y aun tenía noches en las que despertaba envuelto en sudor, jadeante, con la respiración y el pulso agitados y sintiéndose un completo extraño en su propia piel, todo se debía por supuesto a las vívidas pesadillas que lo rondaban en sueños, condenándole a revivir los peores momentos de su encierro cada noche durante muchos meses y aunque el tiempo había cumplido con su labor de sanar sus heridas físicas, aun conservaba en el interior de su mente, en lo mas profundo de su subconsciente las huellas de todo ese dolor; aunado a eso también había comenzando a tener sueños extraños, soñaba con un lobo blanco que lo llamaba de una forma casi desesperada y al cual sabía, ignoraba el motivo, pero sabía con total certeza que su deber era encontrarlo y se despertaba siempre angustiado y con una sensación de vacío en su interior.

Taehyung simplemente no podía entender el por qué de aquella abrumadora emoción que le hacia sentir que algo le faltaba en su vida para estar completo,  era como si aquel lobo blanco que veía en sus sueños lo estuviera esperando quien sabe donde y él tenía la imperiosa necesidad de encontrarlo y protegerlo.

Constantemente Taehyung sentía que le habían arrancado una parte de si mismo durante aquella larga temporada de tortura, como si todos esos meses de encierro hubiesen servido para darse cuenta de que su lobo buscaba algo que su parte racional ignoraba pero que tenía la apremiante necesidad de encontrar.

Taehyung tuvo que esforzarse mucho para poder recuperarse, a parte de la terapia física a la que tuvo que someterse para rehabilitar completamente la movilidad de su cuerpo después de permanecer amarrado a aquella cama por un periodo de tiempo tan prolongado, también tuvo que lidiar con los fantasmas que se creaban en su imaginación y que lo acosaban constantemente, entre ellos estaban la paranoia y el delirio de estar siendo perseguido; la claustrofobia de la que había sufrido desde cachorro creció exponencialmente hasta el punto desconcertante, en el que el solo hecho de estar conduciendo su auto con los vidrios arriba le producía una total sensación de ansiedad, haciéndosele imposible emprender el viaje aun a pesar de que el frío e inclemente clima de Seúl se le colaba en los huesos, y si acaso quería conciliar el sueño debía dormir con las ventanas y la puerta de su habitación abiertas de par en par junto con la luz encendida, todo producto de haber pasado tantas noches con la luz de un reflector pegada a su rostro.

En ocasiones se enojaba consigo mismo pues se sentía como un cachorro estúpido, vulnerable y miedoso que necesitaba una luz para dormir y espantar los monstruos de la oscuridad, pero por supuesto él era un Alfa demasiado orgulloso como para buscar ayuda profesional o siquiera admitir en voz alta algo de lo que le sucedía, así que una vez mas cargo con todos sus problemas solo.

Todo esto pasaba cuando estaba en soledad, tantas horas encerrado y amarrado como un animal salvaje en variadas y diversas jaulas y luego amarrado en aquella cama le habían enseñado a tener total control sobre si mismo y sobre sus emociones, había aprendido a ponerse una metafórica máscara que impedía al mundo exterior saber realmente como se sentía en su interior.

La debilidad es algo totalmente despreciable, en este mundo solo triunfan los mas fuertes, los que son poderosos y el poder solo se obtiene siendo el mejor, aplastando todo aquel que este por debajo de ti, escalando a la cima sin importar sobre cuales o cuantos cadáveres haya que pasar para ascender, lo que realmente contaba era el resultado final, la obtención del poder como bien dijo Maquiavelo alguna vez «el fin justifica los medios».

Esos eran los nuevos pensamientos de Taehyung después de salir de su encierro en Abbisay.

Ni siquiera pudo volver a ser el mismo hermano cariñoso con Jimin, ese que antes había sido y lastimosamente su hermano Omega fue la primera víctima de su nueva y fría personalidad.

A su llegada Jimin lo había recibido con los brazos abiertos, hasta le había horneado un delicioso pastel, mismo que adorno con glaseado de crema de mantequilla y figuritas hechas de fondant color café  como los ojos de su amado hermano.

Todo para que el Alfa supiera lo mucho que lo había extrañado. Jimin no había dejado ni un solo día de preguntar a su padre por el paradero de su hermano mayor sin tener ninguna razón de ello, así como tampoco le explicaron la razón por la cual lo habían sacado del país durante casi un año, es por esto que estuvo inmensamente feliz cuando por fin su padre anunció que Taehyung regresaría.

