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Three


EN MULTIMEDIA "LA TRISTESSE DU DIABLE" DE MEIMUNA Y UN GIF DE JK BC YES.











Tal y como el vampiro había dicho, en su regazo quedaron los frutos que el hombre había recogido en su pequeña salida al exterior, además de algunas pequeñas presas, totalmente desangrentadas y asadas en el calor de la hoguera. Mientras devoraba el conejo entre sus manos, JungKook era muy consciente del cuerpo del contrario, de cada pequeño movimiento que hacía mientras se acomodaba rescostado en la pared de la cueva y tratando de mirar más hacia al exterior que a él. Le había pillado mirándole en más de una ocasión desde que había regresado, pero no entendía la razón. Según las palabras del hombre, se había alimentado de aquellos animales y por ello no tenía sed, pero entonces ¿a qué se debían aquellas intensas miradas que parecían querer atravesar cada poro de su piel y ahondar en el fondo de su alma?

— Estás... mirándome de nuevo, JiMin. — comentó sin mirarle directamente, pero tensándose levemente ante la posible reacción del vampiro.

— Lo siento.

JungKook giró su rostro hacia el vampiro. Su voz había salido en un tono ronco y casi ahogado que hizo que su cuerpo se estremeciera, como si aquella voz, aquella disculpa hubiera acariciado todo en él. Era una sensación acogedora, nada que ver con el miedo que había sentido al inicio cuando había despertado varias horas atrás.

— ¿Te encuentras bien? Pareces estar...

Sus ojos no se habían separado de los del vampiro, profundos e intensos, se sentía hipnotizado por aquellos.

— JungKook.

El nombrado se volvió a estremecer, soltando un pequeño suspiro, que no sabía cómo categorizar. Su corazón dio un vuelco y parecía querer salírsele del pecho. ¿Qué le ocurría.?

— ¿Sí? — soltó casi de manera inaudible.

Sin embargo, el vampiro por supuesto lo había escuchado, las esquinas de sus labios ascendieron levemente y se echó un poco hacía delante. Aquello no le asustó, no se sintió como una presa, no sintió miedo, así que le dejó acortar la distancia entre ambos.

— Estoy conteniéndome aquí. — expresó, tomándole de las manos con sumo cuidado, como si pensara que él era frágil. — No importa qué tanta sangre haya tomado de esos animales, mi sed no proviene de mi necesidad de alimentarme. Yo.. — una de las manos ascendió hasta su mejilla, el frescor aliviaba el calor que empezaba a quemarle desde el interior, proveniente de su bajo vientre. Una de su falanges se deslizó con sutileza sobre sus labios apenas entreabiertos. JungKook casi cerró los labios y gimió. — Quiero beber de ti. No de tu sangre, quiero besarte, en los labios, en cada pedazo de piel que conforma tu piel, quiero saborear el sabor del interior de tu boca y saber qué tan dulce es tu esencia. Quiero... quiero aspirar tu aroma más aún y ahogarme en él. 

— JiMin. — es lo único que alcanzó a decir, se sentía embriagado por cada palabra que el vampiro había soltado de sus belfos y es que su mente había dejado de procesar cualquier pensamiento coherente, solo sentía que su cuerpo quería estar más cerca del hombre.

— Yo no tendría que desearte. Eres un humano y puedo.. — vio al hombre cerrar los ojos con pesar y entonces, al dejar de ver aquellos orbes debería haber salido de su ensoñación, pero solo pareció aumentar su propio deseo.

No pronunció nada, solo dejó que el espacio dejara de existir y unió sus labios a los del vampiro. Con ese pequeño toque, JungKook supo que todo estaba bien. Sintió una ligereza en todo su cuerpo, como su hubiera encontrado lo que anhelaba, su hogar.




















Él iba a parar.

JiMin sabía que nada bueno pasaría si se dejaba llevar por aquella necesidad. Él podía perder el control sobre sí mismo y acabar chupando cada gota del humano. Él necesitaba alejarse lo antes posible, enfriarse y tratar de que su recuperación fuera lo más rápida posible. Pero nada de aquello fue posible, todo desapareció de su mente cuando JungKook dejó que sus labios se unieran en un toque dulce e inocente.

El fuego en sus venas, el mismo que había crecido con cada segundo, el que había provocado que su garganta se secara y su voz se quebrara, resurgió con fuerza como un ave fénix.

Las manos del vampiro sostuvieron el rostro de JungKook mientras le besaba con intensidad, dejando que sus labios saborearan los contrarios y terminando por ahondarse en el interior de su boca, encontrándose y enlazándose con aquella inexperta lengua que le seguía el baile en el que se habían iniciado. Fue consciente, además, de las manos del humano, agarrándose en la delgada tela de su camisa.

Le besó hasta que se quedó sin aire y tuvo que separarse para que JungKook tomara una exhalación antes de atacar su boca de nuevo, esta vez empujándole hacia atrás, recostándole sobre las pieles y acariciando la piel de sus pómulos, descendiendo por su cuello y bajando aún más hasta su cuerpo. JiMin parecía no tener suficiente con aquel toque, necesitaba más de aquella tierna y caliente piel. Encontrando algo de control se obligó a deslizar las dos prendas superiores que el humano llevaba lejos de su alcance, teniendo cuidado de no dejarlas caer sobre la hoguera o cerca de la misma. Cuando el pecho de éste estuvo ante sus ojos totalmente expuesto, no tardó en bajar sus labios hasta uno de aquellos oscuros pezones que parecían gritar por su atención. Succionó uno, dejando que sus colmillos se deslizaran un poco sobre estos, volviéndolos más duros y sensibles, sacando más de un jadeo del humano. Siguió con el contrario, dejando un reguero de besos mientras se deslizaba por su pecho, no quería dejar ninguna parte sin devorar por sus labios.

