Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

49✧*|Fantasma.


CAPÍTULO 49= FANTASMA.

La casa en la playa de mamá era un obra maestra de tonos pastel y estampados combinados con atrapasueños, velas y un aura festiva. El lugar era alegre y colorido, todo lo contrario a como me sentía, pero confiaba en que unos días en la playa, algunas noches en bares para recuperar a mi antigua yo y bastante relax ayudarían a la causa.

Arrastré la maleta por la arena con las ruedas travándose y mis pies enterrándose con cada paso que daba, también la sentía más pesada que nunca, pero eso solo sirvió para que la arrastrara con más fuerza hacia la casa.

Alonso la había llenado y conociéndolo, allí adentro abría desde tacones hasta joyas.

Sí, señores. Brittany Lasquez está de regreso...si tan solo la maleta dejara de travarse.

Tironeé y la pateé, oí un quejido y por las dudas me apresuré, no iba a arriesgarme a qué las malditas ruedas se rompiera.

Tres minutos más tarde, unas zapatillas destrozadas y con arena hasta en las medias logré entrar en la casa.

Dejé la maleta junto a la puerta y caminé buscando el interruptor de la luz entre la oscuridad, la última vez que vine aún vestía de rosa así que tomaría tiempo encintrarlo.

—¿Ya llegamos? — preguntó una voz diminuta viniendo de detrás de mí, pero no me quedé para ver quién era, a no, di media vuelta y recordando cada estúpida plegaria del padre Víctor corrí gritando:

—¡Huí de Sanden y no me atrapará ningún fantasma! — mis pies se enterraron en la arena de nuevo, la casa más cercana estaba a seis calles y aunque luego de unos metros me cansé continué corrieron.

—¡No puedo salir!¡No puedo salir!¡Bri! — los gritos fantasmales continuaron y como si tuviera un cohete en el culo llegué hasta la casa de los vecinos y golpeé a la puerta.

Los minutos pasaron y nadie respondió.

—¡Abran! ¡Hago buenas mamadas! — aporré la puerta
—¡Pero solo a humanos, no ha fantasmas!— agregué por si acaso, hacía tanto que no venía que quién sabe, quizás este lugar estaba embrujado.

Más minutos pasaron y por fin oí pisadas.

Me giré y no era un fantasma, pero sí un monstruo.

—¡¿Qué haces aquí?! — el terror revolvió mi estómago, ví sus ojos para idenficar al gemelo y cuando supe que era Yden observé a mi alrededor buscando al otro.

Esos dos nunca están separados y si ellos están aquí...ay no.

—Me dormí en la maleta— él corrió a mis brazos y comenzó a llorar en mi pecho —Todo se empezó a mover Bri y luego oí que salíamos del país y me asusté y de nuevo volvió a moverse todo y Heyden dice que la turbulencia es normal, pero tuve mucho miedo.

Yden se trepó por mi cuerpo y envolvió sus brazos alrededor de mi cuello.

—¿Entonces no hay fantasmas? — él sacudió la cabeza y miré hacia atrás a la puerta aún cerrada de la casa de mis vecinos. —¡Me retracto! — grité y comencé a caminar de regreso, esperé a que el monstruito se calmara y cuando lo hizo lo senté en el sofá de la sala que aún estaba cubierto por una sábanas blancas. —¿Por qué dormiste dentro de la maleta?

No entendía cómo funcionaba su cabeza de monstruito. Ni yo que me había lavado accidentalmente la cabeza con el semen de Alonso entendía qué rayos hacía dentro de una maleta.

—Heyd, dijo que no podría. —Tiene que ser una maldita  broma. —Sí pude, Bri— sonrió y me abrazó —Pero ya no me patees, dolió.

Así que ese quejido no era de la maleta.

Estallé en risas y le correspondí al abrazo, besé su naricita y antes de que me diera cuenta lo estaba revisando en busca de golpes. Mis manos se detuvieron al ver que lo estaba cuidando, pero continué con mi tarea a pesar de que iba en contra de todos mis principios.

Pronto Yden se calmó, me golpeó la mano para que deje de revisarlo y se cruzó de brazos.

—Entonces— conocía esa mirada y esa sonrisa traviesa, algo quiere el monstruito.
—Huíste del primo ¿Qué recibo a cambio de mantener el secreto?

Me sentí orgullosa y a la vez enojada.

Yo mando a los monstruos, no al revés.

—Nada, no te daré nada y te pondré en el primer vuelo de regreso.

Él sonrió y sacudió uno de sus deditos de un lado al otro.

—Los niños no pueden viajar solos en avión y no tengo papeles, así que...

Carajo.

—Así que no me queda más remedio que llamar a tu hermano— le dije. Su cara se deprimió y me alejé antes de que intentara convencerme.

Busqué mi teléfono, lo encendí y negándome a ver las muchísimas llamadas de Sanden busqué el contacto de Heyden. El chico atendió al primer llamado.

—¡Dime qué te llevaste a Yden por un helado! ¡Bri, no lo encontramos! — a lo lejos podía oír a Heyd llorar. Alcé la mano y la levanté y bajé viendo al monstruito indicándole que se merecía unos chirlos por todo esto.

—Sí, él esta aquí, pero no estamos en Diagonal Mar.

Los siguientes cinco minutos recibí muchos insultos, Heyden me llamó de todas las formas posibles y finalmente dijo que saldría en el primer vuelo.

No nombró a Sanden, pero no me relajé. El daddy no lo dejaría venir aquí solo y eso significaba que mis vacaciones, este relax y escape de la vida matrimonial se había terminado antes de empezar.

Cuando acabé la llamada me dejé caer en el sofá, Yden recorrió la casa con emoción y yo me deprimí sobre esas viejas y empolvadas sábanas blancas.

.     .     .

Heyden llegó horas más tarde, lo hizo solo, él ni siquiera me saludó y cuando dije hola, solo dijo: Hola, mamá dos, al parecer tu también abandonas a tu familia.

Y luego se llevó a Yden y se marcharon sin despedirse, sentí un vacío cuando la puerta se azotó, una parte de mí, la que me dolía admitir, esperaba ver a Sanden entrando por esa puerta, pero no lo hizo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro