Capítulo 28
(No pago terapia después de leer este capítulo. Advierto desde ahora que en medio del capítulo Daerys tendra pequeños recuerdos de conversaciones clave que tuvo con Eddard y no fueron narradas, pero que son de importancia)
Casterly Rock.
El castillo llamaba la atención de cualquiera que lo viera en los mapas. Tan grande y majestuoso, pintado con oro a las costas del mar. Un castillo digno de una familia tan majestuosa como los Lannister.
Daerys Lannister.
Catelyn pensó en ello por un momento, recordando a la bastarda de su esposo como la única salvación de sus hijas. Tenía un mal presentimiento, de alguna manera sabía que todo saldría mal y su única esperanza era que esa niña terminara como señora de ese castillo, convirtiéndose en una leona para guardar celosamente la vida de sus hijas.
__ ¿Estás seguro de esto? __ Robb miró a su madre, analizando como ella pasaba sus arrugados dedos por el papel del mapa, observando fijamente cada estatuilla de madera sobre la mesa. Torres, leones, lobos, hombres degollados, todos listos para derramar más sangre.
__ No __ respondió sincero, dando un par de pasos para aligerar la sensación de entumecimiento que el estrés le estaba causando.
__ Es peligroso __ advirtió la pelirroja como si su hijo no supiera eso ya. Como si no estuviera preparado para morir desde que Casterly Rock llegó a su cabeza.
__ Si tomamos el castillo de Tywin, los Lord's de Westeros se darán cuenta de que no es invencible __ los grillos resonaban a las afueras de la tienda, las velas iluminando suavemente la tienda donde un hijo desesperado buscaba un consejo de su madre. La segunda mujer en la que más había confiado __ Tomaremos su hogar, su oro, su poder.
__ ¿Por qué me lo dices a mi? __ preguntó confundida, sabiendo que su posición en ese lugar todavía era la de una prisionera. Más obediencia le tendrían a Daerys como señora del Norte, que a ella misma.
__ Me suplicaste que no enviara a Theon a negociar con su padre, y yo ignore tu consejo. Ahora Winterfell está hecho cenizas, el Norte ocupado por los nacidos de Hierro y Bran, y Rickon están desaparecidos __ Catelyn bajó la mirada, ella no había dado ese consejo sin antes escuchar a Daerys __ ¿Y Casterly Rock?… Te pido tu consejo madre __ sus ojos brillaron con lo que Catelyn reconoció como suplica, solo pudo pasar saliva.
__ Yo nunca dí esos consejos sin escuchar a tu hermana antes, Robb. Yo no conozco de la guerra __ Robb bajó la mirada apenas escuchar eso, sintiendo ese molesto nudo en su garganta cuando la imagen de la peliplata con ese cuchillo en su vientre, aparecía en su mente como un mal augurio __ ¿Tenemos hombres suficientes? __ el menor no asintió, ni hablo. Solo tomo una de las torres que simbolizaba las fuerzas Frey.
__ Lo tenemos, si Walder Frey coopera __ allí estaba el gran detalle que ponía su victoria en juego.
Walder Frey no era una persona de fiar. Nunca lo había sido, ni lo sería.
__ Si Walder Frey coopera __ repitió la mujer con una mueca en su rostro, sus cejas levemente elevadas haciendo pasar saliva a Robb. Ni siquiera la primera parte del plan era segura __ Si sus refuerzos llegan de Desembarco del Rey, antes de que tomemos el castillo, estaremos atrapados entre el ejército Lannister y el mar __ Robb asintió, llevando la torre en sus manos al lugar correspondiente.
__ Perderemos la guerra y moriremos como murió papá, o peor. Con Sansa y Arya viéndonos morir junto a Cersei Lannister, el Matarreyes y… Daerys __ Catelyn bajó la cabeza, esa imagen reproduciéndose en su cabeza una y otra vez. Viendo a su pequeña Sansa llorando mientras le cortaban a su madre la cabeza, de la misma manera que a su padre.
