Capítulo 27
Jaime arrastraba sus pies por los sucios pasillos de Harrenhall, sus labios temblaban levemente por las ráfagas de viento frío que estraban por los agujeros en las paredes. Los guardias caminaban con lentitud detrás de él, como si supieran que no haría el mínimo intento de escapar sin Daerys, que lo esperaba en su habitación al no tener el corazón para hablar con Brienne.
La puerta fue abierta para él, hizo una mueca de disgusto al notar las horribles condiciones en las que tenían a la rubia, pero como siempre no podía hacer nada. Ahora más que nunca sabía que no podía hacerlo.
Brienne se levantó ante él, su rostro siendo iluminado por las dos únicas velas en toda la habitación. La luz de la luna entrando por el gran agujero en la pared, cubierto con palos para evitar cualquier escape por este.
__ Pensé que ya se habrían ido __ soltó con sus ojos fijos en el muñón del hombre. Jaime suspiró haciendo un esfuerzo por no sentirse mal por esa mirada de lástima, aunque fuera imposible.
__ Mañana __ respondió algo ido, sin tener la mínima idea de como tratar con la rubia.
¿Cómo debía hablarle a alguien que estaba por dejar a su suerte?
__ ¿Te han dicho lo que planean hacer conmigo? __ Preguntó manteniendo su cabeza en alto, su voz firme como siempre solía ser. Sin titubeos o faltas de aire, solo una mujer segura.
__ Lord Bolton saldrá mañana también __ Jaime asintió levemente al soltar esas palabras, consiguiendo algo de valentía para mirarla a los ojos __ Va a Los Gemelos para la boda de Edmure Tully. Tú te quedarás aquí __ la rubia asintió, queriendo sonreír sin gracia, consiguiendo solo una mueca torcida en sus labios.
__ Con Luke __ asintió ante las palabras que dejaron sus labios, notando como el caballero seguía cada uno de sus movimientos, parecía asombrado al verla con un vestido.
El silencio se sembró en la habitación como una malesa, esparciendo sus ramas por lo que parecieron segundos, dónde ninguno se miró a los ojos. Solo allí en silenció, hasta que Jaime se canso de el y con sus ojos moviéndose de manera nerviosa, y su boca seca a falta de agua se acercó a ella.
__ Te estoy en deuda __ Brienne levantó la cabeza, imitando su acción con pasos firmes hacía el. No los odiaba, no sentía rencor por ser abandonada como cualquiera pensaría, ella estaba tranquila. Estaba salvando la vida de dos personas que cumplirían sus promesas, que cumplirían el juramento que ella hizo ante Catelyn Stark.
__ Cuando Catelyn Stark te libero, los tres le hicimos una promesa. Ahora es responsabilidad de ambos, dieron su palabra. Cumplan la promesa y considera la deuda pagada __ Jaime levantó la cabeza, sus ojos fijos en esos redondeados ojos frente a él __ Cuida de ella y de su hijo, hazlo Jaime. Nunca abandones a Daerys como ya muchos lo hicieron.
El tono de tristeza sobrecogio a Jaime, las palabras de la rubia eran seguras, pero envueltas con ese dolor que no podía ocultar y solo pudo asentir. Preguntándose si Daerys entendía la gran devoción de la mujer hacía ella, imaginaba que sí.
Daerys era el tipo de persona con un aura tan imponente y un corazón tan noble, que solo ganaba personas devotas a ella con sus acciones o palabras. Personas dispuestas a dar la vida por ella o por sus deseos.
__ Le devolveré a las jóvenes Stark a su madre, eso lo juro… Si algo llegará a pasar y no tuvieran una madre, puedes estar tranquila sabiendo que Daerys nunca dejaría solas a las Stark __ Brienne asintió, mirando de manera perdida al Lannister, tratando de ignorar esa mirada que la hacía estremecer por alguna razón que no entendía.
__ Adiós, Ser Jaime __ las palabras de Brienne se hundieron en su pecho y solo pudo asentir ante ella, preguntándose en que momento le había comenzado a doler tanto ese tipo de situaciones. El nunca sentía tanto por una persona cualquiera en su camino.
