Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

19✧*|Señor.


CAPÍTULO 19= SEÑOR.

El domingo se estaba acabando y María santísima apareció, en otras palabras mi mamá vino a visitarme.

-¡Mírate!- las lágrimas en sus ojos eran cascadas.

-Hola mamá- dije sin entusiasmo.

-¡Estás hermosa!¡El color blanco te queda estupendo!- ¿Se lo está inventando o no se le ocurre algo bueno para decirme? Este color le queda bien a todos.

-Gracias mamá, me gusta camuflarme con las paredes blancas del internado, deberías hacer lo mismo- no tenía ganas de sonreírle así que mi sarcasmo fue puro sarcasmo sin sonrisa falsa ni nada.

-Brittany deja el sarcasmo, creí que recapacitarías y-

-Llevo cuatro días aquí- la interrumpí.

-Aún así ya deberías haber avanzado- se cruzó de brazos.

-¿Qué le pasó a las lágrimas?-Le toqué la mejilla -¿Te pusiste gotas para los ojos? Eso es bajo hasta para ti mamá- me senté en uno de los sillones.

-Pues creí que funcionaría, no jusgues a tu madre, además vine aquí a que firmaras esto.- me dió unos papeles y de inmediato recordé a cierto Daddy.

-¿Qué es? No firmaré nada si no me dices que-

-Es el alquiler de tu departamento, Belamy parece ser una buena persona y me aseguró que cuidaría de tu casa, además sólo es un mes porque luego tiene que volver a su pueblo- me informó.

-¿Y para qué quiere el departamento si luego se va a ir? Mamá ¿No te parece sospechoso?yo no quiero a un extraño viviendo en mi casa, durmiendo. en mi cama y utilizando mi baño- me gusta que me paguen pero no quiero que destruyan mi casa.

-Vino a la ciudad para cuidar de un familiar que está muy grave- aún no me convence. -Brittany ten un poco de corazón- odio cuando me hace sentir mal.

Ojeé rápidamente los papeles y abrí mucho los ojos al ver el dinero que el chico estaba dispuesto a pagar.

-¿Esto está bien?- los muchísimos ceros hacían ring, ring en mi cabeza.

-Sí, Brittany que tú no valores mi edificio no significa que no sea uno de los mejores de la ciudad- se cruzó de brazos ofendida.

-Bien, firmaré. Dame una lapicera- estiré mi mano y ella sacó una lapicera de su cartera y me la dio, firmé todo y le devolví los papeles.

-Gracias y ahora dime ¿Qué hiciste con el maquillaje, los vestidos y las joyas?- creí que no se daría cuenta.

-Los regalé mamá, antes de venir aquí me encontré a una niña en la calle y creí que era lo correcto- esa niña se llama "Escondida" y su apellido es "Bajo la cama".

-Haz hecho un gesto muy noble cariño- me abrazó y contuve la risa.

-Buenas tardes- reconozco esa voz, casualmente él también me conoce y sin ropa también.

-Mamá- corté el abrazo. Me levanté de la silla y me paré al lado del padre Erías -Él es el padre Erías- los presenté.
-Hazme quedar bien- le susurré.

-Un gusto al fin conocerla señora, la novicia Brittany me a hablado mucho de usted- eso es, sigue así y te perdonaré por aprovecharte.

-Oh, el gusto es mío padre Erías. Voy a suponer que mi hija habló cosas buenas sobre mí- apretó los dientes y de reojo me vio acusatóriamente.

-Por supuesto, la novicia Brittany a hablado maravillas de usted- mentiroso. Luego soy yo la diablita.

-Ves mamá, he cambiado, deberías dejarme volver a casa ¿O no padre?- pestañé con coquetería.

-Aún no- lo mato, que corra porque le voy a meter la cabeza en el inodoro -El aprendizaje sobre Dios nunca se termina querida, talvez una semana más sea necesario ¿No lo cree usted, señora?- mi madre sonrió ampliamente.

-Lo ves cariño, sólo un par de semanas más- me sonrió y dio otro abrazo -Hablando de irnos yo debo volver a casa, Alonso y Reygi están haciendo huelga de hambre en la puerta- esos son mis amigos.

-Entonces déjame volver- le repetí.

-No es buena idea-Erías volvió a intervenir.

-Cállate- le formulé con los labios.

-Exactamente hija, te amo ¡Cuídate!- casi corrió para alejarse de mí.

-¡Qué mierda te pasa! ¡Debiste ayudarme!- le grité.