__ Yo no sé mucho sobre la guerra Robb. Se que Daerys nunca hubiera permitido este plan, pero como tú madre, te pido que les enseñes a perder lo que más aman __ la suave voz de Catelyn fue rasposa por la ira en su pecho, los Lannister's le habían arrancando todo.
Ella iba a devolverles el favor.
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Daerys abrió sus ojos con confusión, buscando a Jaime por todo el lugar, pero estaba sola en ese desolado pasillo.
Las notas de las Lluvias de Castemere acariciando sus oídos.
Esa canción era tan fría y escalofriante que desde siempre la escuché como un canto fúnebre. Digna de sonar cada vez que los Lannister acabarán con sus enemigos.
Una puerta grande y de dura madera se alzaba frente a ella, detrás adornando la pared una gran ventana con una estrella de 7 picos. Nunca había estado dentro de las paredes del castillo Frey, pero recordaría ese ventanal toda su vida luego de mirarlo por horas esperando que Catelyn saliera con una respuesta de ese lugar.
Se acercó, escuchando la fuente de la música de ese salón y trató de empujar la puerta para entrar, pero confundida solo pudo ver cómo sus manos atravesaban la superficie. Sus brazos parecían desaparecer por unos segundos y sin algún miedo dió dos pasos hasta que estuvo dentro del salón, notando que nadie reparaba en su presencia.
Walder Frey estaba frente a todos en su gran mesa, comiendo como un cerdo con su copa en mano. Catelyn estaba en las primeras mesas, mirando el lugar con desconfianza en sus ojos mientras la estancia era inundada por pura tensión.
Robb estaba allí, con sus manos sujetando a Talisa, parecían susurrarse secretos de amor mientras ella veia el vientre que abultaba su sencillo vestido gris.
¿Qué hacían ellos allí? ¿Compartiendo mesa con un hombre sin lealtad?
__ Majestad __ Robb levantó la cabeza en dirección al Frey, la música se detuvo y Daerys en la entrada del salón pudo escuchar como obstruian las puertas.
__ Es una trampa… __ sintió todo el aire abandonar sus pulmones, sus tacones resonaron con cada paso que daba, acercándose a Catelyn desesperada con su vestido moviéndose siguiendo el compás de sus pasos __ Deben salir de aquí, Catelyn. Ahora __ habló frente a la pelirroja, la mujer no podía escucharla, nadie podía hacerlo.
__ Creo que he sido descuidado en mis deberes. Le he dado comida, vino y música, pero no le he mostrado la hospitalidad que se merece __ Daerys retuvo el aliento, mirando con desesperación cada rincón de ese salón. Sus ojos volvieron a Catelyn y la vió, sentada junto a Roose Bolton, tomando entre sus dedos la manga del traje del hombre para levantarla, mostrando la cota de malla que llevaba bajo sus ropas de gala.
Todo había sido un maldito plan.
__ Mi Rey se ha casado y le debo a mi Reina su regalo de bodas __ Catelyn grito tan fuerte como ella. Corrió desesperada hasta llegar a Robb abrazándolo tan fuerte como sus brazos le dieron, deseando protegerlo.
__ ¡Corre Robb! __ Roose Bolton corrió fuera del salón, pasando cerca de los guardias de Frey y Daerys sintió la primera lágrima bajar de su mejilla cuando el hombre saco un cuchillo, acercándose como un cazador al indefenso animalito que Talisa era en ese momento.
“__ ¿Por qué un Baratheon? Siempre dices que soy una joven hermosa, digna de las casas más nobles de Westeros __ Eddard la miró, jugando con el rollo de papel en sus manos con el sello roto de la casa Baratheon. Robert había pedido su mano, la mano de Daerys Stark para su hermano, Renly Baratheon. Acordando mantener el compromiso como un buen secreto, mientras sujetaban sus manos sellando el pacto de ambos matrimonios.
__ Los Baratheon podrán protegerte, por eso acepto esta oferta y no la de los Tyrell, las rosas doradas no son peligrosas. No debes preocuparte, la boda será en unos años cuando Sansa de a luz al primer príncipe __”
Los gritos de Talisa se escucharon por toda la habitación, el hombre enterraba el cuchillo con fuerza en su pequeño vientre. Una y otra vez, asegurándose de acabar con todo legado de los Stark.