Aunque tal vez Brienne no era solo eso, si no una amiga, un apoyo.
Sin decir nada salió de la habitación, con su boca seca aún sin poder encontrar las palabras correctas volvió a su habitación. Sus ojos brillando al encontrar a Daerys dormida, abrazándose a si misma por el frío en la habitación.
No sabía que pasaba, solo sabía que él, ya no era el mismo.
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El bullicio en el patio no hacía más que empeorar su dolor de cabeza. Todos los soldados tenían sus miradas en ellos, en como se mantenían tan juntos con sus cabello brillantes bajo él sol, luciendo como perfectos nobles aún si el Lannister vestía como un simple mozo de cuadrilla, a falta de ropa decente de su talla.
Daerys iba enfundada en su vestido azul oscuro, las mangas largas llegando casi a sus rodillas mientras su cabello apenas y llegaba a tocar sus hombros después de tantos cortes, y mechones arrancados de raíz. Jaime solo podía preguntarse como aún podía verse tan brillante y hermoso.
__ ¿Puedes subir solo? __ asintió sin apartar sus ojos de ella, de su rostro todavía pálido y sus labios quebrados.
__ Creo que si __ respondió después de unos segundos, sus ojos fijos en como ella ajustaba la montura al caballo por él. Era difícil hacer todo con una sola mano __ ¿Estás tomando lo que te dió el maestre? __ pudo ver cómo se tensaba, sus ojos violetas evitando los suyos con ahínco.
__ No, no confío en él hombre. Una sola hierva y tendré a mi hijo fuera antes de hacer o decir algo __ quiso quejarse, pero sabía que ella tenía razón __ Por eso no correré en el caballo asi tome más tiempo llegar a la Capital. No pondré a nuestro bebé en riesgo.
Nuestro...
Él Lannister asintió haciendo un esfuerzo por ignorar su acelerado corazón, entendiendo por fin los motivos de su petición al Teniente encargado de su marcha a la capital. El viaje no era muy largo, pero era riesgoso para una mujer embarazada que no viajará como se debía.
__ Supongo que tienes razón, como siempre __ soltó con fingido disgusto sacandole una sonrisa, sus verdes ojos brillando como si ver su expresión iluminará su vida en segundos.
Si le preguntaran como se habían acostumbrado al otro en tan poco tiempo, no tendría una respuesta clara. Ninguno de los dos entendía en que momento había pasado, pero solo dejaban que todo fluyera.
Esperando no terminar en una tormenta que perturbara aún más las aguas del mar, las cuales apenas habían conseguido calmar.
__ Qyburn espera que tú padre, obligue a los grandes maestres a devolverle su cadena __ ambos voltearon sus rostros para ver a Lord Bolton. Jaime ignorando al hombre a pesar de que había estado observandolos desde que piso el patio.
__ Mi padre lo hará Gran Maestre si me da una mano nueva __ soltó el Lannister con el sarcasmo pintando su voz mientras subía al caballo con algo de esfuerzo. Rogando a los Dioses por acostumbrarse a la vida sin una mano pronto.
__ Espero que le entregué mis saludos a Lord Tywin __ Jaime volteó a verlo, su cabello cayendo de manera algo descuidada sobre su frente ocultando su ceño fruncido. Daerys a su lado subía con gracia al caballo sin mirar a nadie.
__ Dígale a Robb Stark que lamento llevarme a su mayor recurso en esta guerra, a su Reina. Los Lannister's le mandan saludos, en especial la futura señora Lannister __ Daerys se tensó, volteando su cabeza con el ceño profundamente fruncido para ver al rubio. La ira naciendo en su pecho, por primera vez en mucho tiempo dirigida al Lannister.
No dijo nada, ambos guiando a los caballos a la gran puerta del castillo. Luke se acercó a ellos, soltando sus palabras estúpidas que fueron ignoradas por ambos nobles, aunque Daerys quería soltarle una buena maldición, prefirió callar.