Lo que el Omega nunca llego a imaginarse fue que terminaría, por causa de su hermano, llorando casi toda la noche después de que al llegar este a su casa pasara de largo hacia su habitación, ignorándolo completamente y tirando a su paso el precioso pastel al suelo, cuando le choco el hombro al pasar a su lado.

Hubiese seguido llorando toda la noche de no haber sido porque su hermano mayor se levantó en la madrugada y parándose detrás de la puerta de su habitación, le ordenó con su VOZ de mando Alfa, que se callara y dejara sus estúpidas lamentaciones pues no había sido para tanto según él.

Namjoon que tenía una especial conexión con su hermano mellizo sintió su tristeza cuando lo escucho lamentarse y llegó a su habitación justo en el momento en que Taehyung usaba su VOZ para hacerlo callar, enfureció y se abalanzó sobre él a golpearlo, este por supuesto le respondió y terminaron enfrascados en una pelea que culminó con Namjoon con la nariz rota y luego de esto Taehyung tuvo que irse a vivir solo, separándose así definitivamente de su familia, y de aquel buen hermano mayor Namjoon y Jimin no supieron mas.

Taehyung sentía que estaba en la cima del poder, se creía superior a los demás por ser el único humano conocido que hubiese logrado una transformación completa a su lobo, eso sumado a que ahora si tenía el total apoyo y aprobación de su padre, quien no podía sentirse mas orgulloso de su hijo, el poderoso lobo negro, había aumentado inconmensurablemente su ego;
ahora era él quien se encargaba de los negocios de su familia, no tenía el control absoluto pues aun y hasta su muerte seguía estando por debajo de Taeyeon en la escala de mando, pero si tenía voz y voto en todas las decisiones importantes del clan y su opinión siempre era tenida en cuenta y respetada.

Desde hacia muchas generaciones que los humanos tenían el control sobre su parte animal y esta no se hacia presente mas allá de rugidos y mensajes telepáticos que transmitía al humano con quien compartían su espíritu.

Esta era la razón por la cual Taehyung era tan temido pues aunque tuvo que ser sometido a una situación extrema en la que por poco termina muerto, lograr una transformación completa era algo sorprendente, algo que no se daba hace muchísimo tiempo y menos en un Alfa que no es de sangre pura, además estaba el asunto de la profecía que había puesto un precio sobre la cabeza de Taehyung y todos lo querían muerto, a él y a su omega destinado a quien aun no encontraba para cumplir la profecía.

El lo sabia y se enorgullecía del temor que infundía su presencia en los demás; se había convertido en algo mas que el vástago heredero de Taeyeon, ahora estaba hecho a la misma medida que su padre, quería el poder absoluto de las tres manadas principales de Asia y haría lo que sea por conseguirlo.

Taehyung era aquel muchacho que había dejado atrás el anonimato de la infancia y había entrado sin querer al mundo de la ilegalidad como una latente amenaza en cuanto quedó claro el peligroso Alfa en que se había convertido.

Aprendió a ser cruel, despiadado y sobretodo manipulador, Taehyung era el tipo de hombre que hacía su camino a la cima eliminando los obstáculos a su paso sin mayor esfuerzo que el de jalar el gatillo y acabar así con sus enemigos y lo peor era que disfrutaba de ello.

Amaba el poder que le confería el tener una vida entre sus manos, la grata satisfacción de saberse libre de apagar el brillo en los ojos de un enemigo, un simple peón en su tablero de juego al que podía eliminar con un chasquido de dedos.

El Alfa, después de esa primera vez en que se transformo en lobo, había logrado recuperar el dominio sobre su parte animal y solo se había transformado una vez mas durante los dos años que habían transcurrido desde ese día.

Lo hizo durante una noche en que fue llamado por Seojoon para informarle que los hombres de los Chá se estaban robando un cargamento de cocaína que iba en dirección a Sr Lanka, se lo estaban llevando con total descaro en sus propias narices, justo cuando estaba desembarcando en el puerto.

Taehyung llego en el preciso momento en que sus hombres abrieron fuego contra los hombres de Chá y había empezado el enfrentamiento a tiros de los dos bandos.

Encontró a varios de sus hombres gravemente heridos y otros tantos muertos, las bajas estaban a la par en ambos bandos, pero lo que enloqueció de rabia al lobo de Taehyung haciéndolo emerger a la superficie una vez mas, fue la expresión de cínica diversión en el pálido rostro de Chá Eun Woo, cuando ayudaba a otros dos Alfas a sacar los paquetes que llevaban
consigo la valiosa mercancía.

Chá Eun Woo era un odioso Alfa, hijo de Chá Eunho, el líder del clan Chá, tenía demasiados aires de superioridad y Taehyung en serio lo detestaba con todo su ser, sobretodo porque desde hacia varios años anhelaba tener en su cama al precioso Omega que tenía, aun no lo marcaba pues habían decidido esperarse para crear el lazo después de casarse, pero todos sabían que Hoseok desde niño era el Omega de Eun Woo.

El Alfa Kim enfureció y el enorme lobo negro emergió una vez mas de su interior terminando la pelea y dándole la victoria a su clan al matar salvajemente él solo a 4 Alfas y 2 Betas del bando contrario, a 2 de los Alfas les arranco la cabeza de un tajo, a uno de los Betas le cerceno los brazos y lo dejo morir desangrado y al otro le desolló la piel desde el abdomen hasta la punta de los pies; con los otros 2 Alfas que eran mellizos y él los conocía desde sus tiempos de universidad, fue piadoso; nunca se habían metido con él, e incluso uno de ellos en alguna
ocasión le había ayudado con las benditas ecuaciones diferenciales que nunca entendía, así que decidió darles la piedad de una muerte rápida y los mató a ambos rompiéndoles el cuello entre sus fauces de un solo movimiento, fue una muerte rápida e indolora, un alivio que el clan de los Kim le daba a muy pocos.

De Chá Eun Woo se vengaría después; como su padre mismo le enseño, no había peor sufrimiento para alguien que ver sufrir a quien ama y sentir la impotencia de no poder hacer nada para remediar su sufrimiento, así que Taehyung decidió que su venganza seria quitarle de una vez por todas lo que Eun Woo mas amaba: «su precioso Omega Hoseok» así mataba dos pájaros de un tiro, se desquitaba del Alfa y cumplía su fantasía de tener al Omega en su lecho.

La oportunidad perfecta para hacerlo se presento solo dos meses después de la emboscada de los Chá a su territorio; Jung Hobin, el padre del Omega de Eun Woo era un adicto ludópata que le llego a deber una gran cantidad de dinero a Taeyeon y a su hijo se le ocurrió una brillante idea para cobrarle la deuda.

Kim Taeyeon era el orgulloso propietario de una gran cadena de casinos, los mas grandes y lujosos de toda Asia, los cuales estaban ubicados estratégicamente por todo el continente para no ser detectados por la policía pues es bien sabido que en Corea del Sur son ilegales todo tipo de apuestas, y estos además de generar grandes ganancias le servían a Taeyeon junto a sus otros negocios para lavar el dinero de las drogas y sus otros negocios ilícitos y así poder legalizarlo.

Jung Hobin quien pertenecía a la manada de Taeyeon, solía frecuentar uno de estos casinos en específico que estaba ubicado al norte de Seúl en las afueras de la ciudad exactamente, estaba
lo suficientemente alejado de la ciudad como para no ser reconocido al entrar y así poder evitar las habladurías de la gente, pues no era conveniente que él siendo un Alfa de alta sociedad fuera descubierto en sus vicios, mas él que se daba de santos presumiendo su supuesta intachable conducta, cuando en realidad no era mas que un viejo Alfa pedófilo que iba cada sábado hasta el casino de los Kim a gastarse grandes cantidades de dinero y a satisfacer sus deseos carnales en la cama de niños y jovencitos Omegas que salían de la red de prostitución que manejaba Taeyeon desde Abbyssay.

La idea del plan para vengarse de  Eun Woo surgió en la mente de Taehyung una noche en la que Hobin había  empezado la velada ganando, ya llevaba varios tiros de la ruleta en los que había acertado tanto el color como el número en el que caería la bolita al rodar.

Lo que él no sabia es que esa misma noche Taehyung se encontraba en el casino y lo estaba observando por el monitor de las cámaras de seguridad desde su oficina, entonces se le ocurrió la brillante idea de hacer que se confiase de su supuesta racha de buena suerte, y así poner en marcha la primera parte de su plan para vengarse del Alfa de su hijo Hoseok.

La ruleta tenía un imán debajo de la superficie de la mesa que les permitía controlar la esfera para que cayera justo en la casilla de su preferencia; cabe resaltar que esto solo lo hacían cuando querían que alguien específicamente perdiera, pues se suponía que los casinos eran para que los Alfas de su clan se divirtieran no para estafarlos.

Los casinos ya de por si les generaban grandes ganancias así que no había necesidad alguna de mancharlos con alguna pelea entre los miembros de su clan.

Después de varias rondas de vencer y ganar una buena suma de dinero, Hobin estaba confiado
y atontado por el bonito Omega de tan solo catorce años, que tenía sobre sus piernas, el cual bajo ordenes de Taehyung no paraba de incitarlo a apostar cada vez cantidades mas grandes de dinero, y así fue como decidió apostar todo el dinero que había ganado mas una pequeña fortuna que incluía el titulo de algunas propiedades, a la casilla del 12 rojo, confiado de que una vez mas ganaría y se iría de allí con una inmensa fortuna a disfrutar de las mieles del cuerpo del niño en su regazo.

La bolita rodó y después de unos segundos se detuvo y cayó en la casilla del número 7 negro.

El semblante del Alfa decayó por completo y su cara palideció por lo menos dos tonos mas; lo había perdido todo, literalmente estaba en bancarrota, la cuantiosa suma que estaba señalada en el vale que le había firmado al gerente del lugar, incluía el valor de la casa de su familia, su avión privado, su yate y dos de sus autos, un Bugatti azul turquesa y un Camaro negro, por supuesto los papeles de propiedad de dichas posesiones habían sido llevados previamente por su chofer al casino para respaldar el vale.

La mano de un Beta lo rodeo por la espalda haciéndole dar un respingo y salir de su aturdimiento.

—Señor Jung, acompáñeme por favor, el señor Kim lo espera.

—¿Kim? ¿Taeyeon esta aquí? —preguntó con un asomo de esperanza en su voz, pues eran viejos amigos de la infancia y ambos pertenecían al mismo Clan, uno de las 3 que habían en Asia, entonces quizá si tenía un poco de suerte y era lo suficientemente dilo cuente podría convencerlo para obtener un financiamiento del monto de la deuda.

—No, es el joven Taehyung quien lo aguarda.

Tan fugazmente como se había encendido la llama de la esperanza se desvaneció en el rostro del Alfa mayor.

Trago grueso y cerro los ojos por un par de segundos, apretó los labios en un rictus de seriedad, se puso de pie y se dispuso a seguir al corpulento hombre rumbo al segundo piso en donde se ubicaba la oficina de la gerencia.

Subiendo la escalera en espiral, un amplio portón de pulcra madera caoba se abrió en frente del Alfa Jung para darle paso a la oficina de la gerencia del casino, en su interior sentado detrás de un fino escritorio de madera de roble prensado, ubicado en una silla tapizada con las mas finas telas, se encontraba el heredero del clan de la poderosa familia Kim.

Al ver cruzar al Alfa Jung bajo el umbral de la puerta, Taehyung se levantó de su asiento y rodeando el escritorio llego hasta él, su rostro lucia aparentemente apesadumbrado, aunque el brillo en sus ojos dejaba relucir algo muy diferente a la congoja, aquello era un sentimiento mas parecido a la satisfacción por la derrota de un fuerte adversario.

—Lo siento mucho Hobin-ssi, que momento tan desafortunado habló Taehyung con fingida condescendencia después de hacer una reverencia de 90° hacia el Alfa mayor.

—Así es joven Kim —respondió Hobin cortésmente, —sin ningún animo de ofenderle me gustaría tratar el tema del pago de mi adeudo con su padre —El Alfa  hablaba con su tradicional elegancia y parsimonia.

Taehyung mordió su mejilla interna en un intento de disimular la molestia que la petición del hombre le había generado ¿Quién se creía este pelele para venir a menospreciar su autoridad en el negocio de forma tan descarada?!.

Seguramente el idiota olvidaba cual era su posición en el Clan.