-Eres la única divertida aquí, si yo me quedo tú también- me dio la espalda y se acercó al resto de los padresitos peleles.

-¡Ven aquí!¡Aún no hemos terminado, tengo que meterte la cabeza en el inodoro!- lo jalé del brazo y apartándonos de todos me lo llevé al patio.

-Estás loca-rió.

-¡Loca tu abuela! Debías ayudarme ¿O qué? ¿Creiste que ver mi topless era gratis? Nooo, me debes y la pagarás empezando por ayudarme a destruir este lugar- le avisé.

-Primero no fue topless, te vi toda, todita y segundo ¿Para qué quieres destruir el lugar si puedes destruir al cabecilla y dejar que el resto se desmorone solo?- me sonrió y se inclinó sobre mí -Toda, de pies a cabeza- se burló en mi oído y lo empujé para que se alejara y mantuviera las distancia.

-¿Y quién es el cabecilla?- me crucé de brazos.

-La madre superiora- se encogió de hombros y comenzó a caminar.

-¿Y qué tienes en mente? Esa señora no se horroriza fácilmente- le recordé y se giró hacia mí viéndome con travesura.

-¿Tienes clases de inglés?- asentí con la cabeza. Inglés es una materia extra que me agregaron aquí y me va muy bien, pero me hacen rezar.

-Sí y es un fastidio-gruñí molesta.

-Toma un papelito, necesito que anotes un par de cosas-nos estábamos acercando al edificio con piscina.

-¿De dónde se supone que saque un papel y un lápiz para anotar?- le dije con impaciencia. Quiero volver a casa antes de que me pongan tareas como las que le dan a Alexandría.

Me miró y me sonrió con dulzura
-Dios proveerá hija- ahora sí que lo mato. Recogí una piedra del piso y él empezó a correr mientras se reía a carcajadas.

-¡Novicia rebelde no te enojes!- corrió más rápido y yo comencé a quedarme atrás.

-¡NOVICIA BRITTANY!- oh, oh. Dejé de correr y me giré.
-¡PADRE ERÍAS!-el pelele también dejó de correr y se giró con lentitud hacia nosotras.

La madre superiora nos había visto y ahora nos va a pegar con su larga regla.

-¿Qué sucede, madre?- Erías se acercó conteniendo la sonrisa idiota y se paró junto a mí frente a la pesada señora.

-Tú- me señaló -Y tú- eso es, no soy a la única, ahí tienes de tu mandarina padre imbécil.
-Están castigados, ayuden a los nuevos huéspedes a subir sus maletas al edificio principal y no se tarden, el merendero de los caballos se tapó y alguien deje destaparlo- se dio la vuelta y se fue muy rápido para sus cortitas piernas y muy enojada.

-¿Qué es el merendero de los caballos?- le pregunté a Erías.

Él bufó, me tomó del brazo y me llevó por un camino que yo nunca había recorrido.

-Ya lo verás más tarde pero que quede claro, tú chuparás y yo limpiaré- asignó la tareas y le pegué en el culo por atrevido.

-No chuparé nada, chupa tú, con esa boquita se ve que te gusta- me burlé.

-Luego te arrepentirás novicia rebelde pero bueno, aún falta y el edificio principal queda a unos cien metros así que aquí finaliza nuestra conversación.

Caminé detrás de él y al llegar al edificio principal me quedé con la boca abierta por todos los insultos que quería decir.

Él edificio del internado por fuera es un castillo pero por dentro una caca y este es un castillo por fuera y por dentro sigue siendo castillo.

-Belleza- sonreí y Erías me llevó dentro. Las paredes no eran blancas como las de un hospital eran enormes estructuras pintadas de rose-golden y con cuadros hermosos de naturaleza salvaje.

-Nos envió la madre superiora-Erías habló al recepcionista.

-¡Dios bendiga a esa mujer!- exclamó él recepcionista y nos sonrió -Corran, corran, el día de hoy se enfermaron tres hombres de mi personal y necesito ayuda urgente, así que tomen las maletas, subanlas a las habitaciones y luego vengan que hay que repartir la merienda- estupendo, de rica a sirvienta y sin ropa interior.

-Ya lo oíste- Erías tomó mi mano y me llevó a la entrada. Un idiota alto, guapo y rico se bajaba de un coche negro, traía con él tres maletas y Erías tomó las primeras dos pero yo no lo ayudé y me quedé viendo al hombre que está de espaldas a mí.

Está guapo con su espalda marcada bajo el traje que lleva puesto y con su culo durito bajo la tela que esconde sus nalguitas.

-Novicia rebelde trae la otra- Erías me lanzó un beso y se adentró hacia el edificio. El maldito hombre aún no se gira, esta viendo los caminos y todas las decoraciones de los árboles.

-¿Le gusta la vista señor?- le pregunté y me paré a su lado. El hombre ni siquiera me vio y yo reí por dentro. Engreído, seguro si estoy desnuda y huntada en salsa me verías.

-Es bonita- se encogió de hombros y sin darme absolutamente nada de su atención comenzó a caminar hacia él edificio.

Esta me las pagará, no puede no reconocerme. Joder por su culpa y su contrato de mierda yo estoy aquí, en abstinencia, con la frente mojada de sudor porque es la única sustancia líquida que sale de mi cuerpo y no es por una tarde acelerada y llena de hormonas, no, ojalá fuera así pero no, estoy sudando por el calor que hace.

-Las reglas dicen que tienes la obligación de desearme un lindo día y besarme todos los días Daddy- le recordé, hubo silencio y luego lo escuché volver.

En un segundo estaba en sus brazos y con él besándome el cuello y la boca.

-Te extrañé niña traviesa- rió y yo le rodeé la cintura con mis piernas.

-Que lindo eres Daddy pero no te perdono, me heriste y ahora estoy pasando un infierno- hice puchero.

-Novicia rebelde ¿Por qué no traes la maleta?-Me giré y le sonreí a Erías. Él se tomó un segundo para vernos, sus ojos bajaron a mis piernas rodeando la cintura del pija caliente y luego subió detallando mi cuerpo, deteniéndose en mis pechos aplastados contra el duro pecho de Sanden y en mis manos rodeándole el cuello.

-¿Qué haces en sus brazos? Si la madre superiora te ve

-Al diablo con esa vieja- reí y besé la boca de Sanden que con pasión me correpondió. La humedad de su lengua tocó mi labio inferior, mordisqueé sus labios para hacerla retroceder y reí con su gruñido. El beso acabó cuando abrió la puerta del auto y trató de meterme dentro, Erías que seguía aquí viéndonos fingió toser y Sanden me bajó y lo miró muy mal, los celos le salen por las orejas, es como una tetera.

-¿Quién es él?- ambos me preguntaron al mismo tiempo y suspiré aunque una parte de mí decía.

¡PELEA, PELEA!

-Sanden, él es el santo padre Erías- me burlé -Papi Erías él es ¡Oye!- Sanden me nalgueó y grité.

Maldito cabrón, mi culo ya se desacostumbró a que tus fuertes manos lo golearan, carajo, seguro lo tengo como el de un mono.

-Yo soy tu único papi- dijo molesto y me bajó pero no me alejó o me dejó acercarme a Erías.

-Soy su prometido- él solo se asignó el título y se presentó.

-¿Te vas a casar?- Erías me veía con la boca abierta. Sí, tal vez no le conté todos los detalles de mi vida.

-No, claro que no- le respondí sincera. Sanden me nalgueó el trasero-Bueno, tal vez sí- reí.

-¿Llevarás mi maleta o debo llamar a otro?- le gruñó Sanden poseído por los celos. Si ve tan sexy en papel de celoso.

-Tú y yo debemos hablar- Erías tomó la última maleta y entró al edificio enojado y con ganas de golpear a alguien.

-Tú y él no hablarán de nada- Sanden me acercó a su cuerpo y me vio de arriba a bajo -No te había reconocido- se rió y yo lo vi con muy mala cara.

-Sí, me di cuenta. Esta ropa es un asco y encima mira- tomé su mano y la metí dentro de mi pantalón. Sus pupilas se dilataron en el acto bajo sus largas pestañas.

-¿Por qué no traes bragas?- se quejó. -Mira Babygirl si me entero que estuviste con otro te esperan una largas horas de castigo- me advirtió.

-No traigo bragas porque son incomodas y no estuve con nadie Sanden- me paré de puntitas para verlo de cerca, se ve más guapo enojado.

-No me digas Sanden o...

-Listo- Erías interrumpió una amenaza muy placentera y tuvimos que separamos.

-Bien, lárgate- Sanden no lo podía ni ver y si fuera posible lo asesinaría con la mirada.

-Brittany debes venir conmigo - Erías le hizo frente.