__ Espero que no vuelvas a decir una mierda como esa. Seré una Lannister pronto, pero nunca estaré contra la casa Stark __ una fuerte ráfaga de viento sacudió sus cabellos. Ambos se miraron y Jaime solo pudo sonreír tratando de que notará la pequeña broma, pero era inútil sabiendo qué había ofendido al pequeño lobito de la mujer a su lado.
__ Está bien, Lady Lannister __ tuvo que hacer un esfuerzo por no reírse al verla completamente tensa.
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Daerys se sentó en una piedra junto a Jaime, cerrando sus ojos por unos segundos dejando que el aire fresco acariciará su rostro.
Decidieron descansar en una pradera para sanar las heridas del rubio, todo por orden del Maestre. No estaban muy lejos de Harrenhall, avanzaban demasiado lento para el gusto de muchos, pero era lo adecuado para la condición de una de sus viajeros con importancia. Daerys pasó saliva escuchando a los caballos relinchar, sus ojos fijos en el muñón apenas sano de Jaime.
La corrupción se había ido y solo quedaba esperar que la piel se juntara cerrando la herida.
__ ¿Cómo va el dolor, mi Lord? __ la voz de Qyburn era molesta para la chica, aunque todo lo era últimamente. Le insistía tanto por tomar sus remedios para los mareos que Jaime había tenido que intervenir para que no terminara por reventarle la botella en la cabeza. Ahora estaban allí sentados, los tres juntos mientras revisaban al rubio.
__ ¿Cuál es el propósito de un brazo sin la mano? __ preguntó mirando su carne expuesta con disgusto, sintiendo como la mirada de Daerys casi le quemaba. Había aprendido a las malas que ella odiaba que hiciera ese tipo de comentarios.
__ Detuvimos la corrupción __ ambos nobles miraron al “Maestre” con disgusto, la risita que había soltado por su logro molestandolos.
__ Si, detuvimos la corrupción __ repitió Jaime con el sarcasmo surfeando por cada palabra y la molestia instalándose por segundos en sus marcadas facciones.
Maldito enano de mierda.
__ Es usted un hombre inteligente __ soltó Daerys mientras vigilaba sus acciones. El cuchillo ocultó en su manga listo para rebanarle el cuello ante cualquier amenaza.
__ Para lo que me ha ayudado __ soltó con una mueca en su rostro. Lamentaba que su inteligencia fuera tanta que lo hubiera llevado a perder sus cadenas, solo porque otros le temían a su mente. Fijo sus ojos en la peliplata, sus arrugadas manos sosteniendo una botella de leche de amapola para esparcirla por la herida del hombre.
__ Hizo un buen trabajo conmigo, es mejor para este trabajo que el maestre Pycell __ el hombre soltó una pequeña risa, sin ver a ninguno más concentrado en su trabajo.
__ Dudoso halago mi Lord __ habló mientras dejaba la botella dentro de su bolso de viaje y sacaba las vendas.
__ ¿Por qué los maestres le quitaron la cadena? ¿Lo vieron tocando a un niño inapropiadamente? __ las preguntas dejaron los pálidos labios de Daerys con desinterés, más interesada en como el viento parecía llevarse sus mareos por cortos segundos.
__ No mi Lady, esa no es mi debilidad __ respondió con una pequeña sonrisa en sus labios, apretando un poco más el vendaje de Jaime sacandole una queja.
__ ¿Cuál es? __ ambos se miraron, Jaime permaneció tenso entre ambos sabiendo que gritaban los ojos del hombre.
Pensaba que Daerys era demasiado curiosa para ser una dama “normal”.
__ La curiosidad __ Daerys lo miró con interés, queriendo escuchar algo verdaderamente lógico de su boca __ La única manera de tratar una enfermedad, es entendiendola y la única forma de entenderla, es estudiando a quien la padece __ la peliplata casi tuvo una arcada de solo imaginar a lo que se refería.
Le habían quitado la cadena por estudiar con personas vivas.
__ Realizó experimentos en hombres vivos __ afirmó Jaime con una mueca de disgusto en su rostro. Los maestres tenían toda la razón al quitarle las cadenas y alejarlo de cualquier lugar donde tuviera acceso a mas personas.
__ Hombres moribundos __ se defendió manteniendo su cabeza baja, vendando con cuidado el muñón ajeno para evitar otra infección.
__ ¿Con su permiso? __ preguntó la menor con una mueca en su rostro. Enfermos o no, eran personas vivas que sentían.
A menos que tuvieran escama gris claro. Ellos solo perdían la cabeza y se volvían agresivos.
__ Mis estudios mi Lord y mi Lady, me han dado entendimiento que ha salvado muchas vidas __ ambos mantuvieron el ceño fruncido. Daerys negándose a volver a hablar cuando su mareo se hizo más fuerte.
__ Indigentes moribundos asumo, hombres sin familias que se quejen. Los encontró tirados en algún hospicio e hizo que los llevarán hasta su desvan, y los abrió para ver que eran lo que tenían dentro __ Qyburn terminó de vendar el muñón de Jaime y lo miró a los ojos, notando como este lo ignoraba con la preocupación pintando sus rasgos cuando Daerys tuvo una arcada de solo escuchar sus palabras, pero tan fuerte como era la joven no devolvió su estómago, logrando retener el impulso de hacerlo.
__ ¿A cuántos hombres ha matado mi Lord? ¿O usted mi Lady? __ la pregunta tomó por sorpresa a ambos. Jaime no respondió, Qyburn trataba de adivinar a cuantos llegando a la conclusión de que eran incontables. Ni Jaime mismo sabía a cuántos hombres había matado en sus 40 días del nombre.
__ ¿Usted mi Lady? ¿También son incontables? __ la menor negó, dándole un largo sorbo a la botella de agua que le habían entregado.
__ 458 hombres, 68 apenas eran unos críos al igual que yo. Cometieron la desgracia de pensar que yo era tan mala con la espada como ellos __ ambos hombres la miraron asombrados, tanto por el número, como por saber que llevaba la cuenta.
Lo hacía solo por la culpa, quería tener un número exacto para darle a los Dioses cuando su muerte llegará.
Debía asegurarse de que su alma valiera lo mismo que todos esos hombres juntos.
__ ¿Cuántas vidas han salvado? __ la pregunta dejó quieta a Daerys, no tenía una respuesta acertada, pero Jaime parecía tenerla. La forma en la que sus ojos brillaron y respondió al instante asombró a Daerys.
__ Medio millón __ Qyburn lo miró, la leve sonrisa en sus labios borrandose en un milisegundo. Daerys lo miraba con las cejas levemente elevadas, sus ojos brillando en un suave violate cautivandolo __ La población de Desembarco del Rey __ Daerys asintió comprendiendo, recordando con un imperceptible sonrojó su conversación en el baño. La cuál no podía recordar sin sonrojarse ahora que los pajarillos de Varys esparcieron por todo Westeros que habían follado como animales apenas tuvieron la oportunidad __ ¿Estaba a cargo de los cuervos en Harrenhall? ¿Envío uno con el padre de Brienne De Tharth?
El maestre lo miró por unos segundos, todavía levemente asombrado por lo escuchado hace unos segundos.
__ Un cuervo voló y un cuervo regreso __ respondió después de recuperar la compostura. Viendo como Daerys ayudaba a Jaime a colgar su brazo a la cuerda en su cuello, como si ya conociera perfectamente todos los cuidados del rubio y pudieron hacerlo sola __ Él Lord De Tharth, ofreció 300 dragones de oro por el regreso de su hija __ Jaime asintió levemente, Daerys mirandole el pálido rostro con algo de preocupación.
Ambos parecían muertos, muertos a nada de partir con los Dioses. Aunque el baño había ayudado un poco.
__ Una oferta justa __ opinó Jaime, dando un pequeño asentimiento en dirección al maestre.
__ Justa, pero Luke no la aceptó. Está convencido de que nadie hará nada por una traidora y decidió quedarsela. Dice ya no necesitar más oro cuando Daerys Stark llegue sana y salva a la Capital, y Tywin Lannister le pagué por sus buenos servicios __ Daerys se mantuvo sentada en su lugar, la vena de su frente marcandose por la pura molestia que sentía.