Desde hace varias generaciones atrás se había establecido el control de los negocios del bajo mundo, a los tres clanes principales de Asia; el Clan liderado por la familia Chá, el Clan liderado por los Jeon y por último estaba el Clan que en su fundación fue liderado por la familia Jung, pero luego de un enfrentamiento entre Jung Hobuk y Kim Taesul  en donde este derrotó a Hobuk y se hizo para si del control del Clan, al morir este, Hobin el hijo de Hobuk tenía la posibilidad de pelear por el control del clan pero declino, dejándole así el lugar a Taeyeon el hijo de Taeul.

Hobin no tenía hijos Alfa por tanto el control del clan pasaría irrefutablemente de Taeyeon a Taehyung cuando este muriera.

—¡Oh no te preocupes! Pero mucho me temo Hobin-ssi que mi padre esta ocupado con otros asuntos en este momento como para venir a perder su tiempo ocupándose de banalidades sin importancia —inquirió con total desprecio por el abatido Alfa.

—Sin embargo, no tienes de que preocuparte, yo estoy dispuesto a negociar contigo para brindarte todas las facilidades para que canceles la enorme deuda que adquiriste con nosotros —Taehyung sonreía como quien se sabe ganador en una pelea.

—Yo... Yo les voy a pagar, solo que mi casa..., no puedo entregárselas, mi esposa... —Hobin hablaba atropelladamente, aflojándose el nudo de la corbata, sentía como que de repente la temperatura del ambiente había aumentado súbitamente.

—Entiendo, entiendo, «Omegas» —hizo un gesto con las manos restándole importancia a la situación. —Siempre andan complicándonos la vida. —Había un deje de desprecio hacia los Omegas en sus palabras que a Hobin no le paso desapercibido y que tampoco comprendió pues hasta la última vez que lo vio hace mas o menos unos 6 o 7 años Taehyung adoraba a su hermano Jimin y defendía a capa y espada el valor de los Omegas en la sociedad, claro esta que Taeyeon había tenido mucho cuidado en no dar a conocer que el paradero de su hijo en los años anteriores había estado en Abbyssay y no en Estados Unidos, como les había hecho creer a todos después del escandalo que se suscitó con la muerte de la Omega Jeon Yeji.

—Eh si, como usted comprenderá no puedo salirle a mi Omega con una noticia de ese calibre, así de buenas a primeras, es por esto que me gustaría pedirle una prórroga, una pequeña espera mientras puedo conseguir en efectivo la suma total de mi deuda.

—Lastimosamente Hobin-ssi, eso no será posible.

Una sonrisa ladina se perfilo en los delgados labios del Alfa más joven al hablar que no tuvo tiempo de disimular, sin embargo carraspeo y fingió un ataque de tos antes de seguir hablando.

—Me disculpo, creo que he pescado un resfriado, como te venia diciendo mi querido Hobin-ssi, eso no será posible, pues justamente por el sector en donde esta construida tu casa, la constructora de mi familia piensa en emprender un nuevo proyecto para construir una cadena de hoteles, por tanto nos viene como anillo al dedo tu propiedad, bueno nuestra propiedad ahora a decir verdad.

—¡Pero no puede hacerme eso!

—No a mi que soy amigo de toda la vida de su padre, pertenecemos al mismo clan, ¡EXIJO HABLAR CON ÉL! —La voz del Alfa mayor se elevo, estaba completamente exaltado, respiraba pesadamente y el ambiente se recargo del aroma a Alfa enojado, un aroma a limones y ají picante; el lobo de Taehyung se puso en alerta, listo para atacar a la menor provocación.

Taehyung estiro los dedos de su mano izquierda, justamente aquella en donde le faltaba uno de sus dígitos, y ante la mirada atónita de Hobin sus uñas comenzaron a agrandarse como filosas garras y sus 4 dedos se cubrieron de pelo, uniéndose y transformándose en una de las patas del lobo negro.

Esto era algo que Taehyung recientemente había aprendido a hacer, solo dejaba asomar una de las patas de su lobo y con eso bastaba para intimidar a quien quisiera, era tremendamente doloroso hacerlo, pero lo valía, además de que la tolerancia al dolor que había adquirido tras su duro entrenamiento en Abbysay, era excepcional.

—Tranquilo Hobin-ssi no hay por qué alterarnos, yo te tengo una propuesta que lo arreglara todo —sonrió ladinamente y la pata del lobo se escondió, volviendo su mano a su estado natural.

Y así fue como Taehyung terminó comprometido en matrimonio con el omega Jung Hoseok, le hubiese gustado que todo se resolviera con una noche de pasión, pero si lo pensaba mejor los Jung pertenecían a su clan, eran aliados, además de ser una familia de mucha influencia y ya que tenía al Alfa Hobin comiendo de su mano, iba a poder utilizar la pasteurizadora que tenía a su antojo, por donde lo viera ese matrimonio era un negocio redondo para él, además no es como que pensara encontrar pronto a su Omega destinado, claro si es que este existía y no eran delirios de viejos como Taeul.


La estancia estaba tenuemente iluminada por el fuego de la chimenea y todo lo que se escuchaba en la amplia sala era el crepitar del fuego, el crujir de las ramas mecidas por el viento tras los ventanales y la incesante lluvia, las llamas se reflejaban en sus ojos, dándole un aspecto surrealista, Taehyung estaba ahí de pie en la sala de la casa de sus padres, contemplando el fuego con las manos en los bolsillos del pantalón.

Se produjo un dolor en su cabeza no muy fuerte, el lado derecho de su cráneo palpitaba y eso era sumamente irritante, sin embargo, pudo sentir a su lobo un tanto inquieto en su interior, aunque continuaba en calma sin arañar la superficie en busca de tomar el control.

Con el paso del tiempo había logrado dominarlo pero eso no suponía victoria alguna para el, al contrario, el conocimiento de que ante la menor provocación el enorme lobo negro emergería de su interior sólo le brindaba una sensación de derrota al sentirse vulnerable ante la poderosa bestia que albergaba en su interior.

A esas alturas de su vida él no debería librar ese tipo de batallas con su instinto animal, pero lo hacía, pese a que dejó la adolescencia atrás y con ella todo tipo de descontrol hormonal, hace algún tiempo, al igual que todos los demás cambios en su cuerpo y mente que esa etapa conllevaba.

Era un adulto ahora, un hombre que había aprendido a convivir consigo mismo, a desenvolverse
en cada ámbito de su vida, que hubo dejado atrás el dolor y las debilidades y que no podía darse el lujo de ser irracional y dejarse controlar por el gran lobo negro.

El ruido de pasos acercándose en el pasillo le hizo girar la cabeza lo suficiente como para ver la cabellera de su padre aparecer en el umbral de puerta.

—Taehyung tenemos que hablar.

El Alfa lo observó dirigirse a la sala para tomar asiento en el mullido sillón color hueso, colocando el talón de su pierna izquierda sobre la pierna derecha y los brazos en los apoya brazos, él permaneció de espaldas, aun contemplando las llamas con la fascinación insana de un pirómano.

—Jeon se ha movido rápido las últimas semanas, aun no se que trama pero será algo grande.

—¿Junsoo? Pero si él nunca ha querido tomar parte ni a favor ni en contra de nuestro clan ni del de los Chá?

—Hay algo muy importante que aun no sabes —el Alfa mayor suspiro sopesando el peso y las consecuencias de lo que estaba a punto de revelarle a su hijo.

—Taehyung, Jeon Junsoo es el verdadero padre de la Omega del accidente, la que resulto muerta, ella y su hermano son sus hijos.

—¿Qué? Eso no es posible, Junsoo no tenía hijos —un leve gruñido se escapo de la garganta de Taeyeon.

—Claro que es posible, ¿acaso crees que soy tan estúpido como para no comprobarlo?, durante tu estadía en Abbysay hice mis investigaciones.

Taehyung enarcó una ceja incrédulo, sinceramente dudaba mucho de las buenas intenciones de su progenitor y si se había puesto en la tarea de investigar era por algo en su beneficio propio.

—No me digas, «que buen padre eres» —hizo las comillas con las manos en señal del claro sarcasmo usado en sus palabras.

—No tengo tiempo para tus ironías Taehyung, el caso es que averigüe que tanto la Omega como su hermano son hijos de Junsoo, ellos no lo saben, su madre se divorcio de él y terminó viviendo con el hermano menor de Junsoo y acordaron que este se haría pasar por el padre de los niños y él se alejaría para mantenerlos fuera de esta vida y supuestamente protegerlos.

—Ya veo, ¿y eso que conmigo? —pregunto Taehyung mas interesado ahora en las palabras de su padre.

—¿Cómo que qué contigo? Todo contigo Taehyung, ahora el cree que mataste a su hija, y sin duda alguna vendrá en nuestra contra, si es que no se le ocurre unirse a los Chá para acabarnos.

