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33✧*|Amor


CAPÍTULO 33=AMOR.

L

o acepté o al menos mi subconsciente lo hizo. No fue algo que pensé, de hecho con su polla moviéndose dentro de mí no puedo pensar, pero, diablos ¿Acabo de aceptar casarme?

-Hmmm, no, no quiero-clavé mis uñas sobre sus hombros.

-¿No quieres llegar?- gimió en mi oído embistiendo desenfrenadamente.

-No me quiero casar- me quejé y como si se hubiera asustado y alguien le hubiese dado un gran jalón a su miembro, se corrió.

-¡Carajo!- golpeó furioso la pared junto a mi cabeza -Lo siento, Bri- dijmolesto y agitado, yo guardé silencio. -De verdad babygirl, lo siento- me dio un pico y lentamente me bajó de sus brazos, pero no me soltó.

-Descuida, lo entiendo, amor...- dije y me paralicé.

¿Amor?¡¿Amor?!¡¿QUÉ MIERDA FUE ESO?!

-Ven, déjame ayudarte- me soltó los brazos y se arrodilló frente a mí, cerró las canillas de la ducha para no ahogarse y sin poder resistirlo corrí fuera de la ducha. -¿Bri?

Su voz me detuvo.

-¡BEBÉS A BORDO NO!- me recordé y regresé al baño, tomé una pastilla y salí corriendo de nuevo, me sequé rápido el cuerpo, me puse la ropa interior que por el susto no me importó que sean feas y me subí el primer vestido que encontré, calcé mis pies en un par de tacones y corrí por el departamento.

-¿Bri?- Los niños y Heyden estaban cocinando.

-Debo irme- abrí la puerta y corrí.

-¿Bri?- dejé de correr y lentamente me giré, Herías estaba apunto de golpear en la puerta del departamento de Sanden, pero salí tan rápido que no lo ví.

-Necesito que me lleves a un lugar- mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no iba a llorar, son lágrimas de enojo, estoy furiosa.

-Bueno, pero ¿Estás bien?- me preguntó preocupado y asentí.

-Sólo llévame- le pedí y se unió en mi huída, bajamos hasta el garaje y juntos nos montamos en una pequeña moto. -¿Esta es tuya?- le pregunté.

-No, es de mi prima. Pero no se va a dar cuenta, en este momento su hermana está rezando y ella está escondida en el baño con un tipo creyendo que no la oíamos- se rió y sonreí.

Eso me suena, prácticamente Sanden y yo nos estábamos ocultando de los niños en el baño.

-¿Tienes dos primas?- le pregunté acorrucándome contra su pecho.

Salí tan rápido que no tomé ningún abrigo y ahora me estoy congelando.

-Sí, Bowen, la virgen María de la familia- se rió -Y Pedma, la atrapa hombres.

Contuve la carcajada todo lo que pude hasta que la solté y él también rió.

-¿Fue Pedma la que te llevó a la fiesta del diamond?- quise saber mientras me acomodaba y ocultaba mi cabeza en su espalda para no tragar ningún mosquito.

-Sí, digamos que Bowen no se a enterado, la inocente creyó que iríamos a la biblioteca- se rió y me sorprendí.

-Padresito no conocía este lado de tí- reí -Creo que somos más parecidos de lo que pensé- le susurré y para incentivarlo le di un beso en el cuello -Ahora mi pregunta para tí es ¿Por qué me llevas hacia aquí? Debes ir al Sur- le indiqué.

. . .

Mamá tardó diez minutos en abrirme, estaba dormida. Al verme se asustó, creyó que algo me me había pasado o a Alonso y es entendible, hace años que no vengo a su casa, desde los quince que me mudé al edificio ya no pisé esta parte de la ciudad.

-¿Padre Herías?-los ojos de mi mamá se abrieron como platos y me miró acusatoriamente -¿Ya lo llevaste con tu Dios malo?- me acusó y reí.

-Uff, ojalá, pero no. El padre pervertido ya venía así- reí y tiré de la mano de él para que pase.

Mamá bufó y se fue a la cocina mientras murmuraba una plegaria.

-¿Dios malo?- me susurró Herías y reí.

-Ella dice que soy la hija del demonio- nos llevé al viejo sofá y me senté en sus piernas. -Cree que fuí poseída por incubos- le conté y me acerqué a su oído
-Pero lamentablemente este terreno es Santo y el único demonio que veo no me puede tocar- lamí su cuello y me hice a un lado cuando oí los pasos de mi madre acercándose.

Ella traía una bandeja con jugo y galletitas.

Le entregó un vaso a Herías, me dio uno a mí y puso la bandeja frente a nosotros.

-¿Por qué estás aquí, Bri?- los ojos de ella se llenaron de lágrimas -No haz venido desde que tenías...- su voz se aflojó -...quince.

-Hoy pasó algo- susurré sintiéndome mal.

-¿Tus hermanos están bien?- preguntó asustada y asentí.

Ellos seguramente están follando o comiendo pizza.

-Sí, esto...esto no tiene nada que ver con ellos- jugué con mis manos y suspiré. -Dije algo muy malo.

Mi vista se volvió borrosa y Herías se levantó.

-Las dejaré para que hablen, vendré dentro de una hora a...

Sacudí la cabeza impidiendo que siga.

-No hace falta, me quedaré a dormir- dije y lo acompañé a la puerta -Gracias por traerme- le sonreí tan bien como pude y él se inclinó y me besó, pero no sentí nada ¿Dónde está la emoción de acostarme con cuantos hombres de me antoje?¿Qué pasó con esa parte excitante de mí?

-Te veré en el edificio- me dio un pico y yo entré, sería muy cursi observarlo irse, además si mira hacia atrás me voy a ruborizar de lo patético que será.

-¿Bri?- mamá aún me esperaba en la sala.

Regresé al sofá, tomé jugo, comí una galletita, respiré y dejé salir lo malo.

-Pensé en Sanden como "Amor"- le expliqué -Bueno, no sólo lo pensé, lo dije también y decirlo siempre fue un juego, las palabras sólo salen y a los chicos les gusta así que lo digo seguido, pero nunca antes lo había dicho y pensado a la vez, encima acepté casarme con él y sus padres murieron y no sé cómo abandonarlo sin destruirlo o destruirme- sollocé ¿De verdad estoy llorando por esto?

¿Qué me está pasando?

Es llanto de enojo, sólo eso.

-¡¿Te vas a casar?!- sus ojos se abrieron como platos.
-Pero...pero ¿Ese tipo hablaba en serio?- alcé la cabeza y su cara está para sacarle una foto y hacer un meme.

"Mamá payaso" "Mi mamá con cara de ¿Cómo dices que dijiste?"

-Sí, muy en serio. Y no quiero herirlo, sus padres murieron, sus primos están viviendo con él porque sus padres se están divorciando y ellos lloran cada noche- comencé a caminar de un lado hacia el otro, necesito aire -Y luego está su patética forma de romantisar todo, la cual me encanta y odio a la misma vez ¿Mamá qué hago? Porque nunca me encontré con un hombre que se disculpara por venirse antes o que me llevará a comprar maquillaje- sollocé ¿Por qué estoy sudando por los ojos?

-Hija no quiero saber lo que haces con ese hombre- cierto, que vergüenza. Menos mal que soy Brittany la promiscua sin vergüenza. -Y lo vas a rechazar, le dirás que vaya a la iglesia y te apartarás de ese hombre de una vez por todas.

¡¿Qué?!

-Pero...se supone que eres la gran madre enviada por dios para iluminar mi camino ¡No puedo dejarlo justo ahora!¡No soy tan cruel! ¡ILUMÍNAME!¡HAZLO BIEN MAMÁ!- le exigí.

-No, te quiero lejos de él, Brittany y mientras más rápido te alejes, más fácil será para él olvidarte.

No estoy muy segura, recuerdo sus lindos ojos, su atractivo y su gran...forma de hacerme fastidiar y no me convence dejarlo ahora.

-Lo pensaré- murmuré y me adentré por el pasillo hacia mi vieja habitación, abrí la puerta, encendí la luz y me sorprendí.

Rosa, rosa y más rosa. Está en mi vieja cama, en el techo con las flores y luces colgando, también en las paredes y en especial en mi armario donde hasta mis zapatos y medias eran de ese color.

-¿Lo recuerdas?- mamá caminó hacia mí -Estabas obsesionada con el rosa.

Sí y ahora me obsesiona una polla, que gran cambio. Literalmente mi vida dió un giro de ciento ochenta grados.

-¿Por qué lo dejé de usar?- le pregunté y ella se abrazó el pecho y encendió la calefacción.

-Te enamoraste- se encogió de hombros -Y luego te mudaste al edificio porque yo no te dejaba salir con ese chico malo.

Vaya, ahora lo recuerdo todo.

Fue hace como cuatro o cinco años, mi amor por el rosa lo era todo hasta que llegó él. El primer amor de mi corazón, mi príncipe fumador rebelde y sensual. Él portada anteojos de sol, nunca se los sacaba y su aliento a uva mentolada por los cigarros me gustaba, me hacía sentir peligrosa cuando estábamos juntos, era una sensación totalmente nueva para mí: Una chica que iba a la iglesia, asistía cada día a la escuela y rezaba por las noches antes de dormirse.

Él influyó mucho en mí, él me enseñó a fumar, me enseñó a mentir, a escaparme de la escuela y me enseñó a copiarme en los exámenes con tan sólo una botella de agua o con la misma regla de medir.

Él lo era todo, en su momento me parecía tan original con el cambio constante del color de su cabello o los aros de sus labios los cuales me encantaba morder porque él me había enseñado a morderlo, él fue el primero en mis labios, en mi cuerpo y el primero que logró tapar por completo la voz de mi madre que me decía cada día "No te andes con ese chico malo, él no es para ti".

Debí escucharla, ella tenía razón porque al principio todo iba bien, él era lindo, pero sus ojos nunca brillaban y no lo noté, como tampoco noté que yo era su diversión hasta que comenzó a burlarse de mí, a avergonzarme, a tratarme mal.

Alonso me ayudó a alejarlo, él se rompió una mano al golpearlo y como no me animaba a pedirle ayuda a mamá para que me regrasara a ser yo misma, me mudé al departamento, empecé desde cero. Ella lo aceptó, me dejaría vivir allí siempre y cuando estudiara, fuera responsable y siempre siempre tuviera el celular encendido y no saliera por las noches.

Ella me cuidaba por las cámaras y yo me olvidé de que mi color rosa era el favorito hasta de mis bragas de niña y me obsesioné con Sanden, el chico guapo y misterioso que vive en el departamento de al lado.

-Lo siento- susurré avergonzada, sé que nunca es tarde para disculparse, pero yo debí hacerlo.

-¿Qué?- mamá dejó la calefacción para verme.

-Lo siento por todo, él era malo y debí escucharte- me animé a alzar la cabeza y verla a los ojos, ella no estaba juzgando, había otra emoción muy diferente en sus ojos.

-Eso fue hace mucho, pero ya aprendiste- me sonrió y me abrazó -A veces Dios tarda, pero siempre ilumina a sus hijos.

Sobre eso...

-¿De verdad crees que debo terminar con Sanden?- le pregunté balanceándome sobre mis pies.

-Bri él no es para ti, pero yo ya te di un consejo hace mucho, esta vez te toca a ti saber seguirlo o no...además no voy a estar para siempre y debes aprender a tomar tus propias decisiones.

No.

¿Por qué me hace llorar justo ahora?

-No vas a morir- corrí a abrazarla -¡Aún falta mucho!- grité.

Ella me apartó y puso sus manos en taza sobre sus caderas.

-¡Claro que falta mucho!- exclamó -Me refiero a que no voy a ir a buscarte a la cárcel más veces, ya eres adulta- se rió y yo igual.

-Creí que te referías a...

-No, Dios no me necesita por allá arriba aún. Hay muchos hombres de la iglesia que quiero conocer- vaya no me esperé eso -Tal vez te de un hermanito y él vaya por ti a la cárcel.

-No, gracias. Eres muy dulce mamita Susan, pero para monstruo tengo a Heyd e Iden. ¡Nos vemos mami, me voy a dormir!- tomé su mano y la llevé hacia la puerta -Hasta pronto doña, que tenga buenas noches- le cerré la puerta en la cara y me giré hacia la habitación de Frutillita.

Sólo es una noche, puedo dormir en una cama tan virginal como mi yo de quince años.

Holaaa!

¿Cómo están?

Me tardé bastante, lo sé.

Pero por eso apartir de ahora subiré las fechas de actualización a mi cuenta de Instagram (Pueden encontrar el link en mi perfil), para que de esa forma estén informad@s de las próximas actualizaciones y adelantos.

Espero que estén bien y les envío un beso enorme.

¿Nos acercamos al final o todavía no?

¿Qué opinan?

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