__ Son tontos si la matan __ soltó el Lannister con el ceño fruncido, preguntándose que tan loco tenía que estar un hombre para violar a la Hija de Eddard Stark y luego matar a una noble.
__ Estos hombres han estado en guerra mucho tiempo, muchos habrán muerto para el invierno. Ella será su entretenimiento está noche __ el viento sopló moviéndo los cabellos de la chica. Jaime la miró tratando de encontrar algún consejo en ella y lo encontró en sus ojos sin ningúna palabra de por medio.
Debes ir por ella.
__ Después de esta noche, creo que ella ya no les importara mucho __ Qyburn dejó de hablar cuando Jaime Lannister se alejo de él. El relinchar de los caballos y el canto de las aves llenando el ambiente mientras ambos venían al Lannister hablar con el Teniente __ ¿No irá mi Lady? __ Daerys negó, manteniéndose quieta en su lugar aun cuando Jaime se montó en su caballo.
__ No puedo correr como ellos, se quedarán dos hombres y usted junto a mí. Iremos detrás de ellos a galope __ Qyburn la miró con sus cejas levemente elevadas, entendiendo a que se referían cuando hablaban de como la dama frente a él siempre parecía creer que el mundo estaba a sus pies.
Tal vez si lo estaba.
Cómo ella lo dijo paso, minutos después iban a galope escuchando a la distancia el relinchar de los caballos y sus pasos rápidos alejarse cada vez más. Quería ir tan rápido como ellos, salvar a Brienne junto a Jaime, pero no podía.
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Cuando llegaron a Harrenhall, Qyburn corrió hacia Brienne para curarla siguiendo las órdenes de Daerys. La mujer tenía profundas heridas causadas por las garras de un oso.
Un maldito oso y varios guardian cantaban la conocida letra de “La Doncella y El Oso”.
Jaime se acercó a ella cuando vió sus ojos brillando con ese peligroso color oscuro, tomó su mano derecha viendo como temblaba de la ira.
__ Cálmate, estamos bien. Ambos estamos bien __ Daerys negó soltandose de su agarre tratando de caminar a las puertas de Harrenhall para golpear a cada maldito idiota, pero Jaime la detuvo. Tomando sus mejillas con su única mano para hacer que lo mirara a los ojos, cosa que solo logro enfurecerla más al ver todas las heridas adornando su piel.
__ ¡Suéltame Lannister! __ tanto Qyburn como Brienne escuchaban en silencio el encuentro, siendo los únicos que no los miraban como todos los guardias.
__ ¡No! Entiende que estamos bien y si vas a allá pelearán y van a atacarte hasta matarte. Ya estamos tranquilos y nos iremos ahora a la Capital, por el bien de nuestro hijo lo haremos __ Daerys se congelo, mirandolo con sus perlas perdiendo el color, como la madrugada ante el amanecer.
Él había llamado a su hijo, nuestro. Estaba tomándose demasiado enserio su misión de ayudarla.
Daerys solo pudo callarse ante todo lo que estaba invadiendo su mente.
Apoyándose de manera inconsciente en el rubio para calmar su ira y la maraña de pensamientos en su cabeza.
Haciendo un gran esfuerzo por ignorar la extraña sensación en su cuerpo, y el hecho de que por primera se había sentido bien ser dominada de esa forma. Con la fuerte mano de ese rubio mantenidola quieta.
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__ Siempre tan cuidadosa con cada detalle __ Shiera sonrió levemente hacia Daenerys, el vapor que salía del agua molestando un poco a su rostro, pero mientras la hermana de su señora estuviera en la tina, ella debía estar allí.
__ Las Doncellas en Westeros debemos ser cuidadosas __ murmuró con la cabeza baja, sus manos siendo rapidas para quitar cada rastro de suciedad de la pálida piel contraria, limpiando incluso bajo sus uñas con palillos que había fabricado ella misma.
__ Doncellas de Westeros… ¿Todas son así con sus señoras? __ Shiera dudo antes de asentir, lamiendo sus labios bajo la atenta mirada de la Targaryen.