La primera flecha fue disparada, dándole a Robb en el hombro con tal fuerza que lo desestabilizo, ella solo podía gritar mientras trataba de ayudarlo en vano, deseando con todo su corazón poder recibir todas esas flechas en lugar de Robb. Pero su cuerpo era solo una vaga ilusión en ese lugar, sin ser vista, sin ser escuchada, sin poder darle un último toque a la piel del hombre que añoraba en sus sueños.
“__ Los ciervos no son un animal depredador. Está el sol de Dorne y-
__ Los Leones de Casterly Rock __ completo con algo de molestia en su rasposa voz, sus ojos fijos en el fuego donde termino por lanzar el mensaje.“
Las flechas comenzaron a volar por el salón, dando en el blanco que cada hombre fijaba desde los balcones donde debían estar los músicos. Con sus ojos llenos de lágrimas pudo apreciar como el león dorado brillaba en cada una de las ballestas, que eran recargadas con una rapidez nunca antes vista por sus ojos.
“__ Siempre supe que encontrarte un esposo sería la decisión más difícil de mi vida. No dudo que serías una buena señora en cualquiera de estas casas y ponerte en medio de esos leones sería un gran movimiento, pero no puedo permitirlo… No puedo permitir que ellos te ensucien de tal forma que Tywin Lannister te deje de pie en un salón lleno de cadáveres, con las paredes teñidas en sangre y sientas orgullo.“
Lágrimas pintaban sus mejillas mientras se mantenía de pie allí, en medio de un salón lleno de cadáveres, mirando como Robb era derribado por las flechas en su cuerpo, como Talisa caía al suelo sujetando su sangrante vientre, como Catelyn se ocultaba debajo de las mesas buscando un lugar seguro.
No sentía orgullo.
Sabía que Jaime de alguna manera o otra debía tener una idea de lo que pasaría allí, que Tywin Lannister lo había orquestado para seguir llevando a su casa al poder. Casa a la que ahora pertenecía y debía estar orgullosa por cómo los enemigos de su casa caían muertos, pero ella no estaba orgullosa.
“__No puedo permitir que ellos te conviertan en una leona de oro, olvidando nuestras costumbres y todo lo que te enseñe. Que te hagan levantar tu espada contra nosotros mientras sostienen a tus hijos contra un cuchillo como amenaza, o que simplemente lo hagas porque el brillo del oro te cegara.“
Por segundos solo pudo escuchar la sangre fluyendo por sus cienes, sus ojos perdidos mirando a Talisa sangrando en el suelo. Asustada tocó su vientre, asegurándose de que estaba allí.
“__Si es tan difícil para ti soltarme padre, dejar que me vaya a kilómetros de nuestra manada, ¿Por qué no casarme con alguien del Norte__ Eddard negó ante sus ojos, hacer eso sería condenarla a no cumplir todo aquello a lo que estaba destinada.
__ Sería demasiado poco para ti, mereces más de lo que alguien de estas tierras podría darte. Mereces tener hijos que en un futuro sean príncipes, como siempre debió haber sido __ ambos se miraron sin saber cómo expresar todo lo que llevaban dentro, siendo los más conscientes del peligro que su manada corría a partir de su partida la mañana siguiente __ Seguirás aquí en el Norte hasta que las cosas se calmen, luego viajarás a la Capital a cumplir con tu matrimonio.“
Tal vez si nunca hubieras tomado esa decisión, padre.
Tal vez si me hubieras dejado ir contigo.
“__ ¡Yo debo ir con ustedes! ¡Debo ir a proteger a las niñas! __ grito molesta, sus ojos bañados en lágrimas que no se detenían.
__ ¡No debes hacerlo! ¡No lo haras mientras yo viva! __ Daerys retrocedió asustada, mirando por primera vez tanta molestia en el rostro duro de su padre.
Mientras yo viva siempre daré mi vida para que estés segura, hija.“
Tal vez ahora estarías vivo padre, tal vez no estaría aquí ahora.
