Capítulo 1: Despertar de la Esperanza
Obanai Iguro y Sanemi Shinazugawa permanecían de pie en silencio frente al modesto altar de Mitsuri Kanroji, la Pilar del Amor.
La suave brisa vespertina hacía oscilar las llamas de las velas, proyectando sombras temblorosas sobre el retrato de Mitsuri.
Sus rostros, usualmente impenetrables, ahora reflejaban el peso de una pérdida que ambos sentían más profundamente de lo que admitirían.
Sanemi, de brazos cruzados y mirada fija en el suelo, apretaba los dientes con frustración. El viento acariciaba su cicatrizado rostro, pero el dolor que lo atravesaba era mucho más profundo que cualquier herida física.
No podía dejar de pensar en lo cruel que era este mundo, en cómo, incluso alguien como Mitsuri, que irradiaba calidez y amor, había sido arrebatada por los demonios que juraron destruir. Finalmente, rompiendo el silencio, habló, con su voz áspera y cargada de emoción contenida.
"Obanai... sé que esta mierda no tiene sentido," gruñó, sin mirarlo directamente. "Pero... si nos detenemos aquí, si dejamos que esto nos quiebre... entonces todo lo que Mitsuri creía se va al carajo." Su mirada, ahora alzándose hacia el retrato de Mitsuri, brillaba con una mezcla de rabia y dolor, casi inaudible entre sus palabras. "Ella querría que siguiéramos... no por nosotros, sino por la gente que todavía podemos proteger."
Obanai, siempre reservado, mantuvo su semblante estoico. Su única señal de que escuchaba era un leve movimiento de su cabeza, el vendaje sobre su rostro ocultando cualquier rastro de emoción, como siempre hacía.
Pero debajo de esa máscara de indiferencia, su corazón estaba enredado en una maraña de emociones que no sabía cómo desenmarañar.
Miraba el retrato de Mitsuri, con esa sonrisa amable que tanto había amado en secreto, y algo dentro de él comenzó a desgarrarse.
"Tienes razón, Sanemi," respondió finalmente, su voz apenas un murmullo, rasgada como si cada palabra costara más de lo que podía permitirse. "Ella... nunca nos perdonaría si nos dejamos vencer por esto. Su muerte no puede ser en vano." Su tono era controlado, pero había una vulnerabilidad inusual en sus palabras, una grieta apenas perceptible en su armadura emocional.
La sombra de su serpiente Kaburamaru se deslizaba cerca de él, como si también sintiera la tristeza de su amo.
Por un momento, ninguno de los dos habló. Las estrellas comenzaban a aparecer en el cielo mientras la luna creciente iluminaba tenuemente el lugar.
Obanai, con su habitual reserva, se limitaba a mirar el retrato, pero su cuerpo emanaba una tensión que Sanemi, con su agudo instinto, no pudo ignorar. Sabía que Obanai estaba sufriendo más de lo que dejaba ver.
Con una brusquedad inesperada, Sanemi dio un paso adelante y puso una mano firme en el hombro de Obanai, su toque fuerte pero no agresivo.
No era el tipo de hombre que sabía consolar con palabras, pero a veces, una acción podía hablar más que cualquier cosa que pudiera decir.
"Escucha, no me gustan las palabras bonitas ni esas tonterías emocionales," gruñó Sanemi, girando su mirada hacia Obanai. "Pero no eres el único que ha perdido a alguien. No tienes que cargar con todo esto solo, ¿me oyes? Mitsuri no querría eso. Si vamos a seguir adelante, vamos a hacerlo juntos."
Obanai lo miró, sorprendido por el gesto inusualmente genuino de Sanemi. Él sabía que Sanemi no era de los que ofrecían palabras de consuelo o contacto físico si no lo consideraba absolutamente necesario.
Durante un largo segundo, ambos cazadores se miraron, y en ese silencio, algo comenzó a cambiar dentro de Obanai. Los años de soledad y dureza, de reprimir sus emociones para protegerse del dolor, empezaron a desmoronarse, aunque sólo fuera un poco.
No lo admitió en voz alta, porque eso no era lo que Obanai hacía, pero en ese momento, sintió una chispa de algo que hacía mucho no sentía: el deseo de confiar en alguien más. Tal vez no estaba tan solo como siempre había creído.
"Sanemi... lo sé. No quiero cargar con esto solo, pero tampoco sé cómo no hacerlo," confesó finalmente Obanai, su voz más suave de lo que Sanemi jamás le había oído. Era una admisión que habría sido impensable días atrás, pero la muerte de Mitsuri había cambiado algo en él. "Pero si seguimos adelante... tenemos que ser más fuertes. No podemos permitirnos perder a nadie más."
Sanemi asintió con una intensidad casi feroz, apretando el hombro de Obanai antes de soltarlo. "Eso lo tengo claro. Lucharemos hasta el último maldito aliento, hasta que no quede ni un solo demonio." Su voz volvió a su tono áspero y decidido, aunque la calidez inusitada que había mostrado por un momento aún permanecía en el aire entre ambos.
Así, bajo la luz plateada de la luna, Obanai y Sanemi sellaron un pacto silencioso. Un entendimiento profundo, construido no solo en el respeto mutuo como Pilares, sino en la comprensión compartida de la pérdida y la determinación de seguir adelante.
Mitsuri Kanroji se había ido, pero su espíritu seguía vivo en ellos, guiando cada uno de sus pasos.
Y aunque ninguno de los dos lo dijera en voz alta, en ese momento de vulnerabilidad compartida, sus corazones comenzaron a abrirse, sin darse cuenta de que lo que florecería de esa conexión sería más fuerte que cualquier batalla que tuvieran que enfrentar en el futuro.
Continuara...
°°°
TentasticN: Lamento la muerte temprana de Mitsuri, estan en su derecho de funarme. Ahora si, bievenidos a todos, espero que les haya gustado el nuevo fanfic de Kny. La historia está centrada en Obanai y Sanemi, si no te gusta el ship y las tragedias que pueda hacer con ellos en mis manos, te reto a acompañarme en la aventura, esto no es solo una historia de amor, hay luchas, dramas y un mal aterrador que amenaza a nuestros pilares favoritos.
Encontraran un poco de Ooc, por aquí y allá, mil disculpas me esfuerzo en apegarme al canon.
Los capítulos se publicaran Lunes y Jueves, dos veces por semana, anticipen la publicacion de nuevos capítulos. Voten y comenten, quizá sean recompensados con un tercer capitulo de fin de semana.
Sin más, me despido, dejando un descargo de resposabilidad ya que los personajes presentes en "Herencia de la Noche" no son de mi autoria y solo representaciones para entretenimiento.
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