__ Cuidadosas si, pero no todas las Doncellas son tan leales como yo a mi señora Daerys. Muchas tienen tan poca lealtad que venden los secretos de las nobles a sus enemigos __ Daenerys asintió entendiendo, comenzando una conversación con Missandei. Asombrada por todos los idiomas que la morena era capaz de hablar.
Shiera siguió tranquila, dejando a Missandei con la esponja en mano mientras ella caminaba hacia la mesa en busca del agua de lavanda, para verter un poco en la tina de hierro, donde Daenerys trataba de pronunciar correctamente una palabra en Dothraki.
Siempre le gustó el silencio, cuando no estaba junto a su señora o Joe solía estar callada, cumpliendo con sus tareas como siempre se le ha enseñado a una buena doncella. Confundida detuvo sus movimientos, mirando fijamente una de las telas de la tienda, la cual separaba el baño de la Khalessi de la vista de todos fuera.
Shiera apenas pudo reaccionar apretando la mano que se cernía en su boca, quitandole la posibilidad de gritar para llamar a su pareja. Joe se convirtió rápidamente en uno de los guardias de la Targaryen en ese poco tiempo.
Sus gritos fueron ahogados, el cuchillo que se presionaba contra su garganta haciéndola temblar por el miedo, pero aún así mordió la mano de su captor con fuerza.
__ Nada de gritos o ella muere __ Missandei y Daenerys estaban tensas, sus corazones latiendo tan rápidos como el de la asustada norteña entre los brazos de aquel desconocido. La sangre deslizándose por su mentón hasta caer al piso.
“Siempre serás reemplazable, tengo la sensación de que esta esperando deshacerse de nosotros para tener los dragones”
Shiera apretó sus ojos asustada, recordando las palabras de Joe mientras sentía al hombre quitarse el casco de los Inmaculados, se había vestido como ellos para entrar. Temblo en su lugar, el sabor de la sangre causándole asco mientras sentía unas apabullantes ganas de llorar y estar entre los brazos de su pareja para sentirse tranquila, sabía que debía ser fuerte y no soltaría al maldito gusano por nada.
Debía tirarle los dientes para lograr que lo hiciera.
__ ¿Qué es lo que quieres? __ Daenerys preguntó después de unos segundos, su rostro calmo ocultando todo el miedo que circulaba dentro de su mente.
__ A usted __ soltó con naturalidad, sus cabellos castaños cayendo sobre su frente de manera despreocupada, como si no estuvieran a nada de arrancarle un pedazo de la mano. Su espesa barba ocultando sus definidos labios mientras enterraba sus ojos en la peliplata.
Aunque justo en ese momento no sabía cuál le era más apetitosa.
La exótica mujer de cabellos como la Luna o la pelinegra en sus brazos. Con esa piel tan blanca enrojecida por el sol al que no se acostumbraba, sus finas facciones acompañadas de esos ojos azules.
__ Déjala ir __ ordenó Daenerys de forma casi suave, haciendo uso de su autoridad para manejar la situación.
__ No grites joven hermosa __ Shiera dió una larga respiración apenas se vio libre, sus manos no dejaban de temblar al igual que su labio inferior, mientras limpiaba con brusquedad la sangre que tenia en la boca. Se alejó del hombre como una exhalación, casi corriendo hasta quedar al otro extremo de la habitación. Si algo pasaba correría, tomaría a los dragones y caballos para ir al puerto cercano.
Volvería a Westeros apenas Daenerys diera su última respiración.
__ Te enviaron a matarme __ aseguró Daenerys sin tener la necesidad de preguntar, lo sabía de solo ver al hombre. Quien parecía más interesado en ver cómo los pechos de la mujer se asomaban con cada movimiento en la tina __ ¿Por qué no lo has hecho ya? __ preguntó mirando fijamente al castaño.
__ No quiero hacerlo __ aseguró con un gesto en su rostro, en sus ojos vibrando una extraña emoción que Daenerys no podía descifrar.
__ ¿Que dicen tus Capitanes de eso? __ el hombre se rió levemente mientras sacaba la bolsa que colgaba de su cuello.
__ Pregúntele a ellos __ soltó antes de sacudir la bolsa tirando el contenido al piso. Las cabezas de los dos hombres que Daenerys había conocido esa misma mañana estaban allí frente a ella, muertos después de haberla insultado y tomado por una puta.