Walder Frey sonreía mientras presenciaba su creación. Como la sangre manchaba el piso y las mesas, como las flechas seguían volando y cada uno de esos putos norteños caía.
Uno por uno.
Temblando Daerys se acercó a Robb, sus ojos soltando lágrimas de puro dolor mientras se dejaba caer de rodillas frente a él. Un desgarrador sollozo rasgando su garganta mientras trataba de tocar sus heridas, pero era inútil.
Tal vez nuestra manada seguiría en pie.
Cerró sus ojos mientras apoyaba su rostro en el pecho de Robb, doblegando su cuerpo mientras sollozaba, pidiendo misericordia de cualquier Dios que la escuchará. Por segundos pudo ver ese sueño, pudo ver esa fantasía que llegaba a sus pensamientos.
Ellos tranquilos en el Norte, jurandole lealtad a cualquier Rey con tal y que dejarán al Norte fuera de sus disputas. Su padre llegando tarde a la cena, Sansa y Arya peleando como de costumbre, Rickon haciendo un desastre con su cena mientras permanecía sentado en su regazo. Robb mirandola con una sonrisa desde el otro lado de la mesa, mientras conversaba con Bran dándole consejos de como usar el arco.
La paz danzando entre los pasillos de Winterfell mientras ellos ignoraban toda guerra que no fuera la suya.
__ Por favor no te vayas, por favor Robb __ rogó entre sollozos sintiendo como su corazón se rompió ante cada forzada respiración del hombre __ Debes escapar de aquí Robb, debes conocer a nuestro hijo __ el bullicio se alejo de ambos, como si ya no estuvieran en esa masacre y pudo sentir esas familiares manos tocando su cabello.
Era Robb, la miró con esos ojos del color del cielo por unos segundos, dándole esa mirada de amor que había anhelado todo ese tiempo, y luego se alejó, arrastrándose cada vez más lejos de ella para ir con Talisa.
Para ir con el cadáver de esa mujer, dejándola de lado.
Se quedó allí en medio de ese salón, con lágrimas bajando por sus ojos mientras veía la sangre manchar las mangas de su vestido y en ese momento, Catelyn se levantó. Salió de su escondite debajo de una mesa y tomó a un pobre muchacha del cabello, presionando con un cuchillo su blanquecino cuello.
Si ella estuviera allí haría lo mismo, lucharia hasta que no quedará nada de ella.
Pero esa noche estaba allí, y no podía hacer nada.
__ ¡Lord Walder! ¡Basta! __ el hombre la miró impaciente, molesto empujando su copa al ver cómo interrumpían su show. Catelyn estaba sería a pesar del dolor en su pierna, apretando con fuerza el cuchillo contra el cuello de la joven en clara amenaza __ ¡Que se acabé por favor! ¡Él es mi hijo! __ Daerys miró a Catelyn a su lado, la mujer se había acercado a su dirección para estar frente al Frey. Ella hacía un esfuerzo por dejar de mirar la escena de Robb llorando por la muerte de Talisa.
__ ¡Mi primer hijo! __ gritó en medio del silencio en el salón, un silenció tan escándaloso como una maldita fiesta en la cabeza de todos __ ¡Déjelo ir y le juro que olvidaremos esto! ¡Lo juro por los antiguos Dioses y los nuevos!
__ Ya me hizo un juramento, aquí en mi castillo. Juro por todos los Dioses que su hijo, se casaría con mi hija __ Daerys se levantó, sintiendose tan destrozada como ese día cuando vió morir a su padre. Sintiendo aun más impotencia porque nadie escuchaba sus gritos.
Ni siquiera podía estar allí con él, lamentándose en lo que serían sus últimos momentos.
__ ¡Tomeme como rehén! ¡Deje que Robb se vaya! ¡Robb! ¡Levantate! __ Daerys se acercó a él, sus rápidos tambaleando un poco. Desesperada creyendo que de alguna manera las palabras desesperadas de Catelyn detendrían ese desastre.
