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16✧*|Ebria

CAPÍTULO 16=EBRIA.

Al abrir la puerta del departamento de Sanden los tiernos ojos celestes de mi mejor amigo se cruzaron con los míos. Estos estaban rojos, había estado llorando.

-Hola-susurré. Él es más que mi mejor amigo, es mi hermano y simpre a habído algo para contarnos, nuestros errores nunca se habían interponido en nuestra relación y ahora parece que sí.

-Tu... Tu madre está viniendo -esto lo dijo mirando por sobre mi cabeza, ya no me estaba prestando atención a mí, estaba viendo a Sanden y no con buena cara.

-Bien, ya puedes irte. Ella irá en unos minutos- Sanden habló por mí y tomó la puerta para cerrarla, su voz estaba rara, se podía oír como apretaba los dientes y yo empecé a reír sin control.

-¿Te aprieta el pantalón Daddy?- Le pregunté. Alonso se puso rojo y me miró antes de empezar a reír. Sus carcajadas fueron un enorme alivio, fue como quitarme una enorme roca de la espalda. Lo abracé y él se sorprendió pero me devolvió el abrazo.

-Lo siento pastelito, esto es mi culpa- se agachó a mi altura y apoyó su cabeza en mi pecho, yo le acuné la cabeza entre mis brazos y lloré con él.

-No volvamos a pelear- mariconeé y un par fuerte de brazos nos rodearon. Sonreí creyendo que era Sanden pero al levantar la cabeza y abrir los ojos vi que era Reygi y que Sanden nos miraba muy mal y tenía unas cadenas en las manos.

Le sonreí traviesa y negué con la cabeza, él se dio la vuelta, caminó hasta la habitación y volvió con un papel en la mano.

Me señaló una linea y la leí.

-La babygirl no puede ser tocada por otro hombre a menos que su Daddy se lo permita- terminé de leer y Alonso y Reygi se me quedaron mirando y luego miraron mal a Sanden.

-Métete las reglas en el culo, pija caliente- Alonso me tomó del brazo y me llevó a mi casa, Reygi venía pegado a nosotros y Sanden trató de entrar pero ellos le cerraron la puerta en la cara.

-No te queremos con él- ambos hablaron al mismo tiempo, se miraron y luego rieron y me abrazaron.

-Somos tus nuevos Daddys versión gay y tienes prohibido ver a ese hijo del demonio, pastelito. Si quieres sexo te presto a Reygi- Alonso simplemente lo ofreció y Reygi lo miró ofendido.

-¿Por qué no te ofreces tú para el sacrificio?- se quejó y Alonso le comió la boca de un beso.

-Reygi colita linda no me ofresco porque ella es mi hermana, ten algo de respeto por favor- reí y en silencio me escabullí a mi habitación para empacar todo y dejarles espacio para su posible pelea y reconciliación final.

-¡Pastelito danos tu teléfono, tienes prohibido ver al pija caliente!- Alonso entró detrás de Reygi y ambos comenzaron a urguetear en mi habitación pero no pudieron encontrar mi celular ya que por su culpa me lo olvidé en la casa de Sanden.

-Lo olvidé en la casa de Sanden, si quieren voy por el o podemos ir todos a una fiesta. Sanden prometió que luego de tener sexo me llevaría y podríamos ir todos juntos- les propuse y ambos negaron con sus cabezas.

-No, nosotros no iremos y tú tampoco, nos quedan solo algunos días y los pasaremos juntos en cada momento. Nos pintaremos las uñas porque cuando seas la novicia Brittany no podrás hacerlo, también nos maquillaremos porque eso tampoco podrás hacer y beberemos hasta que perdamos la conciencia. Esto no hace falta que lo diga pero de todas formas lo diré, Pastelito que el cura se emborrache con su vino no significa que tú también puedes, tienes prohibido beber en ese lugar- dijo haciendo una mueca.

Salió de la habitación y volvió con varias botellas de vino, whisky y vodka.

-Alonso tu mamá viene- le recordó Reygi y Alonso se encogió de hombros y destapó la primer botella de vino blanco.

-Reygi bombón, mi madre adoptiva meterá a mi hermana la bebé a un internado y yo le daré la despedida que se merece- Alonso me abrazó y ambos le pusimos a Reygi nuestras caritas de ángeles hasta que él bufó y tomó un trago de la botella.

-Está bien.

. . .

-¡Sanden abre!- aporré su puerta y reí viendo cómo Alonso y Reygi se tambaleaban hacia mí.
-¡Abreme!¡Sé que estás ahí!- grité.

-Se acobardó- bromeó Alonso y justo la puerta se abrió y caí contra el duro pecho de mi Daddy.-No dije nada- mi hermano lavantó muy arriba sus manos y yo me aferré a mi daddy.

-Brittani estás ebria-dijo el gruñón y me sujetó con fuerza para que no cayera. -¿Por qué están todos ebrios?- se quejó y nos hizo entrar.

Reygi se opuso a que Sanden lo tocará y Alonso se entregó a sus brazos y entre los dos abrazamos a Sanden.

-Tenías razón pastelito. Sanden tiene el pichu grande, puedo sentirlo- se frotó contra el daddy y este lo empujó y lo hizo caer de culo en el sillón.

-No estoy para tus juegos y no me manosees- le dijo Sanden enojado y me sentó con suavidad en el sillón, volvió a la puerta y cargó en sus hombros a Reygi ya que este no quería entrar.

Alonso y yo reímos y como pude me levanté para enseñarle mi vestido al hombre sexy que nos mira muy mal.

-¿Listo para la fiesta Papi?- lo abracé y acaricié su pantalón.

-Babygirl estás ebria- dijo molesto y me hizo mirarlo.
-¿Por qué bebiste está vez?- me preguntó.

Lo miré y ví su traje, comencé a llorar sin darme cuenta y caí al soltarme de sus brazos.

-Ivas a ver a otra- lloré.

-No- me levantó y cargó en sus brazos.

-¿Cómo sabías que iríamos a la fiesta? ¿Por qué estás de traje?¿Tienes otra niña mucho mejor que yo? ¿Ya me cambiaste tan rápido?- acerqué mi boca a la suya y cerré los ojos cuando lo ví doble.

-Babygirl tú eres mi única niña y no sería capaz de engañarte, yo iba a trabajar- me arrulló contra su pecho y nos llevó a la habitación.

-Mis amigos- susurré viendo la puerta que se movía y flotaba en el aire.

-Ellos se durmieron en el sofá. Babygirl tus frases tardan mucho en salir- se rió y me acostó debajo suyo en la cama.

-Sanden- acaricié su barbita y le di un pico en el sus dulces labios. -¿Por qué irás a trabajar vestido así?- repartí besos por su clavícula y enroyé mis piernas alrededor de su cintura.

-Bri por las noches soy acompañante, las mujeres me contratan para que sea su pareja en casamientos, fiestas o simplemente para hablar con alguien- dejé de besarlo y comencé a reír.

-Daddy tengo que ajustar tu correa- jalé de su cabello y junté nuestras frentes-No me gusta que te prostituyas ¿Qué ejemplo le das a tu babygirl si haces cosas como esas?- reí a un más.

-Bri debes descansar- quitó mis piernas de sus caderas y se acostó a mi lado.

-No daddy, no estás cumpliendo con el contrato debes castigarme, me merezco un castigo por dejar que Alonso apoyará su cabezota inmensa en mis pechos- le recordé y lo sacudí.

-Bri estás muy ebria, no lo haré- reí y lo abracé.

-,Daddy ya lo hicimos una vez ¿Recuerdas esa noche en mi cama? Yo estaba ebria ¿Recuerdas? Dí que sí, no lo soportaría si lo haz olvidado- sollocé y mi mundo dió más vueltas. Sanden apareció con dos chicos muy guapos idénticos a él y los tres me miraron rarito.

Son raros y guapos, raros y guapos que linda combinación, raros y guapos.

-Lo recuerdo y porque lo recuerdo no lo repetiremos, no quiero que se te haga costumbre tener sexo estando ebria y no llores, no tienes permitido llorar esta noche- me besuqueó las manos y mordió mis dedos.

-Daddy- apoyé mi cabeza en su pecho y subí y bajé con su corazón.

-Babygirl debes dormir- me retó.

-¿Verdad o reto?- le pregunté -Yo elijo verdad daddy así que pregúntame lo que quieras- le sonreí.

-No es buena idea- se opuso.