__ ¿Por qué? __ Daenerys preguntó tranquila ante las partes humanas en el piso. Missandei a su lado se removió asqueada mientras Shiera miraba la entrada queriendo huir de allí e irse, no le gustaba para nada el Sur y no dudaría ante cualquier oportunidad de volver a Westeros, junto a su señora sin importar que ella volviera a llevarla al Sur.
__ Teníamos diferencias filosóficas __ soltó con una expresión de suficiencia mientras observaba las cabezas de sus “amigos” en el piso.
__ ¿Sobre que? __ preguntó tosca, sin confiar ni un poco en el hombre.
__ Su belleza, significaba más para mí que para ellos __ las tres mujeres alzaron las cejas confundidas, él hombre era demasiado raro.
__ Eres extraño __ soltó Daenerys expresando los pensamientos de todas, sus ojos violetas fijos en el hombre. Quien vestía las ropas de los suyos.
__ Soy el hombre más sencillo del mundo. Solo hago lo que quiero hacer __ sonrió mientras apretaba el mango de su cuchilla. Sus palabras eran levemente arrastradas por el acento que parecía típico de un lugar que Daenerys desconocía.
__ ¿Y se supone qué eso, debe impresionarme? __ la mueca de altivez en el rostro de Daenerys hizo sonreír divertido al hombre. Una mujer fiera como le gustaban, igual que la pelinegra que había dejado su mano doliendo después de morderlo con tal fuerza, que le había perforado la piel, como si quisiera arrancarla.
__ Si __ respondió seguro, apretando con algo de fuerza su mano herida para mitigar la sensación de dolor que hormigueaba en su piel.
__ ¿Por qué debo confíar en alguien que traiciona a su gente? __ Daenerys habló con obviedad, los pequeños bucles a los costados de su rostro moviéndose cuando negó levemente.
__ Me pidieron que la matará, les dije que prefería no hacerlo. Me dijieron que no tenía opción, yo le dije que soy Dario Naharis y Yo Siempre tengo opción __ la seguridad del hombre era impresionante, tal vez no tanto como su ego, pero había algo en él que convenció a Daenerys __ Ellos sacaron sus espadas y yo saqué la mía __ apenas terminó de hablar, Daenerys se levantó de su lugar.
Mostrando su cuerpo sin ningún tipo de vergüenza ante el castaño. Shiera fue rápido para buscar la bata de la peliplata, cubriendo su cuerpo aún mojado y retirando el sujetador de sus bucles plateados. Todo mientras ellos mantenían lo que parecía un duelo de miradas.
Buscando la traición en los ojos contrarios.
__ ¿Pelearas para mí? __ preguntó simple, mientras la norteña ataba el listón de su bata con una rapidez sorprendente y volvía a su lugar. Dario asintió con sus labios levemente apretados y sus cejas elevadas, una expresión de pura suficiencia mientras la veía acercarse a él __ Júramelo, ahora.
Sumiso, sorprendiendo un poco a las presentes se dejó caer de rodillas sacando su espada.
__ Los segundos hijos son suyos y también lo es Dario Naharis __ Daenerys otra vez se sintió poderosa al ver a ese peligroso hombre de rodillas ante ella, la sensación era tan embriagadora __ Mi espada es suya, mi vida es suya, mi corazón es suyo __ terminó de hablar con una seguridad arrolladora que hizo sonreír a la peliplata.
Ahora tenía 2 mil hombres más.
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Cuando Jaime piensa sobre como Daerys conseguía a personas que luchando por ella por lo noble que era, no mentía y solo ha conocido a un par de esas personas que darían todo por Daerys.
Tenemos a Osha cuidando de los niños Stark por su lealtad a Daerys, no a la casa Stark como pasa originalmente en la serie.
Tenemos a Shiera y Joe, también a Brienne.
Y otro par de personas que conoceremos más adelante, como Castiel Dayne y Emily la doncella, y muchos más.
Gracias por leer linduras, espero que dejen sus votos y comentarios.
LadyArtemis
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