Taehyung se sentó al lado de su padre, su atención antes puesta en las llamas, ahora dirigida completamente a el.

—A ver, ¿Cómo esta eso de cree que la mate? Ella murió por mi culpa. 

Taeyeon resoplo, sus facciones dejando entrever el cansancio de los años y el debacle que la guerra había traído consigo en su aspecto.

—No Taehyung, te equivocas, no fue tu culpa su muerte.


6 años atrás...

—Todo esta listo señor, los frenos del auto fueron cortados y hay alguien que pondrá la droga en las bebidas de la Omega y de Kim.

—Muy bien, llego la hora entonces, yo voy a aprovechar cualquier provocación para hacerlo enfadar y que se vaya de la fiesta con la Omega.

—Así se hará señor, nosotros iremos detrás y cuando el auto se estrelle si sobrevive al choque la mataremos, nadie dudara de que fue culpa suya.

—¿Estas seguro de que cuando le tomen muestras de sangre no van a identificar la sustancia?

—No lo harán señor, la droga se camuflara con el licor que consumirá en la fiesta, también nos hemos asegurado de infiltrar a un mesero que se encargara
de emborracharlo casi hasta la inconsciencia.

—Bien te felicito, si todo sale como lo planeado tendrás un ascenso y una generosa bonificación.

—Gracias señor, con su permiso.

—Propio.

Después de una reverencia hacia su jefe se retiro, el otro hombre caminó al interior de la oficina y se sentó detrás del escritorio, se hecho hacia atrás en la silla reclinable, cerro los ojos cuando una solitaria lágrima se deslizó por su mejilla.

Tomó en sus manos el portarretratos que había en el escritorio observando la foto que contenía, se trataba de un Alfa, delgado, atlético, de cabello castaño y ojos oscuros, iguales a los suyos, era su hermano.

—¿Tenías que obsesionarte con ese insulso omega eh? Podías tener a cualquiera, pero justo tuviste que fijarte en ese pretencioso Omega.

Ya no había solo una lágrima, ahora un caudal de gotas saladas se desbordaba de sus ojos; hacia ya mas de seis meses que su hermano había muerto pero la herida seguía abierta, jamás dejaría de sangrar y doler, su partida fue tan intempestiva que no lograba superarlo.

Su hermano siempre fue un Alfa recto e inteligente, nunca quiso formar parte de los negocios ilegales de su familia, mismos por los cuales habían tenido que cambiar su verdadero apellido a Chá; su hermano no era como él o como su padre, él era mejor que ambos.

Su único error fue enamorarse y obsesionarse con Jeon Jungkook.

Lo cortejo durante mas de un   año pero el Omega siempre estuvo reacio a iniciar una relación con él, hasta que un día el Alfa preso de la desesperación y con las venas inundadas de crack lo cito en la universidad para realizar supuestamente un trabajo que tenían pendiente pues compartían algunas clases y cuando llego, lo drogo, se lo llevo a una bodega abandonada y le hizo creer que abuso sexualmente de él, dejándolo solo, tirado y desnudo en ese lugar.

Un mes y medio después el Alfa fue asesinado en circunstancias desconocidas, y ahora era turno del hermano de vengar su muerte, y aprovecharía para matar dos pájaros de un tiro, le quitaría al Omega a su hermana, tal como a él le habían quitado al suyo y de paso culparía a Kim Taehyung, el hijo de el peor enemigo de su padre.

Era el plan perfecto.

—¿Cómo dijiste?

—Estuve todos estos años investigando y hay cosas que no tienen lógica en todo ese asunto del choque donde murió la Omega.

—¿Cómo que cosas, a que te refieres exactamente?, habla claro de una vez Taeyeon, sabes que no suelo tener mucha paciencia.

El Alfa mayor resoplo antes de responder, sabia que tarde o temprano tendría que tener esa  conversación con su hijo, solo que él esperaba que fuese mas tarde que temprano y había intentado retrasar el momento todo lo posible.

—Tu sangre, tenía una dosis de éxtasis bastante alta, al igual que la sangre de la chica.

—Yo no recuerdo haberme metido nada ese día.

—Exactamente Taehyung, eso es otra cosa, por mucho alcohol que tuvieras en la sangre eso no es normal, eres un jodido Alfa y tu cuerpo debió haber asimilado mas rápido el licor, no era como para que tuvieras lagunas mentales.