-Por favor daddy, mamá vendrá en cinco minutos y me retará, por favor juega conmigo- le supliqué.

-¿Te gusta mi polla?- eso me gusta, sin rodeos.

-Mucho y más cuando suena y yo reboto sobre ella ¿Y a tí?¿Te gusta tu pollito?- desabroché muy mal sus pantalones y al final decidí bajarlos sin quitar los molestos botones.

-¿Mi pollito?- se rió -Sí, me gusta mi pollito- se siguió riendo y lo abracé mucho más.

-Daddy tu pollito es mío, me irás a ver a Crystals y me la darás cuando yo quiera. Podrías hacerte pasar por el padre Sanden, el título de Daddy ya lo tienes solo te falta el de santo...

-¡BRITTANY!- gritó alguien y abracé las piernas de Sanden.

-Protegeme pollito- le pedí.

Él comenzó a reírse y salió de la cama alejándome de mi pollito.

-Quédate aquí, iré a decirle a tu madre que fuiste a hacer un trabajo con Heyden- me besó y salió.

Alonso y Reygi entraron tambaleándose, se desnudaron y se metieron conmigo a la cama dejándome en el medio, me abrazaron y Alonso gritó.

-¡Yo también quiero un daddy!- Reygi le pegó y comenzamos a llorar los tres, ellos por el golpe y los celos y yo porque me pegó a mí no a Alonso.

-¡Basta de gritar!- Sanden gritó -¡Salgan de mi cama!- nadie salió. -¡Largo!- ninguno se largó.-Hablo enserio, no estoy para juegos- nadie estaba jugando -Brittany sólo tú y yo dormimos en esa cama_- se quejó y empujé a mis amigos ellos cayeron y se quedaron dormidos muy cómodos en el suelo.

-Listo daddy ven con tu babygirl-comencé a quitarme la ropa -Es tu última oportunidad- le avisé.

Me quité el vestido y lo arrojé, mis pechos quedaron al descubierto y Sanden se quedó embobado viéndolos, acaricié mis bragas y la excitación se le fue.

-Te dije que no uses esas bragas y vístete, no tendremos sexo si ellos están aquí- dió media vuelta y salió.

Fuí torpemente tras él y cuando llegué a la cocina le rodeé la espalda y besé sus hombros mientras él hablaba por teléfono.

-Corta- le pedí. Metí mi mano en la delantera de su pantalón y acaricié su pollito.

-Brittany estoy al teléfono- me quitó con brusquedad y salió al balcón dejándome sola y llorando.

Volví a la habitación, de repente sentía muchas náuseas pero no por el alcohol sino por Sanden. Me vestí y volví dando traspies hacia mi departamento, mi madre al verme comenzó a retarme y yo solo la abracé.

-Brittany- lloré aún más en su hombro y me quité los molestos tacones.

-Mamá llévame al internado- le supliqué y el ruido de una puerta llamó mi atención, giré y Sanden estaba mirándonos desde su departamento, si estaba triste u enojado no lo sé porque se metió a su casa y cerró la puerta.

-Bien, hija vos despacio- mi mamá me hizo entrar, cerró la puerta y me ayudó a ir hacia mi habitación, me desnudó, me metió en la cama y se quedó conmigo acariciando mi cabello hasta que me dormí.

Cuando me desperté todo me daba vueltas, la luz me molestaba, la jaqueca era terrible y tenía aliento de muerto.

Me levanté y fui al baño, me tuve que lavar la boca varias veces para quitarme el asqueroso aliento que tenía y me dí una ducha. Al salir noté que todas mis cosas ya estaban empacadas en diferentes cajas y que muchas decían "Basura", "Venta" o "Donaciones".

Abrí la primera y gruñí al ver que la basura era todo mi maquillaje y mi gran colección de labiales.

Tomé la caja y la escondí bajo la cama, la nueva chica o chico que vivirá aquí no la encontrará allí pues nadie revisa debajo de la cama. Abrí las siguiente caja de basura y ahogué un grito al ver todos mis vestidos de fiesta, estos también los metí debajo de la cama y me dije a mi misma que solo abriría la caja de venta para echar un vistazo pero al abrirla no pude evitar llorar. Toda mi joyería estaba en la caja, mi habitación se veía vacía sin mi enorme alajero, sollocé y justo la puerta se abrió.