Gruñó por lo bajo. JungKook le había tomado levemente del cabello, en respuesta a la estimulación de cada punto erógeno que había chupado. Sin embargo, para el vampiro nada había terminado aún. Descendió por el abdomen del joven y deslizó por las piernas del mismo los pantalones, dejándolos con las otras prendas. Totalmente desnudo y a su merced, JungKook tenía un pequeño rubor en su rostro y se podían notar pequeñas marcas aquí y allá en su pecho. Ante la esplendorosa vista, JiMin tomó la polla del joven, jalándola un par de veces, obteniendo un profundo gemido, provocándole aún más excitación. El vampiro se relamió y se tragó de una vez toda la longitud del joven bajo suya, chupó severamente, ascendiendo y dejando que sus colmillos hicieran que las sensaciones fueran mil veces más intensas. Escuchando cada jadeo, gemido que soltaba JungKook, sabía que estaba haciendo un buen trabajo. Gruñó al ser recompensado por la esencia bajando por su garganta. Eso es lo que había querido desde el inicio, saborearle.

— Yo...

Sonrió, admirando el desastre que era su joven humano, aún estremeciéndose debido al potente orgasmo que había tenido y sin ser capaz de hablar correctamente.

— No terminé de saborearte. — pronunció mientras se deslizaba fuera, dejando su rostro entre las piernas del joven y no esperando para lamer en aquel lugar en el que pronto se hundiría.

— ¡JiMin! — gimió entrecortado JungKook.

 El vampiro solo ahondó en su tarea, aflojando al humano para que pudiera tomarle, a pesar de que no iba a ser suficiente para hacerlo indoloro por completo, él lo sabía. Cuando creyó que sería suficiente, cuando su lengua estaba casi entumecida y sus dedos totalmente mojados, besó alrededor de su entrada, pequeños besos.

Ascendió por el cuerpo del joven y posó sus orbes en los contrarios, totalmente consumidos por sus pupilas debido a la excitación. Acarició su mejilla con una mano, mientras con la otra deslizaba apenas sus pantalones y alineaba su polla con la entrada del humano. Las manos de éste se enroscaron en su cuello y mientras se deslizaba apenas en su interior, le besó, con ansias, con hambre, con amor. Acarició aquel cuerpo que le aceptaba de a poco en su interior, besó aquella boca que le quería tanto como él lo hacía, sentía que se fusionaba con JungKook y el momento solo parecía mejorar con cada segundo.

Dejó que el joven respirara, mientras sus belfos pasaban a lamer a lo largo de su cuello, sus caderas moviéndose levemente hacía delante, tocando fondo en aquella suave y caliente estrechez. Era en ese momento, cuando estaba embriagado por la sensación de estar en el interior de su joven humano que notaba cómo pulsaban las arterias y venas bajo sus labios, tanto que su hambre, su sed de sangre, resurgió con fuerza.

Alejó su rostro, mordiéndose a sí mismo, resistiéndose ante la pura necesidad de tomarle de la última manera que su cuerpo y alma ansiaban.

— Puedes... morderme. — escuchó la voz de la criatura a la que se resistía en morder. — Confío en ti. Lo quiero también.

Los ojos de JiMin seguían sin encontrarse con los contrarios, pero entonces el joven tomó su mano y la llevó hasta su pecho, donde el corazón latía desenfrenado.

— JiMin, lo quiero. Muérdeme. Confío en tus palabras. Dijiste que no me harías daño.

El vampiro observó aquella dulce mirada, parecía estar llena no solo de excitación sino también de amor. Un amor tan puro, tan especial, tan profundo. JiMin no podía negarse, no quería negarse, él también lo quería, tenía que confiar en sí mismo, en que se controlaría y haría que la mordedura les hiciera llenar sus torrentes del más duro orgasmo.

Deslizó sus caderas hacia atrás y dejó un pequeño beso en los labios hinchados de JungKook antes de empujarse con fuerza en su interior, hundiendo a la vez sus colmillos en su cuello, gruñendo cuando el sabor más íntimo del humano corría por su garganta. Sus caderas se movieron a la velocidad en que succionaba, sus manos sostenían el frágil cuerpo del contrario, impidiendo que se alejara. JiMin tomó todo de él, se empujó hasta las mayores profundidades, impulsado por un puro instinto animal y buscando más de aquella pura sensación de felicidad que le embriagaba, algo que jamás había sentido en todos sus años de vida.

Se vino con fuerza, casi desplomándose sobre el contrario. Fue en ese momento que su mente de nuevo funcionó. Se despegó del cuello del joven, con temor de haber cometido un grave error, solo encontrándose con los ojos de JungKook cerrado, su rostro totalmente lleno de felicidad y su corazón latiendo a gran velocidad, tratando de recuperar su ritmo mientras las olas del orgasmo descendían de a poco. El vampiro suspiró aliviado. Se había perdido tanto en sus sensaciones que no había sido consciente de que JungKook se había venido con él y descansaba bajo suya, totalmente agotado. Aunque él sabía de aquello, no se retiró de su interior, la sensación era demasiado buena como para alejarse, por el momento.

JiMin sabía ahora, que no le dejaría ir.

















Holiwis. ¿Qué les pareció? Espero haya cumplido con sus expectativas. Personalmente me gustó mucho y siento que lo hice bien. Ojalá sea así también para ustedes.

Quisiera preguntarles si desean un epílogo o si terminamos la obra aquí. Estaré leyéndoles.

Nos vemos ^^

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