Capítulo [21]
La rutina había comenzado a asentarse de una manera que sorprendía a ambos. Para Obanai, la idea de compartir su espacio con alguien más, además de Kaito, siempre había sido impensable. Pero Sanemi, con su actitud directa y su inesperada paciencia, había logrado encontrar un lugar en su dinámica diaria.
El desayuno era uno de los momentos más tranquilos del día. Kaito, todavía algo somnoliento, solía acomodarse en la silla junto a Obanai mientras Sanemi preparaba el café. Aunque al principio parecía extraño, ahora resultaba casi natural verlo manejarse en la cocina, sirviendo los platos con una eficiencia que reflejaba su carácter práctico.
-¿Cómo dormiste? -preguntó Sanemi esa mañana, dejando una taza de té frente a Obanai.
-Mejor que en mi viejo departamento, aunque no lo admitiré en voz alta -respondió el omega, tomando un sorbo.
Sanemi soltó una risa baja mientras se sentaba frente a ellos.
-Puedes admitirlo cuando quieras. No voy a dejar que vuelvas a un lugar incómodo, de todas formas.
Obanai rodó los ojos, pero su expresión tenía un rastro de suavidad. Kaito, ajeno a la conversación, murmuró algo sobre los dibujos que había hecho en clase el día anterior, logrando desviar la atención de su padre. Sanemi escuchaba con genuino interés, una faceta suya que incluso Obanai encontraba desconcertante a veces.
Cuando Kanroji llegó, como cada mañana, lo hizo con su habitual energía contagiosa, saludando a todos mientras ayudaba a Kaito a prepararse para salir. Sanemi aprovechó ese momento para buscar su maletín y asegurarse de que Obanai estuviera listo. Habían comenzado a viajar juntos al trabajo, algo que inicialmente incomodó a Obanai, pero que ahora parecía una parte más de la rutina.
En la empresa, la atmósfera era notablemente más relajada. Los empleados comentaban en voz baja que el jefe había cambiado para mejor desde que Obanai estaba más presente en su vida. Aunque no todos sabían los detalles, las especulaciones llenaban los pasillos.
-¿No crees que el ambiente de la oficina ha mejorado? -dijo Kanae a uno de sus compañeros mientras revisaba un reporte-. Es un milagro.
Los rumores variaban desde que Obanai tenía un talento especial para calmar al jefe, hasta que Kaito había derretido el corazón del alfa. Fuera cual fuera la razón, el consenso general era que el omega había traído paz al caos habitual de Sanemi.
Mientras tanto, Sanemi seguía buscando oportunidades para acercarse más a Obanai. Ya no era solo un esfuerzo estratégico; realmente disfrutaba esos pequeños momentos juntos, como los almuerzos compartidos o las charlas en el auto de camino a casa. Sabía que aún quedaban barreras por superar, pero tenía la paciencia para enfrentarlas.
Esa noche, mientras Kaito dormía y Obanai trabajaba en algunos papeles en la sala, Sanemi se sentó frente a él con una taza de café.
-¿Te das cuenta de que los lunes ya no son tan malos? -comentó, con una sonrisa ligera.
Obanai levantó la vista, arqueando una ceja.
-¿Y eso qué tiene que ver conmigo?
-Todo -respondió Sanemi sin titubear.
El omega se quedó en silencio por un momento, procesando la respuesta antes de volver a enfocarse en su trabajo. Aunque no dijo nada, Sanemi notó el ligero tirón de sus labios, apenas perceptible pero suficiente para confirmar que estaba en el camino correcto.
Sanemi había aprendido a ver a Obanai con ojos diferentes desde que comenzaron a trabajar juntos más estrechamente. En esos días difíciles de reuniones interminables y discusiones tensas con otros CEOs, se encontraba valorando no solo la eficiencia del omega, sino su capacidad para mantenerse firme ante cualquier adversidad. Había algo en la forma en que Obanai defendía sus puntos, con palabras afiladas y una calma casi intimidante, que lograba incomodar incluso a los alfas más arrogantes.
En una reunión particularmente acalorada, uno de los CEOs presentes, un alfa con aires de superioridad, no se molestó en ocultar su desdén hacia Obanai. Mientras discutían los términos de un nuevo contrato, lanzó un comentario sarcástico sobre "dejar que los omegas hagan el trabajo pesado", acompañado de una sonrisa burlona.
Sanemi sintió cómo su cuerpo se tensaba al instante, pero se contuvo. No era el momento de perder la compostura, y confiaba en que Obanai podía manejar la situación.
-Es curioso que mencione eso -respondió el omega con una sonrisa cortés pero peligrosa-. Porque, hasta ahora, todo el trabajo pesado parece haber sido corregir los errores de su equipo en las cláusulas propuestas.
La sala quedó en silencio por unos segundos, y Sanemi tuvo que morderse el interior de la mejilla para no reír. Obanai no se detuvo ahí; utilizó esa pausa para exponer punto por punto las inconsistencias del contrato, dejando al otro alfa sin argumentos.
Cuando la reunión terminó, Sanemi no pudo evitar sentir un orgullo inexplicable. Caminó junto a Obanai de regreso a su oficina, sin mencionar nada al respecto, pero notó cómo el omega ajustaba ligeramente los papeles en sus manos, una señal sutil de satisfacción.
-Buen trabajo ahí dentro -dijo Sanemi finalmente, rompiendo el silencio.
-¿Eso es un cumplido, jefe? -replicó Obanai con una pequeña sonrisa, mirándolo de reojo.
-Lo es. Y no solo como jefe.
La respuesta directa de Sanemi hizo que Obanai desviara la mirada, aunque su paso no se detuvo. Para el alfa, momentos como ese eran pequeños triunfos, no solo porque fortalecían la relación profesional entre ambos, sino porque le permitían demostrarle a Obanai que lo veía como un igual, alguien digno de respeto y admiración.
Sanemi también era consciente de que, en el pasado, podría haber sido como esos alfas que subestimaban a Obanai. Pero ahora no podía imaginar tratarlo de otra manera que no fuera con el reconocimiento que merecía.
Esa noche, mientras repasaba los documentos del día en su oficina, Sanemi se permitió un momento de reflexión. Había aprendido a apreciar no solo los momentos de paz con Obanai, sino también esos días difíciles, porque eran un recordatorio constante de la fortaleza del omega.
Y, más importante aún, eran un recordatorio de cuánto había cambiado desde que lo conoció.
Continuará...
TNoel: ¡Gracias por leer el capítulo! Hay nuevas ilustraciones bellísimas de _--CYANIDE--_ Vayan a su perfil a apreciarlas y darle mucho apoyo!!
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