Taehyung volvió a ponerse de pie, su respiración tornándose pesada y el ambiente colmándose de feromonas de Alfa enojado, su aroma habitual a roble desapareció y olía a madera quemada, parecía hervir de la ira y Taeyeon por un par de segundos temió por su vida, hasta a él le asustaba cuando se transformaba, ya era un hombre mayor y a pesar de su recio temperamento no se sentía capaz de lidiar con el enorme lobo negro.

Taehyung resoplaba como un animal enjaulado, daba vueltas en circulo al rededor de su padre y lo miraba amenazante, no quería hablar hasta lograr calmarse, él sabia que si perdía el control su lobo saldría a la superficie y necesitaba estar sereno para descubrir a quien le debía los cuatro años que había pasado en Abyssay y todo el sufrimiento y dolor que tuvo que soportar en aquel lugar, quien sea que fuera, lo iba a matar lenta y dolorosamente ¡por la Diosa que lo haría!

—¿Quién fue? —al fin hablo, aunque sonó mas como un sonido gutural, algo como un gruñido que Taeyeon apenas si pudo entender.

—No lo se, no dejaron testigos ni hay pruebas, fue un trabajo limpio.

De una sola zancada llego hasta su padre y le puso las manos en el cuello ejerciendo una leve presión.

—No te atrevas a engañarme una vez mas Taeyeon, ya no soy manipulable como antes de que me dejaras en ese maldito lugar, si me engañas una vez mas no dudare en arrancarte los ojos, que no te quepa la menor duda.

Taeyeon rugió y de un solo movimiento se libero del agarre de su hijo, podía estar viejo, pero él seguía siendo el lobo líder de su clan y no se iba a dejar intimidar por nadie. ¡Era un puto Alfa de sangre pura!

—No te estoy mintiendo, pero que no se te olvide con quien estas hablando Taehyung, no te lo pienso volver a repetir, una sola orden mía y mis hombres te regresan a Abbysay.

Una carcajada burlesca salió de los labios de Taehyung, al parecer quien olvidaba quien era quien, era su padre.

—No tengo tiempo para perder contigo, quiero ahora mismo todos los datos de la investigación que realizaste.

Taeyeon que ya suponía lo que su hijo le pediría, le tendió una carpeta con toda la información, Taehyung la tomo y salió de la sala y de la casa de sus padres dando un fuerte portazo al salir.

Condujo por unas cuantas calles aun sin mirar el contenido de la carpeta hasta que llegó a un semáforo en rojo en el que se vio obligado a detenerse, abrió la carpeta y ojeo las hojas leyendo entre líneas, no había nada realmente relevante que ya no supiera y llamara su atención, estaban los exámenes de laboratorio, los testimonios de algunos testigos, y también fotos... Fotos de Yeji y también de otro Omega, un chico castaño, de piel blanca y hermosos ojos color marrón chocolate, su lobo levanto las orejas y se puso alerta, su corazón se acelero y un sudor frío le recorrió la espina dorsal.

iY ahora ¿Qué le pasaba a su lobo?!

Miro el reverso de la foto y había un nombre, Jeon Jungkook, era el hermano de la occisa, rebuscó en los otros papeles, la ansiedad haciendo sus manos temblorosas, hasta que hallo la dirección, volvió a tomar la foto entre sus dedos y se quedo observándola unos segundos hasta que el sonido de los claxon a su espalda lo despertaron de su ensimismamiento pues ya hacia algunos minutos que el semáforo había cambiado a verde y estaba deteniendo el tráfico.

Hundió el pie en el acelerador y partió con un destino en su mente, la casa de ese bonito Omega, que no sabía por qué, pero necesitaba ver con una urgencia qué apretujaba su corazón en su pecho.

El camino se le hizo eterno pero al fin llego a la humilde vivienda, aparcó en la acera y se dirigió hacia la entrada, toco el timbre de la puerta y espero unos momentos hasta que esta se abrió.

Su corazón se detuvo en ese momento, ante él tenía al Omega con los ojos mas bonitos que había visto en su vida, le recordaban a las Estrellas y no sabia porque pero se le hacían familiares, como si ya los hubiese visto antes.

El lobo negro en su interior se removió y aulló de felicidad en su pecho.


Al fin había encontrado eso que no sabía que buscaba.

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