__ Levántate por favor, Robb levántate __ el pelirrojo siguió allí, mirando el cuerpo de Talisa con dolor.
__ Ni siquiera pude amarla como lo merecía… __ su voz se escuchó como un susurro entre los desesperados gritos de su madre porque se levantara de ese lugar y se fuera. Rogando por la vida de su hijo como solo una madre como ella podía llegar a hacerlo.
__ ¿Y por qué dejaría que se fuera? __ preguntó el viejo Frey con una ceja alzada. Catelyn volvió a jalar el cabello de la chica en sus brazos, mostrando su rostro mientras cortaba un poco su piel con el cuchillo.
Daerys llena de ira, con todo su cuerpo temblando por la mezcla de sentimientos y pura frustración en su pecho se acercó a una mesa, la pateó con fuerza, tirando al suelo todo lo que había sobre ella mientras gritaba con fuerza.
Todos en el lugar callaron, mirando asombrados el lugar de donde venía el grito, dónde todo ahora estaba en el suelo junto a dos cadáveres.
__ ¡Por mi honor como Tully! ¡Por mi honor como Stark! ¡Déjelo ir o le cortaré el cuello a su esposa! __ Daerys miró sus manos temblorosas, se acercó a Robb escuchando los gritos de Catelyn y apartó el cadáver de Talisa con todas sus fuerzas, logrando moverlo. Robb pareció perdido, pero aún así se levantó con esfuerzo.
__ Encontraré otra __ habló con Walder con una sonrisa de dientes picados en su rostro, la satisfacción asomándose en su rostro. Daerys intentó acercarse, pero algo rodeó su cuerpo enteró, lo que parecían tentáculos negros la envolvieron por completo.
Desesperada comenzó a removerse, queriendo gritar de puro dolor cuando Roose Bolton se acercó a Robb.
__ Los Lannister mandan sus saludos, también su futura señora __ Daerys solo pudo llorar. Mirando desde su lugar como la vida de Robb se escapa de sus ojos, mientras la daga se hundía directamente en su corazón.
Lo último que había escuchado era un acto de pura traición de su parte.
“__ ¿Me amarás siempre Robb?
__ Cada día de mi vida Daerys, te amare hasta el día que mi corazón deje de latir __”
No cumpliste esa promesa, no cumpliste ninguna de tus promesas, Stark.
Daerys solo pudo cerrar sus ojos, sintiendo su corazón doler de maneras que nunca podría describir. Se dejó caer en una profundidad oscuridad mientras escuchaba el grito de dolor de Catelyn.
La oscuridad la envolvió como una antigua amiga, siempre pensó que su vida sería así de fría desde el momento que Robb partiera de este mundo.
Su vida no tendría sentido sin él, no tendría nada sin él.
Pero allí, en el fondo de ese abismo se veía pura luz, una luz tan radiante que tuvo que cerrar los ojos por unos segundos.
Cuando los abrió, allí estaba él. Jaime Lannister sonriéndole con una capa gris y adornos rojos en su brazo. Mirándola con tal adoración que sintió el dolor en su pecho pasar a segundo plano por unos segundos.
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__ ¡Corran!
Confundida abrió sus ojos violáceos. Ya no estaba en el salón de Walder Frey, ahora estaba en ese lugar que nunca podría olvidar.
Estaba en el bosque de los Diose, estaba en Winterfell, estaba en casa.
__ ¡Daerys y Robb se van a casar! __ un niño paso corriendo como una flecha a su lado, tardó un par de segundos en reconocer esos salvajes cabellos negros. Ese era Jon, detrás de él paso corriendo una pequeña versión de Robb llevándola de la mano a ella.
__ ¡Nos casaremos y yo seré una princesa! __ con lágrimas bajando por sus mejillas siguió al trío de niños. Sus ojos fijos en como su larga cabellera de plata se movía con el viento, lo que parecía la pesada piel de lobo de su padre colgando de sus hombros, pero aún así seguía siendo rápida.
Soltó una pequeña risa al recordar que esa noche cuando pidió disculpas a su padre, el hombre le aseguro que algún día sería lo suficientemente fuerte para llevar a Ice sin problemas.