-¿Ya está lista señorita?- el conserje asomó la cabeza y al ver que estoy vestida entró y comenzó a llevarse las cajas.

Me aferré a la de las joyas y él no dijo nada y continuó con las otras que no pude llegar a ver y salió llevándose el resto.

Salí con la caja en la mano y Reygi y Alonso venían caminando hacia mi casa, al ver las cajas en las manos del hombre se apresuraron y me vieron preocupados.

-¿Por qué están sacando tus cosas?- Alonso estaba empezando a llorar y le dí la caja que tenía en mis manos a Reygi.

-Anoche le pedí a mamá que me llevara-

-¡¿POR QUÉ HICISTE ESO?!- Alonso no dejaba de llorar.

-Lo siento, no lo pensé pero es lo mejor.- lo abracé mientras lloraba en su pecho y luego ví a Reygi -Mi mamá las quiere vender ¿Podrían quedarselas?- les supliqué.

-Claro cariño, no sé lo que hay pero te estarán esperando cuando vuelvas- Reygi y Alonso juntaron sus frentes con la mía y los tres nos dimos un corto beso.

-Los quiero- sollocé.

-Hija ¿Estas lista?- mi mamá tenía las llaves de mi departamento en su mano derecha y las llaves del auto en la izquierda. Oculté la caja detrás de mí y asentí, le dí un último abrazo a mis amigos y me fui con ella.

-¡BRI!- Quise detenerme pero sólo seguí caminando, no quería verlo, me seguía doliendo lo que hice anoche.

-¿Qué quiere él?- mi mamá se detuvo y yo de mala gana también lo hice.

-Hola vecino ¿Qué se le ofrece?- le dije molesta.

-Te olvidaste tu teléfono en el pasillo- lo sacó de su bolsillo y cuando lo iba a tomar mi mamá lo tomó y se lo guardó para ella.

-Gracias pero Brittany irá a un internado y no tiene permitido utilizar ni ver a las
distracciones-esto último lo dijo refiriéndose a él -Y le pido por su bien y el de mi hija que no se le vuelva a acercar, ví las cámaras de seguridad y lo que usted le hizo es asqueroso, repugnante, moralmente inaceptable!- mis ojos se empañaron, Sanden me vió por unos segundos cuando las lágrimas mojaron mis mejillas, suspiró y luego vio a mi mamá.

-Lamento mucho que nos haya visto señora pero yo amo a su hija y le guste o no me voy a casar con ella, que tenga buen día- dio media vuelta y al llegar a su departamento me guiñó un ojo y desapareció tras su puerta.

Mi mamá echaba humo por las orejas y yo la veía de reojo pensando en si debería decir algo o no.

-Mamá...

-No digas nada cariño, ese hombre es el demonio, tú no tienes la culpa de haber caído en sus redes malignas- entramos en el ascensor y apoyé la cabeza en la pared, la luz me mataba y la maldita musiquita se hacía muy molesta para mi cerebro.

-Hija deja de temblar, ya verás que el internado te gustará mucho. Tiene canchas de tenis, piscina, una hípica para que puedas montar caballos, salón de SPA y canchas de fútbol, te encantará- me la quedé mirando mientras recalculaba.

-Mamá ¿No dijiste que era un internado?- asintió con una sonrisa al ver mi cara de sorpresa.

-Lo es, es un internado de monjas pero hay actividades para los chicos como tú ¿Creíste que te encerraría en una habitación hasta que tu alma quede limpia?- asentí y ella rió -Hija te conozco como a mí misma, si yo hacía eso lo único que iba a lograr era que me odies, además de esta forma talvez encuentre su vocación- dijo emocionada y ahora yo también lo estaba, talvez juzgué muy mal a ese lugar.

-¿Me prestas mi celular?- le pregunté cuando entramos al auto.

-Claro que no Bri, el teléfono está prohibido y sólo podrás hacer una llamada por día así que usala bien- esto va ser un fastidio -Por cierto algunos profesores irán a verte para que te gradues- eso sí es bueno, la universidad ya me cansó.

-Gracias, esto te habrá costado mucho- murmuré y ella negó con la cabeza.

-Cariño esto lo pagas tú, hoy venderé tus joyas y el dinero volverá automáticamente a mi cartera- oh oh.

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