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27✧*|Dulce.

⚠️ADVERTENCIA: CAPÍTULO +🔞 LEER BAJO TU PROPIA RESPONSABILIDAD.

CAPÍTULO 27=DULCE.

Sentí miedo a que me lastimara, que me rompiera o me dejara chueca por varios días, incluso estaba imaginándome en una silla de ruedas.

Mi mente sólo pensaba "Corre, corre rápido, corre antes de que te atrape". Sin embargo al entrar en su departamento y dejar las bolsas en el sillón Sanden me abrazó y se quedó quiero rodeándome, envolviéndome en su aroma, en su calor corporal.

Me quidé quieta, algo que no era común en mí y entreabrí los labios cuando él se separó unos centímetros y se inclinó a besar mi boca.

-Te quiero Babygirl- y tomó posesión de mi boca como si fuera suya, como si le perteneciera y con sus dientes mordisqueando mis labios quisiera dejar una marca, una señal de propiedad la cual fue aceptada por el gemido que salió de mi garganta.

Mi bragas se mojaron al instante cuando arañó mi mejilla con sus dientes y respiró en mi oído volviendo a quedarse quieto resistiéndose a algo ¿Pero a qué?

Respiró hondo, frustrado y paseó su nariz acariciando mi garganta, endulzándose de mi aroma.

-Te deseo- lo oí decir y reí.

Tuve las inmensas ganas de decirle "Como los demás", pero no lo hice, no soy suicida y no mandaré al muere a mi sexy trasero.

Subió sus dedos y me tomó de la barbilla sujetándome con firmeza.

-Pero no puedo tenerte- se inclinó una vez más, besó mis labios y gruñó separándose, respirando en mi oído y pasando por segunda vez su nariz por mi garganta.

-¿Por qué?- alcé la cabeza y como él me sostenía la barbilla me la hizo bajar de un tirón regresando mis ojos a su pecho.

-Porque ya superé el límite de acostones y a menos que seas mi prometida, no puedo volver a tocarte- dijo con voz firme, serio.

-¿Qué?- retrocedí un paso y él apretando mi barbilla me hizo volver a mi lugar a pocos centímetros suyo.

-Veo que no leíste todo el contrato, cláusula doce punto tres "Sólo se permiten ciertos encuentros carnales con amigas".

-No soy tu amiga- intenté nuevamente poner distancia, él no lo permitió e hizo lo mismo por tercera vez, me besó apoderándose de mi boca, se separó y respiró en oído y luego me acarició la garganta con su nariz, como una rutina.

-No, eres mi amor, pero quiero hacer esto bien y no deseo seguir acostándome contigo, quiero mucho más Brittany- me dijo y me tomó por sorpresa que me llamara por mi nombre y no por el apodo que él mismo me dio.

-No me voy a comprometer contigo Sanden- le aclaré, pero era más que obvio, no estoy dispuesta a contraer matrimonio con él o con ningún otro.

-Entonces ambos quedaremos impotentes por el resto de nuestra vidas- me alzó la barbilla dejándome al fin verlo a los ojos -Tenemos un contrato que respetar babygirl, tú no me puedes engañar y yo no te puedo engañar- me soltó dándome la espalda, tomó algunas bolsas del sillón y las metió a la habitación.

El timbre sonó arruinando mi plan de quedarme allí parada pensando en una solución y
fui a abrir la puerta.

Los monstruitos entraron con helados y Heyden venía con ellos sonriendo pero al verme su sonrisa se fue y al pasar por mi lado chocó su hombro con el mío, apropósito.

Tomé la puerta para cerrarla y una gran mano la detuvo.

-¿No me dejarás entrar?- preguntó el sexy señor que quiero que sea el sugar Daddy de Alonso.

Reygi lo siento de nuevo, pero es Bright, no hay otra explicación.

-Hola señor, pase- me hice a un lado, pero el padre de Sanden no movió un pelo.

-¿Señor? Yo no respondo a ese pronombre. Hágalo de nuevo señorita y hágalo bien- dijo con seriedad provocándome el mismo efecto intimidante que su hijo.

-Hola Bright, pase- le señalé con la mano el departamento y él se rió, entró y me abrazó.

-Aprendes rápido- dejó un beso en mi frente y se acercó a saludar a los monstruos y a Heyden que en cuanto lo vieron sonrieron.

Fui a buscar a Sanden y lo encontré leyendo el contrato.

-¿Qué haces?- le pregunté recargándome en la puerta.

-Todo contrato tiene su falla- me explicó sin apartar los ojos del papel.

-Sanden su padre está aquí- le informé y su mirada desafiante no se hizo esperar.

-Vuélve a llamarme así y no caminarás- me advirtió y yo me le reí en la cara para molestarlo.

-¿Me llevarás a cocochito?¿Ves que sí eres bueno? Yo te romperé la espalda y tú a mí el trasero...a no, espera. No puedes, estás impotente- le saqué la lengua y me dirigí a la sala, ya le avisé, ahora puedo ir a ver a Sugar Adonis barra papi de Sanden.

-¿Y mi hijo Bri?¿Lo paralizaste con tu belleza y no puede venir a verme?- me preguntó Bright sonriendo y contagiándome la sonrisa y algo de rubor en las mejillas.

-Ojalá, si fuera así señor...

Se aclaró la garganta.

-Si fuera así Bright- recalqué ganándome un guiño -Ya hubiera utilizado mi belleza para romper ese contrato.- le conté con diversión pero en lugar de asentir o reír, se puso serio y palpeó con su gran mano el sofá en el que está sentado para que me acerque.

Con timidez lo hice y esperé a que hablara porque esa mirada es la misma que usa mamá cuando me va a decir algo que no me va a gustar.

-¿Por qué querrías romper el contrato? Sanden te da todo lo que podrías desear ¿Cierto?- me preguntó y me sentí como una casa fortuna.

-Yo no quiero este contrato,su hijo me obligó a firmarlo...

-¡¿QUÉ?!- Se levantó furioso y caminó hacia la habitación.

-¿Por qué sigues aquí?¿No ves que sólo causas problemas?- me dijo Heyden fulminándome con sus ojos.

-Estoy aquí porque no tengo otra opción, no espero que lo comprendas Heyden- le dije para que entienda que hablándome o no, su opinión o lo que haga me importa tanto como a donde va el papel higiénico luego de que lo arrojo al cesto.

-¡ESE NO ERA EL TRATO!- el grito de Brigth me hizo saltar del susto.

Los monstruos se miraron y a mí, corrieron hacia Heyden y lo abrazaron, este tomó su celular, su billetera y salieron del departamento.

-¡¿Qué le dijiste?!- Sanden vino echo una furia hacia mí, él no hablaba, gritaba y al parecer sin darse cuenta.

-La verdad- me encogí de hombros.

Brigth lo miró y a mí.

-Quiero que solucionen esto para antes de la fiesta- dejó dos invitaciones en mi mano y miró con seriedad a Sanden y como a mí me importaba poco si lo retaban o no, me puse a leer la invitación.

Somos rar'o's, somos hermos'o's y estás invitad'o'.

Puedes ser unicornio con una bonita cola en el trasero o un diablo con las llamas hirviendo en tu cabeza, elijas lo que elijas, seas lo que seas, te queremos.

Ven al diamante en bruto, juega con nosotr'o's, esta es la fiesta del año y no te la querrás perder.

Con deseo y para siempre tuy'o'

Un amante más.

-Wow, quiero ir- dije interrumpiendo el duelo de miradas.

Brigth sonrió y asintió.

-Que Sanden te lleve- se acercó y me tomó las manos, las besó una a una y las soltó con delicadeza. -Te veo mañana por la noche Bri- me guiñó el ojo y se giró a ver a su hijo. -Te doy una visa de tres días hijo, tómala o déjala, pero no vuelvas a mentirnos, no debemos mentirnos entre nosotros- le dijo y Sanden asintió bajando la cabeza.

-Lo siento padre- murmuró y Brigth lo abrazó

-Recuerda acorralarla contra la mesa porque la puerta deja marcas- le aconsejó y yo solté una risotada.

-¡Señor tuvo que haber venido antes! Mi hermano creyó que tenía el ojo morado y que Sanden me había pegado- dije entre risas recordando la primera vez que lo hicimos y como Sanden me acorraló contra la puerta.

-¿Tienes hermanos?- los ojos de Brigth se iluminaron.

-Sí, dos- le conté y sonrió aún más.

-Llevalos a la fiesta, queremos conocer a tu familia Bri- sacó dos invitaciones más, me las dió, besó mi mejilla y Sanden lo acompañó hacia la puerta.

Esta se cerró y no tardé en escuchar el cerrojo, la hebilla de un cinturón al ser desabrochado y el sonido de las zapatillas golpeando el piso al caer.

Me giré y Sanden se estaba desnudando, no me miraba, ni me prestaba atención pero se tomaba su tiempo como si me mostrara lentamente lo sensual y hermoso que es.

-¿Qué era eso de la visa?- le pregunté confundida.

-Mi permiso para ignorar el contrato por tres días- su pantalón cayó y al igual sus bóxers, se quitó la camiseta por la cabeza y la arrojó también al piso. -Ven, aún no utilizaré el lubricante, sólo necesito sentirte y controlar esta molestia que estoy sintiendo.

Miré su entrepierna y sonreí con travesura.

-Esa molestia es muy grande señor Sanden Maxwuel ¿Quiere que la alivie?-me acerqué y me arrodillé frente a él.

-Basta de juegos y dime Daddy o consideraré utilizar los lubricantes- me advirtió y yo le sonreí.

-Tú probaste un aceite en mí, también cadenas, esposas y una fusta ¿Me dejas probar algo en ti, Daddy?- abrí la boca dejándolo acariciarme los labios con su glande si lo desea.

-¿Qué quieres hacerme Babygirl?- me preguntó con la voz ronca, más excitado que nunca.

-Quiero probar algo ¿Me
dejas?- insistí sin querer dar ni un detalle -Yo lo utilizaré en mí y quiero que me pruebes pero antes quiero probarte yo- le dije igual de excitada que él y sin querer esperar más me metí su miembro en la boca, lamí su glande y cerré los ojos.

Es salado, es rico, pero yo lo quiero dulce.

Me lo quité de la boca y continué masturbándolo con las manos muy cerca de mi rostro.

-¿Me dejas?- le pregunté pasándome la lengua por los labios insitándolo a imitarme, sin darle más opción que desearme y por lo tanto dejarme probar lo que le quiero hacer.

-Bien, puedes experimentar con mi cuerpo. Después de todo, un Daddy le enseña a su Babygirl y esta clase no es teórica, aquí pondremos en práctica todo.

Sonreí feliz, le di un beso a su pollito y corrí a la habitación.

¡Hoy es noche de sexo!

Busqué entre las bolsas de maquillaje el frasquito con forma de perfume y lo encontré junto al pintalabios rojo que tanto me gusta y que la Jirafa hambrienta se atrevió a robarme.

Me metí al baño, me pinté la boca con el labial, me desnudé, me puse los tacones negros que le hice comprar específicamente para estos momentos, agregué el aderezo especial a mi entrepierna perfumándola con la nueva sustancia y regresé a la cocina enseñando mis curvas y cada sensual angulo de mi cuerpo con mi exorbitante forma de caminar sobre tacones.

-Daddy ¿Puedes sentarte en el piso?- le pedí ya que si le ordenaba él iba a tomar el control y no me iba a dejar hacer lo que tanto quiero.

-¿Qué es?- me preguntó sentándose en la alfombra como le pedí.

-¿Confías en mí?- me arrodillé sobre él y guié su duro y exquisito miembro al calor entre mis piernas.

-No, no lo hago porque si yo confío en ti, sé que tú no confiarás en mí- dijo y trató de tomar el frasquito, yo lo alejé y hundí hasta mis entrañas ese delicioso cacho de carne que me vuelve loca -Bri- jadeó y como por acto reflejo se agarró de mi trasero, metiendo aún más adentro su longitud.

-Déjame- le pedí sonando como una gatita. -Por favor Daddy, a tu pollito le gustará- le prometí con la respiración agitada y las ansias apunto de romper mi fuerza de voluntad por cabalgar a este hombre y dejar el juego atrás.

-Está bien, Babygirl, hazme lo que quieras.

Gran error.

Eso hubiese pensado en otro momento si tuviera la intención de hacerle alguna maldad, pero no quiero eso, mi deseo por sexo y cabalgar una buena polla es tan alto que no le haré ninguna maldad o al menos no hasta que esté completamente saciada y mis ganas de bromear vuelvan.

Me levanté gimiendo por la separación y su miembro cayó con brusquedad sobre su estómago, le sonreí y solté una risilla.

-Que delicia- murmuré -Se sentía tan bien- agregué sólo para excitarlo todavía más y sonreí, total él ya me sintió, se hundió en mí y ahora me toca a mí obtener mi deseo.
-Cierra los ojos Daddy, voy a rocearte- le indiqué y viéndome, dudando, pero volando de deseo por placer los cerró y yo roseé el perfume en todo su cuerpo, pero en especial en su pene. -Ahora abre la boca y cuando te diga sacarás la lengua y probarás ¿Sí?- le pregunté acercándome a su rostro.

-Sí, querida- dijo llamándome como antes hacía y sacándome una sonrisita burlona, parece que yo tengo el poder en este momento.

Lo tomé del cabello y me senté sobre su rostro manteniéndome aún parada y sosteniéndome con mis piernas para que no cayeramos.

Él gimió al notar lo que hacía y me dio un beso entre las piernas.

-Saca la lengua, tengo una sorpresa allí para ti y quiero que lamas lento para que disfrutes del sabor- le ordené y él abrió su boca mas no sus ojos y lamió, me dio una larga lamida que me hizo gemir demasiado alto, realmente esa parte de mi cuerpo estaba muy sensible.

-Dulce- gimió y subió sus manos con desespero a mis muslos -Sabes tan dulce, Babygirl- continuó lamiendo con desespero el delicioso gusto a caramelo el cual es producto del perfume que compré específicamente para esto.
-Como a azúcar- explicó causándome cosquillas con su barba.

Él atrapó mi clítoris con su boca, lo arañó con sus dientes sacándome un gemido de lo más dramático y cuando rozó sus dedos en mi trasero me alejé totalmente de él.

-Ni se te ocurra- le advertí desde cierta distancia señalándolo con mi mano -No pasará- recalqué y él sonrió viéndome con lujuria y pasión y palmeó el piso.

-Ven aquí Babygirl, no sabemos cuando volverán mis primos- me recordó y con desconfianza volví con él, pero ya no a su rostro sino que me senté a su lado y comencé a besarlo y a lamer el dichoso perfume que fue echo para este propósito, saber más rico de lo que ya somos.

Lamí sus hombros y sonriendo presioné mi lengua más abajo en uno de sus pezones el cual ya estaba erecto. Lo mordisquié como él hizo con mi clítoris y tiré un poquito hacia mí arrancándole un gemido ronco.

Le lamí gran parte de cuerpo y por puesto no podía faltar todo su torso y larga longitud la cual aprecié con más cuidado que a lo demás y lo monté. Sanden se echó hacia atrás sosteniéndose con sus codos y yo me sostuve de sus piernas debajo mío.

Lo hundí en mí hasta el fondo arqueando mi espalda como nunca antes lo había echo y lo monté con tanto deseo que probamos en varias posiciones buscando el mayor el placer y terminando el uno frente al otro, de costado y viéndonos a los ojos mientras poco a poco llegábamos al nuestro tope.

Gemí más alto y cerré los ojos, el nudo en mi estómago estaba por deshacerse y llevarme a mi liberación y Sanden lo notó, comenzó a embestir más lento pero más profundo y me tomó de la nuca acercando mi boca a la suya, ambos gemíamos con nuestras bocas cerca la una de la otra y cuando me liberé lo besé.

No sé porqué lo hice, como llegué al punto de olvidarme de quién era y me dejé llevar permitiéndole tener mis gemidos, pero se sintió jodidamente bien y cuando él también se liberó me abrazó y yo a él quedándome dormida casi al instante.

Luego de tanto tiempo sin nada, esto había sido mucho y me encantaba.

-Sueña conmigo Babygirl...

Espero que hayan tenido una linda mañana!!😅

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