Siguió a la versión pequeña de ella casi corriendo, escuchando sus risas hasta que en algún punto se detuvo para mirar el lago, notando su aspecto deplorable y como las mangas de su vestido estaban manchadas con sangre. Su imagen pareció recordarle todo lo que había pasado, arrastrandola fuera de la felicidad que sentía dentro de ese hermoso recuerdo.
__ ¿Seguimos? __ dió un salto apenas escuchó esa voz. Aturdida dio unos pasos atrás, alejandose de ese hombre tan parecido Robb __ No soy él, pero compartimos lazos, vamos madre __ soltó como si adivinara sus pensamientos y le ofreció el brazo a la peliplata.
__ ¿Quién eres? ¿Que haces aquí? __ los ojos azules del hombre se enterraron en ella, sus rizos rojos brillando bajo el sol del Norte.
__ Soy tu hijo, madre. Sabes cuándo puedo ver éstas cosas con ayuda del tío Bran, no puedo dejar de pensar en que padre tiene razón. No cambiaste mucho con los años, sigues identificada, padre es un anciano a tu lado __ solo pudo sonreír levemente ante lo divertido que el joven hombre parecía. Sus ojos fijos en el Arciano que estaba cada vez más cerca.
Pudo verse allí, con Jon haciendo de Septon frente a ellos. Uniendo sus manos con una soga que habían encontrado en el camino, otra vez no pudo contener las lágrimas, pero está fue abrazada. Envuelta con una calidez que le dió paz a su alma.
__ No llores madre, siempre has dicho que el odiaba verte llorar tanto como padre. Deja de llorar por él, debes ser fuerte, yo te necesito, padre te necesita. Debes ser fuerte.
Solo pudo asentir, jurandole a ese joven muchacho que sería fuerte aun si no sabía quién era.
La llamaba madre con tal cariño que removía cada particula de lo que era, eso era suficiente para confiar en él.
En esa parte de si mismo, que Robb dejo en este mundo.
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__ ¡Daerys! __ el grito que la desperté está vez fue reconocido por todos sus sentidos, ni siquiera abrió bien sus ojos cuando ya se estaba lanzando sobre el maldito rubio golpeandolo con fuerza en su rostro y pecho.
La furia brotando de ella contra el primer Lannister en su camino.
__ ¡Maldito Lannister! __ Jaime la sujetó con fuerza, empujándolo contra la cama donde antes se removía por sus extraños sueños.
__ Baja la voz, reacciona maldita sea __ la mujer siguió removiendose inquieta, siendo difícil retenerla con su única mano, por lo que no le dejo más opción que aplastarla con su cuerpo para mantenerla quieta __ Cálmate, estamos en una posada camino a Desembarco del Rey. Vamos a cambiar a las niñas Stark por mi cabeza.
Daerys se detuvo, esas palabras refrescando su mente después de las visiones que los Dioses le habían dado. Empujó al rubio como pudo, las lágrimas volviendo a escapar de sus ojos sacandole un suspiro a Jaime.
No le gustaba ver a esa enana llorar.
__ Daery-
__ Tu familia me ha quitado todo Jaime… Han matado a mi hermano, al padre de mi hijo. Le han cortado la cabeza a mi padre y encarcelado a dos pequeñas niñas como criminales de guerra __ el mayor la miró por unos segundos, como su labio inferior temblaba y trataba de secar sus lágrimas sin éxito.
__ Robb está muerto, y ha recibido los saludos de la señora Lannister antes de morir __ murmuró con el rencor filtrándose en cada palabra que dejaba su boca.
Jaime solo pudo abrazarla, como ella lo había hecho cuando el maestre curaba su mano.
Dejando que se apoyará en él y soltará todo el dolor que adormecía sus sentidos.
Dejando que otra vez los lazos entre ellos se enlazaran con más fuerza.
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No tengo palabras para describir lo mucho que no me gustó el resultado de este capítulo, pero en fin, la vida sigue.
No olvides dejar tu voto y comentar lindura.
LadyArtemis.
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