El chico sí que tiene huevos, yo en su lugar hubiera corrido lejos.

-Déjala en paz, mi Babygirl se queda conmigo- los brazos de Sanden me rodearon con posesividad. Su paquete se pegó a mi trasero y recordé porqué estoy aquí. Es una razón muy notoria y excitante que me hace arder de pies a cabeza.

Sí papi, lo admito, te extrañé.

-¿Tu qué?- Erías nos miraba con horror.

-Nada, tú no escuchaste nada y a ti- besé el cuello de Sanden
-Fue un gusto verte Daddy- me apresuré a seguir a Erías por el edificio principal y repartimos en las trecientas habitaciones la merienda. -Estoy exhausta- me sequé el sudor de la frente. Ir y venir de aquí para allá no es lo mío.

-¿Por qué te llamó Babygirl?- me preguntó y me mordí el labio. Debe llevar todo el día queriéndome preguntar eso.

-¿Recuerdas que te dije del hombre con el que me acosté y mi mamá se enojó y me envió aquí?- le pregunté, si lo recordaba bien y si no que se quede con la duda, yo no soy relatadora de cuentos eróticos.

-Sí- cabrón.

-Él es ese hombre.- mordí mi labio inferior. Extraño el sexo, aquí llevo días seca, ni siquiera me he podido consentir a mí misma, Alexandría es como el tercer ojo vigilante luego de la madre superiora.

-¿Y qué hace aquí?- sí ¿Qué hace aquí? Se supone que deje estar en la ciudad tatuando en su tienda del peligro con las dos zorras amargadas y prostituyéndose por las noches o como él dice "Acompañando a las mujeres solitarias". Cabrón, le cortaré las bolas y...

-Si estoy aquí no es de tu incumbencia y te ordeno con amabilidad que te alejes de mi chica o ya seré tan amable- Podría reconocer su voz en cualquier lado, es tan poderoso y atemorizante como tentador al hablar.

-Sanden basta- es hora de castigarlo -¿Nos vamos?- pregunté a ninguno en particular.

-Sí- respondieron los dos y me paré en medio para que Sanden no matará a golpes al padre pervertido.

-Bien, entonces hay que apresurarnos, la madre superiora se enojará si voy tarde y ya quiero chupar- Sanden olió mi cuello y Erías al mismo tiempo frunció el ceño.

-Vamos a la habitación, te he deseado desde...

-¿De qué hablas Sanden?- me solté y giré a verlo con fingida confusión.

Conozco a este hombre tanto como para saber que vino con la intención de llegar, besarme, decirme una que otra idiotes y llevarme a la cama pero está loco. Tengo una misión y debo serle fiel a Diosito y si él quiere que limpie el merendero de los caballos lo haré como la religiosa que soy.

-Yo no voy a ir contigo Daddy -Choqué mis pies -Dios me dió una misión y tengo que ayudar a Erías con un problemita en el establo de caballos pero tal vez luego pueda ayudarte a tí con tu cañería, obvio si es que no estoy muy cansada y si Alexandría se duerme temprano.

Me escuchó, se enojó, me vio y caminó para golpear a cierto cura pervertido.

-Sanden no- me interpuse y abracé a Erías protegiéndolo. El pobre chico no entendía nada
-Erías es un mensajero de Dios, si le haces daño le haces daño a tu alma, cree en dios y ahora cierra los ojos- me acerqué, presioné mi labios en su mejilla y lamí la comisura de sus labios
-Cierra los ojos- lo tenté con mi mano en su entrepierna y él a pesar de los celos, el enojo, la molestia y la excitación, lo hizo. -Deja entrar a dios, también eres su bendito hijo de puta! ¡Qué te jodan cabrón!- corrí jalando a Elías conmigo.

-¡Ven aquí!-comenzó a perseguirme.

-¡No!¡El diablo entró con más fuerza en mí y Erías tiene que sacarlo!- le cerré las puertas del hotel y corrí entre risas hacia los establos.

-¡¿Estás loca?! Casi me muele a golpes!- Frías está que echa chispas.

-Fue divertido- lamí su mejilla -Anda, admítelo- sonreí inocente.

-Casi me mata pero sí causó-rodó los ojos -La próxima no me utilices como tú carnada, mi rostro es muy...

-Feíto- lo interrumpí.
-Porque eres feo, mierda que sí- me burlé y lo abracé -No es cierto, eres lindo pero no te creas que me volverás a ver desnuda, eso solo fue un espectáculo único.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro